He aquí una entrada cortita para no hacerme gravoso, que luego me dicen por ahí que esto es muy "denso" y que "el pueblo llano" no lo puede leer.
Solo quiero dejar constancia de uno de los últimos libros que me he leído, cuando estaba inmovilizado con la pata en alto: El código de los Wooster de P.G. Wodehouse. Tengo que decir que nunca había prestado atención a este autor hasta que vi por casualidad la adaptación para televisión que de sus obras se hizo con Hugh Laurie (sí, el Dr. House) y Stephen Fry (sí, el narrador de las pelis de Harry Potter).
Es el quinto libro de Wodehouse que me leo este año (cuatro de ellos seguidos, en agosto) y al igual que los otros es para descojonarse de risa. Este quizás sea el mejor, al tratarse de una novela con una trama absurda y ridícula pero con un buen andamiaje de las situaciones y los personajes. O eso, o es que al ser el quinto libro de Wodehouse que me leo ya estoy completamente abducido por su universo y cada vez cobra todo más sentido: las historias, los giros del lenguaje, los vicios, los detalles... se refuerzan.
En esta ocasión, la trama la dispara el código de honor de los Wooster, que "obliga" a Bertie Wooster a robar una lecherita de plata en forma de vaca, con la desgracia de que él no es el único interesado en el objeto. Además hay varias subtramas y surgen complicaciones, hay una tía (y recordemos, "las tías no son caballeros"), amenazas de compromisos de boda, y el robo del casco de un policía, y se consume abundante brandy... al final, como siempre, el ayuda de cámara Jeeves es quien saca las castañas del fuego a la concurrencia.
Nada de lo que diga aquí podrá dar idea de lo graciosas que son estas historias. Hay que leerlas, y así en cierto modo estaremos paliando la injusticia de que el enorme P.G. Wodehouse no figure en los manuales de literatura inglesa por el simple hecho de ser un escritor "cómico".
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