Vivencias polimórficas de un treintañero perplejo.

lunes, 1 de junio de 2009

Bohemio y yo


Dice un refrán que “En Cosica nunca caminarás solo”. Así dice un refrán que me acabo de inventar. Y debe ser cierto, porque yo lo he comprobado. ¿Son acaso las miradas alcahueteadoras las que te acompañan, Porerror? No, por cierto! Nunca ha de faltarte el ladrido de un simpático perrillo (como el que se enamoró de mí la noche del jueves, sin ir más lejos), un Patrol de la Guardia Civil, o el aliento de un cliente que te reconoce al final de una calle.

A diferencia de otros de mis compis aquí emigrados, yo apenas he tenido relación con mis vecinos (la poca, buena: salvo cuando están llamando por teléfono a mi casero para chivarse de mis supuestos incumplimientos de contrato), pero en las dos últimas semanas ha aumentado mi goce hasta límites insospechados, con la incorporación a mi calle de un importante nuevo vecino. Os doy una pista: anda a cuatro patas, come alfalfa, su nombre empieza por “b” y rima con “burro”.

Mi querido vecino es un ser amable y desinteresado: él tiene un tesoro de rebuznos extemporáneos en su interior y no se los guarda para sí, los brinda a todo el mundo en Cosica, a fin de compartirlos. Si tuviera que destacar un rasgo de su carácter este sería sin duda la generosidad (debido a lo anterior), pero tampoco podrían desdeñarse su jovialidad (¿a quién no le alegra un buen y sonoro rebuzno a cualquier hora del día -o de la noche?) y su preocupación por los demás.


En efecto: mi burro vecino no soporta la idea de que yo, al vivir solo, me quedara dormido y llegara tarde al trabajo por eso. Esta es la razón de que sus alegres rebuznos no se limiten a horas humanas sino que nunca falte ese que yo cariñosamente catalogo de “rebuzno-despertador”. El problemilla surge porque el borriquillo se piensa que yo entro a trabajar a las cinco y media de la madrugada -¡angelito!- todavía no sabe leer muy bien el reloj.

Mi querido vecino es un ser tímido y huidizo del reconocimiento, por eso me ha pedido aparecer en Estatuas Verdes bajo un seudónimo, como hago yo (tenemos tantas cosas en común, los dos…). Así, he dado en bautizar al buen pollino como “Bohemio”, nombre mítico que nada tiene que envidiar al de otras cabalgaduras míticas como “Bucéfalo”, “Babieca” o “Brunello”, y que para mí tiene incontables resonancias personales. Él es muy sabio: conoce bien todos los momentos del día, las épocas del año, sabe perfectamente cuándo me va a caer con más gracia uno de sus rebuznicos, y no se limita a despertarme despavorido, sino que lo mismo te ameniza una conversación por el móvil que te comenta un telediario de Antena 3 que te remezcla convenientemente un tema de Lady Gaga.


Bohemio es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos abejorros que se cuelan en mi salita de estar cuando ventilo. A veces lo imagino como el burrito de trapo de La ciencia del sueño (2006); otras, más recio, como el asnito aquel de esparto que adornaba las portadas del grupo Carter USM. Sueño con el día en que Bohemio y yo podamos salir a pasear juntos, sin complejos, por las calles de Cosica. Me estoy empezando a plantear seriamente el compartir piso con él el año que viene.



Sueño con un mundo feliz de bautizos de acémilas con anís de Rute, de vueltas a norias con cangilones infinitos, de inconmensurables burradas, sueño con esa viñeta del Belén en la que un borrico tira un cargamento de cacharros de cerámica para desesperación del alfarero, sueño con Peret, con Juan Ramón Jiménez y con Sancho Panza, sueño con todo eso y con más… hasta que salta el hijodeputa de Bohemio y me despierta de un rebuzno, que Dios lo bendiga.

7 comentarios:

Fran G. Matute dijo...

Lo de Bohemio no es un rebuzno, Porerror, es una Rapsodia...

Rocío dijo...

es un canto a la soledad. un recuerdo de que no estás solo en el mundo, que siempre habráun burrico cariñoso a tu lado. Bueno siempre y cuando sigas viviendo en Cosica.

En tuciudad somos más de sirenas, petardos y cláxones

fulsree

CAYETANO dijo...

PORERROR MIENTRAS QUE SUEÑES CON UN PAQUETE DE PIPAS TODO IRÁ BIEN...

Guayanone dijo...

Mira, CAYETANO, no te atribuyas anécdotas que no te son propias: el que perdió la virginidad con un borrico y un paquete de pipas Kelia no fuiste tú, sino otro compañero tuyo de clase que su nombre empieza por G (o por W...)

GRILLO SOLITARIO dijo...

EMPIEZA POR B Y TERMINA POR BURRO... ¿BATURRO? NO, ÉSA TERMINA EN TURRO. NO CAIGO AHORA...

PALABRA DE VERIF: cabballo. LO JURO.

Anónimo dijo...

Dale una manguera de chicle rellena de pica-pica...a ver que pasa...Josemari.

Anónimo dijo...

Qué pena que Bohemio no pueda leer este bonito post!
No dejaría de rebuznar y te daría un poco la lata...pero sería de pura emoción :)

A mí me despiertan todos los días unos puuuñe......simpáticos parajillos que le han cogido cariño a mi ventana...muy bucólico también!

Un saludo
Silvia

 
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