Vivencias polimórficas de un treintañero perplejo.

viernes, 23 de mayo de 2008

Frenesí Boris Vian


Llevo una temporada de escuchar jazz que me salgo, y esta música me hace volver a un alma atormentada. Nombre del personaje: Boris Vian. Este hombre no inventó el chicle pero poco le faltó: fue ingeniero, inventor, anarquista, poeta, novelista, dramaturgo, letrista de canciones, actor, cantante, crítico de jazz, trompetista y “Sátrapa” del Colegio de ‘Patafísica. Lo más fuerte es que murió en 1959, cuando solo contaba 39 años de edad. Precisamente murió de un infarto por la indignación que le produjo el estreno de la película Escupiré sobre vuestra tumba, adaptación de su novela homónima de 1946.

Recuerdo la primera vez que oí hablar de este artista, fue en la película de Almodóvar Todo sobre mi madre (1999). En ella, el personaje de Cecilia Roth le explicaba a su hijo una foto del padre en que se le veía en un teatro. “Hacíamos un espectáculo sobre textos de Boris Vian: cabaret para intelectuales” (dejad de gritarme, sí, me sé la peli de memoria). ¿Boris Vian? Entonces Internet no era como ahora, y yo me quedé sin saber quién era (francamente pensé que sería un travesti o algún friki underground admirado por Almodóvar).

Años después vi que había libros suyos en las tiendas, novelas, poemarios… supe que los leían gente interesante (determinados amigos, determinadas señoritas) pero nunca me dio por Vian a mí. Hasta que en febrero de este año, una profe de francés a la que pedí me recomendara un libro me saltó con La espuma de los días (1946) de Boris Vian. Con ese título, ¿quién se negaba? Me lo compré, me lo leí y me encantó, tanto que lo he regalado un par de veces desde entonces. Luego cayó El lobo-hombre (cuentos, 1945-52), donde descubrí aquello de “Lobo-hombre en París” que ya os referí.

Para entonces Boris Vian ya era una fuerza omnipresente en mi vida. Celebrities, hoy: Boris Viaaan. ¡Vian! Mis primas empezaron a regalarse libros suyos, compañeros de trabajo veteranos me hablaban de haberlo leído con mi edad (“La juventud, no leáis esas cosas, que es peligroso”). Otra compañera de trabajo me ha pasado un disco con temas suyos interpretados por él mismo (Boris Vian chante Boris Vian, 1998)… más un libro de letras de sus canciones (Chansons, 1988) -si no, cualquiera las entiende. Aún tengo pendiente otro CD, Boris Vian et ses interpretes (2005), en el que sus coplas las canta gente como Nana Mouskouri, Joan Baez, Maurice Chevalier o Yves Montand.

La semana pasada me fui a una librería en plan yonqui: “Déme todos los libros de Boris Vian que tenga, y rapidito…”. Por desgracia, dos de los tres que tenían ya me los había leído. El otro era la novela El arrancacorazones (1953), que me compré y me zampé en seis días, quitándole horas al sueño y al trabajo (ahora que no nos oye nadie). Este puede que sea el libro de Vian que más me ha impactado por el momento. Todos son una mezcla de humor absurdo (sección surrealista) y existencialismo, pero aquí se alcanza ya el paroxismo con la narración de un combate público de boxeo entre un sofisticado cura de pueblo y su sacristán, que no es otro que el mismísimo Satanás.

Hoy he vuelto a la librería (a tres de mi barrio he ido) con la esperanza de encontrar La hierba roja (1950), que me recomendó El Nota a propósito del jazz (Vian era un gran amante del mundo del cine negro y el jazz norteamericano, escribió mucho sobre el tema). No lo tenían, igual que tampoco tenían Las hormigas (1949), otro supuesto prodigio. Pero sí estaba El otoño en Pekín (1947), y al verlo me he acordado de que este título ya me lo recomendó un amigo hace muchísimo tiempo. Me lo he llevado y voy por la página 30, ya os diré qué tal.

Si el 2007 fue mi año Roberto Bolaño, está claro que este 2008 se está consagrando como el de Boris Vian. ¿Quién puede resistirse a un autor que, a ritmo de jazz, se inventa una región llamada “Exopotamia”? Cierro con una cita (casi) al azar de El otoño en Pekín, que bien podría aplicarse al conjunto de la obra de Vian: “…y todo esto, que parecía anormal, sin embargo lo era”.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

"Siempre confié en la bondad de los desconocidos". Migue.

Alvaro Vazquez de la Torre dijo...

Tras leer 'Escupiré...' tuve la duda de si habría servido de inspiración para Siniestro Total cuando hicieron 'Bailaré sobre tu tumba'. Una gran canción, por cierto. Me acuerdo de ella tantas veces sobre tantas personas... :)

Anónimo dijo...

A mi también me impacto "l'arrache-coeur" y te diré que me impactó aún más cuando tuve a mis niños porque lo volví a leer y muchas de las paranoias de Clémentine sobre sus hijos, que en su momento me divirtieron como exageración-metáfora más del libro, pues te juro que no es coña: se me pasan ahora por la cabeza más de una vez y en serio. Si va a resultar que en el fondo este señor va a ser un hiperrealista... ¿Y que me dices del personaje de "la Gloire"? Es que Vian da para mucho blog...

Anónimo dijo...

Amo esa película y también me se el guión de memoria jaja. Pero nunca entendí bien el concepto de "cabaret para intelectuales", tenés alguna información y/o literatura para recomendarme? Saludos!

 
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