Vivencias polimórficas de un treintañero perplejo.

miércoles, 19 de enero de 2011

La mano y el máquina


Vuelve Daniel Ruiz García, y lo hace con la mano abierta para darnos un soplamocos en la conciencia. Lo reseñable del caso es que esa “mano” con la que lo hace no es la suya sino La mano (2010), su última obra, con la que no ha mucho ha ganado el V Premio de Novela Corta Villa de Oria. La mano es –según el premio- una novela corta: yo diría que es un relato, pero no nos vamos a pelear por eso. Lo dejaremos en la palabra francesa nouvelle, que puede significar ambas cosas.

Que Daniel Ruiz es un gran escritor no lo he descubierto yo, pero sí que me encargaré de difundirlo mientras tenga hálito y un teclado delante. La mano es una interesante adición a su producción novelística (que incluye las imprescindibles
Perrera, 2008 y La canción donde ella vive, 2009), tal vez una adición menor dada su escasa longitud, pero no deja de ser un delicioso entrante que nos prepara para el festín de una su próxima novela larga. Si, además, Daniel tuviera a bien escribir cierto libro de cuyo proyecto me habló y sobre el que juré guardar secreto, vosotros sabéis que podría incluso convertirse en Personaje Oro.


Pero no está muy bien esto del ditirambo, el halago sería necesario argumentarlo. El argumento os lo dejo encima de una mesa, envuelto en papel de periódico, sanguinolento. Son apenas 50 páginas en forma de “una mano, un pedazo blancuzco de carne amputada, un choco cartilaginoso.” Buaj, qué asco! Eso es exactamente lo que dice el narrador, señora. Y si usted es sensibloide no lea La mano. Y si usted se droga con belén Esteban, tampoco. Si usted es de esas personas que no soportan una cruda dosis de la cruda realidad evítela a toda costa. No me atrevería a decir que La mano es una historia realista, pero es indudable que nos presenta una realidad, al menos una de entre las posibles.

“El infierno son los otros”, dice una cita apócrifa de Jean-Paul Sartre, y pocas veces he tenido esta máxima tan presente como durante los trepidantes ratos que he pasado leyendo este relato. No hace falta ser fan del gore para disfrutar este libro, solo basta con que usted no sea de los que apagan el telediario en cuanto empiezan a aparecer cadáveres. ¿Y de qué va La mano, pray? La historia es simple: un hombre haciendo footing se encuentra una mano amputada y decide llevársela a casa. Ahí lo lleváis.


Luego están el contexto del hombre, sus condicionantes, es un tipo frustrado, diría que mediocre, al borde del fracaso en casi todos los ámbitos, etc, pero él ha hecho una cosa que vosotros y yo no: llevarse a su casa un trocito de persona muerta. Si aceptamos esta premisa kafkiana (que resulta demasiado horrible para que cuestionemos su verosimilitud), nos encontraremos ante un cuento de horror moderno, una historia de abismos y locura, una fábula moral también si se quiere. Porque la mano muerta pertenece a una mujer asesinada, pero para quien la atesora llega a significar tantísimo más…

No quiero desvelar nada más sobre el argumento, los personajes o las implicaciones del libro, espero sinceramente que lo leáis por vosotros mismos, vaya mi recomendación por delante. Solo quiero dedicar unas palabras –cómo no, siendo una obra de Daniel Ruiz García- al lenguaje, al estilo del libro. Esa basca que nos va subiendo por la garganta a medida que leemos, esa urgencia con que se consumen párrafos, quemándolos con la vista cual bombero bradburiano. Ese desenfado en su uso del lenguaje, quebrar las reglas porque las reglas se saben, y en el caso de La mano, la muy cinematográfica mirada, que da un nuevo sentido al término literario camera-eye narrator. Si os da asco es que estáis vivos, es que os hacía falta leer un cuento así.

3 comentarios:

Fran G. Matute dijo...

Correcto.

Susu dijo...

Quizás no sea éste el momento ni el lugar de discutirlo, y tampoco está en mi ánimo polemizar, pero siguiendo tu recomendación, Porerror, leí "La canción donde ella vive" y me decepcionó bastante. Claro que yo me estaba esperando una novela diferente a la que me encontré, normal que me decepcionara.

De nuevo, esta crítica tuya hace que el relato tenga muy buena pinta, así que no descarto darle una segunda oportunidad a Daniel Ruiz García, si su "mano" se cruza en mi camino.

natalia dijo...

Y yo sigo preguntándome...de dónde sacas tiempo para trabajar, escribir en tu blog y leer tanto???? Bueeeno, pues nada, otro sabadito que me pasaré en la casa del libro buscando la mano y otras recomendaciones.

 
click here to download hit counter code
free hit counter