-“Lloré cuando ella me dijo: Yo no siento lo mismo.”
(The Beach Boys)
Decían los siempre oportunos Amaral que no quedaban días de verano. Dice Antena 3 que ya no quedan, aunque ayer 1 de noviembre disfrutamos de una temperatura escandalosa en las dos emblemáticas ciudades andaluzas en que estuve. El pasado sábado fui a ver una película a la que venía siguiendo la pista desde el verano, precisamente, por título 500 Days of Summer (2009). Es un juego de palabras en inglés, “500 días de verano” y “500 días de Summer”, siendo Summer el nombre de la chorbi protagonista.
¿De qué va la peli? Su frase de promoción me parece un prodigio. “Chico conoce chica. Chico se enamora. Chica no”. No hay aquí spoiler ninguno, ya que esto es la premisa de la película, que comienza diciendo que NO es una historia de amor. Sí es, empero, una historia sobre el amor, y ahí quería yo llegar. Se trata de una comedia romántica indie, muy edificante y muy educativa, al menos a mí me lo pareció. Claro, las pelis nos educan lo mismo que la tele o los anuncios publicitarios. Y las canciones, parece ser.
Al caracterizar al “chico”, la voz en off de la peli dice “la escucha prolongada de canciones tristes de pop británico hizo que pensara que no sería feliz mientras no encontrara a la persona de su vida”. Al caracterizar a la chica, se nos dice que tenía una actitud diferente frente al amor (en parte debida al divorcio de sus padres): no quería atarse, no buscaba novio, estaba abierta a pasarlo bien y disfrutar.
Luego, inevitablemente, los dos coinciden y comienzan una relación. La peli se llama 500 días juntos, no hay que ser Sherlock Holmes para saber qué es lo que ocurre. Solo os diré que recordéis aquella canción del Sabina que nos cifraba cuánto tiempo se tarda en olvidar a la persona amada. El prota de la peli (Joseph Gordon-Levitt) las pasa putas. La historia está contada desde su punto de vista masculino, pero es un tío sensible, de esos que se emocionan viendo El graduado (1967) y escuchando a The Smiths.
La chica de la peli (Zooey Deschanel, más indie que indie) no llega a putear al mozo, desde primera hora le pone las cosas bastante claritas: no quiero nada serio, no quiero precipitarme. Pero claro, se lo lleva a Ikea, se lo lleva al catre (a contarle su vida, lo de follar ya es por demás), y a mi niño lo confunde, vamos a decir que sin querer. ¿Es ella una malvada y fría zorra, como parece pensar el director de la peli Marc Webb acerca de la ex a la que antidedica 500 días juntos? Queda en nosotros, espectadores, decidir la verdad del caso.
Yo, tras verla y reposarla (en caliente no me atreví a escribir el post porque salí del cine aullando, cantando The Pixies y gritando que era la mejor peli de la Historia de la Humanidad…) pienso que toda esta historia de no-amor es una cuestión de desajuste entre expectativas y realidades. Que él quería otra cosa, que ella quería otra cosa, que Ringo Starr no era el beatle más molón, por mucho que lo diga una comedia indie… Hay un pequeño twist en la trama que no desvelaré, pero que aviva la posibilidad del debate.
Ya sabéis, ¿existe el amor eterno? ¿las almas gemelas? ¿una única persona que nos reserva el destino?... Personalmente, no estoy en condiciones de responder tan profundas cuestiones, corro el riesgo de que me estalle la cabeza (y el corazón). Prefiero centrarme en esta otra duda metafísica del novelista Nick Hornby, muy en la línea de 500 días juntos: “¿Escucho canciones de amor porque estoy triste o es que estoy triste porque escucho canciones de amor?” A veces me pregunto por qué no pondrán en el colegio una asignatura titulada “Educación sentimental”: os aseguro que las hay más inútiles!
(The Beach Boys)
Decían los siempre oportunos Amaral que no quedaban días de verano. Dice Antena 3 que ya no quedan, aunque ayer 1 de noviembre disfrutamos de una temperatura escandalosa en las dos emblemáticas ciudades andaluzas en que estuve. El pasado sábado fui a ver una película a la que venía siguiendo la pista desde el verano, precisamente, por título 500 Days of Summer (2009). Es un juego de palabras en inglés, “500 días de verano” y “500 días de Summer”, siendo Summer el nombre de la chorbi protagonista.
¿De qué va la peli? Su frase de promoción me parece un prodigio. “Chico conoce chica. Chico se enamora. Chica no”. No hay aquí spoiler ninguno, ya que esto es la premisa de la película, que comienza diciendo que NO es una historia de amor. Sí es, empero, una historia sobre el amor, y ahí quería yo llegar. Se trata de una comedia romántica indie, muy edificante y muy educativa, al menos a mí me lo pareció. Claro, las pelis nos educan lo mismo que la tele o los anuncios publicitarios. Y las canciones, parece ser.
Al caracterizar al “chico”, la voz en off de la peli dice “la escucha prolongada de canciones tristes de pop británico hizo que pensara que no sería feliz mientras no encontrara a la persona de su vida”. Al caracterizar a la chica, se nos dice que tenía una actitud diferente frente al amor (en parte debida al divorcio de sus padres): no quería atarse, no buscaba novio, estaba abierta a pasarlo bien y disfrutar.
Luego, inevitablemente, los dos coinciden y comienzan una relación. La peli se llama 500 días juntos, no hay que ser Sherlock Holmes para saber qué es lo que ocurre. Solo os diré que recordéis aquella canción del Sabina que nos cifraba cuánto tiempo se tarda en olvidar a la persona amada. El prota de la peli (Joseph Gordon-Levitt) las pasa putas. La historia está contada desde su punto de vista masculino, pero es un tío sensible, de esos que se emocionan viendo El graduado (1967) y escuchando a The Smiths.
La chica de la peli (Zooey Deschanel, más indie que indie) no llega a putear al mozo, desde primera hora le pone las cosas bastante claritas: no quiero nada serio, no quiero precipitarme. Pero claro, se lo lleva a Ikea, se lo lleva al catre (a contarle su vida, lo de follar ya es por demás), y a mi niño lo confunde, vamos a decir que sin querer. ¿Es ella una malvada y fría zorra, como parece pensar el director de la peli Marc Webb acerca de la ex a la que antidedica 500 días juntos? Queda en nosotros, espectadores, decidir la verdad del caso.
Yo, tras verla y reposarla (en caliente no me atreví a escribir el post porque salí del cine aullando, cantando The Pixies y gritando que era la mejor peli de la Historia de la Humanidad…) pienso que toda esta historia de no-amor es una cuestión de desajuste entre expectativas y realidades. Que él quería otra cosa, que ella quería otra cosa, que Ringo Starr no era el beatle más molón, por mucho que lo diga una comedia indie… Hay un pequeño twist en la trama que no desvelaré, pero que aviva la posibilidad del debate.
Ya sabéis, ¿existe el amor eterno? ¿las almas gemelas? ¿una única persona que nos reserva el destino?... Personalmente, no estoy en condiciones de responder tan profundas cuestiones, corro el riesgo de que me estalle la cabeza (y el corazón). Prefiero centrarme en esta otra duda metafísica del novelista Nick Hornby, muy en la línea de 500 días juntos: “¿Escucho canciones de amor porque estoy triste o es que estoy triste porque escucho canciones de amor?” A veces me pregunto por qué no pondrán en el colegio una asignatura titulada “Educación sentimental”: os aseguro que las hay más inútiles!
7 comentarios:
me han entrado unas ganas enormes de verla despues de leer tu entrada porerror!!
Por cierto, me atrevo con las dudas metafísícas: no a la primera, nunca me he considerado demasiado romántica, pero leer a Bécquer puede ser un punto para lo contrario. En mi caso, "escucho canciones de amor porque estoy triste" suele ser lo más frecuente.
EDUCACIÓN SENTIMENTAL,QUÉ BUEN LIBRO
Como ya te comenté a la salida del cine, la peli me parece entretenida, simpática, me sentí identificada en muchas de las situaciones por cosas que he vivido, pero aun así no me parece una peli sobre el amor (en general). Por que para mí el amor va más allá de esa primera fase de enamoramiento y desenamoramiento que ambos viven en sus respectivas fases de la vida. Podría decirse que sobre amor adolescente ;) Y es que si la hubiera visto con 17 años seguramente me habría calado más y encima con todos esos guiños indies. Aun así, la recomiendo porque, aunque fuimos a "leer" al cine, siempre está bien ver pelis así, entretenidas sin más pretensiones. Y qué bonitos los modelitos de ella, qué estilazo!
Me han entrado unas ganas horrorosas de ver la peli (bloody mobile phone).
Con respecto al tema de la peli: ¿te voy a tener que recomendar públicamente "Como conocí a vuestra madre"? Suit up!!
btlikin
Intentaré verla esta semana. La educación sentimental es algo que se descuida tanto...
Un saludo.
Ayer fui a ver esta peli y tengo que declarar hoy, aquí y ahora...que lo mejor de ella ha sido leer hoy este post :)
Ya por eso habrá merecido la pena ir a verla.
Estoy de acuerdo en que como asignatura, Educación Sentimental sería mucho más útil que algunos de los bodrios que hemos aguantado todos alguna vez. Igual sería un primer paso para que nos fuera a todos algo mejor esta lotería del amor.....
Saludos
Silvia
Vengo del cine ahora mismo. Las escenas del tío en el karaoke con "Here comes your man" y "Train in vain" valen millones.
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