Vivencias polimórficas de un treintañero perplejo.

jueves, 4 de marzo de 2010

Los modernos van de Hacheyeme


-“Esta es la época en la que no se puede estar seguro.”
(George Michael)




Aparto los platos de la comida y reparo en que en un rincón de mi salón de Cosica descansa una bolsa plegada de color blanco. Unas manchitas rojas me lo confirman: se trata de una bolsa de H&M, la tienda sueca de ropa, complementos y cosmética. Hubo un tiempo en que fui un asiduo a esta tienda, motivo: porque era nueva en Miciudad (antes tan solo la había visto en el extranjero) y porque su estilo me molaba. Y no era cara.

A mediados de la década del 2000 hubo un vacío de poder en la ropa masculina. Springfield y Pull & Bear (bastiones clásicos) se habían trocado en una especie de almacenes para canis: diseños con llamas, con letras doradas, con números absurdos. ¿Dónde quedaban esos jerseys básicos, esos polos, esas camisas de cuadros o rayas NORMALES o esos vaqueros no rajados que durante años habíamos comprado allí? Simplemente quedaban por pijos, entonces ambas cadenas optaron por horterizarse.


El Corte Inglés siempre fue una opción (nunca barata), pero por más que contraten a bizarros diseñadores para darle un toque cool o juvenil a sus prendas, a esa gente siempre le ha salido mejor la moda pija onda Dustin, Green Coast, Easy Wear…Y no digamos ya otras cadenas de ropa, abiertamente pijas y sensiblemente más caras. Supongo que algún lector malpensado se estará sonriendo en su fuero interno: “¿Porerror huyendo de la moda pija? ¡Pero si él es un pijo!” Ay, si me dieran un duro por cada insulto que recibo a lo largo del día… La verdad del asunto es que no soy pijo, nunca lo he sido y nunca me he considerado tal (hablo con autoridad: trato con pijos de verdad).

Pero no es menos cierto es que desde hace tiempo hay quien me lo ha llamado, la última vez no hace ni un mes, o sea que algo tendrá el agua cuando la bendicen… Pero debéis comprender una cosa: aquí en Andalucía el pijerío tiene un deje campero, torero, de patillas largas, cinturones trenzados, con el que nunca me he sentido identificado. Ese es el pijerío del que yo huyo, no del hecho de llevar camisa y jersey, o polos en verano, gracias. Tampoco necesito ser moderno o popero, os lo aseguro, lo cual no quita que comparta con dichas tribus determinados gustos estéticos, o que me disfrace puntualmente para pasar desapercibido en sus encuentros.


Entonces llegó H&M, una solución de compromiso sencilla, económica y elegante. Allí me he comprado abrigos, camisas, gorros de lana, corbatas, vaqueros, camisetas, sudaderas, jerseys, zapatos… de todo. Para mí era una tienda más, si acaso un pelín más colorista, con esa tendencia a la espantajería que últimamente le ha insuflado las colecciones de diseños de Karl Lagerfeld, Kylie Minogue o Rufus Wainwright, pero en absoluto más cool o radical que pudieran serlo sus competidoras Springfield, Mango o Zara.

La cosa es que como Springfield parece haber vuelto otra vez a vender ropa bonita, últimamente tenía abandonado H&M, pero el otro día me sorprendí viendo Comando actualidad, en el que una pandilla de chicas estilosas gallegas salían como locas del H&M de Gran Vía 37. El locutor les preguntaba: “¿No encontráis esta ropa en Galicia?”. “¡Como esta no!” –contestaban al unísono las extasiadas mozas. ¿Será posible? El viernes pasado por la noche, transitando por la Gran Vía (donde hay dos tiendas) unas amigas madrileñas me explicaban: “Esto de aquí es el H&M. Es lo último: es donde compran todos los modernos.” Ahora sí que no entendía nada de nada, amigos.


Y la verdad es que me estuve fijando, durante esa noche y las dos posteriores, y es cierto que la tribu moderna (la no chochipopera) parece favorecer espectacularmente las prendas de la cadena sueca. Sombreros absurdos, anillos, gafas de sol, zapatillas brillantosas, camisas, chaqueturrias, vestidos cool, camisetas con estampados rosa chicle, lila o amarillo… era como si el mundo se hubiera vuelto loco. En el Ocho y Medio raro era el que no llevaba algo puesto de H&M. Y fue allí donde recibí un flyer del también moderno club Elástico, en que podía leerse nada menos que el garito estaba “A tan sólo cuatro minutos del Hacheyeme”. Curiosa manera de publicitarse, a fe mía!!!

Como soy un perfecto esnob (eso lo sabéis), como me gusta una tontería más que otro poco y como pretendía mimetizarme con esa juventud moderna madrileña, creo que no tengo que contaros a qué dediqué una parte de la tarde del siguiente sábado. Me fui a un H&M de Gran Vía (bien sure!) y me pertreché de una camisa, una rebeca y una corbatita fina. A moderno no me gana nadie, si me pongo. Incluso me llevé a un amigo, quien me hizo ver que dentro de la tienda perfectamente hubiéramos pasado por gayers: “Voy a probarme esto”, “Te tengo el abrigo”, “Me voy poniendo ya en la cola”… ¿Cabe mayor éxito de la modernidad?

9 comentarios:

Rukia dijo...

yo era del HyM y del CyA (vivan las siglas...), pero cada vez me cuesta más encontrar algo que me guste...¬¬

Por cierto Porerror, eso de las camisas de cuadros y las corbatas finitas no es pijerío, te lo digo yo ;)

Anónimo dijo...

Estos son los post que me gustan, porerror. Ay, si te dieran un duro... pues hoy te mereces muchos leuros.
M.P.

orphangirl dijo...

Para mí HyM es una buena opción para estar a la última y a buen precio. Y repito, a la última, porque para la temporada siguiente posiblemente la ropa esté bastante gastada y tengas que renovarla, te hayas cansado de ella y ya no se lleve. Para básicos, mejor irse a las tiendas que venden ropa de buena calidad o que incluso sean de una tendencia que no te vayas a cansar en el futuro pues te estás dejando los dineros ... para eso es bueno ir en rebajas.

Yo también estuve en ese HyM y cierto es que había cosas más moennas y atrevidas de lo que puedas ver en Sevilla pero me esperaba más cosa, la verdad.

Luis Ramiro dijo...

Mi amigo Jose (es gay) bautizó al H&M como ("hombre maricón"). La ropa la compramos allí siempre. Nos sentimos un poco más londinenses con esa ropa fabricada en Vietnam. Qué cosas.

Riggy dijo...

Ya sabes que suelo estar de acuerdo con lo que escribes, pero aquí es que suscribo punto por punto cada palabra. A mí también me han llamado pijo los que no saben lo que son los pijos de verdad.

De haber escrito este post antes de ir a Madrid te hubiera confiado mi secreto: también en Gran Vía está Jules, una tienda sólo de tío donde se vende ropa NORMAL. Supongo que por eso no es famosa, pero es imprescindible en estos tiempos de confusión.

Anónimo dijo...

No veas cómo me ha puesto el dedo el anillito. Migue.

María dijo...

Me encanta H&M, es mi tienda jeje

Saludos!

María

Teano dijo...

Pues para mí, h&m está bastante bien. Tiene una parte más "pija", por decirlo de alguna manera y otra un poco más moderna, pero siempre formal. No sé ya en la tienda de Madrid, pero en la de mi ciudad, que llevará abierta unos 3 años, es así.
Y como dijo Rukia, siempre que voy de compras acudo a h&m y al c&a, además de porque se adecua a mi estilo hay más tallas además de la 34.

Anónimo dijo...

quién se atreve a llamarte pijo? quién?;), jajajaja.

pues a mí H&M no me ha gustado nunca en la vida, veo la ropa muy hortera y muy "destartalá". será que yo no soy moenna??!!!

yo soy de C&A y de Zhi Long, jajajaaj.
mjesús

 
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