Vivencias polimórficas de un treintañero perplejo.

domingo, 12 de febrero de 2012

WhatsApp, o: Groserías veredes


(Dedicado al buen Grillo Solitario, personaje anfótero de las nuevas tecnologías: a veces las implementa y a veces las injuria)





Dilectos lectores: ha nacido una nueva forma de grosería. Se llama WhatsApp y es una aplicación de mensajería instantánea para teléfonos inteligentes que apareció hace dos años. Pero para qué me canso? Estadísticamente, lo más probable es que a estas alturas ya todos la tengáis y la uséis, pues dicen que en España la mitad de todos los móviles son smartphones, o una barbaridad por el estilo. No tanta gente sabe que el nombre WhatsApp es un juego de palabras entre la palabra “app” (aplicación) y el afamado saludo inglés “What’s up?”, por breve “Wassup?”, de fama mundial por ejemplo gracias a Bugs Bunny.

Antes de que os llaméis a engaño, aclaro: este post no trata sobre WhatsApp, que por simplificar paso a llamar Guasap, ni sobre sus características. Trata sobre el mal uso, el abuso que de la aplicación está empezando a hacer la gente. No soy como esas feministas que porque hay gente que habla de forma discriminatoria dicen que el lenguaje en sí es discriminatorio. Soy de los que creo que la culpa no es del martillo, sino del hijoputa que te lo estampa en la cabeza.


Así, debido al mal uso, una herramienta que se presenta como fantástica –yo no la tengo, digámoslo ya- mensajería instantánea (vulgo “chat”) gratuita, la gran panacea para interconectar a las personas, está consiguiendo separar y alienar a la peña como nunca antes. Vale, si mandas un sms delante de otra gente, eso puede ser más o menos maleducado: pero es que con Guasap lo que se mantienen son conversaciones, y aquello puede tornarse interminable.

Todo comenzó estas navidades, cuando vi una viñeta del New Yorker que me hizo mucha gracia: una chica hablando por un móvil y diciendo: “Unos cuantos amigos se vienen a casa a mirar sus teléfonos.” Me pareció genial, porque era algo que ya está pasando. Ya Cristina Fenollar nos hizo de profeta hace un par de años con su afamado monólogo “Yo no tengo un iPhone, pero ahí apenas se atisbaba el grado de enganche y desconexión mental que comportaban los nuevos teléfonos inteligentes.


Porerror de ustedes, el Samanta Villar de la blogosfera, ha tenido que sufrir en sus propias carnes la felonía de aguantar a gente chateando (“guaseando”) durante ocasiones sociales: ya lo conté en el concierto de Iván Ferreiro, pero es que lo de este fin de semana ha sido trop fort.

Quedar con alguien y que te diga: “Te importa un momento? Es que tengo que hacer una llamada, son dos minutos” puede ser más o menos descortés, dependiendo de tu tiempo, pero si hay educación todo se puede. O si la llamada la reciben, pues no va uno a enfadarse porque la contesten, siempre que la cosa sea cortita “Oye, te dejo, que estoy con gente.”


Pero… y quedar con alguien y que no te diga nada, que directamente se ponga a teclear o a picotear en la pantallita de su móvil, te ignore y siga un buen rato, intercalando sonrisitas, ruiditos y comentarios? Es porque está guaseando, amigos, está manteniendo una (o varias a la vez) conversación en tu puta cara, mientras tú, en el mejor de los casos, te pones a hacer lo mismo si tienes Guasap, pero a mí me parece una grosería como el sombrero de un picador.

Y salir a cenar con unas personas, estar cinco a una mesa y que cuatro de ellos se pongan a guasear y tú allí sorbiendo vino y mirando los cuadros abstractos de las paredes? No es para levantarse e irse? No es para mandarlos con su puta madre? Pues me ha ocurrido. Y descubrir que encima estaban hablando entre ellos? Una de ellas, en un gesto conciliador, se avino más tarde a contarme sobre qué versaban las conversaciones, sería para que yo no me sintiera excluido, tiene cojones.


Me parece el colmo de la grosería, mis amigos con Guasap no son así -gracias a Dios-, ellos como mucho responden o mandan un mensaje si está relacionado con la situación, confirmar una quedada, responder una duda urgentísima, hacernos una foto y enviarla a otro amigo que vive fuera… siempre con educación y preaviso.

Pero hay gente muy maleducada por ahí, familia, avisados quedáis, y lo malo es que de algunos te lo esperas pero de otros no. “Cosas veredes, amigo Sancho”, dijo Don Quijote, pues agárrese los huevos, noble caballero, porque no sabe usted en qué ha quedado España en el siglo XXI. Si queréis verme la cara y hablar conmigo y vivimos en la misma provincia, me citáis en un bar o similar y hablamos, yo os escucho, os cuentos mi vida, nos partimos la raba juntos, hablamos de lo que sea. Pero la próxima vez que alguien me haga la jugada del puto Guasap juro aquí solemnemente que me levanto y me voy. Cojones ya.

8 comentarios:

Tara dijo...

Te felicito, Porerror. Creo que es uno de los mejores post -groseros- que he leído, y esto es, sobre todo, porque me tengo que sentir identificada. Hoy mismo ha dado la casualidad de que he visto ese mismo corto en Notodofilmfest, y esto de verdad, roza el cachondeo. Si tú estás hasta los cojones, yo me siento incluso excluída en una sociedad joven que no vive sin ese ruidito de alarma de que les ha llegado otro 'Guasap', y que en vez de vivir la vida, está todo el día iluminado por la pantalla de un móvil. Pero es que no se salva ni el más bohemio, ni el más vintage, ni el más retro, todos están vendidos a esta moda que sí, tiene sus ventajas, pero VIVIR, charlar, mantener una conversación interesante en un face to face, madre mía, eso donde quedó?

natalia dijo...

O seaaaa...no se puede estar más de acuerdo. El pu..o móvil ha cambiado mi vida. Pero para peor. Me han arruinado óperas exquisitas, amargado pelis en el mismísimo cine avenida, donde se supone que sólo vamos la "gente educada", incordiado conversaciones deliciosas, interumpido clases.¿Y qué decir de los freaks que están todo el rato mirando internet móvil para comprobar quién tiene la razón en el mismo instante en que intentas sostener una conversación un poquito culta? Que sí, coño, que es una herramienta muy útil. Pero también lo es el destornillador de estrella y no salgo con uno en el bolso ni lo saco para intimidar a nadie en pleno debate!!!!Porerror, creo que somos unos románticos de la buena conversación. Especie desprotegida que se extingue lentamente.

Anónimo dijo...

Buen joven:

Mi opinión: útil pero prescindible (yo no tengo, y eso que podría, pero no me da la gana). Llamémosle Guarrap. Internet en mi móvil sólo sirve para buscar gentilicios de ciudades nórdicas.

Por otro lado, aún no me he encontrado con un guasapero que opere en mi cara en plan desplante.

Comentario final: mucha gente presume (y ésta es la clave, el presumir) de estar a la última vanguardia tecnológica, al nivel de "lo entiendo todo", como si de un adolescente se tratase, pero informáticamente está k.o. en lo más básico. Anda ya!

Don CalcetínRelleno

PD-poético: Me gustan las clases de Informática Aplicada para 4º de la ESO/porque los alumnos están como ausentes...

Rukia dijo...

Yo he de decir algo en favor del "guachap", me está salvando ahora que estoy en el extranjero. O más que a mí, a mi bolsillo. Aquí en Londres con WiFi por doquier, es una delicia poder mandar de vez en cuando algún sms gratis. A mí padre también le está salvando el bolsillo, que antes por cada gol del Barça me mandaba un mensaje...

Dicho esto, también estoy de acuerdo contigo, dear Porerror. Sin ir más lejos el otro día estaba cenando y desde mi solitaria mesa veía como una pareja un poco más allá comían juntos y por cada palabra que decían hacían cuarenta fotos a la comida y tecleaban en sus maravillosos iPhones... Yo estaba solita, pero ellos también.

Genial el post ;)

Jordi Santamaria dijo...

Queridos todos,

el guasap es la antesala del chattt por voz.

Al utilitario Iphone, poseído ya por la Loles, su conejo, y el primo murciano de éste, pronto dejaremos de teclearlo ello.
De aquí na, le hablaremos.
Y sí, un autobús será una especie de congreso de camareros pidiendo plato plancha vuelta y vuelta cocina.

Los abuelos, azorados, ya no saldrán de sus casas, y en ellas les retumbarán las miles de conversaciones fugaces con palabras en inglés de gugle a jaxtag.

Los iphones luego se acariciarán, se les pondrán pieles, tocados y moños. Se acumularán de todas las tallas en matrioskas, se erigirán catedrales en Cupertino con la cara de Steve Jobs, habrá celos, psicológos de iphone, fornicadores de iphone a pelo.

Pero nadie podrá decir, que Porerror no lo avisó, que no intentó detener la maquinaria procrastinatoria de la manzana perversa

Anónimo dijo...

Recomiendo ver el episodio de Futurama "The Eye Phone." La temporada 7 de how i met your mother también tiene un episodio q viene a cuento. :)

Teano dijo...

Diosss! Estoy totalmente de acuerdo. Mi Nuevo refrán desde hace unos meses es: móviles en reunión es falta de educación. Mira que yo tengo whatsapp y demás pero intento no usarlo cuando estoy con alguien a no ser que sea necesario pero me he visto en las situaciones que has descrito. Incluso tengo un amigo que aprovecha el wifi gratis para ponerse a bajarse cosillas. Tenemos que aprender a usar adecuadamnete las tecnologias. Un saludooooo.

GRILLO SOLITARIO dijo...

SEGUNDA VEZ QUE ESCRIBO ESTO. NO ME HA DEJADO GOOGLE MANDARLO, Y POR CIERTO, AL TRATAR DE ENTRAR EN MI CUENTA PARA MANDAR EL COMENTARIO, GOOGLE ME HA PEDIDO, Y NO SÉ CUÁNTAS VECES VAN YA, MI NÚMERO DE TELÉFONO. (http://sietepiezas.blogspot.com/2011/08/dame-tu-numero-de-telefono-inteligente.html).

LO PRIMERO, GRACIAS POR DEDICARME EL POST. EN EFECTO, TENGO UNA EXTRAÑA RELACIÓN CON LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS. HAY ALGUNAS QUE ME PARECEN BENEFICIOSAS, OTRAS NEUTRALES, Y OTRAS DAÑINAS O MUY DAÑINAS.

NO VOY A COMENTAR MUCHO, PORQUE ME ENTRA UNA MALA LECHE, QUE MEJOR NO DESCUBRIR. SÓLO VOY A DECIR QUE DE ESA REUNIÓN DE LA QUE HABLAS HUBIERA SALIDO ESCOPETADO. ME HE ENFADADO MÁS DE UNA VEZ POR COSAS ASÍ, YO ESO NO LO PERMITO. SI ALGUIEN QUEDA CONMIGO, QUEDA CONMIGO. NO QUEDA CONMIGO Y CON SU MÓVIL.

EL PROBLEMA PARA MÍ NO ES TANTO EL GUASAP, QUE INCLUSO USADO BIEN PUEDE SER HASTA BUENO, COMO EL INTERNET MÓVIL, QUE HACE QUE LA GENTE SE IDIOTICE, Y NO PUEDA ESTAR EN UN SITIO SIN TUITEAR ALGO, O MANDAR UNA FOTO. Y SI NO RESPONDE A ALGO, LOS DEMÁS SE PREGUNTAN SI LE HA PASADO ALGO.

LO CURIOSO ES QUE LUEGO NOS QUEJAMOS DE LAS GENERACIONES SIGUIENTES, DE LOS NIÑOS QUE ESTÁN ATONTADOS CON LAS CONSOLAS PORTÁTILES. EN FIN, QUE ME CALLO, QUE COMO SIGA ME CABREO Y PA QUÉ. CUIDENSE.

 
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