Vivencias polimórficas de un treintañero perplejo.

miércoles, 14 de octubre de 2009

A Tryptich of the Spanish Bizarre


El retablo cerrado. Hay ocasiones en las que tiene que ir uno a buscarlo, hay que salir al frío o a la espesura, en busca de la noticia, la ocurrencia o la nota bizarra. Otras veces, en cambio, siguiendo la frase del gran Jaime Urrutia, “la vida te lo da”. Hace una semana justa que me encontraba surcando los procelosos mares de la Cultura (la presentación de una novela) cuando llegaron a mis oídos tres anécdotas que epitomizan lo casposo, lo bizarro y lo más different de lo typical Spanish: lo que más nos gusta.

Claro que algunos dirán que el hecho de que las tres tuvieran lugar en la capital andaluza es significativo, otros que es solo una anécdota. A mí -qué queréis- la cosa me hace gracia, me parece muy de Sevilla pero también muy de Madrid 2016, muy del Encuentro Planetario, de la trama Gürtel, de El Mundo Today... por deseo expreso de mis fuentes no revelaré su identidad, ni aun otros detalles jugosos pero cuya ausencia no hace daño al caso.


Tabla izquierda: Santa María en el Monte. En la tabla de la izquierda del tríptico (barroco, como no podía ser de otra manera en Sevilla... bueno, tal vez flamenco, o mejor flamenkito), podemos apreciar a un currante que cada mañana se dirige a su lugar de trabajo en un barrio pijo cuya diaria contemplación matutina supone para él una mortificación. Camino de su oficina, el currante pasa siempre junto a un reputado gimnasio, en concreto sus pistas de pádel. Los sonidos que de las pistas emanan, carentes de todo fuero, hacían pensar en tormentos bíblicos, en un animal muy grande y enfermo o en la digestión del Todopoderoso Sarlacc. Se trataba, empero, de María del Monte.

El horror y la angustia se dibujan en el rostro de nuestro madrugador currante, su expresión denota sorpresa a la par que sufrimiento, en el momento preciso de descubrir que los gemidos provienen de la famosa tonadillera y presentadora de Canal Sur María del Monte, haciendo ímprobos esfuerzos por jugar al noble deporte del pádel a esas horas. Luego la ve en su todoterreno, fumando, para reponerse del esfuerzo, se entiende. Y nuestro protagonista piensa (quién sabe por qué morbosa asociación de ideas) en cierta vez que iba tranquilo por la calle y Paquirrín le increpó desde un amoto.


Tabla derecha: Estación de penitencia tuberculosa. Un grupo de peregrinos camina confiado por un carril bici. En la oscuridad de la noche buscan algún hospital o refugio donde un alma caritativa les dispense cervecita fría para calmar sus dolores. Uno de ellos conoce un sitio así, cree que está cerca. Entre la neblina el grupo atisba una cristalera ahumada, unos carteles de centro de restauración. ¿Es allí? -No, hermano (aclara otro), y aparta tu vista de ese lugar siniestro. La taberna que buscamos se haya cerca, pero el lugar que has mirado has de saber que se encuentra tocado por el Maligno.

El peregrino que está en el ajo procede a narrar la historia mientras los otros de la escena prorrumpen en grotescas muecas de asombro, burla o espanto. “Fue allí, hermanos, y no en otra parte, a la sazón un local que dispensaba patatas asadas, do ha un año entró un nazareno y perpetró un atraco vestido con la túnica de su Hermandad. Las cámaras de seguridad recogieron el acto delictivo, bastáronle 30 segundos. Luego se descubrió que el interfecto trabajaba allí”. En una esquinita de la tabla, un recordatorio de la escena: un mostrador lleno de tubérculos y un encapuchado violentando la caja registradora ... por treinta monedas.


Tabla central: La Madonna de los volantes. Esta escena ocupa la parte central del tríptico, por ser la más principal. Se nos narra en forma de viñetas, tosca narrativa de una etapa pre-Gutenberg, en la que la imagen visual educa al pueblo. En chiquitito, se ve un festival erótico de provincias en busca de renombre. Luego apreciamos a Cicciolina, la matrona de la teta fácil (no ajena al mundo del arte: hay quedan su matrimonio con Jeff Koons y la obra a que dio lugar para atestiguarlo), rezando para que vengan a buscarla en limusina. Ella espera con su madrinazgo servir de protección al festival Eros Andalucía 2009, igual que antaño una santa o mártir brindaban su protección a una ciudad. O como una Afrodita entrada en carnes -y en años- patrocinando un ejército troyano.

A continuación vemos a Cicciolina con gesto triste, el maquillaje ajado: ha perdido un avión pues su equipaje se estimaba demasiado voluminoso, y esta contrariedad le cuesta a la organización del festival varios cientos de euros en un nuevo billete. Esto motiva que posteriormente la bella Cicciolina sea trasladada en un Opel Corsa (“¡A la mierda la limusina!”), el presupuesto no da para más. Al volante del Corsita, su acompañante: un hombre joven , bien parecido, versado en idiomas, todo es poco para complacerla. Cicciolina le confiesa a su hombre otro de sus anhelos, también relacionado con los volantes: “Mi sueño al venir a Sevilla es vestirme de flamenca”. Pues ya sabéis lo que toca.


Las pinceladas del autor se vuelven aquí más sueltas, más esfumadas. La bruma recubre partes de la historia mientras que otras han llegado hasta nosotros dibujadas con un trazo perfecto. Vemos a Cicciolina posando en el festival, aportándole glamour, se habla de otras estrellas del cine X: un doble de Torrente adicto a los azotes, starlets varias de toda ralea... Al día siguiente la Cicciolina resurge triunfante, vestida de flamenca (“con el traje más feo que había en to la tienda”), se ve su estampa en primer plano y al fondo se adivinan las formas de la Magna Hispalensis: la Santa Iglesia Catedral de Sevilla.

Contemplar este tríptico no puede dejar a nadie indiferente.... esto tiene por fuerza que mover a la piedad. ¡Y se rieron de mí cuando prediqué el Apocalipsis!

7 comentarios:

Fran G. Matute dijo...

Jajaja... qué arte! Ni "El Cordero Místico" ni leches... este es el mejor cuadro del mundo... Bastardo!

GRILLO SOLITARIO dijo...

...Y SI ADEMÁS EN LA SALA DE EXPOSICIONES PONEN ROCK CRISTIANO, VAMOS, SE DEMUESTRA QUE LA PERFECCIÓN EXISTE.

Daniel Ruiz García dijo...

¿Y qué me dices, Porerror, de la tipa vestida como de superheroína en la foto de familia del Festival (segunda por la izquierda)? Es para descojonarse. Catwoman pero en versión ultracaspa. Parece que se ha comido a Hale Berry y a Michele Pfeiffer juntas, y encima de postre un par de chorizos de Cantimpalo...

Fran G. Matute dijo...

Jajaja... por la cara... como diría alguna por aquí, se ha tomado un par de chorizos de "cantimplora"... ;)

Kike dijo...

que maravilla Paquirrin.

Por cierto, intuyo por la entrada que fuiste al Festival Erotico o como se llamara? O intuyo que no fuiste?

patricia dijo...

HA MUERTO LUIS AGUILÉ? jope..
Catwoman en versión ultracaspa! coincido totalmente y reitero esa expresion! jaja FIUUU!
saludines

Porerror dijo...

Gracias a todos por vuestros comentarios!

-Fran: Hijo de mala madre! Es lo que tiene mezclar Cultura con cultura con cerveza con diputadas ex actrices porno.

-Grillo: Una vez más, tu comentario carece de sentido. ¿Eres acaso de los que ven el programa de María del Monte en una habitación sin ventilar?

-Daniel: No he comentado con más detalle las fotos del festival erótico por prudencia, y para no hacer sangre. Cuando tú quieras te doy unos azotes.. disfrazado de Batman, Robin o lo que haga falta...

-Kike: No fui al festival erótico, no me hizo falta, él vino a mí. En ocasiones las anécdotas más bajunas te pueden surgir camufladas en eventos de alta cultura... como tú en el festival de Sanse!

-Patricia: Fatal lo de Luis Aguilé, ¿eh= Y respecto a Catwoman... ya sé qué disfraz no te vas a pedir para este Halloween... ;)

 
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