Vivencias polimórficas de un treintañero perplejo.

miércoles, 10 de marzo de 2010

La trilogía de Nueva York


Todo empezó con una amenaza. Me encontraba paseando por un FNAC cuando una voz amiga me cogió por el brazo y me conminó: “Cómprate este libro.” Es un hecho universalmente aceptado que cualquier producto cultural en cuyo título aparezca la palabra “trilogía” es automáticamente obra maestra.

P: -“Señor Auster, me he leído su Trilogía de Nueva York (1985-87) y me ha encantado.
PA: -¿Ha entendido usted algo?
P: -¿Tiene algo que ver con la higiene bucal?
PA: -Veo que no ha comprendido nada.
P: -Lectores suyos, fans acérrimos, me aseguran que, de un modo u otro, todos sus libros son iguales o tratan de los mismos temas. ¿Es eso cierto?
PA: -Tendrá usted que juzgarlo, leyendo por sí mismo.
P: -Completamente, pienso leer más novelas suyas…


Recuerdo el lejano y tumultuoso año de 1997. Mi amigo el pelirrojo, exaltado, entraba en la cafetería de enfrente de la Facultad para cantar las bondades de Paul Auster, su nuevo autor de culto. Ocho años más tarde La trilogía de Nueva York hacía su aparición en el programa de una asignatura de literatura norteamericana que se impartía en la Facultad que hay enfrente del sitio donde solíamos tomar café.

PA: -Tenga usted en cuenta, insidioso lector, que aun concediendo que todos mis libros traten en esencia de lo mismo (las tres mininovelas de La trilogía, desde luego), eso es lo que hacen todos los grandes escritores. Mire a Joyce, por ejemplo. Y mejor escribir sobre el Yo, la identidad, el papel del escritor, el milagro de narrar, literatura y vida, etc, que sobre –digamos- Dublin, ¿no lo cree así?
P: -No podría estar más de acuerdo. ¿Qué libro suyo me recomienda para continuar, Sr. Auster?


Con el libro en la maleta me vine a Cosica hace año y medio, recuerdo que lo cité aquel verano en un post. Pero ahí seguía el pobre como un pasmarote, en la estantería rodeado por sus congéneres y por los muchos recuerdos absurdos que atesoro: postales, recortes, tickets. Una noche fría de invierno me dio por leerlo, e inmediatamente me caí del caballo: La trilogía de Nueva York es uno de las novelas más importantes que han caído en mis manos. Tres semanas he tardado en 314 páginas (hay a quien le interesan estos datos), y rezaba porque nunca acabara. Son tres mininovelas detectivescas, pero resultan tan ortodoxas para el género negro como pueda serlo El gran Lebowski (1998) para las pelis noir.

En cierto modo, esta dichosa Trilogía de Nueva York es El Quijote de las novelas policíacas. Deliciosa y apabullante a partes iguales. Y por cierto que Auster, amante de El Quijote, se vale de la gran obra española para ilustrar su juego mental de autores, yoes, narradores, escritores, personajes, fantasmas.


P: -Sr. Auster, he notado en las tres partes de su Trilogía (“Ciudad de Cristal”, “Fantasmas” y “La habitación cerrada”) una tendencia obsesiva por deslizar anécdotas de color local neoyorquino, como la del libretista italiano de Mozart que acabó de profesor en Columbia, o la del primer eclesiástico que predicó contra la esclavitud…
PA: -Es correcto…
P: -Sí, igual que su obsesión por el callejero, sobre todo en “Ciudad de Cristal”…
PA: -¿A dónde quiere llegar?
P: -También nos bombardea usted con absurdas referencias a Walt Whitman, Emerson, Thoreau, Poe, Melville, Hawthorne… esos escritores decimonónicos llamados Trascendentalistas o Románticos… o simplemente pelmazos. ¿Los considera usted tan importantes en la literatura universal (no solo la estadounidense), o solo los incluye por su relación con Nueva York?
PA: -Permítame darle la vuelta a su pregunta, ¿y no será que eso le da a usted coraje porque nunca ha pisado la ciudad de Nueva York, solo su aeropuerto?

Al terminar de leer La trilogía de Nueva York no podía pensar en otra cosa. Estaba seguro de haberme cargado una obra Mayor de la literatura no solo estadounidense, sino contemporánea. Una de esas que son reflejo del mundo que las ve nacer pero a la vez nos ayudan a explicarlo y darle forma. Y sin necesidad de que nadie se vaya a vivir a una cabaña en el campo, ni sale ningún gato negro, ni ninguna ballena.


P: -Encantado de conversar con usted, Sr. Auster. Aún ignoro si su espectacular fama en España es del todo merecida o un pelín desproporcionada, pero cuénteme desde ya entre esa legión de sus seguidores. Quede en paz, que le seguiré leyendo. Porque usted es un escritor importante, ¿no?”

15 comentarios:

Anónimo dijo...

illooooooo una de las primeras veces que he terminado uno de tus posts sobre libros! (son los únicos que me suelo saltar pq me pierdo) pero ¿por qué será? ¿porque conozco al pelirrojo? ¿pq me sonaban de algo todas esas obras transcendentalistas? ¿o pq me cae bien Paul Auster?

Ya te pediré que me aconsejes libros pa cuando me toque a mí estar en un Cosica cualquiera el año que viene... mientras, tengo más que suficiente con el tema boda, guias de viaje e instrucciones pa mi nueva réflex.

un abrazo fuerte.

CLP

Rukia dijo...

Uf... yo hice el intento de leer a Auster hace algún tiempo, pero en mi casa su unico fan es mi madre, que tiene todos los libros e incluso el cómic que hay de uno de ellos.
Yo le agradezco al señor Auster que me sea un recurso tan sencillo para regalar a mi madre todos los años en Navidad...

Riggy dijo...

Mira Porerror, son las siete de la mañana y no me acabo de levantar precisamente, así que no sé si voy a saber expresarme con claridad, pero resumiendo: nunca he tenido mayor sensación de que me estaban tomando el pelo que leyéndome la trilogía de Nueva York.

Yo digo NO a Paul Auster.

Anónimo dijo...

Me atreví a leer algo de Paul Auster con muchísima precaución y prejucios, pero, la verdad es que me gustó bastante. Aún así, no pude desprenderme de una inquietante e inexplicable sensación de de "queo", de timo, al igual que Riggy. No sé por qué. Quizás por eso no me he atrevido leer nada más. Eso sí, esa sensación se multiplica si hablamos de Auster director de cine. Infumable.
Un simple mojaquero.

Fran G. Matute dijo...

He leído unos 5 libros de Paul Auster y todos me han parecido muy mal escritos, aburridos y que hablaban siempre de lo mismo...

Alguien dirá: ¿Si no te gustaban por qué seguías leyendo a Auster?... Pues para poder opinar con conocimiento de causa...

Nunca he entendido la fama de este hombre, pero está claro que a tí (y a mucha gente) te ha llegado...

P.D: Juraría que una vez lo ví por las calles de Sevilla, pero había mucho olor a adobo en el ambiente...

Daniel Ruiz García dijo...

Yo tampoco le pillo el punto. Y después de ver la película ésa que hizo, menos.

Me gusta la voz que le has colocado al personaje, Porerror. Me lo imagino muy puesto, así, en su silla, en plan escritor sientacátedra, sobre todo cuando te responde: "Es correcto".

Anónimo dijo...

Me ha encantado el formato de esta entrada, muy apropiada.

Me lo apunto, aunque ya te dije que lo intenté en un tiempo pasado y me costó lo mío, a ver si ahora ya en la madurez ;) lo pillo mejor.mjesús

Mariwave dijo...

Suscribo lo que se ha dicho en varios comentarios: tampoco le pillo el punto a este hombre; leí la Trilogía de Nueva York y me supo a engañifa y juegos artificiosos vacíos; y, además, lo leí en una edición inglesa que estaba plagada de erratas cada vez que había que citar a personajes del Quijote (lo que me indignaba bastante). Conclusión: me ha gustado mucho más tu post y la pseudo-entrevista, donde se divierte con el engaño y no se ngaña con la diversión

Rocío dijo...

En vista del éxito que tiene Paul Auster en los comentarios me quitaré la careta: yo fui una de las voces amigas que le recomendaron al querido porerror Trilogía de Nueva York.

Como no escribo tan bien como nuestro común amigo me quedo con su post sobre el libro. Yo por mi parte únicamente puedo decir: A MI ME GUSTA! aunque sea un pecado.

cingsyc

Anónimo dijo...

Yo no lo he leido pero...os puedo asegurar que tampoco lo leere...Josemari.

Riggy dijo...

No se lo va a creer nadie, pero es la pura verdad: ayer mismo hice una fiesta de cumpleaños y me cayó como regalo La trilogía de Nueva York en versión original.

Acojona eh?

Jordi Santamaria dijo...

Pues yo voy a hacer caso al ontológico (cuál es el gentilicio de Cosica?:) y voy a emularle dando sentido al ejemplar pasmarote de esta Trilogía, que compré e ignoré de forma parecida a la tuya.
Pregunta: en una eliminatoria de Champions League, F.C. Trueba vs. Racing Auster? Cuál sería tu resultado?
Felicidades por tanto tiempo coherente y cohesivo de blog, se sigue escribiendo muy bien, y nunca hay vanidades en él de obra trascendental ;)

Patty dijo...

Hola!!!
Buen día mi nombre es Tatiana soy administradora de un directorio de webs y blogs, estuve visitando tu página y
me parece muy interesante, me gustaría contar con ella en mi directorio, si así lo deseas no dudes en escribirme
tajuanchita@gmail.com
Un beso. Saludos.

Anónimo dijo...

Luego te gusta decir que es una falacia no escribir porque estás viviendo... Migue.

natalia dijo...

Jo.Me leí La habitación cerrada y Ciudad de cristal.No puedo decir que estén mal escritas, no soy quién, sólo una pobre paleta amante del XIX, pero me resulta una literatura gélida. No me dice nada, me deja así, fría. Me pasa igual con Murakami, a quien todo el mundo se empeña ahora en calificar como genio. Definitivamente, por más esfuerzos que hago, la literatura contemporánea no me llega. Hay tanto por leer, y tan bonito...

 
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