(Dedicado a la persona que más se ha reído y ha disfrutado con mis canciones)
Hace un año que hablé por aquí de las canciones-obsesión. Pues bien, os traigo el concepto de canción-pelos de punta. Existe, ¿eh? ¿A vosotros no os pasa? ¿Habéis doblechequeado últimamente si tenéis alma? Canción-pelos de punta es la que literalmente hace que se te pongan los vellos como escarpias.
No tiene que ser una de tus favoritas, aunque indudablemente te tiene que gustar, si no, difícil una reacción emocional. El truco está en que cada vez que escuches la canción, indefectiblemente tenga sobre ti el efecto de ponerte los pelitos de punta. Es la emoción pura, y eso se gasta. Confieso que me ha pasado que, tras comprobar lo que me hacía sentir una determinada canción, me he privado de escucharla, me la he racionado para que no se perdiera la magia.
Esto es como disfrutar un buen vino oloroso, un sabor fuerte de queso viejo, algo que apabulla por su intensidad, no es para andarlo tomando con hielo o en bocadillos, vosotros me entendéis. Lo más guay es cuando la canción te asalta por sorpresa, en un anuncio por ejemplo o por la radio. Siempre sin esperarlo. Si lo dosificas tú, pues como que no mola tanto. ¿Privarte de escuchar una canción para no desperdiciar su efecto? Sí, soy un friki de la música, espero que no os estéis enterando ahora. Como le dijo el otro día a Harvest uno de sus alumnos: “¡Estás tol día diciendo canciones!”
Si pensáis en el primer trago de cerveza, en la primera patata frita de la bolsa, en cosas que dan mucho gustico… la primera o el primero te dejan como un rey, si viene detrás una repetición mola pero menos. Y ya la reiteración va molando sucesivamente cada vez menos: provoca menos placer. Entonces, si uno escucha una canción-pelitos de punta varias veces seguidas el efecto emoción se acaba desvaneciendo. Da mucha pena, pero en ocasiones resulta imprescindible que así sea.
Lo digo por experiencia, a mí me ha pasado, varias de esas canciones que hace 5 ó 10 años me producían estas emociones ya han perdido su efecto mágico a nivel subcutáneo: y no quiere decir que me gusten menos, pero es que a todo se acaba acostumbrando uno. Lo bueno del asunto es que siempre surgen otras nuevas, joyas desconocidas, emocionantes hallazgos.
¿Que cuáles son estas canciones-pelos de punta a las que dedico el post? Ahora voy con los ejemplos, cada uno tendrá las suyas. Yo podría hablaros de “For What It’s Worth” de Buffalo Springfield, si me coge en un día bueno todavía lo logra. Otra gorda era “The Girl From Ipanema” de Antonio Carlos Jobim, versión Stan Getz, João Gilberto y Astrud Gilberto. La bilingüe, sabéis. Un clásico pasteloso pero igualmente efectivo siempre fue “Without You” cantada por Harry Nilsson, no por Badfinger o Mariah Carey, ja ja! Y Nilsson hace doblete con aquel clásico "Everybody's Talkin'".
También me estoy acordando de “Girl” de los Beatles, de “Married With Children” de Oasis, o de “Russians” de Sting. Obrones todos, como veis. La última con la que me ha pasado (y todavía el efecto dura) es la interpretación que Fito Páez grabó del lorquiano “Romance de la pena negra”. Seguro que se gasta, como las otras, pero seguro también que vendrán más (por ejemplo, la de Páez la descubrí en 2006).
No tiene que ver con la letra, ni con su significado. No tiene que ver con que te guste más o menos el artista: a lo mejor resulta que te da coraje y todo. Tiene que ver con una cosa que no se explica con palabras, en las que cada día confío menos. ¿A vosotros no os ha pasado nunca? Canción-pelos de punta!!!
Hace un año que hablé por aquí de las canciones-obsesión. Pues bien, os traigo el concepto de canción-pelos de punta. Existe, ¿eh? ¿A vosotros no os pasa? ¿Habéis doblechequeado últimamente si tenéis alma? Canción-pelos de punta es la que literalmente hace que se te pongan los vellos como escarpias.
No tiene que ser una de tus favoritas, aunque indudablemente te tiene que gustar, si no, difícil una reacción emocional. El truco está en que cada vez que escuches la canción, indefectiblemente tenga sobre ti el efecto de ponerte los pelitos de punta. Es la emoción pura, y eso se gasta. Confieso que me ha pasado que, tras comprobar lo que me hacía sentir una determinada canción, me he privado de escucharla, me la he racionado para que no se perdiera la magia.
Esto es como disfrutar un buen vino oloroso, un sabor fuerte de queso viejo, algo que apabulla por su intensidad, no es para andarlo tomando con hielo o en bocadillos, vosotros me entendéis. Lo más guay es cuando la canción te asalta por sorpresa, en un anuncio por ejemplo o por la radio. Siempre sin esperarlo. Si lo dosificas tú, pues como que no mola tanto. ¿Privarte de escuchar una canción para no desperdiciar su efecto? Sí, soy un friki de la música, espero que no os estéis enterando ahora. Como le dijo el otro día a Harvest uno de sus alumnos: “¡Estás tol día diciendo canciones!”
Si pensáis en el primer trago de cerveza, en la primera patata frita de la bolsa, en cosas que dan mucho gustico… la primera o el primero te dejan como un rey, si viene detrás una repetición mola pero menos. Y ya la reiteración va molando sucesivamente cada vez menos: provoca menos placer. Entonces, si uno escucha una canción-pelitos de punta varias veces seguidas el efecto emoción se acaba desvaneciendo. Da mucha pena, pero en ocasiones resulta imprescindible que así sea.
Lo digo por experiencia, a mí me ha pasado, varias de esas canciones que hace 5 ó 10 años me producían estas emociones ya han perdido su efecto mágico a nivel subcutáneo: y no quiere decir que me gusten menos, pero es que a todo se acaba acostumbrando uno. Lo bueno del asunto es que siempre surgen otras nuevas, joyas desconocidas, emocionantes hallazgos.
¿Que cuáles son estas canciones-pelos de punta a las que dedico el post? Ahora voy con los ejemplos, cada uno tendrá las suyas. Yo podría hablaros de “For What It’s Worth” de Buffalo Springfield, si me coge en un día bueno todavía lo logra. Otra gorda era “The Girl From Ipanema” de Antonio Carlos Jobim, versión Stan Getz, João Gilberto y Astrud Gilberto. La bilingüe, sabéis. Un clásico pasteloso pero igualmente efectivo siempre fue “Without You” cantada por Harry Nilsson, no por Badfinger o Mariah Carey, ja ja! Y Nilsson hace doblete con aquel clásico "Everybody's Talkin'".
También me estoy acordando de “Girl” de los Beatles, de “Married With Children” de Oasis, o de “Russians” de Sting. Obrones todos, como veis. La última con la que me ha pasado (y todavía el efecto dura) es la interpretación que Fito Páez grabó del lorquiano “Romance de la pena negra”. Seguro que se gasta, como las otras, pero seguro también que vendrán más (por ejemplo, la de Páez la descubrí en 2006).
No tiene que ver con la letra, ni con su significado. No tiene que ver con que te guste más o menos el artista: a lo mejor resulta que te da coraje y todo. Tiene que ver con una cosa que no se explica con palabras, en las que cada día confío menos. ¿A vosotros no os ha pasado nunca? Canción-pelos de punta!!!
12 comentarios:
Yo tengo un par infalibles: "For the sake of this song" de Townes Van Zandt y "Desolation Row" de Bob Dylan... y luego hay un disco entero por ahí de un tal Brian Wilson que salen unos animalicos en la portada que ahora no me acuerdo el nombre, y otro disco entero de un tal Morrison que pasó unas semanas muy intensas con una chiquilla... estas referencias no fallan NUNCA... Pelos de punta a los Martínez Ares!!!!
Vaya, buen Fran G.! Tendré que escuchar a esos tales V. Morrison y B.Wilson que comentas, no vaya a ser que hayan escrito canciones bonitas y/o emocionantes... Seguiré tu recomendación. Por cierto... ¿y Juan Pardo?
los pelos como escarpias se me ponen a mí leyéndote, qué me gusta...
mis canciones-pelos de punta: la mayoría de Manolo García, "Your Song", "Losing my religion","Mr. Johnes"...mjesús
Interesante tema! A mí me ha pasado muy pocas veces, en efecto como reacción física, no como una forma de hablar. Qué cierto lo de las dosificaciones.
Y por ser plenamente sincero, la primera vez que me pasó (lo recuerdo bien) no fue con ninguna exquisitez de esas que cuentas tú, sino cuando tenía unos 13 años y escuché "En la planta 14" de Víctor Manuel, con los mineros que se mueren...
Yo llamo a esto "música prohibida".
Prueba con:
-Te recuerdo Amanda, versión de Joan Báez.
-Alfonsina y el mar, versión Mercedes Sosa.
-Space Oddity de Bowie
-Please, please, let me get what I want, de los Smiths.
-In a lonely place, de Smithereens.
-Ojos rojos, de Fito Páez.
Por poner algunos ejemplos.
illo.... a mí es que eso me ocurre constantemente... con la música es con lo que más, pero tamibén con imágenes en la tele, frases de personas o por la tele, leyendo algo (tu blog, en ciertas ocasiones)... y a veces es embarazoso pq no quiero que se me note... en la mesa comiendo con mis padres intentaba esconder los brazos debajo del mantel, y encima suele ir acompañado de una o varias lagrimitas... pa la boda no sé qué voy a hacer... mascara waterproof y unas gotas pa los ojos que te quita las rojeces, supongo...
Pero estando sola, me encanta la sensación de los pelillos de punta. :-)
Yo los llamo "orgasmos musicales".
CLP
Yo tengo otra version llamada Traumas musicales.
A mis 31 annos no puedo escuchar El Lago de los Cisnes. Y cuando digo que no puedo pensareis: no le gusta, es triste blablabla. Pues no, literalmente hago un esfuerzo por no escucharla por en mi cerebro no suena esa musica sino una cinta de cassette de los annos 80 con el cuento de El Patito Feo. Hijos mios, trauma infantil, os lo aseguro. Pupitismo en grado sumo!
Y luego esta, como dice Fran Grande Matute, Martinez Ares. Carneciiiiita de galliiiina...
nestio
Qué no daría yo, de Rocío Jurado. Migue.
Yo añadiría una cosa más ... a mí a veces me pasa con el flamenco más "puro", un estilo de música que no escucho muy a menudo pero que revuelve cosas en mi interior, recuerdos, imaginaría de mi infancia ... quizás por eso no la oigo tanto, para no dejar de sentir ese nudo en la garganta por la emoción que me provoca.
Y sí, yo también tengo canciones pelos de punta, casi todas turras :P
sí que a veces pasa...
de cauasualidad acabé en un concierto de Javier Ruibal, que no es que sea de mis favoritos, pero empezó con dos temas acompañado de piano que se basaban en en otros Erik Satie, el primero en la Gnosienne nºIII, y esos dos temas me tuvieron todo el tiempo con los vellos de puntita hasta alguno de la barba
bonito post
Yo no me canso de escuchar mis canciones favorita! Es verdad que me da mucha alegría volver a escucharlas después de un gran "descanso". Pero sí es verdad que la disfrutas con más intensidad!
Un saludo!
María
Pd. Sería muy triste vivir sin música (los 40 principales)
Yo tambien me las raciono, sobre todo las que llamamos droga dura, esas son las más peligrosas...que te voy a contar que tú no sepas, porerror
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