Escribo estas líneas desde la lucidez o más bien la alucinación que da la poca fiebre, más de 37 pero menos de 39, sabéis. La mucha me tendría postrado en cama, y ahora que lo pienso es como estoy, en cama, desdibujado, jodido… no sé si era el Millás o alguno de esos escritores que tanto admiráis quien dijo que se estaba de puta madre enfermo en cama, con fiebre, sudando, a gustísimo: qué poca idea tenía (también) en eso!
¿Gripe A? Saberlo a ciencia cierta implicaría unos análisis que no me van a hacer porque cuestan dinero, y en el fondo, ¿qué más da? Si hubiera seguido las instrucciones corporativas de mi empresa, ni siquiera hubiera debido ir al médico, solo quedarme en mi casa bebiendo zumo (os lo juro). Pero ya sabéis cuánto me gusta la desobediencia civil… La doctora me receta lo de siempre: reposo, mucho líquido, paracetamol y Elvis Costello. ¿No lo sabíais? E.C. es el único cantante del mundo con propiedades antipiréticas.
A lo mejor nunca os habéis dado cuenta, pero en cada disco de Costello viene una pegatina pequeña que dice “Alivio del dolor de intensidad leve o moderada. Estados febriles”. Yo lo llevo usando desde los 20 años, y he de confesar que me he vuelto un completo adicto. Hay otros muchos artistas pop que sirven como analgésico (Brian Wilson, Fito Páez…) pero contra la fiebre solo hace efecto el gafotas pardillo londinense.
Intento leer esforzadas obras de autores posmodernos: ¡no lo intentara! Mi dolor de cabeza se acrecienta. Pongo la tele y la tengo que quitar enseguida. No aguanto las tonterías que echan y además me da mareo (clara señal de que estoy enfermo: yo, que me trago hasta los teletiendas del chef ese bigotudo que vende el papel film que se queda al vacío). Pruebo con cómics, que se me antojan más ligeros que los libros. Cómics Marvel, cómics belgas, El Jueves… todo en vano. De El País y el ABC ya ni hablamos: leo los editoriales y me creo que todo lo que dicen es verdad. No me hace falta ponerme el termómetro.
Tantas y tantas sesiones del telediario de Antena 3 sin supervisión médica no podían tener otro resultado, yo tenía que coger la gripe A. Me meto en la boca un paracetamol de 500 mg y meto en el discman el Imperial Bedroom (1982) de Costello. Consigo reducir la cosa a 37’2. Entre sueños, me visitan flashbacks de entrevistas al cantante londinense, trozos de sus letras, vídeos recientemente visionados en YouTube, como los de “Jacksons, Monk & Rowe” o “I Hope You’re Happy Now”. Tengo un sueño o visión (“según se prefiera”, que diría Umberto Eco) en el que voy en el coche de una amiga cantando la versión que hizo de “She” para la peli Notting Hill (1999).
Es mi cuerpo luchando contra la infección, lo mismo que me decía mi padre de chico que los calores febriles eran una manera que teníamos para defendernos de los gérmenes. Yo, que de chico también vi Érase una vez el hombre (como Rukia) y Érase una vez la vida, me imagino al virus en forma del tiñoso narigudo con cuerpo de gusanoide amarillento. Los glóbulos blancos lo atacan, pero esta vez cuentan además con un arma secreta: desde sus helicópteros, potentes altavoces atronan a los ácidos nucleicos con una versión de “(I Don’t Want to Go to) Chelsea” (jamás vi tan contentas a mis células T asesinas haciendo surf...).
Podría seguir relatando, pero debo volver a beber más agua, escribir en Internet también me fatiga, y además noto que se me están pasando los efectos del “God Give Me Strength” que me tomé antes de comer. En el prospecto de los discos de Elvis Costello también hay una advertencia que dice “La administración del producto está supeditada a la aparición de síntomas dolorosos o febriles, a medida que estos desaparezcan debe suspenderse la escucha”. Mañana será otro día, espero que pronto pueda volver a ponerme un disco de Teresa Rabal, o así. De Momento, Costello en vena: es lo que toca.
¿Gripe A? Saberlo a ciencia cierta implicaría unos análisis que no me van a hacer porque cuestan dinero, y en el fondo, ¿qué más da? Si hubiera seguido las instrucciones corporativas de mi empresa, ni siquiera hubiera debido ir al médico, solo quedarme en mi casa bebiendo zumo (os lo juro). Pero ya sabéis cuánto me gusta la desobediencia civil… La doctora me receta lo de siempre: reposo, mucho líquido, paracetamol y Elvis Costello. ¿No lo sabíais? E.C. es el único cantante del mundo con propiedades antipiréticas.
A lo mejor nunca os habéis dado cuenta, pero en cada disco de Costello viene una pegatina pequeña que dice “Alivio del dolor de intensidad leve o moderada. Estados febriles”. Yo lo llevo usando desde los 20 años, y he de confesar que me he vuelto un completo adicto. Hay otros muchos artistas pop que sirven como analgésico (Brian Wilson, Fito Páez…) pero contra la fiebre solo hace efecto el gafotas pardillo londinense.
Intento leer esforzadas obras de autores posmodernos: ¡no lo intentara! Mi dolor de cabeza se acrecienta. Pongo la tele y la tengo que quitar enseguida. No aguanto las tonterías que echan y además me da mareo (clara señal de que estoy enfermo: yo, que me trago hasta los teletiendas del chef ese bigotudo que vende el papel film que se queda al vacío). Pruebo con cómics, que se me antojan más ligeros que los libros. Cómics Marvel, cómics belgas, El Jueves… todo en vano. De El País y el ABC ya ni hablamos: leo los editoriales y me creo que todo lo que dicen es verdad. No me hace falta ponerme el termómetro.
Tantas y tantas sesiones del telediario de Antena 3 sin supervisión médica no podían tener otro resultado, yo tenía que coger la gripe A. Me meto en la boca un paracetamol de 500 mg y meto en el discman el Imperial Bedroom (1982) de Costello. Consigo reducir la cosa a 37’2. Entre sueños, me visitan flashbacks de entrevistas al cantante londinense, trozos de sus letras, vídeos recientemente visionados en YouTube, como los de “Jacksons, Monk & Rowe” o “I Hope You’re Happy Now”. Tengo un sueño o visión (“según se prefiera”, que diría Umberto Eco) en el que voy en el coche de una amiga cantando la versión que hizo de “She” para la peli Notting Hill (1999).
Es mi cuerpo luchando contra la infección, lo mismo que me decía mi padre de chico que los calores febriles eran una manera que teníamos para defendernos de los gérmenes. Yo, que de chico también vi Érase una vez el hombre (como Rukia) y Érase una vez la vida, me imagino al virus en forma del tiñoso narigudo con cuerpo de gusanoide amarillento. Los glóbulos blancos lo atacan, pero esta vez cuentan además con un arma secreta: desde sus helicópteros, potentes altavoces atronan a los ácidos nucleicos con una versión de “(I Don’t Want to Go to) Chelsea” (jamás vi tan contentas a mis células T asesinas haciendo surf...).
Podría seguir relatando, pero debo volver a beber más agua, escribir en Internet también me fatiga, y además noto que se me están pasando los efectos del “God Give Me Strength” que me tomé antes de comer. En el prospecto de los discos de Elvis Costello también hay una advertencia que dice “La administración del producto está supeditada a la aparición de síntomas dolorosos o febriles, a medida que estos desaparezcan debe suspenderse la escucha”. Mañana será otro día, espero que pronto pueda volver a ponerme un disco de Teresa Rabal, o así. De Momento, Costello en vena: es lo que toca.
7 comentarios:
Que te mejores porerror!! Yo hace poco que pasé un proceso febril con índices de Gripe A (y digo índices porque tampoco hubo análisis, sólo de los síntomas). Recuerda que tanto Tiñoso como su inseparable amigo de malas ideas al final siempre perdían!
dios mio!! quería decir "indicios"
esto de tener clase hasta las 9 de la noche no es bueno, está confirmado...
Espero que te mejores muy pronto, Porerror. Seguro que con dosis como "She" y todas las medicinas de E.C. pronto vuelves a estar 100% y mañana aunque no nos cuentes alguna anécdota de la cena de los jueves de Harvest, seguro que tendrás algo que relatarnos ;).
jeje, yo también he estado con gripe en la cama, pero fíjate, a mí me ha salido el post de los housemartins XD
que te mejores, yo también he tenido pesadillas con el tiñoso
illo, cuidate y ponte bueno pronto...
besotes
lvtc
Amigo Porerror, no andas desencaminado en la terapia que te curará de esa enfermedad innombrable que padeces... pero si por si acaso ves que no hay mejoría en los próximos días te recomiendo un ahorcamiento diario y tu mezcla especial de coca-cola y polvos pica-pica...
Cama, un poco de Paracetamol, y un chute de Costello vía introauditiva!!. Sin duda, la mejor panacea contra los estados febriles.
P.D.: El que más he disfrutado de los que he leído hasta ahora. :-)
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