“¿Tienen ustedes zapatos del 36?” “Lo siento, señora, pero de antes de la Guerra no nos queda nada”. No veas cómo estamos con la Guerra Civil española. Con Dios me acuesto, con Dios me levanto, la Virgen María, etc, etc. Cada año mínimo tres pelis del tema (ahí estamos esperando Los girasoles ciegos by Azcona), y ya andamos rescatando episodios marginales: que si nosécuántas mujeres fusiladas, que si el abuelo de un escritor fusilado… del número de novelas ya ni hablo, e incluso videojuegos se están haciendo, como ese de Sombras de guerra (2007).
Mientras tanto, no se ha hecho ni una sola película seria que aborde las grandes batallas del conflicto (¿no hay presupuesto? ¿no hay voluntad política porque eso no vende tanto como las fosas de la Memoria Histórica?). ¿Cómo estaría una superproducción (a escala nacional) sobra la Batalla del Ebro o el intento de toma de Madrid? Culos y tetas fijo que saldrían (cine español, ya se sabe), pero igual también salía algo bueno, en plan Salvar al soldado Pérez.
Hoy no quería hablar de cine sino de literatura, de poesía concretamente. Me encanta la literatura de guerra y sobre guerra (ya os lo dije), y sobre todo me gusta la poesía escrita durante los conflictos. El libro al que me refiero se llama La Generación de 1936: Antología poética (Cátedra, 2006), y no es exactamente una colección de poemas de o sobre la guerra ni escritos por soldados, aunque tiene algo de eso. Se trata más bien de un intento serio de poner en el mapa a una generación de creadores agrupados en torno al “desastre total” de la Guerra española como hecho aglutinante.
Ojito con las generaciones. Acrisoladas en España están ya las del 98, del 14, del 27 y del 50. Pero el término “generación” es polémico por sus connotaciones biológicas, y nunca falta quien prefiera los de “promoción” o “grupo poético”. Todo esto me da igual. Para efectos de este post admito la etiqueta “Generación del 36” aunque solo sea porque repara una injusticia histórica. El que quiera un profundo (y bastante pedregoso) ensayo sobre la conveniencia o no de llamar así a este grupo, o de si tal grupo existió siquiera, que se lea la “Introducción” al volumen a cargo de Francisco Ruiz Soriano.
¿Quiénes se incluyen en esta Generación? Pues autores cuyas vidas y obras florecieron en torno a los años de la Guerra Civil. En el bando rojo tenemos a Miguel Hernández, Juan Gil-Albert, Arturo Serrano Plaja, María Zambrano, Rafael Dieste o Germán Bleiberg (represaliados, exiliados, intelectuales republicanos, tenientes del Ejército Popular...). En el bando facha tenemos, por ejemplo a Luis Rosales, Leopoldo Panero, Luis Felipe Vivanco, Dionisio Ridruejo, Agustín de Foxá, Álvaro Cunqueiro o Camilo José Cela (profesores, periodistas, voluntarios de la División Azul, propagandistas del gobierno de Burgos, censores…).
La antología tiene el buen gusto de no trazar trincheras ideológicas, simplemente presenta la producción literaria de estos intelectuales de ambos bandos, jóvenes todos con distintas visiones sobre España, la vida, el trabajo, Dios o el mundo. Desgraciadamente, una de las visiones se impuso sobre la otra de manera muy violenta, y ya que cada uno cargue con su cruz. Es curioso cómo en los primeros tiempos muchos de estos intelectuales luego enfrentados por la Guerra (y se supone que enemigos irreconciliables) fueron amigos y coincidieron en torno a figuras como César Vallejo, Pablo Neruda, José Bergamín o Alberti.
Confieso que el libro no lo he leído entero (son 482 páginas, 41 autores antologados), esta es una obra más para irla desgranando poco a poco que para zampársela de un tirón. Lo compré hace un año y he leído partes, de vez en cuando vuelvo a él y descubro cosas nuevas. Por eso lo recomiendo, porque me parece una buena inversión y como dije antes, la reparación de un hueco que había en la poesía española. No son los chicos del 27, no son los airados comprometidos de los cincuenta. Es la Generación del 36, los “umbríos por la pena”.
Mientras tanto, no se ha hecho ni una sola película seria que aborde las grandes batallas del conflicto (¿no hay presupuesto? ¿no hay voluntad política porque eso no vende tanto como las fosas de la Memoria Histórica?). ¿Cómo estaría una superproducción (a escala nacional) sobra la Batalla del Ebro o el intento de toma de Madrid? Culos y tetas fijo que saldrían (cine español, ya se sabe), pero igual también salía algo bueno, en plan Salvar al soldado Pérez.
Hoy no quería hablar de cine sino de literatura, de poesía concretamente. Me encanta la literatura de guerra y sobre guerra (ya os lo dije), y sobre todo me gusta la poesía escrita durante los conflictos. El libro al que me refiero se llama La Generación de 1936: Antología poética (Cátedra, 2006), y no es exactamente una colección de poemas de o sobre la guerra ni escritos por soldados, aunque tiene algo de eso. Se trata más bien de un intento serio de poner en el mapa a una generación de creadores agrupados en torno al “desastre total” de la Guerra española como hecho aglutinante.
Ojito con las generaciones. Acrisoladas en España están ya las del 98, del 14, del 27 y del 50. Pero el término “generación” es polémico por sus connotaciones biológicas, y nunca falta quien prefiera los de “promoción” o “grupo poético”. Todo esto me da igual. Para efectos de este post admito la etiqueta “Generación del 36” aunque solo sea porque repara una injusticia histórica. El que quiera un profundo (y bastante pedregoso) ensayo sobre la conveniencia o no de llamar así a este grupo, o de si tal grupo existió siquiera, que se lea la “Introducción” al volumen a cargo de Francisco Ruiz Soriano.
¿Quiénes se incluyen en esta Generación? Pues autores cuyas vidas y obras florecieron en torno a los años de la Guerra Civil. En el bando rojo tenemos a Miguel Hernández, Juan Gil-Albert, Arturo Serrano Plaja, María Zambrano, Rafael Dieste o Germán Bleiberg (represaliados, exiliados, intelectuales republicanos, tenientes del Ejército Popular...). En el bando facha tenemos, por ejemplo a Luis Rosales, Leopoldo Panero, Luis Felipe Vivanco, Dionisio Ridruejo, Agustín de Foxá, Álvaro Cunqueiro o Camilo José Cela (profesores, periodistas, voluntarios de la División Azul, propagandistas del gobierno de Burgos, censores…).
La antología tiene el buen gusto de no trazar trincheras ideológicas, simplemente presenta la producción literaria de estos intelectuales de ambos bandos, jóvenes todos con distintas visiones sobre España, la vida, el trabajo, Dios o el mundo. Desgraciadamente, una de las visiones se impuso sobre la otra de manera muy violenta, y ya que cada uno cargue con su cruz. Es curioso cómo en los primeros tiempos muchos de estos intelectuales luego enfrentados por la Guerra (y se supone que enemigos irreconciliables) fueron amigos y coincidieron en torno a figuras como César Vallejo, Pablo Neruda, José Bergamín o Alberti.
Confieso que el libro no lo he leído entero (son 482 páginas, 41 autores antologados), esta es una obra más para irla desgranando poco a poco que para zampársela de un tirón. Lo compré hace un año y he leído partes, de vez en cuando vuelvo a él y descubro cosas nuevas. Por eso lo recomiendo, porque me parece una buena inversión y como dije antes, la reparación de un hueco que había en la poesía española. No son los chicos del 27, no son los airados comprometidos de los cincuenta. Es la Generación del 36, los “umbríos por la pena”.
5 comentarios:
Te leo a menudo porque Fran me dijo que tu blog estaba muy bien, y lo suscribo. Es la primera vez que hago un comentario, lo hago porque quiero hablarte de un libro que me recuerda mucho a éste del que hablas. Se llama "Todo en el aire. Versos sin enemigo.", y es una edición, publicada por Galaxia Gutemberg,de Gonzalo Santonja. Él la llama "Antología insólita de la poesía durante la guerra civil española"; está hecha con esa misma idea de respetar al poeta y a la maravilla de su palabra, dejando a un lado su ideología. Merece la pena echarle un vistazo.
Seguiré leyendo tu blog desde Madrid, me gusta mucho.
- Silvia.
LÁSTIMA QUE LA POESÍA NO ME LLAME MUCHO, PORQUE EL LIBRO TIENE REALMENTE MUY BUENA PINTA.
POR CIERTO, RESPECTO A LAS COSAS QUE HACEN DE LA GUERRA, NO SE TE PASE LOS DOCUMENTALES, A DESTACAR EL DE ESTA NOCHE DE LA SEXTA.
-¡Hola, Silvia, cuánto tiempo! Me alegra mucho que leas Estatuas y aún más que te guste. Espero seguirte viendo por aquí. En cuanto a tu recomendación, me la apunto rápidamente. Gracias!
-Grillo, lo del programa, un puntazo. Anoche lo vi y me hizo bastante gracia.
Porerror, me a parecido muy acertada la primera parte de tu post. El cine español está demasiado saturado de esta temática, y ya que se dedican tantas subvenciones del gobierno a tal tema, al menos que se las den a producciones más innovadoras y de más calidad, y no más de lo mismo, no sé si se me entiende...Malos fachas caricaturizados, santos anarquistas, tetas y más tetas...Como bien dices, ¿para cuándo una digna repesentante del cine bélico patrio?
Sobre el tema de la literatura, a mí personalmente me parece más interesante el periodo de entreguerras europeo, con gente como Stefan Zweig, Jospeh Roth o Musil, autores que tuvieron mucho que decir en su momento y manifiestan el derrumbe de un época previa.
(Bego, la prima) Pues mira, en la línea hay un libro sobre autores españoles de Andres Trapiello, en el que dedica una buena parte a hablar de los escritores "nacionales" de los que dice que "ganaron la guerra, pero perdieron las páginas de los manuales de literatura".
He de reconocer que mi conocimiento sobre los mismos eran nulos, pero después de leer algunas cosillas (es verdad que sobre todo poesía, que siempre parece como más neutral)creo que Trapiello tiene razón y más de uno merece la pena, con perdón.
No tiene nada que ver, pero tras conversación telefónica con mi padre... http://www.calanas.org/index.php?id=696
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