Vivencias polimórficas de un treintañero perplejo.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Homenaje a Michael


Uno que va a un hotel, llama al servicio de habitaciones y pide una Coca-Cola. Al otro lado del teléfono, el encargado le espeta: “Lo siento, caballero, no tenemos Coca-Cola. Sólo Pepsi: homenaje a Michael Jackson”. ¿Chiste? ¿Error de Dios? Realidad pura y dura. Y es solamente una cifra del signo de los tiempos. De otra verdad incontrovertible que hoy os sirve Estatuas Verdes, en vaso ancho, con hielo y una rodaja de lima: Michael Jackson vuelve a estar de última moda.

Con Michael me acuesto, con Michael me levanto, la Virgen María y el Espíritu Santo. Estos días es difícil ir al cine y que no te casquen el trailer de la nueva peli-docu póstuma de Michael: This Is It (2009), producto/despojo de las últimas horas artísticas del hombre y del mito, que se ha hecho aprovechando metraje rodado para otra cosa: como si me da por hacer unas
croquetas con recortes de carne sobrante del día anterior. This Is It, exhibición limitada a dos semanas, las entradas llevan vendiéndose con anticipación desde un par de meses antes, claramente para crear morbo.

Estos días puede pasar que vaya uno a cualquier discoteca de pueblo y, entre Alejandro Sanz, los Black Eyed Peas y Katy Perry te cuelen todo un “Thriller” como quien no quiere la cosa. También puede suceder que en las
clases de 1º de ESO los niños se sepan las canciones de Michael de memoria, y hasta exijan a su profesor que les ponga una en clase. Que en un gimnasio un devoto del house lo flipe con el punteo de “Beat It”. Que en las emisoras suenen antiguos éxitos y que los pipiolos de Fama: ¡A bailar! Se contorsionen (dizque bailen) a los sones del otrora niño prodigio de Indiana.


La fama de Michael (que es inmortal) se contrapone según me parece a la moda por Michael, que es efímera, pasajera y coyuntural, relacionado con el culto a los muertos. Esto segundo, claro, avisados lectores, es el objeto de este post, y el objetivo de su chanza. No he seguido -confieso- todo el tema de las exequias de Michael como correspondería a un fan: me suponía demasiado esfuerzo estar al día de tantos detalles escabrosos, que si el médico esto, que si la familia lo otro... y, digámoslo, tampoco me interesaba tanto la persona: solo el personaje y su obra artística.

Pero poco me hubiera extrañado enterarme que -cual
rey de Egipto- Michael Jackson fue enterrado con una máscara de oro y lapislázuli, entre atributos de su vida terrena, ya sabéis, micrófonos, guantes de pedrería y un chimpancé en un vaso canopo... por si le da por ejercer de Superestrella en el Más Allá. Todavía tengo pesadillas con esa estatua gigante de Michael Jackson y su mono Pebbles que hizo Jeff Koons (el ex de Cicciolina) y que se expone en el Museo de Bellas Artes San Francisco, ríase usted de las efigies de Ramsés II, por ejemplo.


Yo mismo confieso que, dejándome arrastrar por esta ola de Michaelismo que nos azota, desde su fallecimiento he adquirido no menos de dos de sus discos, para completar huequinos en su discografía. Llamadme oportunista, pero ahora es un momento tan bueno como cualquier otro para tributarle un homenaje. Tampoco soy de los que opinan que ahora no se va a poder escuchar “Billie Jean” o bailar “Bad” por el simple hecho de que vuelvan a estar de moda. Pero no deja de hacerme gracia esta moditina pasajera, este “flash in the pan”, como dicen los ingleses.

Dentro de un año me gustaría ver dónde quedan estos temas de Michael Jackson que ahora son carne de descargas en La Sexta. Seguramente, otras novelties hayan sustituido a estas canciones en el imaginario de los jóvenes y en el de la mayoría de la gente. Los que siempre fuimos fans de Michael seguramente sí que sigamos escuchándolas. Y de lo que no me cabe duda es de que con la Pepsi lo más que haré será fregar los platos: yo bebo Coca-Cola, no me vaya a salir el pelo ardiendo!!!

2 comentarios:

Rocío dijo...

Yo sí que me acuesto y me levanto con Michael. L.I.T.E.R.A.L.M.E.N.T.E

tolyclog

Daniel Ruiz García dijo...

Conocí a un tipo que ahora anda de guitarrista en un grupo de considerable éxito en el ámbito de la BBC (Bodas, Bautizos y Comuniones) que se llevaba todo el día imitando a Jacko, desde que se levantaba hasta acostarse. Y el tío iba por la calle y de repente gritaba como Michael, o se ponía a tocarse los huevos y a hacer numeritos. Una cosa un poco desagradable

Me enteré hace poco que el tío ha pillado una medio depresión con la muerte de Jacko. No es coña, el tío está que no levanta cabeza. Ninguna de las dos. Los ídolos es lo que tienen. A ver si la peli de marras le sube un poco la moral. Alguien sin líbido encima de un escenario es inadmisible, aunque sea en la BBC.

Un abrazo,

 
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