(Continuación del misterioso diario del barco fantasma...)
…escuchando con atención las letras de Chambao encuentro inquietantes similitudes entre la “filosofía” buenrrollista de este grupo que me encanta y la de los perseguidos herejes cátaros. Mi amigo el Patrón de Embarcaciones de Recreo, experto en cátaros, ayer me explicaba: “Los cátaros eran pacifistas, la guerra no era su fuerte.” Creía recordar que en mi infancia leí que ellos inventaron una especie de carros de combate blindados, o así. Tendré que mirarlo. [El autor se equivoca: probablemente se esté refiriendo a los Husitas.]
Mi amigo sale todos los años en una cofradía de Semana Santa, todos los miércoles, y es tan bueno que daba a los niños Sugus en lugar de caramelos duros rebotados de la Cabalgata de Reyes. Navegar por el Canal du Midi, flanqueado de plataneros, tiene inquietantes similitudes con sacar un paso de Semana Santa. La tripulación es como una cuadrilla de costaleros, el patrón es el capataz, etc. El paso de puentes y otras estrecheces dificulta la marcha, y la entrada y salida de las exclusas es equiparable a la salida y recogida de las imágenes en los templos.
Esta sensación de analogía se acentúa con la escucha de la música de a bordo (solo he traído los CDs más exquisitos, pero ya me han contestado, claro.) Ahora mismo suena una canción que utilizó para un anuncio promocional la Junta de Andalucía. Chambao, Kiko Veneno, Los Delinqüentes, Camarón, Rocío Jurado… auténticos pilares de mi autonomía suenan por el sur de Francia, en claro acto de desagravio por las múltiples heridas que hace dos siglos justos nos infligieron los franceses.
Sube “La Tarara”, compadre, esta por los Murillos y Valdésleales que se nos robó el Mariscal Soult!
Mi amigo el PER me enseñó ayer a pilotar el barco, cruzando por la Occitania, el “país cátaro”. Tal y como lo veo, la mayor dificultad estriba en esquivar las ramas de los plataneros, que inclinadas sobre el canal, atacan a las personas, vasos, botellas de Ballantine’s, (etc,) que haya en cubierta. Ayer incluso subimos a cubierta un jamón de Cosica: ya sabéis: llevando el sabor del Arte por todo el mundo. El barco avanzaba por el canal majestuoso como un paso, a la hora de la salida de la cofradía de mi amigo pusimos a tope un CD con marchas de Semana Santa.
Ayer salimos de Carcassone, la ciudad cátara, ese parque temático medievaloide inventado en 1850 por Viollet le Duc sobre el que ya me habían prevenido un par de personas de exquisito gusto artístico. Si la Edad Media consistió en el Secreto de los Templarios, creperías y tiendas de jabón aromático, entonces es la reproducción más fiel que he visto nunca.
La ciudadela de Carcassone sí me fascina, no me voy a hacer el cínico, me fascina sobre todo por lo que representa como centro de poder. En 1209 la cruzada antihereje puso sitio a sus murallas –cátaros malos, malos, malos-, y casualmente Carcassone y señorío quedaron anexionados a la Corona francesa (buena, buena, buena, vous comprenez). La catedral de Carcassone alberga un curioso bajorrelieve que muestra estos hechos de armas de manera deliciosamente medieval (conocida como “La piedra del asedio”, probablemente lo único auténtico que ha quedado.)
Pero todo eso fue hace siglos, qué pereza! Mientras tanto, nuestro barco avanza lento, inexorable… escoltado por aves acuáticas, on dirait que empujado por la musiquita andaluza que exudan sus altavoces. Mmmmm… los cátaros eran pacifistas: nosotros también…
Mi amigo sale todos los años en una cofradía de Semana Santa, todos los miércoles, y es tan bueno que daba a los niños Sugus en lugar de caramelos duros rebotados de la Cabalgata de Reyes. Navegar por el Canal du Midi, flanqueado de plataneros, tiene inquietantes similitudes con sacar un paso de Semana Santa. La tripulación es como una cuadrilla de costaleros, el patrón es el capataz, etc. El paso de puentes y otras estrecheces dificulta la marcha, y la entrada y salida de las exclusas es equiparable a la salida y recogida de las imágenes en los templos.
Esta sensación de analogía se acentúa con la escucha de la música de a bordo (solo he traído los CDs más exquisitos, pero ya me han contestado, claro.) Ahora mismo suena una canción que utilizó para un anuncio promocional la Junta de Andalucía. Chambao, Kiko Veneno, Los Delinqüentes, Camarón, Rocío Jurado… auténticos pilares de mi autonomía suenan por el sur de Francia, en claro acto de desagravio por las múltiples heridas que hace dos siglos justos nos infligieron los franceses.
Sube “La Tarara”, compadre, esta por los Murillos y Valdésleales que se nos robó el Mariscal Soult!
Mi amigo el PER me enseñó ayer a pilotar el barco, cruzando por la Occitania, el “país cátaro”. Tal y como lo veo, la mayor dificultad estriba en esquivar las ramas de los plataneros, que inclinadas sobre el canal, atacan a las personas, vasos, botellas de Ballantine’s, (etc,) que haya en cubierta. Ayer incluso subimos a cubierta un jamón de Cosica: ya sabéis: llevando el sabor del Arte por todo el mundo. El barco avanzaba por el canal majestuoso como un paso, a la hora de la salida de la cofradía de mi amigo pusimos a tope un CD con marchas de Semana Santa.
Ayer salimos de Carcassone, la ciudad cátara, ese parque temático medievaloide inventado en 1850 por Viollet le Duc sobre el que ya me habían prevenido un par de personas de exquisito gusto artístico. Si la Edad Media consistió en el Secreto de los Templarios, creperías y tiendas de jabón aromático, entonces es la reproducción más fiel que he visto nunca.
La ciudadela de Carcassone sí me fascina, no me voy a hacer el cínico, me fascina sobre todo por lo que representa como centro de poder. En 1209 la cruzada antihereje puso sitio a sus murallas –cátaros malos, malos, malos-, y casualmente Carcassone y señorío quedaron anexionados a la Corona francesa (buena, buena, buena, vous comprenez). La catedral de Carcassone alberga un curioso bajorrelieve que muestra estos hechos de armas de manera deliciosamente medieval (conocida como “La piedra del asedio”, probablemente lo único auténtico que ha quedado.)
Pero todo eso fue hace siglos, qué pereza! Mientras tanto, nuestro barco avanza lento, inexorable… escoltado por aves acuáticas, on dirait que empujado por la musiquita andaluza que exudan sus altavoces. Mmmmm… los cátaros eran pacifistas: nosotros también…
5 comentarios:
illo, me da un montón de pena y rabia pq estoy segura de que hay un montón de puntos que no estoy pillando... pero me está encantando. :-)
CLP
La primera frase del post est magnifique.
Tiene una pinta fantástica la travesía.
Lo que daría yo por una imagen de Porerror llevando ese barco esquivando hojas y con esa pata en cubierta...
SNQEV
mira que comparar el viaje en un barco con la salida de un paso...si es que no pué sé, lo llevas en la sangre!!!mjesús
Espero que para cerrar el circulo, el CD de Semana Santa fuese ese que grabo otro amigo vuestro en su época de músico sacro, que también se perdió la SS por estar emigrado en el norte...
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