Aquí me tenéis, “como un San Francisco entre jarales”, que diría San Manolo García, hablando de bichillos. El que sea muy ecologista o animalista o zoófilo –lo advierto ya- que deje de leer el post porque no le va a gustar. No pretendo aquí sentar cátedra ni convencer a nadie, simplemente reflexionar un poco: ¿por qué me la sudan los animales?
Estos días vivimos una ofensiva medioambientalista sin precedentes. A lo mejor es verdad que el planeta está en peligro y que deben de sonar las alarmas, y que todo esfuerzo es poco para concienciarnos. Pero es que no pasa día en que no tengamos noticias de algo relacionado con biocombustibles, efecto invernadero, trasvases de agua, cambio climático, etc, y, dígamoslo ya: empiezo a estar bastante aburrido del tema. A lo mejor por saturación se está produciendo en mí el efecto contrario, en lugar de concienciarme me estoy insensibilizando.
Yo estoy en contra del maltrato a los animales “porque sí”, pero más lo estoy del de las personas. Y hay cosas con las que la gente se indigna que a mí me parecen igual. ¿Nosécuántos mil euros de multa por abandonar a un perro? ¿Se nos ha ido la cabeza? Está claro que el problema lo tengo yo, porque voy contracorriente. Ya lo decían Samuel, Chorrica y otros personajes embrionarios de La Hora Chanante: “No pegues a los animales, no pegues a los perricos. No pegues a los animales, ellos son tus amigos”. Riquísimo.
Por razones que ahora no vienen al caso me veo obligado a ver por las mañanas episodios antiguos de David el Gnomo (pero no de los de nuestra época, sino de esa especie de remake absurdo y colorista que se realizó hace poco). Menos mal que los puedo ver en inglés –al menos saco algo- porque si no me suicidaría. Estos episodios, formulaicos hasta decir basta, constituyen un inexorable panfleto ecologista en el que cada día se nos alerta sobre las bondades de alguna especie en peligro. Hoy eran los bichos del Parque de Yellowstone, ayer los tigres de Bengala y lo mismo otro día le toca el turno al somormujo calvo o al pez leche.
Todos los episodios son iguales. El sapientísimo David (no hay más que ver cómo viste, de John Galliano para Dior) se entera de que tal o cual especie se halla amenazada en tal o cual rincón del mundo y allá que con su silbato en forma de amanita faloide llama a sus colegas los gansos voladores low cost y se planta donde sea en un pis-pás. Una vez in situ, David y su estomagante cuadrilla de gnomos desfacen el entuerto de turno (no sin antes sermonear al espectador) y logran su objetivo de salvar a los animales y de hacer reflexionar al ser humano malvado y culpable de sus males, en lo que constituye una anagnórisis más falsa que un euro de queso Cheddar.
Y así todos los días, me veo rodeado de movidas eco-zoológicas por todas partes. Hasta los de Iberdrola, que se han hecho millonarios comerciando con energía ahora resulta que son los más benefactores del medioambiente. “Lo hemos hecho bien”, es el lema de los colegas. Enriqueceros, desde luego, hijos de puta: eso lo habéis clavado. Y podría seguir dando ejemplos: esta misma mañana he propiciado sin querer en el trabajo un debate sobre el vegetarianismo, y no ha faltado quien diga que no hay que hacer daño a los animales comiendo su carne, etc, etc. Tampoco ha faltado quien ha dicho directamente que los vegetarianos son idiotas (no he sido yo), y eso tampoco me parece plan.
La última ha sido a cuenta de unas entradas gratuitas para los toros que al final no voy a poder conseguir, y se ha desatado de nuevo a mi alrededor el sempiterno debate “toros sí-toros no”, en torno a la conservación como especie del toro de lidia, el sufrimiento del animal (que sufre, y mucho), el arte del toreo, las tradiciones… A mí que me dejen comerme tranquilo mi filete y ver mi corridota de toros (siempre que sea de balde) y que se vayan a salvar al lince ibérico los de Iberdrola. En realidad los animales me encantan… ¿dónde estaría -por poner un ejemplo- la factoría Disney sin ellos?
Estos días vivimos una ofensiva medioambientalista sin precedentes. A lo mejor es verdad que el planeta está en peligro y que deben de sonar las alarmas, y que todo esfuerzo es poco para concienciarnos. Pero es que no pasa día en que no tengamos noticias de algo relacionado con biocombustibles, efecto invernadero, trasvases de agua, cambio climático, etc, y, dígamoslo ya: empiezo a estar bastante aburrido del tema. A lo mejor por saturación se está produciendo en mí el efecto contrario, en lugar de concienciarme me estoy insensibilizando.
Yo estoy en contra del maltrato a los animales “porque sí”, pero más lo estoy del de las personas. Y hay cosas con las que la gente se indigna que a mí me parecen igual. ¿Nosécuántos mil euros de multa por abandonar a un perro? ¿Se nos ha ido la cabeza? Está claro que el problema lo tengo yo, porque voy contracorriente. Ya lo decían Samuel, Chorrica y otros personajes embrionarios de La Hora Chanante: “No pegues a los animales, no pegues a los perricos. No pegues a los animales, ellos son tus amigos”. Riquísimo.
Por razones que ahora no vienen al caso me veo obligado a ver por las mañanas episodios antiguos de David el Gnomo (pero no de los de nuestra época, sino de esa especie de remake absurdo y colorista que se realizó hace poco). Menos mal que los puedo ver en inglés –al menos saco algo- porque si no me suicidaría. Estos episodios, formulaicos hasta decir basta, constituyen un inexorable panfleto ecologista en el que cada día se nos alerta sobre las bondades de alguna especie en peligro. Hoy eran los bichos del Parque de Yellowstone, ayer los tigres de Bengala y lo mismo otro día le toca el turno al somormujo calvo o al pez leche.
Todos los episodios son iguales. El sapientísimo David (no hay más que ver cómo viste, de John Galliano para Dior) se entera de que tal o cual especie se halla amenazada en tal o cual rincón del mundo y allá que con su silbato en forma de amanita faloide llama a sus colegas los gansos voladores low cost y se planta donde sea en un pis-pás. Una vez in situ, David y su estomagante cuadrilla de gnomos desfacen el entuerto de turno (no sin antes sermonear al espectador) y logran su objetivo de salvar a los animales y de hacer reflexionar al ser humano malvado y culpable de sus males, en lo que constituye una anagnórisis más falsa que un euro de queso Cheddar.
Y así todos los días, me veo rodeado de movidas eco-zoológicas por todas partes. Hasta los de Iberdrola, que se han hecho millonarios comerciando con energía ahora resulta que son los más benefactores del medioambiente. “Lo hemos hecho bien”, es el lema de los colegas. Enriqueceros, desde luego, hijos de puta: eso lo habéis clavado. Y podría seguir dando ejemplos: esta misma mañana he propiciado sin querer en el trabajo un debate sobre el vegetarianismo, y no ha faltado quien diga que no hay que hacer daño a los animales comiendo su carne, etc, etc. Tampoco ha faltado quien ha dicho directamente que los vegetarianos son idiotas (no he sido yo), y eso tampoco me parece plan.
La última ha sido a cuenta de unas entradas gratuitas para los toros que al final no voy a poder conseguir, y se ha desatado de nuevo a mi alrededor el sempiterno debate “toros sí-toros no”, en torno a la conservación como especie del toro de lidia, el sufrimiento del animal (que sufre, y mucho), el arte del toreo, las tradiciones… A mí que me dejen comerme tranquilo mi filete y ver mi corridota de toros (siempre que sea de balde) y que se vayan a salvar al lince ibérico los de Iberdrola. En realidad los animales me encantan… ¿dónde estaría -por poner un ejemplo- la factoría Disney sin ellos?
13 comentarios:
Grandisima entrada.
Y es que la mayor estafa mundial de nuestra epoca es sin duda el cambio climatico, o como dice nuestro Ministro de Asuntos Exteriores, el "cambio del clima climaticlo".
Nos venden humo, señores, humo. Desde Al Gore al IPCC. Y nos lo venden muy caro, ademas. Porque encima se ha creado una corriente de pensamiento que hace que parezcas un cavernicola si no reciclas o usas mas agua "de la cuenta" al lavarte los dientes.
A mi los animales ni me la sudan ni me la dejan de sudar, pero me molesta mucho estar comiendo en un restaurante o bebiendo en un bar y tener un perro cerca. O estar tumbado en una playa y que un perro decida que el mejor lugar para secarse despues de venir de bañarse es al lado mia (y estas cosas pasan en paises tan pro-animales como Belgica u Holanda).
El problema evidentemente no es de los animales, sino de los dueños, que son los maleducados.
Con respecto a lo del veganismo, a mi me parece una payasada, pero vamos, que cada uno haga la payasada que quiera... Como si se quieren dedicar a comer clavos ardiendo. Lo que no me gusta de (muchos de) los vegans/vegetarianos es que parece que tienen una superioridad moral con respecto a ti (comedor de carne) por haber elegido una vida mas eticamente responsable...
Habria tanto que decir que creo que proximamente vas a ver una entrada en mi blog! :)
un saludo!
k
ahi lo llevas
Yo sólo quiero apuntar un efecto, económico y palpable, que se está produciendo por culpa de esta nueva concienciación ecológica.
Os lo resumiré en dos frentes:
1) Agua - en la medida en que la gente ahorra, las compañías municipales que gestionan el servicio se ven obligadas a subir los precios por falta de ingresos.
2) Hambre - los biocarburantes se generan a partir de cereales. Los cereales son la base de algunos productos básicos. Las grandes corporaciones que fabrican biocarburantes ofrecen precios más competitivos a los agricultores por sus productos que los fabricantes de alimentos. Ergo, el precio de los cereales aumentan y gran parte de su producción se destina a los carburantes en lugar de a fabricar alimentos.
Conclusión, por ahorrar o desgastar menos el medio ambiente a largo plazo, nos estamos jodiendo a nosotros en el presente.
No me parece mal en sí mismo, pero sí considero que debería ser objeto de reflexión...
Detecto un tono de acritud que nunca antes había sido tan explícito. :-( La verdad es que yo tampoco ando muy metida en el mundo pro-ecologista, pero... ¿cargar contra David el Gnomo por su buenrollismo con el campo y los animales? No sé. ;-) Ay... si Thoreau levantara la cabeza...
A VER, ME PONDRÉ POR PUNTOS, COMO FRAN:
1) TEMA CAMBIO CLIMÁTICO Y CONTAMINACIÓN: PUES AMBAS COSAS SON CIERTAS. POR UNA PARTE CREO SE NOTA: LOS INVIERNOS SON CADA VEZ MENOS FRÍOS, POR EJEMPLO. MI PADRE, QUE ES DE SALAMANCA, ME HA CONTADO MIL VECES QUE HA VISTO EL TORMES CON HIELO SOBRE EL QUE SE PODÍA ANDAR. AHORA LA NIEVE EN SALAMANCA ES ALGO EXCEPCIONAL. E HISTORIAS ASÍ SEGURO QUE TODOS SABEMOS UNAS CUANTAS. ESO SÍ, TAMPOCO ES QUE EL MUNDO SE VAYA A ACABAR MAÑANA, COMO PARECE QUE DICEN ALGUNOS.
2) TEMA ECOLOGISTAS: NO PUEDO SOPORTARLOS. A VECES HACEN BIEN, PERO EN LA MAYOR PARTE DE LAS OCASIONES ME PARECEN UNOS RUIDOSOS QUE NO SABEN NI POR QUÉ PROTESTAN.
3) BIOETANOL: NO SÉ SI COMO DICE FRAN ES EL CAUSANTE DE QUE SUBA EL PRECIO DEL CEREAL. EN REALIDAD CREO QUE AÚN NO. PERO DE AQUÍ A UN TIEMPO PARECE LÓGICO QUE LO SEA, POR LO QUE ÉL HA APUNTADO. EN LO QUE ESTOY TOTALMENTE DE ACUERDO CON FRAN ES EN LO DE REFLEXIONAR SOBRE LAS ENERGÍAS ALTERNATIVAS. YO TRABAJO EN ESTO, Y TENGO MUCHOS AMIGOS QUE TAMBIÉN. NO SOY UN EXPERTO, NI MUCHO MENOS, PERO SÍ PUEDO VER ALGUNAS COSAS, Y MUCHAS VECES LAS SOLUCIONES QUE SE PROPONEN O DIRECTAMENTE NO SON POSIBLES O REALMENTE NO SOLUCIONAN NADA. Y POR CONTRA HAY COSAS QUE NO SE HACEN, Y AL MENOS YO NO ENTIENDO BIEN POR QUÉ (¿POR QUÉ EN ANDALUCÍA HAY TAN POCOS PANELES SOLARES DE AGUA CALIENTE?)
4.1) CORRIDAS DE TOROS: LAS VEO UNA SALVAJADA. NO SOY UN PRO-ANIMALES, PERO ME PARECE, COMO HE DICHO, UNA SALVAJADA HACER UN ESPECTÁCULO DE LA HUMILLACIÓN, EL DOLOR Y LA MUERTE DE UN ANIMAL.
4.2) ANTI-TAURINOS: ALGO PARECIDO A LOS ECOLOGISTAS. POR CIERTO, LOS TOROS EN REALIDAD LES DAN IGUAL, DEBERÍAN LLAMARSE ANTI-PIJOS, QUE ES LO QUE REALMENTE LES MOLESTA DE LAS CORRIDAS.
Y NO SIGO PORQUE TAMBIÉN ME DARÍA PARA UNA ENTRADA EN MI BLOG, SI LO TUVIERA, JEJE. Y EL TEMA DE LOS JAPOS DE AYER PARA UNOS CUANTOS. ¿A QUE HAGO UN BLOG SOBRE ESTE BLOG? :-P
Se puede decir que la degradación del planeta es la mayor estafa mundial y también que la teoría heliocéntrica es una milonga: ambas tienen la misma base científica. La concienciación ecologista viene de antiguo y es seria (estereotipos y cursis aparte) y necesaria. Me parece que si no es por este exceso de publicidad el personal no se entera. Por supuesto, habrá timadores y aprovechados en este cambio de energía (¿no los hay, y muchos más, ahora?) inevitable. Si en EEUU le han visto los cuernos al toro...Y hablando de toros, un trincherazo de Morante me parece tan hermoso como un soneto de Quevedo. Migue.
Creo que mezclar el veganismo, los toros, y el cambio climático es un poco absurdo. Es realmente comulgar con "el lote" y las "labels" que se nos trata de vender: si eres A tienes que ser B y gustarte C. Realmente A, B, y C no tienen nada que ver - os guste o no, muchos de los que habéis escrito estáis entrando en misma dinámica pero a la inversa.
A mí los animales me encantan casi todos. Animales y personas no componen un zero-sum game. Lo mismo, formular el tema en estos términos no es más que colocarse otra etiqueta, la de contracultural.
Los vegans, vegetarians, frutopians... son modas como tantas otras - estoy con kike plenamente.
Los toros - no comment, detesto el fenómeno en su totalidad.
En cuanto al cambio climático, ahora se ha puesto de moda denostarlo y cosiderarlo otro engaño y perdida de tiempo. El comentario más acertado y maduro me parece el de "anónimo".
¿Cómo que anónimo? Arrinconadito, al final, está mi nombre.
¡Cierto! Migue.
Gracias a todos por vuestros comentarios, y a cada uno lo suyo:
-Kike: obra maestra tu post sobre el gran fraude del cambio climático en La Hora Frisky. El artículo del economista catalán que has linkado debería ser de lectura obligatoria en los colegios.
-Karmen: con no simpatizarme de nunca David el Gnomo, el post no iba dirigido contra sus aventuras clásicas que todos vimos en la infancia (creo que lo dejé claro). Me refería a la abominable serie El nuevo mundo de los Gnomos de 1997. Aquí la emitió Antena 3, creo.
-Migue: tu analogía entre el cambio climático y la teoría heliocéntrica... ¿detecto en ella ecos de la última obra de Els Joglars? Yo más bien haría una entre los ecologistas y la Inquisición: ambos tienen los mismos mecanismos para hacerte sentir culpable (irás al infierno/el mundo se acabará...)
-Pink Panther: la mezcla en un post del vegetarianismo, los toros y David el Gnomo tiene una coherencia temática: la defensa de los animales (a mi juicio llevada al paroxismo en la actualidad). Lo del cambio climático era solo un ejemplo de la nueva ola de eco-puritanismo que nos invade, cuya base además no cuestiono, cuestiono los métodos con los que se nos está imponiendo.
Hoy he ido a los toros,, y además me he comido una pluma ibérica en el Ventorrillo Canario, y me ha sentao de lujo.
¿Hay que pedir perdón a alguien?
¿Y los muertos que hay todos los días y que nos lo ponen a la hora de comer, esto qué es lo que es? ¡Esto es humanidad!
¿Y a mí quién me pide perdón?
Con este post, me has tocao.
Besos taurinos y carnívoros.
Ralip
Le pondremos el collar al perro:
Respecto al "Agua", trabajo con empresas dedicadas al sector y mi comentario es una transcripción literal de lo afirmado por el Director Financiero de una de ellas.
Respecto al "Hambre", trabajo con empresas dedicadas al sector de la bioenergía, y me veo obligado a sumergirme en sus Cuentas Anuales todos los años, por lo que me es fácil observar la cantidad de cereal que estás macro-empresas (con presencia en China, India, Estados Unidos, Brasil...) consumen al año y el precio que se paga por ello...
A mayor abundamiento, George W. Bush ha afirmado recientemente la importancia del biocarburante. ¿De verdad creéis que alguien así puede defender un tema ecológico si no fuese lucrativo?
La pasada semana venía un artículo sobre este tema en las páginas salmón de El País... ¿ellos son progresistas y ecologistas, no?
SÍ, RALIP, HAY QUE PEDIR PERDÓN.
A TI TE LO PIDE NACHO VEGAS:
http://it.youtube.com/watch?v=ja5ktsZFGRE
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