Vivencias polimórficas de un treintañero perplejo.

domingo, 20 de diciembre de 2009

Apocalipsis (Now) en la Aldea Pitufa


-“Macho, cómo me gustaste en esta película que hacías de Pitufo, que estaba también Ricardo Darín. Me encantaste.”
(Joaquín Reyes)

-“La Tierra no pertenece a nadie. Salvo al viento.”
(José Luis Rodríguez Zapatero)





Bueno, bueno, bueno! Amigos, he tardado casi 48 horas en ordenar mis ideas para poder plasmar aquí el caos de sensaciones y pensamientos que me suscitó el viernes el visionado de la peli Avatar (2009: aunque dicen que llevaban doce años haciéndola). Ha sido necesario el coloquio con mis amigos más cinéfilos, y una estricta dieta de mensajes cruzados en Facebook. ¿El veredicto? Id corriendo a ver Avatar, la mejor comedia de todos los tiempos. ¿Ah, que la peli iba en serio? :( …..Glups!

Nunca había visto una película en 3D (técnica que todo el mundo finge que se inventó el año pasado, cuando es algo más antiguo que la tos), y por ver Avatar de esa manera renuncié a verla en inglés. Sin caer en el esnobismo, creo que el doblaje ha sustraído parte del encanto de la cinta, sobre todo en el ridículo acento de los aliens… pero vayamos por partes. Digámoslo ya: ver Avatar en 3D ha sido una de las experiencias más impactantes de toda mi vida cinematográfica (y no porque antes de entrar me regalaran 20 tarros de Bocadelia).


En la pantalla no dejaban de suceder cosas chulísimas, había momentos en que ver la peli era como sumergirse en un cuadro de Dalí o un documental de Cousteau. Esto es lo mínimo que le pedía a una peli que ha tardado 12 años en gestarse, puntera en tecnología y con un presupuesto de 200, 300 ó 400 millones de dólares. Mi mayor miedo eran los muñequicos azules –a los que cariñosamente llamaré “Pitufos”-, los aliens, los Na’vi. Eran mi mayor miedo y tengo que anunciar que son creíbles. Increíblemente creíbles, si me permitís el retruécano. Esto no es una peli de Pixar o esa fantochada de Final Fantasy (2001).

Tampoco es el Gollum moviéndose a pellizcos, no. Esto son criaturazas que por momentos se te olvida que están pintadas. Y lo mismo digo de todo el concepto gráfico de Pandora (el planeta o luna donde se desarrolla la historia): chapeau. Un universo nuevo y autocontenido, en plan saga de Star Wars (1977), que incluye flora, fauna, geología, y unos cacharros científicos y armamentísticos para dejarnos con la boca abierta. James Cameron, el director, ha dicho tener pretensiones de dar con Avatar un campanazo en la ciencia ficción, que según él había caído en un escapismo absurdo por culpa de Star Wars (¿alguien le ha hablado a este hombre de Distrito 9, 2009?)


Y aquí, amigos, comienzan los problemas. La ciencia ficción “seria” nos ha legado obras maestras como 2001: Una odisea en el espacio (1968) o Blade Runner (1981), inolvidables en lo visual (igual que Avatar, give you that) pero también –y aquí está la clave- imprescindibles en lo ideológico. Con qué sutileza nos avisaba Kubrick sobre el origen y el destino de la Humanidad. Cómo metía de rondón Ridley Scott el problema de la naturaleza humana, la identidad y la bioética. Eran todas reflexiones a alto nivel pero elegantísimamente envueltas en papel de regalo. Y por eso nos calaron.

Ahora llega Avatar, donde unos marines malos malos malos con armas poderosas llegan a un planeta de árboles gigantes, habitado por bichos ecologistas. ¿Se podía ser más burdo? (Por cierto, que los Na’vi son la venganza poética de los Pitufos y los congéneres de David el Gnomo, por una vez su estatura dobla a la de los humanos). El tono de la peli es lo que falla, lo que le impide pasar de cuento infantil, lo cual es un problemón para una obra con pretensiones de dar el campanazo no solo en lo artístico sino en lo ideológico. Y encima la historia se toma a sí misma demasiado en serio.


La trama es simple: un marine parapléjico es enviado a un planeta donde se explota un valiosísimo mineral con la misión de conducir un avatar. Es decir, de manejar un muñequico alien, meterse en él en sueños y penetrar en el mundo Pitufo para ganarse su confianza. La misión estaba destinada a su gemelo, pero la toma él (idéntico genéticamente), y representa un importante conflicto de intereses. Por un lado, se trata de un espectacular avance científico y de una oportunidad de tomar contacto con unos aliens, por otro, supone una oportunidad única de recabar información con fines militares para controlar y expulsar a la población Pitufa, abusando de su confianza.

No quiero espoilear más aún la película, pero todos sabéis que en su fondo hay una historia de amor, un dilema moral (“¿Has olvidado para qué equipo juegas?”) y un panfleto ecologista. Esta faceta de Avatar es la que más me costó tragar, será por mis creencias antiecologistas. Todo ese rollo del amor a los árboles, pedir perdón a los animales que se mata para comer, conexiones neuronales con la Madre Tierra, etc, etc. Estoy dispuesto a aceptar de buen grado cosas en una peli que me sean ajenas o contrarias, pero solo si se hace con elegancia y sutileza, y Avatar no lo hace así, sino de forma maniquea e infantiloide.


No puedo demostrar con ejemplos esto que acabo de decir porque no quiero destriparos la experiencia única de ver la película, pero si la veis os acordaréis de mí. El maniqueísmo y la obviedad hacen previsible a la peli, y restan cualquier credibilidad a las crisis éticas de algunos de sus personajes. En concreto me irritó sobremanera el personaje del Coronel malo malo malo, caricatura del militar patriotero, que ofrece cervezas a sus pilotos por acertar misilazos en el blanco.

El Coronel Kilgore de Apocalypse Now (1979) también lo hacía, pero él sin darle importancia, y él bombardeaba un pueblo al son de Wagner porque le apetecía hacer surf. Eso sí que es brutal y sí que da miedo. No este coronel, que parece que va a invadir Irak en nombre de Bush, Jr. y luego se cree un Transformer. Grotesco. Como grotesca es la identificación de los Pitufos con los indios americanos, con sus plumas, sus caballos y sus arcos y flechas. “Esto es una peli de indios y vaqueros” –dijo una de mis acompañantes. Y tenía más razón que una santa.


¿Entonces hay que verla o no, Porerror? Sí, amigos, el balance es que hay que verla, porque se echa un buen rato si uno logra sumergirse en Pandora y consigue apartar de su mente los tópicos y clichés que el guión constantemente le lanza (lo cual resulta imposible en, al menos, media de las casi tres horas que dura la peli.) Verla en 3D supone una experiencia maravillosa. Y además, Macaco (cuya manera de pronunciar el español siguen los Pitufos) nunca va a realizar un videoclip tan espectacular en defensa de la Matre Chiera.

10 comentarios:

Rocío dijo...

Pues has conseguido que me entren ganas de verla. Quedamos en navidades o no repites?

lesses

Porerror dijo...

Mejor quedar antes para Spanish Movie, ¿no? ;)

Anónimo dijo...

illo, por qué siempre ves cosas en las que yo nunca caigo? :-) o por lo menos, no sabría expresar tan bien. Contigo siempre aprendo.


CLP

GRILLO SOLITARIO dijo...

CLP, NO ESTOY DE ACUERDO: TU COMENTARIO POCAHONTAS + JOHN SMITH DESCRIBE MEJOR LA PELÍCULA, Y MIRA QUE ME PARECE BUENO EL POST. LUEGO CON MÁS TIEMPO OPINARÉ MÁS DETENIDAMENTE.

Anónimo dijo...

Bla, bla, bla, bla...
Migue.

Anónimo dijo...

Blade Runner es un fraude. Y no se puede tomar uno a la ligera el que te tengan pegado a la butaca, con el culo hecho gaseosa, dos horas y media, haciendo de paso un tajo en la historia del cine. Migue.

CAPITÁN PLANETA dijo...

INJURIÓN!!!!!NOS HAS VISTO SPANISH MOVIE?????!!!!!
MERECE LA PENA SI TE DAN UNAS GAFAS 3D,TE TOMAS UNA CHARRA CON EXTRA DE QUESO Y 4 COPAZOS DELOQUESEA...ENTONCES QUIZÁS TE GUSTE

Anónimo dijo...

He querido esperar a ver la peli para leer el post...y tengo que reconocer que leyéndolo he pasado un rato casi casi casi tan bueno como viendo la peli (y eso que la ví en 3D, con su menu de palomitas y fanta y "tó sus avíos"!).

Genial, Porerror....Matre Chiera, qué bueno!

Silvia

María dijo...

La verdad es que me encantó la película!! Más que la trama, el pensar cómo han creado esos paisajes y esas criaturas. Es fantástico lo que el ser humano puede hacer!! Me encanta!

Anónimo dijo...

está claro que lo especial de esta peli no es otra cosa que esos paisajes, esos colores, un impacto visual. La trama???un tópico, por supuesto; el mensaje de la peli??otro topicazo; pero y lo bien que lo han pasado nuestros ojos viendo esa maravilla de Pandora????

debo confesar que me metí tanto en la peli que lloré, lo siento, aún siendo predecible todo lo que iba a ocurrir, lloré cuando ese malo malíiisimo, destrozó el árbol sagrado, lloré y mucho, qué injusticia,qué berrinche, mareeeeeeeee. mjesús

 
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