“Sin ti ya no podré escuchar a La Buena Vida más”
-La Oreja de Van Gogh
¿No es curioso cómo se van reforzando ciertas conexiones en mi cabeza? Ayer fue otro día de “carne” y “compra de discos”, de pop y hamburguesas, aunque sé que hay por ahí gente queriendo hacerme daño que estará dispuesta a afirmar que ayer fui visto saliendo de un restaurante vegetariano. Esta vez fue en Miciudad, pero no es para glosar mi sábado de excesos para lo que se escribe este post. ¿No será para hablar otra vez de “pop”, no, Porerror? Mmmmm…. Claro que no, señora!
El señor javiel, nuevo lector, dejaba el otro día un comentario interesante en la entrada de Aída. Decía que a él tampoco le hacía gracia la serie, que él era “más de La Hora Chanante” (¿no lo somos todos?). Decía que había una línea, à la Walter de El gran Lebowski (1998), una línea que no se puede cruzar: o eres de Aída o de La Hora Chanante, o te gusta La Oreja de Van Gogh o Los Planetas. Pienso que por impresionista o imprecisa que esta distinción resulte, todo el mundo puede comprenderla perfectamente, y sentirse identificado. No sé si El señor javiel otorga además a esta dicotomía una carga valorativa (es decir, que elegir un extremo supone ser superior al otro extremo), yo no lo hago, aunque no niego que considere ciertos productos culturales de masas de más calidad que otros.
Pero claro, nunca es lo mismo decir “Alejandro Sanz o Bob Dylan” que “mortadela con aceitunas o jamón ibérico de bellota”, donde parece que la cuestión de la calidad y la preferencia son más objetivas. Para colmo, el problema viene cuando no se quiere tener que elegir: a mí me gusta La Oreja de Van Gogh y también Los Planetas, igual que muchos chanantes estoy seguro que disfrutarán con Aída. Y este es un trauma que arrastro desde mi adolescencia: si quieres tener buen gusto y criterio, ¿debes rechazar ciertos productos por chabacanos o subestándar? Ayer mismo me pasó, fui a una tienda de discos regentada por un coleccionista de gusto exquisito, y al salir, mi amigo me bromeó: “Cuando el nota ha visto el vinilo de Duncan Dhu se le habrá caído la imagen que tenía de ti por llevarte a Tommy Keene, The Smithereens, Adam Schmidt…”
Mi colega había dado en el clavo, pero me da coraje que sea así. ¿Por qué voy a tener que decir que Duncan Dhu, La Granja o Gabinete Caligari sean malos o indignos si a mí me parecen lo mismo que los grupos extranjeros encumbrados: power pop y pop-rock nuevaolero tardío? No hablo de que me guste el disco de Dinio o el de Lucas Grijander (que también, pero eso es otro debate), hablo de cosas muy parecidas a las que no se les da el mismo trato. Otro ejemplo lo encuentro en el grupo español Pereza. Denostados hasta la afonía por los modernos, ellos han cultivado una imagen pseudoauténtica, con sus tatuajes, su pose pasota y sus riffs copiados de los Stones.
Pereza son carne de Los 40 Principales, las pijas de Miciudad cantan a coro “Princesas” por las calles comerciales, etc, etc, etc. Y sin embargo, los de Pereza se codean con la escena indie, y los artistas indies los cortejan porque se necesitan mutuamente. Así lo atestiguan sus duetos con Quique González o Christina Rosenvinge, con Iván Ferreiro o Sidonie (cuyo injerto entre “Fascinado” y “Niña de papá” fue calificado por Chema Rey el de Radio 3 como “un encuentro en la cumbre canalla del pop español”). Lo mismo ocurre con Amaral, y al revés también se cumple: Los Planetas no suenan ya en Los 40 porque no pueden, no porque no lo hayan intentado.
Yo de adolescente trataba de “aprender” sobre música y de forjarme un criterio escuchando a los Yardbirds, a los Who y a Serrat y me daba coraje a mí mismo que me gustara tantísimo TAMBIÉN la música de Mariah Carey, Jarabe de Palo o Guns N’ Roses. Esto me causó zozobra durante varios años, os juro que ocultaba mis gustos en uno u otro sentido según el auditorio: para no pasar por friki o por chabacano, alternativamente. ¡Y pensar que esto me ocurría en plena era del postmodernismo y el “todo vale”!
Al final, esta paradoja se resuelve (como todas) superándola. Lo gracioso es que esto no se trata de “alta” vs. “baja” cultura: toda la música pop y la tele es “baja” cultura. Fue escuchando el programa de Diego Manrique, El ambigú, también en Radio 3, como me di cuenta de que tener prejuicios sobre la música era una soberana gilipollez. Manrique lo mismo te ponía un disco de Gershwin que de Celia Cruz que de Led Zeppelin que de Kiko Veneno… ¡en el mismo programa! Igual daba Radiohead que Brad Mehldau, todo es música. Vale, esta idea es “el huevo de Colón” pero para mí fue una epifanía, y os aseguro que no hay por ahí tanta gente dispuesta a aceptarla. Y Diego Manrique no es precisamente una persona sin criterio o que no entienda de música: él toca todos los palos porque los conoce y aprecia en su justa medida, y todos los valora.
Gracias a Diego y a que me liberó del trauma, el otro día estuve escuchando –con la cabeza bien alta- un CD de varios con Pereza, Conchita, El Canto del Loco (“ese canto del loco”, como diría el obispo de Ávila), Amaral, La Oreja de Van Gogh y demás… titulado Pop de masas (por inspiración de mi novia). Y volveré a escuchar a Nena Daconte, que escuchan a Elvis Costello, así como escucharé a Russian Red, que a su vez va por ahí versionando a Cindy Lauper. Todo son canciones. Y toda esta gente sabe de música, ¿no?
-La Oreja de Van Gogh
¿No es curioso cómo se van reforzando ciertas conexiones en mi cabeza? Ayer fue otro día de “carne” y “compra de discos”, de pop y hamburguesas, aunque sé que hay por ahí gente queriendo hacerme daño que estará dispuesta a afirmar que ayer fui visto saliendo de un restaurante vegetariano. Esta vez fue en Miciudad, pero no es para glosar mi sábado de excesos para lo que se escribe este post. ¿No será para hablar otra vez de “pop”, no, Porerror? Mmmmm…. Claro que no, señora!
El señor javiel, nuevo lector, dejaba el otro día un comentario interesante en la entrada de Aída. Decía que a él tampoco le hacía gracia la serie, que él era “más de La Hora Chanante” (¿no lo somos todos?). Decía que había una línea, à la Walter de El gran Lebowski (1998), una línea que no se puede cruzar: o eres de Aída o de La Hora Chanante, o te gusta La Oreja de Van Gogh o Los Planetas. Pienso que por impresionista o imprecisa que esta distinción resulte, todo el mundo puede comprenderla perfectamente, y sentirse identificado. No sé si El señor javiel otorga además a esta dicotomía una carga valorativa (es decir, que elegir un extremo supone ser superior al otro extremo), yo no lo hago, aunque no niego que considere ciertos productos culturales de masas de más calidad que otros.
Pero claro, nunca es lo mismo decir “Alejandro Sanz o Bob Dylan” que “mortadela con aceitunas o jamón ibérico de bellota”, donde parece que la cuestión de la calidad y la preferencia son más objetivas. Para colmo, el problema viene cuando no se quiere tener que elegir: a mí me gusta La Oreja de Van Gogh y también Los Planetas, igual que muchos chanantes estoy seguro que disfrutarán con Aída. Y este es un trauma que arrastro desde mi adolescencia: si quieres tener buen gusto y criterio, ¿debes rechazar ciertos productos por chabacanos o subestándar? Ayer mismo me pasó, fui a una tienda de discos regentada por un coleccionista de gusto exquisito, y al salir, mi amigo me bromeó: “Cuando el nota ha visto el vinilo de Duncan Dhu se le habrá caído la imagen que tenía de ti por llevarte a Tommy Keene, The Smithereens, Adam Schmidt…”
Mi colega había dado en el clavo, pero me da coraje que sea así. ¿Por qué voy a tener que decir que Duncan Dhu, La Granja o Gabinete Caligari sean malos o indignos si a mí me parecen lo mismo que los grupos extranjeros encumbrados: power pop y pop-rock nuevaolero tardío? No hablo de que me guste el disco de Dinio o el de Lucas Grijander (que también, pero eso es otro debate), hablo de cosas muy parecidas a las que no se les da el mismo trato. Otro ejemplo lo encuentro en el grupo español Pereza. Denostados hasta la afonía por los modernos, ellos han cultivado una imagen pseudoauténtica, con sus tatuajes, su pose pasota y sus riffs copiados de los Stones.
Pereza son carne de Los 40 Principales, las pijas de Miciudad cantan a coro “Princesas” por las calles comerciales, etc, etc, etc. Y sin embargo, los de Pereza se codean con la escena indie, y los artistas indies los cortejan porque se necesitan mutuamente. Así lo atestiguan sus duetos con Quique González o Christina Rosenvinge, con Iván Ferreiro o Sidonie (cuyo injerto entre “Fascinado” y “Niña de papá” fue calificado por Chema Rey el de Radio 3 como “un encuentro en la cumbre canalla del pop español”). Lo mismo ocurre con Amaral, y al revés también se cumple: Los Planetas no suenan ya en Los 40 porque no pueden, no porque no lo hayan intentado.
Yo de adolescente trataba de “aprender” sobre música y de forjarme un criterio escuchando a los Yardbirds, a los Who y a Serrat y me daba coraje a mí mismo que me gustara tantísimo TAMBIÉN la música de Mariah Carey, Jarabe de Palo o Guns N’ Roses. Esto me causó zozobra durante varios años, os juro que ocultaba mis gustos en uno u otro sentido según el auditorio: para no pasar por friki o por chabacano, alternativamente. ¡Y pensar que esto me ocurría en plena era del postmodernismo y el “todo vale”!
Al final, esta paradoja se resuelve (como todas) superándola. Lo gracioso es que esto no se trata de “alta” vs. “baja” cultura: toda la música pop y la tele es “baja” cultura. Fue escuchando el programa de Diego Manrique, El ambigú, también en Radio 3, como me di cuenta de que tener prejuicios sobre la música era una soberana gilipollez. Manrique lo mismo te ponía un disco de Gershwin que de Celia Cruz que de Led Zeppelin que de Kiko Veneno… ¡en el mismo programa! Igual daba Radiohead que Brad Mehldau, todo es música. Vale, esta idea es “el huevo de Colón” pero para mí fue una epifanía, y os aseguro que no hay por ahí tanta gente dispuesta a aceptarla. Y Diego Manrique no es precisamente una persona sin criterio o que no entienda de música: él toca todos los palos porque los conoce y aprecia en su justa medida, y todos los valora.
Gracias a Diego y a que me liberó del trauma, el otro día estuve escuchando –con la cabeza bien alta- un CD de varios con Pereza, Conchita, El Canto del Loco (“ese canto del loco”, como diría el obispo de Ávila), Amaral, La Oreja de Van Gogh y demás… titulado Pop de masas (por inspiración de mi novia). Y volveré a escuchar a Nena Daconte, que escuchan a Elvis Costello, así como escucharé a Russian Red, que a su vez va por ahí versionando a Cindy Lauper. Todo son canciones. Y toda esta gente sabe de música, ¿no?
9 comentarios:
Illo, Porerror, con lo que tú has sido!
Te voy a dar una primicia: para tí el Pop (atiende a las mayúsculas) es "baja cultura", pero el caso es que para mucha gente no es así, y es donde reside el "prejuicio" de todo esto... Al menos es así como yo lo veo.
En "Alta Fidelidad" se habla de todo esto perfectamente...
Hey, Porerror, ¡cuánta razón! Yo me confieso seguidora de Nena Daconte, La Oreja De Van Gogh (mucho mejor con Amaya Montero...), Operación Triunfo, Paulina Rubio, The Rasmus, y más cositas de esta calaña. Sin embargo, los últimos CDs que he comprado son de Cooper, Cola Jet Set, Russian Red, Charades, Those Dancing Days... :-)
Me fascinan aquellos que están a medio camino entre el indie y los 40: Deluxe, Vetusta Morla, Quique González... ¿Cuándo se deja de ser alternativo?
Por otro lado, a mí me parece que algunas discográficas maquillan a sus artistas para que parezcan de la "baja cultura" (me ha gustado tu "quote", Fran G. Matute):
- ¿Sabíamos que Conchita nació en Finlandia y estudió Magisterio? -yo me enteré ayer.
- ¡No, por Dios, no vaya a ser que las "masas" la repudien!
Yo... no se, no se...
Escucho la Oreja de Van Gogh, pero la verdad es que me canso pronto... Me van más los Gun's and Roses, AC/DC, Dylan, Bon Jovi, Hendrix, ABBA,Scorpions, Amaral...
Pero con los estilos me pierdo...
GRANDÍSIMO POST, PORERROR, Y SEPAS QUE ESTOY COMPLETAMENTE DE DE ACUERDO CONTIGO. SIEMPRE HE DICHO QUE EN ENTRE "EL POPERIDO" HAY MUCHÍSIMA POSE, Y PARA MUCHOS ES MÁS IMPORTANTE EL QUE TE GUSTE TAL GRUPO PORQUE ES GUAY QUE PORQUE TE GUSTE DE VERDAD. EN ESE ASPECTO SIEMPRE TE HE APLAUDIDO POR SER CONSECUENTE Y DECIR ABIERTAMENTE QUE TE GUSTAN NENA DACONTE, LA OREJA DE VAN GOGH, ETC. A MÍ NO ME GUSTAN. DE HECHO NO ME GUSTAN NADA. PERO DE LA MISMA MANERA QUE ME PARECEN AÚN PEORES OTROS GRUPOS COMO LOS FRESONES Y SUCEDÁNEOS.
POR CIERTO, EL POST ME HA RECORDADO A HACE AÑOS, CUANDO ESCRIBÍA EN EL OTRO LADO DEL TELESCOPIO. ESTÁBAMOS TODOS LOS COLABORADORES APUNTADOS A UNA LISTA DE E-MAILS, Y ALLÍ COMENTÁBAMOS EL NUEVO DISCO DE "LA BUENA VIDA" (ALELUYA). ENTRE LA GENTE ESTABA EL DE LA MONJA ENANA (NO ME ACUERDO DEL NOMBRE), QUE DECÍA QUE LE PARECÍA CON DIFERENCIA EL PEOR DISCO QUE HABÍAN SACADO, SALVO "QUÉ NOS VA A PASAR", QUE ERA LA GRAN EXCEPCIÓN: LA CANCIÓN QUE MÁS LE GUSTABA DE TODAS LAS DE LBV. YO, SORPRENDIDO LE RESPONDÍ DICIENDO QUE HABÍA ESCUCHADO VARIOS DISCOS DE LBV, Y QUE ALELUYA ERA EL ÚNICO QUEME HABÍA GUSTADO (LA CANCIÓN "VENTURA" ME PARECE IMPRESIONANTE), PERO QUE PRECISAMENTE "QUÉ NOS VA A PASAR" ME PARECÍA HORRIBLE. "PUES YO NO ENTIENDO DE MÚSICA", ME RESPONDIÓ DE BROMA EL DE LME :-P
ASÍ QUE RESUMIENDO, OS EQUIVOCAIS TODOS :-P
Querido Porerror, mi novio me ha enseñado a superar ese complejo, haciendo que me diera cuenta de que me gustaba la Máxima FM :-) sé que es lo más cani que hay, pero él me ha enganchado, pq es un flipado, (acuérdate de que el día de su cumple, llamé al gallo máximo para que le felicitara, pq sabía que le iba a hacer un montón de ilusión!) y en verdad, lo que suele escuchar pasa por Paco Toronjo, The Black Keys, marchas procesionales o Nina Simone. :-)
CLP
Hey! Geniales y nutritivísimos comentarios...
-Fran G. Matuete: Me interesa mucho la distinción -que además tú tocaste en Almanaque de otoño- entre Pop y pop (nótese la mayúscula/minúscula). Yo aquí decía que toda la música pop es baja cultura en el sentido de "cultura popular", no en el peyorativo. Estaremos de acuerdo en que el pop, por definición, es cultura popular, y también de masas: de ahí el título del disco y este post, "Pop de masas" sea una gracia por lo redundante.
En definitiva, que no es cultura de élite. Pero hay un fenómeno divertido: cuando grabaron sus obras maestras gente como Brian Wilson o Björk, seguro que en sus cabezas ellos no se consideraban en la misma liga que las Shangri-Las o Christina Aguilera, y yo creo que es exactamente lo mismo, solo que de otra tonalidad, no sé si me explico.
-Karmen: No se saben esos datos de Conchita igual que no se saben otros datos de ciertas cantantes de éxito, porque no conviene. Si se supieran se rompería la imagen de "artista" o "rebelde" que todo producto pop necesita, paradójicamente.
En cuanto a Vetusta Morla... ¿el gran fraude del indie español? Quería escribir sobre ellos, por un lado son "los más indies de España" (dicho por ellos en el telediario de Antena 3) ya que tuvieron que autoeditarse su disco, pero por otro lado la música que hacen no es para nada "alternativa", a menos que lo sea por el mero hecho de titular una canción con el nombre de una ciudad escandinava.
-Rukia: Ja, ja... yo pensaba que tú eras más de los Beatles y Simon & Garfunkel... Lo de los estilos da igual, al final lo bonito es que te lleguen las canciones.
Por cierto, genial tu blog. No he dejado ningún comentario todavía por lo que tú sabes, pero he leído todos los posts. ¡Enhorabuena!
-Grillo: Me alegro de que por una vez estemos de acuerdo sobre algo de gustos! La verdad es que a mí tu criterio también me parece insobornable, y tampoco creo que para saber de música haya que escuchar todos los estilos, solo que hacerlo no es obstáculo.
Me divierte mucho lo que cuentas sobre el disco Hallelujah, ¿sabes que recientemente lo he comprado en vinilo? Ya hablaremos sobre la buena vida...
-CLP: Lo que cuentas es un claro ejemplo de lo que digo, y me consta que tú y tu novio tenéis un paladar amplio en lo musical. Por cierto.... ¿Paco Toronjo? ¿Estás de broma? Adivina lo que escuché ayer mientras me duchaba. Ahora me ha dado por el fandango, sabes? Era una sorpresa para el blog pero te lo digo ya. Ya hablaremos también...
alta, baja, pop, Pop, blablabla...
en mi opinion hay dos cosas: canciones que te gustan y canciones que no.
Aunque es verdad que es mas facil que te gusten cosas que oyes mucho, y es mas facil oir a ciertos grupos mas que a otros.
Viva Retrato Robot!
Verificacion: wembe
Me sorprende que en el post o en los comentarios no haya salido nada sobre la economía.
Yo me niego a pensar que "todo es lo mismo". Más allá de que nos gusten o no, creo que hay músicas concebidas con el único fin de enriquecer a determinadas personas, (que suelen preocuparse poco por la música). Yo no lo llamaría "de masas", porque hay músicas, (no muy habituales), que llegan a gustar a "las masas" y no fueron pensadas únicamente con finalidad comercial.
Me niego a pensar que Christina Aguilera, (con cuyo primer disco todavía a día de hoy disfruto), sea lo mismo que Björk.
Interesantísimo post, amigo Porerror. Estoy plenamente de acuerdo con lo de "todo son canciones", y con que deberíamos liberarnos de prejuicios y etiquetas. Dicho lo cual, mi gusto no abarca tanto como el tuyo: casi me duele fisícamente leer que te gusta La Oreja de Van Gogh o Jarabe de Palo. Conchita me va más, que siempre he sido de cantautores.
El tema de la línea es muy interesante, y fíjate que creo que en los ejemplos que pones hay dos líneas diferentes. En lo relativo a la música actual, está la distinción indie/mainstream (andamos un poco faltos de términos en español) que me parece abominable y que hay que superar cuanto antes. No sabes la de energía que he gastado justificando ante eruditos mi presencia en conciertos de Pereza o Amaral.
Por otro lado, en lo relativo a grupos de otras décadas, percibo que la distinción que hace la gente es anglosajón/español. Si es en inglés vale todo, da igual que fueran un grupaco de masas que desconocidos, ya todo es reivindicable. Si te pones, cualquier cosa es un clásico. En cambio lo nacional es cutre, no hay manera de dignificarlo. A mí también me encantan Duncan Dhu o Gabinete, pero me pasa lo que a ti con el vendedor de discos.
PD: Respecto a lo de la "cumbre canalla", qué espanto. No puedo con el término "canalla", es un adjetivo como para Café Quijano.
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