Vivencias polimórficas de un treintañero perplejo.

miércoles, 30 de abril de 2008

Albert en el cie con diamán


“La psicodelia llamaba a las puertas del mundo con sus dibujos espirales, sus colores ácidos y sus canciones transidas de LSD.”
(Fernando Royuela)


Ayer murió el Dr. Albert Hoffman, el químico suizo que ha pasado a la historia porque en 1943 fue la primera persona en sintetizar la dietilamida de ácido lisérgico, sustancia más conocida como LSD. Esta poderosa droga fue descubierta/ creada de manera fortuita, mientras Hoffman trabajaba en –nos cuenta la prensa- los cornezuelos del centeno. (Si alguien sabe qué son los tales cornezuelos por favor que deje un comentario explicándomelo.) Pero no es de Hoffman de lo que quiero hablar en este post, ya habrá biografías y obituarios bastantes. Más bien quisiera hablar de su legado involuntario, aquel que floreció 25 años después en los años sesenta.

Nunca olvidaré aquella tarde de viernes en catequesis (sí, amigos). Teníamos 17 años y antes de empezar, los catecúmenos nos reuníamos y catábamos canciones de Nirvana y de Oasis: eran los locos años 90. En mi grupo había un neo-hippy que empezó leyendo a Nietzsche y acabó tocando el sitar, un rockero aficionado a los pitillos y a Héroes del Silencio y varios nihilistas adolescentes más, entre los que me incluyo. En cierta ocasión, los catequistas nos preguntaron qué era lo más importante en nuestras vidas, y un colega respondió: la psicodelia. Yo me quedé maravillado, ahí comenzó una amistad. Como dato os diré que el tal colega es hoy día músico y uno de mis mejores amigos (pese a no leer Estatuas Verdes).

Psi-co-de-lia, mágica palabra que apenas alcanzábamos a comprender. ¿Cómo habría sido en los años sesenta? Para entenderlo estaban el cine (la escena de la fiesta en Cowboy de medianoche, 1969), la literatura (Hunter S. Thompson, Pynchon) y ante todo la música. Si, según el clásico, el careto de Helena de Troya fue “el rostro que puso en marcha un millar de naves”, la droga de tito Hoffman fue la sustancia que puso en funcionamiento un millar de millares de grupos de música rock.




A menudo se confunden los términos “psicodelia” y “rock de garaje”, y el término tampoco es ajeno a aleaciones con otros estilos como el pop o el folk-rock. En realidad la psicodelia, más que un estilo musical de verdad es una especie de credo estético (si se me permite la cursilada), y como tal puede impregnar muchos subgéneros del rock. Y eso sin contar con que muchísimos grupos se subieron al carro de la etiqueta simplemente porque estaba de moda, sobre todo a partir del verano de 1967 (léase Rolling Stones, Hollies o Byrds).

Pero no nos engañemos, tampoco la psicodelia es cualquier cosa. Hay gente que utiliza la palabra como sinónimo de “paranoia” (también usada sin propiedad), solo para indicar que algo es “raro”. Piscodelia son unos señores que visten con colores llamativos y accesorios retro (chaquetas militares, collares, caftanes) y hacen música bien estridente bien naïf dizque para reproducir los estados de conciencia alterados inducidos por drogas alucinógenas como el famoso LSD. Hasta los Beatles tuvieron su rollo psicodélico, y si no que se lo pregunten a John Lennon cuando le acusaron de que el título de su canción “Lucy in the Sky with Diamonds” era una clave para decir LSD.

En su regular novela Violeta en el cielo con diamantes (2005), Fernando Royuela utiliza el LSD como vehículo de entrada en la España Franquista de las nuevas ideas sesentayochistas provenientes de Europa, en especial de la revuelta Francia. En su fantástica novela La subasta del lote 49 (1966), Thomas Pynchon nos presenta a una protagonista inmersa en una paranoica trama de conspiraciones, y al principio del libro nos cuenta cómo esta mujer sigue un tratamiento a base de LSD recetado por su médico. Y es que no debemos olvidar que antes que droga de recreo el LSD fue probado como medicamento, con polémicos resultados (finalmente fue que no). Incluso el ejército norteamericano realizó en los años 50 numerosas pruebas usando soldados como cobayas humanas para poner a prueba la resistencia humana a los efectos de la novedosa sustancia.

En la puerta de mi cuarto en Inglaterra, mi amigo Jorge UK (así llamado porque tengo otro amigo Jorge en España), químico de pro, me puso un póster con el dibujo de la fórmula de la cafeína, la viagra y el LSD, según él “las únicas sustancias que necesita el estudiante para sobrevivir”. Pobre de mí, yo que en esa época la única droga que tomaba era el tinto con Coca-Cola… No puedo hablar en primera persona de los efectos del ácido, ni falta que me hace. Tampoco admiro especialmente a aquellos creadores que dicen haber realizado su obra bajo su influencia. Ahora, eso sí: nunca le hago ascos a un buen disco sesentero de los llamados “psicodélicos”, aunque en realidad de psicodelia y de LSD tengan lo que usted y yo sabemos: aproximadamente lo mismo que Massiel mirando la carta de ajuste (en 1968, claro).

5 comentarios:

Anónimo dijo...

A usted lo querré siempre por ser la segunda persona que ha comprado mi libro. Dicho esto, "dizque" es un palabro utilizado a menudo por el innombrable doctor Goebbles. Dizque Federico. También es triste decir Federico y que todos piensen, ahora, que es ese de la Cope.
Tampoco es serio que usted fuera a catequesis con 17 tacos (escuchando Nirvana) ni que a mí me confirmara Monseñor Amigo con 12. Un abrazo, Migue.
Posdata: la joven que me tiene loquito imparte catequesis, y creo firmemente que en que yo aprobara las oposiciones, aparte de Sab, tuvo bastante que ver la Esperanza de Triana.

Kike dijo...

El cornezuelo es un hongo que vive se alimenta del centeno, que como muchos otros hongos, tiene propiedades psicoactivas. Aqui os dejo una descripcion del LSD por el gran autor de Historia General de las Drogas (apasionante libro), d. Antonio Escohotado

Porerror dijo...

1)Querido Migue:

¿Quién ha dicho que yo no iba a catequesis con 17 años escuchando Nirvana? Cuando usted quiera le canto un medley de "About Girl" y "Santo, santo, santo (Los cielos te proclaman)".

En cuanto a la palabra mejicanoide dizque, cierto es que Federico JLo suele utilizarla, y mucho, con matices peyorativos, pero en mi descargo he de decir que yo la aprendí muchísimo antes: viendo el sin par Chavo del ocho.

2)Kerido Kike:

Gracias por la aclaración, sabía que podía contar contigo para estos temas (porque eres fan de Escohotado, no por otra cosa).

Jordi Santamaria dijo...

Bien Porerror, la psiquedelia es para mí una vocación. En mi blog www.jordiny.blogspot.com hablo de ello en el mes de junio de este año.

Te recomiendo el libro "Sueños de ácido" si no lo has leído ya, para empaparte de esa revolución fenoménica de los 60 en todas sus facetas: música, ciencia, militar, sociológica...
Aparte del Aprendiendo de las drogas de maese Escohotado.

Más que nada, ese "fue que no" de la aplicación cultural-clínica de LSD y derivados, es algo con lo que no comulgo para nada después de años de lectura, cientos de libros y alguna que otra prueba empírica en mí.

Ya hablaremos de ello, es uno de mis temas. Ayer pedí medio kilito de "hongos mágicos" por internet, para una futura prueba con amigos. Quién dijo que los 60 fue pasado?
: D

radiator dijo...

muy bueno el articulo...ya que estamos dare un poco mas de info sobr el cornezuelo, efectivamente un parasito del centeno..al parecer, en la Edad Media, cuando la gente comia pan elaborado con centeno enfermo del parasito, pdia sufrir alucinaciones, (en nada parecidas a las producidas por el LSD), aspecto demacrado, somnolencia e incluso un sonambulismo alucinado, que dada la epoca, no seria dificil catalogar como posesion demoniaca... Pues bien el tal Hoffman, buscaba en dicho hongo un remedio para frenar las hemorragias en las parturientas¿?.. de ahi, al contacto via epidermis con la sustancia y el posterior "viaje" en bicicleta de vuelta a casa mientras el LSD desplegaba toda su potencia psicodelica..... el resto es historia...

respecto a posibles usos medicianles, lo cierto es que se hicieron muchos ensayos, no solo con LSD sino con psilocibes y mescalina y si bien al principio los resultados fueron esperanzadores, al caer en una cierta rutina y perder el entusiasmo inicial los psiquiatras que conducian los experimentos, los exitos fueron diluyendose.... personalemne creo que puede servir, pero en casos concretos y siempre bajo supervision medica aunque tambien estoy a favor del uso personal para por ejemplo mejorar la introspeccion, si bien abusar de los alucinogenos puede tener consecuencias graves para la salud por lo que es imprescindible hacerlo de forma seria y consciente de lo que se está haciendo...

saludines

 
click here to download hit counter code
free hit counter