Vivencias polimórficas de un treintañero perplejo.

domingo, 5 de julio de 2009

Pagafantas, o: Cine español gracioso de verdad


“Y el mordisco lo dan otros”
(Enrique Bunbury)




He oído que la noche es toda magia, amigos. Y que cobija a interesantes personajes que la imaginación septentrional del director de cine Borja Cobeaga ha dado en llamar “Pagafantas”. Ya se definió aquí lo que era un pagafantas, me remito al post de la Fanta y Hitler para evitar la reiteración. Lo relevante ahora es que llega por fin la película Pagafantas (2009), del citado director. Pretende ser la comedia costumbrista que revolucione el cine español, desde el humor inteligente y el buen gusto. Y lo consigue, a fe mía que lo consigue.

La sinopsis: un pardillo (Gorka Otxoa) se enamora de un pibón argentino (Sabrina Garciarena) con el que no tiene ninguna posibilidad, ella lo trata de amigo e incluso se aprovecha de él, y el nota todo lo da por bueno (indignidades a porrillo) porque alberga la esperanza de llegar a comérsela, algo que JAMÁS VA A SUCEDER. La trama la salpimentan un rebaño de secundarios descacharrantes: la madre del pagafantas (Kiti Manver), su mejor amigo (enorme Julián López), su jefe y eterno enamorado de la madre (Óscar Ladoire en su mejor papel desde aquel en que afeitaba chochos) y más.


La película comienza con una magistral explicación del concepto de “hacer la cobra”, ilustrado por la sin par Teresa Hurtado de Ory, y con un injurión a Enrique Bunbury que hubiera firmado servidor de ustedes. A partir de ese momento, la cosa solo hace que mejorar. ¿Es posible hacer una comedia española de tema romántico-erótico sin enseñar ni un pezón, sin recurrir a la grosería? Es posible, amigos, y es posible además hacerlo con mucho gusto (todo el gusto que puede tener una comediota juvenil), con una estética modernucia à la Requiem por un sueño (2000), banda sonora con Los Punsetes (y ellos le gustan a Patxi López, ¿no?) o Manos de Topo, e incluso citas a El resplandor (1981).

Pagafantas nos ofrece lo nunca visto: una risa detrás de otra. No solo humor de situación que te mantiene con el buen rollo dentro, sino auténticas carcajadas, y pese a lo previsible de algunas situaciones, lo interesante aquí es ver cómo se resuelven. Mención aparte merecen los diálogos, lejos del tópico pero lo suficientemente costumbristas como para que nos sintamos identificados con ellos. Y llego aquí a un asunto peliagudo: el de la identificación y el reconocimiento de personajes y actuaciones. Yo me he reído como un cosaco sobre todo porque me parecía que lo que estaba viendo en la pantalla era más verdad que el Evangelio, pero ¿opinará todo el mundo igual?


Me queda por comprobar si la peli les resultará igual de graciosa a personas de otras franjas de edad (a las tías, confirmado que también). Un amigo y lector declina la oferta de acompañarme a verla, y a posteriori me dice “¿Quién no se ha visto en una situación así, de hacer el tonto por una tía? Por eso yo no quería ir”. Muy mal, amigo, deberías haberla visto, todos deberíais verla, debería ser obligatoria en los institutos (entre otras cosas, mucha gente se ahorraría muchos disgustos). A fin de cuentas, el pagafantas -en palabras de Bunbury- “a grandes rasgos podrías ser tú”.

Independientemente de este factor de identificación (la “falacia personal”, que tanto coraje da a mi amigo y lector Joe el Mojaquero), si tuviera que apostar diría que sí, que Pagafantas es una peli sólida, con un guión, unos personajes y unos diálogos lo suficientemente solventes como para gustar por sí misma sin recurrir a las trampas. Su elenco no es el típico de esta última década, permutación de El otro lado de la cama (2002) y Días de fútbol (2003), actores que tanto juego dieron pero que ya empiezan a cansar. Ni son los yogurines de series de ficción juvenil. Yo a Gorka Otxoa, for instance, no lo aguantaba pero con este trabajo se ha redimido a mis ojos.


Pues para ser un post incitando a ir a ver una comediota de tema bufo no te ha quedado muy gracioso, que digamos, Porerror. Señora, las gracias se las dejo a los expertos, en este caso a la gente que hay detrás de Pagafantas. Prefiero que la peñita vaya y se sorprenda antes que hacer aquí un catálogo de chistes. Hacedme el favor y corred a verla, que ya estáis tardando!

7 comentarios:

Rocío dijo...

Grande la peli. Y muy bueno el post porque has desvelado poco, no como esas amigas tuyas que te arruinan las pelis contándote el final :)

Por hacer una comparación con las pelis-de-adolescentes americanas a mi está me ha gustado mucho más, quizás por lo cercano, por el uso de un lenguaje y unos tópicos más nuestros. Creo que esta peli está hecho y pensada para treinteañeros, no sé yo si en el insti tendrá igual acogida.

apini

Anónimo dijo...

Hasta no ver la peli, no voy a leer el post...pero se me han ido los ojos inevitablemente a lo de "el mordisco lo dan otros"...envidio tu ingenio, Porerror!!!

Silvia

patricia dijo...

quiero verla quiero verlaaaa!!
Ayer pasé por delante del cine y la vi en cartel,pero acabé en el orgullo gay (como puede ser!!)
El prota es de esas personas inconscientemente cómicas ya sin abrir la boca.Los punsetes jaja que grandes! Lo de Conchita es really? yo creo que esa niña debería amputarse la vida.
mua

Porerror dijo...

-Rocío: Estoy de acuerdo contigo en todo, illa (por una vez!). Lo de los institutos iba más bien en plan educativo, en el sentido de que si los nenes vieran esta peli antes de llegar a la edad clave de hacer el mongolo, otro gallo nos cantaría. Ah! la inexistente educación sentimental...

-Silvia: Tus comentarios siempre me arrancan una sonrisa. Y te digo una cosa, yo a quien envidio es a los que dan el mordisco... :) A ver si nos vemos pronto!

-Patricia: Ve a verla, ve a verla, que te vas a reír. Respecto a lo de Conchita: pocas bromas. No la injuries que va en serio, me mola, y hay una historia detrás de la foto y el mensaje que he puesto. Ya se desvelará a su debido tiempo...

Anónimo dijo...

Uufff...no he podido ir a verla aún...pero de estos días no pasa...tengo muchas ganitas...!!!!

Un beso fuerte...Almu.

Fran G. Matute dijo...

Tu post me ha recordado el día que le expliqué a una fiel lectora de este blog qué era "hacer la cobra" con la desagradable sorpresa de que nos dimos un cabezazo del copón...

Riggy dijo...

Acabo de venir de verla, me he reído bastante, aunque quizá iba con las expectativas demasiado altas. Casi me ha gustado más la historia en sí que los chistes, y me ha parecido que el gran Julián López estaba un poco desaprovechado.

Mi momento favorito sin discusión, la fiesta sorpresa con lo de "mira, los primos de Elche!" y Ernesto Sevilla con cara totalmente inexpresiva detrás del sofá.

(Justo al salir del cine me he cruzado con Carlos Areces y Aníbal Gómez, a.k.a "Ojete calor", ha sido curioso).

 
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