Vivencias polimórficas de un treintañero perplejo.
martes, 23 de febrero de 2010
I'm Not There (...and neither was Bob)
"Mi música es caos, relojes, sandías."
-Bob Dylan
Desde los tiempos de Velvet Goldmine (1998: estrenada aquí en 2000) no se trataba tan mal en España una peli de corte musical. Por fin se estrenó el viernes pasado I'm Not There (2007), esa peli de Todd Haynes sobre Bob Dylan, que tan comentada y galardonada fue. La premisa de la peli es la siguiente: "basada en la música y las vidas de Bob Dylan". No es la biografía de Bob Dylan, no es un biopic. Tampoco es un documental.
La peli es la descomposición de Dylan en facetas, en plan cubista, y los diferentes Dylanes que surgen no son cronológicos sino temáticos. La bofetada llega pronto: la peli hablará de un poeta (Arthur Rimbaud), de un cantautor protesta (Jack Rollins), de una estrella mediática (Jude Quinn), de un famoso del corazón (Robbie Clark), de un forajido (Richard Gere) y de un folkie-bluesman (Woody Guthrie). Oiga, pero si ninguno de esos es Bob Dylan...
Ninguno lo es pero lo son todos, pero no es ninguno pero lo son todos... ¡socorro! Me va a explotar la cabeza. La historia supongo que es celebrar que Dylan tiene muchas facetas, su vida, carrera y obra son tan ricas que podía haber dado para varios artistas: o podría tratarse de varios personajes amalgamados en uno. I'm Not There opta por el enfoque analítico, ya digo, y para cada "trasunto" de Dylan coge un actor distinto, cuyas historias se suceden, pero entrelazadas, solapadas, en un juego de constantes paralelismos y referencias.
La idea en sí no me parece mal, y me gusta como forma de homenajear la riqueza del personaje. Lo que no entiendo es por qué ha habido que recurrir a absurdos nombres simbólicos. Por ejemplo, el llamado Woody Guthrie es un niño negro con gorra, que admira el blues hablado y el folk de los años 30. Arthur Rimbaud es un poeta simboloide y despeinado que va lanzando perlas de saber. Y Billy el Niño es Richard Gere con gafas (G.R.A.C.I.A.S.)
De este modo, ante nuestros ojos se van sucediendo todos los episodios conocidos de la biografía de Dylan, actuados por sus heterónimos: su visita al Woody Guthrie real, sus líos con Joan Baez (que tampoco se llama Joan Baez), su electrificación en Newport (que tampoco se llama Newport), su gira inglesa donde le llaman "Judas", sus fumadas de porros con los Beatles, su accidente de moto, su conversión al cristianismo... Y ante nuestros oídos se va sucediendo la canela.
No voy a hacer aquí el catálogo de las canciones de Dylan que aparecen en la banda sonora, interpretadas por él o por gente como Calexico o Eddie Vedder... baste decir que tuve varios momentos "pelos de punta", que el repertorio no es obvio, y que queda bien claro que su disco bueno era el Blonde On Blonde (1966).
Por lo experimental, la peli puede llegar a intimidar, de todas las historias me centro en 3: la mejor, la peor y la más interesante. La peor es la de Richard Gere (sus mejores escenas con perro desde Siempre a tu lado, 2009), una fantasía onírica y cowboy que hubiera firmado Tim Burton, y cuya función la verdad no termino de encajar en la biografía de Dylan (¿Dylan el forajido?). La más interesante quizás sea la que interpreta Heath Ledger (estamos viendo más pelis suyas de muerto que de vivo, ¿eh?).
El segmento de Heath Ledger (Robbie Clark) cuenta su noviazgo, matrimonio y divorcio con Sara (que tampoco se llama Sara), interpretada por la siempre fea Charlotte Gainsbourg. Una tormentosa relación enmarcada por la alargada sombra de la Guerra de Vietnam, en la que asistimos a la mutación de una estrellita en ciernes comprometida convertida en una estrellona setentera, cínica y despótica.
Y la mejor versión de Dylan es la de Jude Quinn, el Dylan genio, el que pone a las mujeres (les he preguntado a 4!), el Dylan eléctrico, el que fue profeta y mártir muy a su pesar, el despeinado, el de las Wayfarer, el intocable, el icono de los 60, el Dios. Este personaje lo encarna nada menos que Cate Blanchett, quien imita su voz y sus gestos a la perfección. Este segmento de la peli, en ByN, por su frescura y su humor resulta digno del mismísimo Richard Lester.
Como habréis visto, cinematográficamente no digo nada sobre I'm Not There: no entiendo lo bastante. Pero como artefacto cultural, si os interesa Dylan no podéis dejar de verla. Ahora, preparaos para presenciar algo rraro, rraro, rraro...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
6 comentarios:
Jum... o sea, debo verla, pero corre riesgo de que no me guste...
Pregunta importante Porerror, ¿corre el riesgo de que me duerma?
Bob Dylan, eh? Habría tanto que decir... Si yo hiciera una peli inspirándome en su vida sacaría alguna que otra jirafa y a alguien volando como una cometa... pero claro, eso no va a ocurrir nunca...
Como era aquéllo que cantaba Dylan de "enanos de un sólo ojo son los reyes en la tierra de los gigantes ciegos"? Algo así, no?
a mi esa pelicula me parecio un mojon grandisimo... pero oye, K1 es K1
Por cierto, que "Velvet Goldmine" también era de Todd Haynes... ¿qué tendrá este hombre, al margen de ser mariquita, que siempre se la juegan con las fechas de los estrenos de sus películas en España?
Interesante. Habrá que verla.
http://www.comunicacion.us.es/?q=node/2860
Al final Gustavo tenía razón...
Publicar un comentario