Perdóneme Padre, porque he pecado. Me he bajado de Internet una docena de discos. Pero si tú no te bajabas música, Porerror! Porque no sabía, señora. Hasta ahora no creía en e-mule, igual que John Lennon no creía en Elvis (ni en nadie, salvo Yoko y él, si hemos de creer la canción). Hasta ahora, todos mis intentos de bajarme cosas de modo supuestamente gratuito, rápido y cómodo habían fracasado: ni Bit Torrent, ni otras fórmulas que muchos amigos me recomendaban me habían permitido bajar nada. Que si tarde usted trillones, que si regístrese usted, que si enlace no encontrado, que si mí no poder…
Pero el otro día alguien me dijo un método rápido y fácil, (y G.R.A.T.I.S., mi nueva palabra clave) para bajar cosas y resulta que funciona. La verdad es que estoy como unas castañuelas de contento, porque como bien sabéis llevo medio año sin comprarme discos, y eso duele. A la larga mi culturón musical se resiente, tiene un límite el número de veces que uno puede escuchar las mismas canciones de Simon y Garfunkel o Serrat antes de volverse loco.
Perdóneme Padre porque, en lugar de bajarme a la élite del rock me ha dado por bajarme “pop de masas”. Y un poquito de indie también, dejad de gritarme. Gente a la que he robado dinero: Zenttric, Maldita Nerea, El Pescao, Los Delinqüentes y Tomasito, Nena Daconte, Tulsa, Lula, La Habitación Roja, Ellos, Iván Ferreiro y Beady Eye (Oasis sin Noel Gallagher). Otra gente como Kiko Veneno, Lapido y Manolo García han sido más listos y han borrado todos los links que he buscado, o yo no he sabido encontrarlos.
En realidad escribo este post al borde de la locura, no escucháis mis carcajadas grotescas retumbando por toda la galería? JA, JA, JA, JA, JA!!! Os confesaré el origen de mi zozobra: estoy a esto de bajarme el disco de Dani Martín, más conocido por estos lares como “el fiera”. Después de denostarlo hasta la afonía he llegado a la conclusión de que un par de sus canciones se me han metido tanto en el cerebro, me son tan familiares, que ya no sé distinguir si me gustan o no. “No sé distinguir lo complicado de lo simple” –cantaba Bunbury (un favorito vuestro), y a esta hora no sé qué hacer. Por eso cual suicida al borde del abismo os escribo, para pedir ayuda…
La verdad es que escribo este post con el cuerpo de Augusto Algueró (ese sí que entendía sobre pop de masas) aún presente en su capilla ardiente de la SGAE. El mismo día que Teddy Bautista (¿cuándo hay boda sin la Tía Juana?) ha anunciado que la SGAE dejará de ponerles multas a los particulares para centrarse en rapiñar en las empresas, whatever that means. Sé que hace poco en el Congreso se debatió y se votó una ley sobre propiedad intelectual o sobre descargas patrocinada por vuestra Ministra de Cultura, por infame nombre “Ley Sinde”. La verdad es que había dejado de interesarme por estas cosas desde que tuve que pagar un impuesto revolucionario de más de 6 euros cuando me compré mi iPod.
La verdad, amigos, es que voy a seguir bajándome música como una auténtica perra arrabalera hasta que pueda hacerlo, hasta que cierren las webs, mi ordenador se sature o venga la policía a detenerme. La verdad es que no hay verdad en este asunto, cada vez que salen estos cobradores me pongo bastante enfermo. Lamento el perjuicio económico que pueda estar haciendo a los artistas, pero os contaré un secreto. En realidad ellos me lo deben. Alguna vez he calculado el dineral que tengo en discos dentro de mi casa, aunque –claro- no se lo he dicho a nadie. Pues eso.
Pero el otro día alguien me dijo un método rápido y fácil, (y G.R.A.T.I.S., mi nueva palabra clave) para bajar cosas y resulta que funciona. La verdad es que estoy como unas castañuelas de contento, porque como bien sabéis llevo medio año sin comprarme discos, y eso duele. A la larga mi culturón musical se resiente, tiene un límite el número de veces que uno puede escuchar las mismas canciones de Simon y Garfunkel o Serrat antes de volverse loco.
Perdóneme Padre porque, en lugar de bajarme a la élite del rock me ha dado por bajarme “pop de masas”. Y un poquito de indie también, dejad de gritarme. Gente a la que he robado dinero: Zenttric, Maldita Nerea, El Pescao, Los Delinqüentes y Tomasito, Nena Daconte, Tulsa, Lula, La Habitación Roja, Ellos, Iván Ferreiro y Beady Eye (Oasis sin Noel Gallagher). Otra gente como Kiko Veneno, Lapido y Manolo García han sido más listos y han borrado todos los links que he buscado, o yo no he sabido encontrarlos.
En realidad escribo este post al borde de la locura, no escucháis mis carcajadas grotescas retumbando por toda la galería? JA, JA, JA, JA, JA!!! Os confesaré el origen de mi zozobra: estoy a esto de bajarme el disco de Dani Martín, más conocido por estos lares como “el fiera”. Después de denostarlo hasta la afonía he llegado a la conclusión de que un par de sus canciones se me han metido tanto en el cerebro, me son tan familiares, que ya no sé distinguir si me gustan o no. “No sé distinguir lo complicado de lo simple” –cantaba Bunbury (un favorito vuestro), y a esta hora no sé qué hacer. Por eso cual suicida al borde del abismo os escribo, para pedir ayuda…
La verdad es que escribo este post con el cuerpo de Augusto Algueró (ese sí que entendía sobre pop de masas) aún presente en su capilla ardiente de la SGAE. El mismo día que Teddy Bautista (¿cuándo hay boda sin la Tía Juana?) ha anunciado que la SGAE dejará de ponerles multas a los particulares para centrarse en rapiñar en las empresas, whatever that means. Sé que hace poco en el Congreso se debatió y se votó una ley sobre propiedad intelectual o sobre descargas patrocinada por vuestra Ministra de Cultura, por infame nombre “Ley Sinde”. La verdad es que había dejado de interesarme por estas cosas desde que tuve que pagar un impuesto revolucionario de más de 6 euros cuando me compré mi iPod.
La verdad, amigos, es que voy a seguir bajándome música como una auténtica perra arrabalera hasta que pueda hacerlo, hasta que cierren las webs, mi ordenador se sature o venga la policía a detenerme. La verdad es que no hay verdad en este asunto, cada vez que salen estos cobradores me pongo bastante enfermo. Lamento el perjuicio económico que pueda estar haciendo a los artistas, pero os contaré un secreto. En realidad ellos me lo deben. Alguna vez he calculado el dineral que tengo en discos dentro de mi casa, aunque –claro- no se lo he dicho a nadie. Pues eso.
10 comentarios:
La furia de Ramoncín caerá sobre ti!!
(bienvenido al grupo de los "internautas" y los "piratas")
"no os engañeis, que la historia de vale music termine aqui es por la pirateria descontrolada que tenemos en internet. 9:50 PM Jan 4th vía web"
http://twitter.com/davidbisbal
¡Qué maravilla! Luego puedes seguir arrebatándole los derechos de autor a los cineastas, y después a los escritores. Seguro que todos te deben algo. ¡Bravo!
y que metodo usas? porque en general esto de bajarse musica me parece un coñazo... yo uso www.filestube.com , pero no es ideal...
para bajar pelis, mucho mejor!
Yo apenas me bajo míusica, pero cuando lo hago uso Soulseek, donde no busqué discos de Lapido, pero sí descargué con éxito algunos de 091. Puede que algún disco no lo llegara a encontrar, pero no lo recuerdo.
La piratería empujó a Cervantes a escribir la segunda parte de 'El Quijote' Para muchos, sus vidas virtuales son mejores que las reales.
Texto completo.
Colega te veo muy cambiado. En tu cuarto bajándote canciones de manera obsesiva, mirando nervioso hacia detrás por si aparece la poli tras la correspondeinte patada en la puerta. ¡Eres un yonqueta de las descargas! No, en serio, que yo digo como dice Sabina sobre las corridas de toros:" deberían prohibirlas, pero mientras no lo hagan, yo seguiré yendo cada tarde a ver a José Tomás"
PD: sabes que lo de mi colega Lapido no te lo hubiera perdonado. Ahí hay que gastarse el dinero.
Un simple mojaquero.
Sabes que te quiero mucho, porque eres gracioso, culto y educado. Pero vaya palo que me acabas de dar!!!! Porque yo digo, que si tú te pones ahora a escribir libros, triunfas y te publican, y llego yo y cuelgo tu libro en la red y todo eso...¿te daría igual? Hombre, el trabajo hay que pagarlo. Jamás he comprado nada pirata. Bueno, sí, un cinturón de Versece en Roma hace mil años. Qué hortera era y qué malo me salió. Yo soy una antigua, me sigue gustando comprarme mis discos y mis libros.
Es necesario?Que cada uno se baje lo que le dé la gana, y si no, que bajen los precios.
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