Vivencias polimórficas de un treintañero perplejo.

lunes, 17 de mayo de 2010

Volver con... Porerror


-“Córdoba, casa de guerrera gente y de sabiduría clara fuente.”
(Lema del escudo de armas de Córdoba)





A lo mejor lo habéis visto algún lunes por la noche, tarde, en TVE1, después de la serie Pelotas. Si no lo habéis visto anunciado, seguro. Se llama Volver con..., y es un programa sin muchas pretensiones pero que a mi juicio se ha ganado un hueco por derecho propio en la parrilla. Es el programa más “blanco” que os podáis echar a la cara, la premisa: un famoso regresa supuestamente a una localidad a la que le unen fuertes vínculos afectivo-biográficos y la recorre comentando para la cámara sus recuerdos, sus impresiones…

Así hemos asistido a Volver a Marbella con Lolita, a Chinchón con José Sacristán, a Badalona con Manolo Escobar, a Jerez con Bertín Osborne… Se supone que la persona en cuestión hace años que no pisa el sitio, como decía Bertín sobre Jerez (“hace 30 años que no paso por esta calle”) pero luego se va rascando en sus biografías y los propios famosos van dejando entrever que han vuelto allí el día antes por la tarde. Me encanta el programa por su carácter amable y evocador, y os tengo que confesar que recientemente he tenido experiencias parecidas, aunque yo no soy famoso ni salgo en TVE1.


De ahí el título del post, Volver a Córdoba con Porerror. Ni soy de Córdoba ni he vivido nunca allí, pero media familia es oriunda de la ciudad romana y mora, tengo allí muchos parientes y la visito con frecuencia. En otras palabras, atesoro suficientes recuerdos como para que me pueda dar muchas emociones especiales el simple hecho de caminar por sus calles. Decía el buen J.M. Serrat que Córdoba era la última ciudad española por la que era posible pasear a gusto. Una boutade como otra cualquiera, vale, pero encierra un hilito de verdad.

Recientemente he acudido a Córdoba sin mi familia, no me acompañaba ningún pariente ni iba a visitarlos. Y he podido pasearme por sus calles, plazas y lugares emblemáticos con la mirada ingenua (casi) de un turista. La ventaja de otras visitas anteriores me hacía más conocedor del terreno que –digamos- un guiri, pero no vayáis a creer tampoco que no me hizo falta un plano para transitar por el centro histórico de la ciudad. Acudía al reclamo del Festival de Patios, ese evento en el cual se presentan engalanados los patios de casas particulares o de vecinos, y rivalizan en un concurso.


El resultado es que la ciudad se apresta a recibir montones de visitantes (en la vida había visto tanta peña por esas calles), y se llegan a formar colas para la entrada a los patios. Todo está muy bien organizado, hay un concurso oficial, la prensa se hace eco, hay souvenires corporativos… y un ambiente de fiesta generalizado impregna las calles. Altamente recomendable para el que no lo haya visto, aunque mucho me temo que los cordobeses de pata negra estén ya un poco hartos de tanto forastero colapsando las calles de su centrito. Bueno, seguro que son mayoría los que se alegran cuando vayáis.

Tener las cosas muy fáciles o muy a mano hace que a veces no se valoren en su justa medida. Va uno a esos sitios lejanos, sobre todo al extranjero, y se le cae la babita contemplando monumentos. Pero es que a veces estas maravillas u otras de igual calibre las tenemos tan cerca… Me encantó ver Córdoba con los ojos de un guiri, como me encanta hacer con Miciudad o Granada. Córdoba con una cámara de fotos pegada, con un planito, con una botellita de agua y gafas de sol. Descubriendo rincones y secretos o viendo cosas conocidas como si fuera la primera vez. Toda una experiencia.


La Mezquita, la Ribera, el Puente Romano, la Corredera, las Tendillas, las murallas con sus puertas y estatuas de cordobeses ilustres, todo invitaba al paseo, y si he de hacer una crítica al Festival de los Patios es su reducido horario de visita (de 11 a 14 y de 19 a 23), que hace que este complemento ideal solo pueda ser disfrutado en pequeñas dosis. Pero los cordobeses me chivan que muchos de estos patios tan preciosos y cuajados de plantas y flores están visibles y son visitables cualquier día del año, no es necesario esperar esas colas ni sufrir esas bullas.

A pesar de todo, la gente es gregaria, y aprecio el valor añadido de formar parte de algo, de estar participando en un evento comunitario. Como que mola más, ¿no? Espero repetir el año que viene, sinceramente, aunque a vosotros no os puedo engañar, antes de un año habré vuelto a Córdoba varias veces, porque tengo allí familia, porque me quedaron muchas cosas por visitar y porque sí.



(Tres últimas fotos: cortesía de MMVT)

5 comentarios:

Anónimo dijo...

YO A LOS TAXISTAS DE CÓRDOBA LOS RESPETO COMO EL QUE MÁS,Y SI TRABAJAN EN LA ZONA DE LA ESTACIÓN DE TRENES MÁS AÚN...

Anónimo dijo...

¡ Viva Cordobita "la llana"!

Anónimo dijo...

y porque será en esta ciudad donde nos veamos algunas de Cosica, no?.mjesús

Artencordoba dijo...

Hola, te pediría por favor que redujeras el tamaño de las fotos que has publicado sin permiso de la web ARTENCORDOBA.com y, a ser posible, nos enlaces desde tu blog, es la mejor forma de premiar ante los buscadores a las webs que aportan contenidos a la red. Un saludo.

Porerror dijo...

Hola, Artencórdoba. Como pone en la advertencia final, inmediatamente quito las fotos a cuyos autores no les parezca bien que aparezcan en Estatuas Verdes. Ya están quitadas.

 
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