Vivencias polimórficas de un treintañero perplejo.

miércoles, 3 de febrero de 2010

La burocracia te seca el celebro


“… quien lo probó lo sabe”
(Lope de Vega)




Os habréis dado cuenta de que últimamente ando algo perro en cuanto a la frecuencia de mis posts, amigos. Bloguear, como se sabe, tiene estas cosas: hay periodos de más o menos actividad dependiendo de muchos factores, ganas, ilusión, disponibilidad de tiempo o medios informáticos…. Mi excusa favorita para no publicar (me la enseñó el buen Migue) es que uno está “demasiado ocupado viviendo” como para escribir. Me encanta porque es una falacia, claro, pero resulta elegantísima.

En mi caso –quién lo iba a decir- creo que la falta de periodicidad en los posts es causa de una apatía general que a su vez es causa del trabajo. Estoy atravesando una etapa no oscura sino gris, que es casi peor: anodina. En el trabajo me encuentro especialmente desmotivado, especialmente rodeado de chorradas (y mi trabajo podría definirse ya de por sí en cierto modo como “gestor de chorradas”). La vida real tampoco me está tratando como yo quisiera, en fin, no me voy a ir de quejica, sobre todo por respeto a todos esos lectores que son a la vez amigos y conocidos y con los que paso momentos tan agradables los fines de semana. Gracias a ellos sobrevivo.



Mi trabajo tiene dos facetas, una cara al público y otra de burocracia. Ya adelanté hace unos meses la profunda emoción (parezco Aznavour!) que me produce tener que leer normativas y Boletiones Oficiales. Estos días me encuentro inmerso de nuevo en su lectura, digamos que la faceta del papeleo se ha incrementado sensiblemente. Pero no solo es eso: no contento con tenerme en el receiving end de la burocracia, el cruel Destino me tenía reservada otra chacota: ahora soy yo el que tengo que producirla.

Si ya es penoso leer papeles oficiales, amigos, os aseguro que peor es tener que redactarlos. Y a raíz de esto, yo que soy de pluma fácil he descubierto otra cosa: que la burocracia te seca el celebro. Así de fuerte. No he tenido problema estas dos últimas semanas en redactar las más floreadas páginas de informes, memorandos, memorias, actas de reuniones… pero amigos, tras la árida tarea me he quedado más lelo que un concursante de Gran Hermano. Y ya comprenderéis con qué espíritu y por supuesto con qué celebro iba yo a acometer después una tarea que se supone grata, chispeante, creativa, como es la de escribir un post. Aplatanado en el sofá, y gracias.

Mentir por escrito es una de mis actividades favoritas, por eso tengo este blog, por eso escribo lo que voy pudiendo por ahí, y así trato de minimizar la actividad de mentir oralmente, que no me mola nada. Yo solo me regocijo en la húmeda y fría soledad de mi mansión cosiquesa ideando giros de frases, vocablos imposibles, piruetas inesperadas que alegren la mañana del chupatintas de turno destinado a leer mis escritos. ¿De verdad crees que eso que escribes, que te hacen escribir, lo va a leer alguien, Porerror? Touché, Señora, pero no añada insulto a la injuria (parafraseando el refrán inglés).


Demasiado bien sé que todo lo que escribo no lo va a leer nadie, que su destino final es una especie de archivo burocrático estilo Terry Gilliam o Futurama, y que todos los papeles al final se arrumban como el trineo de Orson Welles o el Arca Perdida. Pero yo soy feliz dejando Easter eggs, es decir, pequeñas sorpresas escondidas que florecerán el día que alguien pegue sus ojos a la página. En serio, me cuesta entender a gigantes de la talla de Franz Kafka y otros, que por pereza no voy a mirar en Google, capaces de dar al mundo una apabullante obra literaria surgida de la misma mente que por el día trabajaba en un cuerpo de oficinista chungo.

El buen Harvest, que a diferencia de mí es muy poeta, me autoriza a enseñaros una cosa que escribió el año pasado. Creo que viene a cuento con todo este rollo de la creatividad vs. la burocracia, y con el poemilla me despido:

SUBCOMISIÓN

El revoloteo de carpetas marrones exige
los aspectos esenciales y nucleares.
El burócrata marca los plazos
con sensatez prescriptiva.
Como un reloj, puntualiza:
“No debemos ser relojes”.
No se preocupen la tórtola ni la flor:
el acta se levanta con tiempo suficiente.

6 comentarios:

Lola dijo...

Te remito al poema de Benedetti

ANGELUS

Quién me iba a decir que el destino era esto

Ver la lluvia a través de letras invertidas,
un paredón con manchas que parecen prohombres,
el techo de los ómnibus brillantes como peces
y esa melancolía que impregna las bocinas.

Aquí no hay cielo,
aquí no hay horizonte.

Hay una mesa grande para todos los brazos
y una silla que gira cuando quiero escaparme.
Otro día se acaba y el destino era esto.

Es raro que uno tenga tiempo de verse triste:
siempre suena una orden, un teléfono, un timbre,
y, claro, está prohibido llorar sobre los libros
porque no queda bien que la tinta se corra

Anónimo dijo...

esta semana hay una nube gris que no se marcha de Cosica. Dicen que la semana que viene lucirá el sol, así que a confiar.mjesús

Mariwave dijo...

¡Porerror! A mí la burocracia también me ha sorbido el seso y me desborda de claro en claro y de turbio en turbio. Pero me da penita ver tu llama chispeante un poco mojada. Déjate llevar por el espíritu del buen Harvest, que se ve listo, y si hay algo que esté en mi mano, cuenta con ello (desde el saludo hasta el plagio de documentos-negaré haber dicho esto último-¡mierda! Lo he puesto por escrito)

orphangirl dijo...

Está claro que cuando trabajas en algo que no te motiva, la apatía puede arrasar con el resto. Sin embargo, puedes estar hasta arriba de curro, que si te gusta, sacas energías para seguir con el "subidón" ... espero que la cosa pase rápido y a repetir fines como el anterior ;)

María dijo...

Estoy totalmente de acuerdo contigo :S

"Esto no se lo va a leer nadie..." ¡Lo he pensado miles de veces!

A mi me engañaron, yo pensé que la tarea principal del profesor era la de dar clases, pero veo que quizás dar clases sea lo que menos importe. Lo veo porque nos rellenan las horas con reuniones, actas y palabrería.

En fin, un saludo!

María

Riggy dijo...

Pero pon ejemplos de los Easter eggs!

 
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