Vivencias polimórficas de un treintañero perplejo.

lunes, 31 de enero de 2011

Mal dedo


Os mentiría si os dijera que empecé Estatuas Verdes para hablar de música. Os mentiría también si que pensaba que iba a hablar tan poco. El hecho es que me retraigo, lo confieso, no soy como esos blogueros independientes que escriben sobre lo que les viene en gana, en realidad los admiro pero yo no soy tan indie, soy un vendido a mi público. Tampoco escribo al dictado de nadie, vous comprenez, ni siquiera de mí mismo, porque hay veces que diseño un post para abandonarlo a las pocas horas o días y hay también ocasiones en que me da por escribir algo recién sacado de la manga, en plan whimsical.

Mi anterior entrada era una crónica sui generis del concierto de Lapido, un tipo que ya apareció aquí hace más de dos años. El caso es que por puritita casualidad he visto que 44 personas han colgado esta reseña en Facebook (y yo sin saberlo) y 12 le han dado a “Me gusta”. Esto me ha dado que pensar: sí amigos, todavía queda gente a la que le interesa la música (y puede que haya vida en Marte, como decían Bowie y el Profesor Jiménez del Oso). También he pensado que un buen post de música no puede hacer daño pues…


Lo malo de esto es que a los que os interesa ya conocéis al grupo del que voy a hablar, pero qué más da? A quién no le entra un frenesí de gusto al leer algo sobre un artista favorito en un blog (a mí me pasa con El Perro Lunar, Almanaque, El Gallo Verde, Doin’ the Pop o Mujer Esponja)? Llevo dos días escuchando a Badfinger como un poseso, os lo tenía que decir. Desde mi más tierna adolescencia los tenía catalogados como “parientes pobres de los Beatles” pero, qué equivocación, amigos!

Injustamente catalogados. Hace ya unos añitos, cuando me dio en serio por el power pop, me hice con todos sus discos (menos ese en el que sale el culo de un burro en la portada) y me convencí de que este grupo 75% galés-25% inglés eran la Real Cátedra. En círculos críticos su standing es casi impecable, pero es un grupo que nunca llegó a triunfar, nunca conocieron el éxito, por más que les rondara. Esta parece ser una constante de todas las grandes bandas de power pop: sacar sus discos, estar a punto de… y nada. Y eso que a esta gente padrinos no les faltaron, trabajaron con Paul McCartney, George Harrison o Todd Rundgren.



Pero también trabajaron con personajes de dudosa calaña, como el gángster de Stan Polley, un mánager que los llevó a la ruina. Además, dos de los miembros de Badfinger (Pete Ham y Tom Evans) se acabaron suicidando. Pese a la tragedia que rodea a esta banda, destinados para la grandeza, rodeados de muerte y ruina, lo que emerge con el paso del tiempo es su música, pop-rock del bueno, del antiguo, que los convierte en una de las apuestas más bonitas de los años 70, que ya es decir.


La conexión con los Beatles es evidente: comenzaron en el sello Apple, McCartney fue autor se su primer single de éxito, “Come and Get It” (en realidad un descarte Beatle, que apareció en la peli de infausta memoria The Magic Christian, 1969), Mal Evans, Geoff Emerick y Harrison les produjeron… la verdad es que si uno escucha No Dice (1970) podría afirmar que muchos de los temas parecen sacados de los tres últimos discos de los Beatles. Incluso el tema “Believe Me” parece –según le dé la luz- un descarado plagio de “Oh! Darling”. Pero si se hubiese tratado de una mera copia, de un producto derivativo, no estarían tan bien considerados ahora.

Siempre me gusta recordar el efecto sangrehelador que me produjo el uso de la bonita canción de Badfinger “Baby Blue” en una escena de paliza en Infiltrados (2006) de
Scorsese. Ironía y tensión donde las haya, pero aunque Badfinger quisieran dárselas de rockeros en realidad nunca fueron chicos malos, sino poperos con piel de lobo. Hoy no os voy a comer más la cabeza con fechas y datos, solo pretendo recomendaros un disco: No Dice. Veréis cómo suenan piezas del calibre de “No Matter What”, (primer himno power pop?), “Without You” (que hicieron millonaria Nilsson y Mariah Carey luego). O “Love Me Do” (no confundir con la de los Beatles), o “I Can’t Take It”, o “Watford John”, o “Blodwyn”, Dios mío esas guitarras…!

4 comentarios:

natalia dijo...

Lector infatigable, melómano apasionado, cinéfilo a ratos....Tú duermes? ¿cuántas horas? ¿cómo logras llegar siempre el primero al curro, que me lo ha soplado un pajarito? Tengo spotify, me pongo ahora mismo a escuchar este disquito.

Susu dijo...

Pues al menos con uno de tus lectores te equivocabas, Porerror, yo nunca había escuchado nada de éstos y tu introducción me ha venido muy bien.

(Good)Thumb up!

El_Tesorero dijo...

Pensaba que acabando la carrera tendría más tiempo libre, pero me equivoqué. Al menos sé que si paso del resto del blogroll y vengo directamente aquí leeré grandes verdades como ésta. Grandes Badfinguer!

patricia dijo...

joder a mi me gusta un monton tu entrada y ese grupo era un clásico en la biblioteca musical de mi padre.Al igual que amo desesperadamente el olor a 60's he de decir que las plataformas y las greñas tambien me cautivan.Yo en facebook hay grupos de 2 personas a los que pertenezco,que triste es ser raro. Un saludo!!!

 
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