Vivencias polimórficas de un treintañero perplejo.

martes, 20 de octubre de 2009

Tres postales de octubre


Postal 1. Querida Rachel:

Tal vez la más elocuente crítica que puedo escribir sobre la película de Alejandro Amenábar Ágora (2009), que tú protagonizas, es que la que no he escrito en tres días desde que la vi. ¿Significa eso que la peli es mala? No. ¿Aburrida? Tampoco. Lo que ocurre es que me ha aportado tan poco como leer un editorial de El País o escuchar un discurso de Rajoy: ya sé lo que me van a contar. Y eso me da pereza. A estas alturas dudo que haya nadie en España que no haya visto Ágora, por otra parte, lo que hace mi crítica aquí prácticamente superflua.

Por innecesaria, sería un lujo y es un lujo que no me da la gana concederle al señorito Amenábar, un alumno de matrícula al que no le consiento el notable. Tu actuación me parece de lo mejorcito de la cinta, de ahí esta postal. Sigo tu carrera desde que tu compatriota “Tutor” John llamara mi atención sobre ti hace diez años, la verdad es que no he visto la buena que dicen que hiciste, por la que te dieron el Oscar. Todas las demás, me parece que sí. Llamo a Harvest –que vio Ágora conmigo- y me cuenta que hoy les ha colado a sus alumnos en un dictado tu nombre: las palabras “Rachel Weisz”.


Postal 2. Querido Pablo:

Ah, el cine! Ayer, a cuenta de
un post de Daniel Ruiz García sobre películas, Fran G. Matute y yo comentábamos que cuánto nos había dado el cine, ¿eh? Pero, ¿y la música, Pablo? Mi madre siempre me recrimina jocosamente que tantos y tantos cantantes y artistas como idolatro no me dan de comer, y yo –creo que ya lo dije en una ocasión- siempre le contesto que me dan de vivir: de reír, de llorar, de soñar, de amar, de pensar, de sentir, de bailar… La música, que está tan cerca de la poesía, pocos casos tan claros como el de Quique González, que vuelve otra vez a Miciudad, que ya tengo comprada una entrada para verlo.

Yo a este Quique le llevo dedicada una fortuna en CDs, vinilos y entradas a conciertos, bueno, pues todavía siento que le debo dinero, por todo lo que él me ha dado. Es la pasión, buen Pablo, de la que tú sabes mucho. Este sábado asistí en un bar muy pijo a un concierto de un grupo de versiones. Su interpretación fue de juzgado de guardia pero todo se les perdona: se nota que conectaron con el público, todos habíamos ido allí a cantar lo mismo.


Postal 3. Querido Dios:

No sé si te va a impresinar ver Ágora de Amenábar, ya que tú allá arriba en los Cielos estarás más que acostumbrado a las vistas en plan Google Earth. Menos mal que contra ti poco o nada se dice. La invectiva en este caso recae sobre los que siguieron a tu Hijo, los que (ya por el siglo IV!!!!) tergiversaron su palabra. Desde el siglo XXI, reírse de San Pablo porque predicaba la sumisión de la mujer es muy fácil -¿quién no la predicaba en esos tiempos, acaso Jaipeishia? Reírse de un filósofo que creía en la existencia del éter parece ser que no es tan cool.

De todas maneras, Dios, si quieres ver una buena obra contra la intolerancia religiosa (escrita por un comunista, ateo y tendencioso como Neruda, pero bien escrita!), te recomiendo In nomine Dei (1993) de Saramago, sobre la revuelta anabaptista de Münster en el siglo XVI. Antonio Orejudo también hizo un libro sobre el mismo tema (Reconstrucción, 2006), en el que igual que Amenábar, equiparaba a los intransigentes cristianos con los talibanes de hoy en día. Si quieres ver Ágora ve a verla, tampoco la proscribo (soy más tolerante que San Cirilo de Alejandría, Doctor de la Iglesia), y recuerda las sabias palabras de un filósofo que
dijo al respecto que “a Rachel Weisz el peplo le sienta de caramelo”.

Adiós, Dios.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Esperaba tu opinión sobre Ágora y no me ha defraudado.
Tienes suerte de tener a tanta gente que te dé de vivir, de soñar, de reir. Espero que no los conozcas nunca en las distancias cortas porque muchos te darían dolor de cabeza. Ya sabes al pasar cierta edad los mitos caen... como moscas.
M.P.

Daniel Ruiz García dijo...

Conozco y he leído el libro de Orejudo, pero del de Saramago reconozco que no tenía ni idea. ¿Está bien de veras? Cuando Saramago se mete en fregados históricos y se deja de rollos simbólicos suele ganar bastante, desde luego.

Por cierto, estarás escuchándolo: pierde el Barca, golea el Sevilla.

Anónimo dijo...

GOTT MIT UNS

Fran G. Matute dijo...

Si a la Weisz le sienta el peplo de caramelo, no te digo cómo le sienta Elvis Costello de fondo... "I Want You"...

Anónimo dijo...

Soy de las pocas que todavía no ha visto Ágora, pero después de leer tu post no me la pierdo; aunque la peli no prometa mucho, le has dado un sentido especial por el que creo que merecerá la pena verla!

Buenísimo lo de "me da de vivir", sobra decir que me ha encantado leerte como siempre.

Silvia

Riggy dijo...

"¡Me dan de vivir!" ¡Es sensacional! Me lo apunto para siempre, pienso usar esa frase en cuanto tenga ocasión (y al estilo Bunbury, o sea, sin citarte).

Disfruta de Quique, yo no sé si voy a poder verle en esta gira.

(PD: Hemos actualizado pero por alguna razón misteriosa no subimos en los blogrolls de la gente)

 
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