Vivencias polimórficas de un treintañero perplejo.

domingo, 8 de mayo de 2011

Karmabobo Abbey. Period.



No veáis cómo estamos con las series de época, amigos! No sé si lo leí por ahí o lo escribí también en otra parte, la verdad es que no encuentro la referencia (me pasa como a George Harrison con “My Sweet Lord”, que plagiaba porque le sonaba una melodía en su cabeza…) pero la idea es clara: no hay duda de que estamos viviendo un resurgir de las producciones de época. Puede que sea escapismo en tiempos de crisis, el que caso es que lo antiguo mola y las cadenas de televisión se están forrando a costa de eso.

Downton Abbey (2010- ) es la serie definitiva, ya sabéis, escrita por Julian Fellowes (el noble escritor, guionista oscarizado de Gosford Park, 2001), recoge a la crema televisiva de los actores británicos de época. Tuve la suerte de ver la serie en Navidad –me la dejó una compi-, y en la prensa se acumulaban las llamadas de atención, que por qué no la echaban en España, etc. Hasta que la echó Antena 3, con muy poco respeto, todo sea dicho. Los capítulos troceados y todo adobado de publicidad, abusando de las recapitulaciones de “Anteriormente…”. Pero bueno, al menos la echaron, y se podía ver en V.O.


Anoche pensaba en este post mientras veía una TV movie de 2009 sobre la Reina Victoria, tuve que salir, ya me contaréis cómo estuvo. De momento tenía bastante buena pintilla, de Queen Victoria hacía Emily Blunt. El viernes me zampé de una sentada Esposas e hijas (1999), seis episodios, basados en una novela de Elizabeth Gaskell. Esta autora es interesante, una mujer victoriana cuyas novelas se siguen hoy día editando, leyendo y estudiando en las universidades, ahora ha conocido un resurgir al haberse adaptado con fenomenal éxito varias de sus obras: la mencionada más Norte y Sur (2005), Cranford (2007) y Regreso a Cranford (2009).

En una de estas la buena Cuidadora me avisa de que con motivo del Red Nose Day (día en que se recauda en Gran Bretaña dinero para Comic Relief, como Payasos sin Fronteras) la BBC ha hecho una parodia de Downton Abbey, llamada Uptown Downstairs Abbey. Dura un cuartillo de hora, lo podéis ver en YouTube (y repasar otras parodias clásicas del Red Nose Day), y está francamente bien hecha. Como ejemplo os diré que el papel de Lady Grantham lo hace una de las feas de Sexo en Nueva York. Todo esto en inglés se llama “period drama”, la “época” allí es “period”. Me fascina que a los británicos les fascine tanto.


No hay duda de que se trata de una moda, que como todas pasará y estas producciones volverán a su frecuencia habitual, pero para que las modas calen hace falta un sustrato, y en España también se están haciendo cosillas de época, lo que ocurre es que los ejemplos que se me vienen a las mientes son 14 de abril: La República (2011- ) y Piratas (2011). Lamento ponerme estupendo pero me da la impresión de que en Gran Bretaña hay un mayor respeto por la historia y la literatura propias, y aunque en autores de primera fila podemos andar empatados, está claro que en los de segunda (que son los que marcan el tono de una época) ellos nos ganan por goleada.

Viendo Uptown Downstairs Abbey me fijo en que está rodada en la misma mansión que Downton Abbey (además lo dicen abiertamente): Highclere Castle, en Hampshire. Esta mansión tiene un perfil muy característico, y leo que también había figurado en obras maestras como Rafi, un rey de peso (1991) o la adaptación televisiva de P.G. Wodehouse Jeeves and Wooster (1989-1993). Mirando la web de Highclere Castle descubro que es la vivienda del Conde de Carnarvon, título que os sonará porque el 5º conde (ahora van por el octavo) fue el que le pagó la expedición de Tutankamón a Howard Carter, fue Lord Carnarvon: el famoso Karmabobo. De hecho, leo que la visita a Highclere Castle –ahora revalorizada por la popularidad de Downton Abbey- incluye una colección de antigüedades del Antiguo Egipto Antiguo.


A la espera quedo de la segunda temporada de esta excelentísima serie televisiva, a mi juicio epítome de todo lo bueno que puede tener el medio: deleita, instruye, está hecha con gusto, la ambientación es impecable, la cinematografía es de calidad, no nos toma por tontos, etc. Y como leí en una web humorística: si ya molaba el desfile de pretendientes de Lady Mary de esmoquin, no os digo nada cuando vengan de uniforme!!!

5 comentarios:

El_Tesorero dijo...

una duda, porerror, ¿vale la pena ver estas series en VO? me ha entrado a mí la fiebre de las versiones originales...

Porerror dijo...

Buen Tesorero, te digo que sin lugar a dudas. Si no sabes inglés, a lo mejor no, pero a poco que sepas algo... compensa con creces.

Para mí, los acentos son el gran aliciente de estas series, donde se distingue perfectamente las diferentes clases sociales, y esto no es ocioso, ya que muchas de las tramas de estas novelas/series giran en torno a tengo dinero o no, soy noble y tú pobre, etc...

Como dato te diré que una persona quería ver Esposas e hijas conmigo y preferí verla solo con tal de verla en V.O.

Un abrazo!

tirso malatesta dijo...

Por error quiero compartir una indignación que nada tiene que ver con tu post, pero tienes que saberlo. La sala de conciertos más famosa de la ciudad del norte de Europa donde vivo ofrece un concierto de Brian Wilson en septiembre por 43 euros y otro, en noviembre, de Melendi por 40 euros. Formar parte de la historia de la Musica con mayúsculas sólo eleva tu caché unos tres euros.

natalia dijo...

Todo hay que verlo en versión original, hasta Doraemon (en japonés es supergracioso). Intentad ver El último tango en París en catalán, o El Golpe en alemán, un horror!!Yo ya me he vuelto una fanática, sólo me gusta el acento británico, detesto el yanki (¿vísteis Valor de Ley? Y mira que me encantó la peli), sólo voy al avenida 5 cines, que me temo que desaparecerá pronto. Y además siempre voy protestando, porque SIEMPRE me toca al lado de la persona menos educada de la sala. Jo. ¿Cuándo van a dejar de vender paquetes de patatas en los cines? Es que el cine es caro (la cultura es cara, los libros, el cine, la ópera ni te cuento)y me da tela de coraje pagar para que me arruine la peli el accionista de patatas Lays number one!!!!

natalia dijo...

Y en cuanto a lo de Melendi...no tengo palabras. Pero si ese no sabe ni qué es Europa, ni qué son los puntos cardinales. Norte de Europa? Este chico dónde se halla? Berlín, Copenhague, Oslo, quizás?Qué horror, salga de allí pitando (después del concierto de Wilson).

 
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