Vivencias polimórficas de un treintañero perplejo.

viernes, 29 de abril de 2011

Cuándo hay boda...?


-“Así que comprobé todos los datos históricos registrados/
y me dio un shock cuando descubrí avergonzado/
que soy el décimo octavo descendiente lejano/
de no sé qué reina.”

(The Smiths)





Me cuenta el buen Harvest que no hay nada más infalible para hacer reír a un norteamericano que hacerle escuchar a alguien hablando inglés con acento británico. Es un hecho universalmente aceptado que los americanos solo asocian el inglés británico a dos cosas: los villanos -sea una peli Disney o El patriota (2000)- y el humor –de los Monty Python a Mr. Bean. Otro hecho universalmente etc. es lo que le gusta a todo el mundo una Boda Real, sobre todo a los norteamericanos. Pour quoi? Será porque allí no hay de eso, no hay reyes, ellos creen que tampoco clases sociales y entonces todo el mundo es democrático, nadie lleva coronas en la cabeza, los únicos reyes son Elvis Presley, Michael Jackson y Larry King.

Sin embargo, ya hace casi doscientos años escribió Alexis de Tocqueville (y él entendía de América, no?) que “la democracia que ha echado abajo el sistema feudal y derrotado a los reyes se retirará ante los comerciantes y capitalistas”. La Boda Real es un evento de primera magnitud a nivel informativo y económico, pongo el ejemplo de los USA porque sé que allí se ha seguido con especial interés (aunque solo sea a juzgar por el despliegue de medios periodísticos que han hecho los yanquis), pero como dije en el párrafo anterior la Boda Real le gusta a todo el mundo (hasta a los republicanos), salvo a los aguafiestas y a un señor de Nairobi que llamó ayer por teléfono a un programa de la BBC para decir que le daba igual. Pero que a su mujer le había encantado.


Precisely my point. A quién no le gusta una Boda Real, si eso es una cosa de mucho gustar, más o menos como un baptisterio romano del siglo I? Ayer era el día de seguir la boda entre el príncipe William de Inglaterra y su “novia de toda la vida” (qué me gusta el periodismo, DIOS!!!), la señorita Kate Middleton, a la que a partir de ahora hay que referirse como Catherine (o Catalina, según las maravillas de la traducción, ya que él es Guillermo también de toda la vida). Ayer estaban algunas de mis compañeras de trabajo revolucionadas, que si el traje, que si los invitados, que si la flema británica. Tres horas después, la buena Cuidadora me confesaba: “El pueblo británico ha disfrutado mucho, ya sabía yo que ellos en realidad no eran flemáticos”. Touché! Yo también participé de la emoción, de ver en marcha toda la maquinaria de pompa y boato que es capaz de desplegar la Corona británica (admitámoslo), la de más caché del Globo.

Me gustó ver las escenas de la boda –en diferido, eh?- y luego me tragué en directo toda la postboda, besos de los novios en el balcón de Buckingham Palace incluidos. Por poco me mareo viendo el espantoso traje de la Reina (“es que son anglosajones, son otra cultura: allí los colores simbolizan otra cosa…” –decía apologéticamente un gurú de la moda en TVE1 a propósito del atentado estético de Isabel II). Me hizo gracia que el joven William se casará con uniforme de la Guardia Irlandesa (os fijasteis en los tréboles dorados que llevaba bordados al cuello?), porque sí, amigos, los coches oficiales y todo el ornato de la boda exhibían ese bonito escudo del Reino Unido que tiene cuatro partes: Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda.


El vestido de la novia también me gustó, aunque esos temas no me encandilan. Lo que sí me encandiló fue el vuelo sobre Londres de un bombardero Lancaster y dos cazas Spitfire de la 2ª Guerra Mundial, para homenajear a los recién casados y rendir tributo a la Batalla de Inglaterra, que permitió –entre otras cosas- que estos pavos se casaran ayer y hubiera decenas de fiestas callejeras programadas por todas las islas, en vez de estar bebiendo cerveza y comiendo salchichas como hacen los alemanes (Porerror, psst! Que los británicos también se la pasan bebiendo cerveza y comiendo salchichas!)… er... perdón, en vez de estar escribiendo filosofía y liderando la economía europea como hacen los alemanes.

Las cifras de la boda son mareantes: 1.500 militares y 5.000 policías (o fue al revés?) para la seguridad, la broma salió por 23 millones de euros pero se esperaba recaudar 700 (“Ganarán dinero, como en todas las bodas” –apostilló una compañera de trabajo), había no sé cuántos árboles dentro de la Abadía de Westminster, y 1.900 invitados, que luego se quedaron en 600 para el cóctel y en 300 para la cena, o algo así. Deos igual si las cifras no son exactas: aquí lo bonito es la fantasía y la ilusión. El flanco friki quedaba bien representado por los personajes “del pueblo” que pululaban entre la muchedumbre, que si un pavo vestido de caballero medieval, que si uno con un sombrero alegórico hecho con muñequitos, que si un colombiano que se había acostado a las 5 de la mañana confeccionando una pancarta de mierda para Kate, que él lucía orgulloso…


Todos desfilaban henchidos de satisfacción ante las cámaras de la BBC: desde los compañeros de William de la RAF en la isla de Anglesey hasta el historiador Simon Schama, pasando por tropeles de niños o unos que habían hecho una pancarta que rezaba: “Jaque mate, Kate: Te has comido al Rey”. El flanco metafriki lo cubrían –cómo no- los invitados. Elton John y señor, primum inter pares. Rowan Atkinson no podía faltar, aunque solo fuera para hacer reír a los americanos (se estaría riendo él durante la ceremonia pensando en las injurias a los reyes de Inglaterra que perpetró haciendo la serie La Víbora Negra (1983-89)?) Polémica al parche: no estaban los sociatas Tony Blair ni Gordon Brown, “por no pertenecer a la Orden de la Jarretera” (cosa que John Major y la Thatcher sí). Ah, que como mérito no bastaba haber sido Primer Ministro de Gran Bretaña? Copón!

A media mañana el buen Nacho Camino me lanza una bola curva: también están invitados los jerifaltes de Porcelanosa, misterios del capitalismo y la realeza, que diría Tocqueville. La sensación al final de todo el circo mediático es una mezcla de hartazgo y satisfacción por el deber cumplido. Todo el mundo cumplió su papel ayer: los novios casándose, que es lo que tenían que hacer, el pueblo enfervorizado en las calles o en Twitter (incluido el keniata que llamó para cajarse en la boda, tiene que haber disidencia, amigos) y Estatuas Verdes –siempre un paso por detrás de la actualidad-, estando aquí para contároslo.

5 comentarios:

Nacho Camino dijo...

Inquietante...

http://www.dailymail.co.uk/news/article-1370359/Charles-sells-parties-Palace-Spanish-tile-giant---chairman-wife-invited-Royal-Wedding.html

Luis Manuel Ruiz dijo...

A mí me interesó mucho todo. Lo mejor, los Beckham, sobre todo él, que estaba sobresaliente. Los Spitfire y el Lancaster no los vi, por desgracia. El vestido de la novia, a mí tampoco me gustó. Una última pregunta, oh, Porerror, ¿dónde estaba la jequesa de Qatar? Xxx.

tirso malatesta dijo...

Cuando vi entrar a Mister Bean por un momento pensé que los iba a casar él. Una pena...

natalia dijo...

El traje de la novia no era, en efecto, impecable. Pero, qué decir del de su adorable hermana? Para mi, de lo mejor de la boda, lo sencillo del cortejo. Vivan los hermanos!!! Me encantó también el del novio, que le soplaba a éste cómo venia la novia, con esa cara tan cachonda de borrachín, de golfete. Los Beckham, terribles.Él no pierde la pinta de hortera ni vestidito de ángel, y ella para qué hablar, con esa actitud altiva, ese "tocadito", que son lo peor de las bodas...Ni en los carnavales de Cádiz!!!!Una vez casi me saltan el ojo con una pluma de ? en el almuerzo de una boda pija a la que fuí (la única que no llevaba tocado, yo, que me puse en el pelo una rosa natural y todos me miraban, todos no, todas, como si llevara una mierda prendida en la cabeza).

Fran G. Matute dijo...

Amigo Porerror, me he partido el culo con este "post", uno de los mejores...

Como sabes, yo SÍ fui invitado al evento, en calidad de juez virtual de la ceremonia por la que se paseó todo bicho viviente de la City que se hace llamar noble.

Cuando quieras quedamos y te cuento los detalles de la ceremonia (fotos incluidas) vividas in situ, para que los desgranes en tu blog.

Abrazos.

 
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