Vivencias polimórficas de un treintañero perplejo.

jueves, 12 de marzo de 2009

Oda al último pelo: The Last Hair


-“Donde hay pelo hay alegría”.
(Refrán español)




A ti te estoy hablando, a ti, no te escondas. No te escondas como sueles el resto de la semana –solo Dios y tú sabéis dónde- para aparecer luego por sorpresa en el momento más inoportuno. Especie de fideo traicionero: último pelo. A ti te hablo ahora, sí, a ti. Te he dicho que no te escondas.

¿Qué broma cruel del destino, error de Dios –amigos- o probabilidad matemática es la que hace que cada vez que vamos a fregar los sanitarios, una vez que ya hemos acabado, nos demos cuenta de que la cosa queda decorada con un larguísimo cabello negro? ¿De dónde sale ese pelo? Whither yonder hair? Ya sé lo que estáis pensando y mío no es.


La historia es como sigue. Una de esas tardes ricas de sofá y Sé lo que hicisteis... Patricia Conde, Ángel, Miqui & cía. saben lo que hizo ayer la Duquesa de Alba, saben lo que hicisteis y también saben lo que tú no has hecho desde hace varios días: fregar el cuarto de baño. Y te lo recuerdan. Al final, consigues reunir el valor suficiente y los utensilios suficientes para acometer tan endiablada y descomunal tarea.

Te acuerdas de la pava del anuncio de lejía que dice irónicamente: “Me encanta fregar”. Ella friega en el anuncio al son de “Viva la Vida” de Coldplay, a lo mejor tú también, o al de Sharon Jones, y eso crees que te va a hacer el trabajo más digerible. Tú con tu palangana, tus guantes, tu estropajo, tu trapo, tu esponjita, tu cubillo, tu fregona, tu cepillo, tu cogedor, tu fregasuelos “pino”, tu limpiador líquido de baños, tu asquete, tu paciencia… Y tú friega y friega, sudando a chorros o tiritando a pellizcos, según la estación del año, hasta que queda el temario que se pueden comer sopuelas en él.


¡Qué limpieza! ¡Qué prestigio higiénico! Cómo reluce todo… blanco… esa bañera, oiga, esos azulejos, ese suelo donde no ha de faltar una pisadita traidora cinco minutos después de pasar la fregona (no pasa nada, se friega otra vez), ese lavabo, por Dios, esas repisas, ese bidé, y sobre todo… ese pedasso de váter sesuá. Y entonces el sustazo, el atropello, la debacle: ¿qué hace ahí ese horrible pelaco negro (y largo) sobre fondo blanco? ¿Qué es mi váter, un jodido cuadro de Lucio Fontana? ¿Quién soy ahora, Marcel Duchamp?

Me reitero, que el pelo no es mío. El pelo es negro y largo, como un espagueti de la muerte; largo y negro, como yo no los tengo. Y en mi cuarto de baño no entra una mujer desde hace varios meses. Más relevante aún, hace media hora, cuando estaba frotando la blanca y porcelanórrea superficie con dos estropajos, con la esponja, con el trapo, ese pelo NO ESTABA AHÍ: salió de la nada. De la nada, amigos, para castigarme por mis pecados. Viene a atormentarme, como el cuervo del poema de Allan Poe, solo que en lugar de “Nunca más” este parece decirme “Friegas mal”.


(Lamentable) conclusión: El pelo no estaba ahí, Señoría, lo juro. No estaba antes (alguna pelusa sí, pelos míos, los tengo contados) de meterle mano a la limpieza, no apareció durante los fregamientos, ni al echar el producto, ni al enjuagar… solo se hizo visible (y desde lejos) al contemplar el resultado final… Ante tamaño desastre, solo cabe rendirse a la evidencia (“El pelo estaba en la esponja o estropajo”: gracias, señora Holmes, no soy mongolo. Solo que esto me pareció buena idea para un post). No, la evidencia terrible es la siguiente.

Por más que nos afanemos, por más que una compañera de trabajo te amoneste y recomiende: “Eso te pasa por no usar el Taifol amoniacal… vosotros y yo sabemos la verdad: que la próxima vez que uno limpie el cuarto de baño habrá un pelo negro y largo. Pienso que si Augusto Monterroso en lugar de a la literatura se hubiese dedicado al freganchismo, bien pudiese haber escrito un relato corto que dijese: “Cuando terminó de fregar el váter, el pelo todavía estaba allí”.

6 comentarios:

Fran G. Matute dijo...

Te diré dos palabras: Cillit Bang!

Anónimo dijo...

ALGUIEN TENÍA QUE HACER EL TRABAJO SUCIO Y LO HICIMOS...ESO ES TODO

Anónimo dijo...

A mi también me aparecen, pero me temo que es mío...
Una reflexión: ¿por qué dan tanto asquito sabiendo que es tuyo? Sab

GRILLO SOLITARIO dijo...

CAGO EN LA LECHE. ANOCHE DEJÉ UN COMENTARIO, Y SE LO HA COMIDO BLOGGER. Y EN OTRO BLOG IGUAL.

EN FIN, DECÍA ALGO ASÍ COMO QUE LA GENERACIÓN ESPONTÁNEA EN LOS PELOS LARGOS SÓLO SUCEDE SOBRE SUPERFICIES EXTREMADAMENTE PULCRAS Y RELUCIENTES; LO CUAL INDICA INEQUÍVOCAMENTE EL BUEN HACER LIMPIANDO.

VAMOS, QUE ES BUENO, Y NO MALO QUE TE SALGA :- >>

Anónimo dijo...

Me atrevo a decir que una de las cosas que más me gustan hacer de la "faena", aunque parezca mentira, es limpiar los cuartos de baño...y es por eso, por ese gusto que te da verlo todo tan limpito, tan reluciente...aunque como dices finalmente te encuentres siempre con el dichoso pelo, el cual te apresuras a coger mirando a todos lados para ver si nadie te ha visto, jeje...

¡¡Qué me gusta un buen "flete" al baño!!.

Un beso fuerte, Almu.

Anónimo dijo...

el taifol amoniacal es para los azulejos y pvc´s varios, para no tener que secar. y yo prefiero siempre pelo largo negro, que corto y rizadín, ya imagináis de dónde... jejeje. ole mis compis del curro.

 
click here to download hit counter code
free hit counter