Sabido es que Mark Knopfler dijo que ya no podía gustarnos el rock and roll. Afortunadamente, del pop no dijo nada. Septiembre de 2011: vuelve el pop a mi vida y lo hace con tres discazos de los que merece la pena tener. Ya más o menos sabéis las coordenadas de la música que más me gusta: pop-rock de guitarras, melódico a ser posible, mejor si es indie y con reminiscencias sesenteras (o setenteras). Pues bien, estos tres discos caen de pleno en la descripción, no os los perdáis.
Junk of Hearts (2011), The Kooks.
Vuelven The Kooks, y lo hacen con una dignísima colección de canciones que de seguro encantarán a sus fans. Tan cínico para algunas cosas, no sé si para otras me he vuelto o un ingenuo o qué, el caso es que he leído malas críticas del álbum, y las buenas dejémoslas en piadosas, pero a mí me ha encantado. Más allá de comparaciones con los Beatles (que no comprendo) o Arctic Monkeys (que sí comprendo), lo cierto es que las doce canciones que componen este disco tienen su sitio en él, y no aburre. Esto, que parece un piropo bajo en calorías, es muchísimo más de lo que puedo decir del 90% de los discos actuales, tan abundantes en temas de relleno.
Los singles hasta ahora “Junk of the Heart (Happy)” e “Is it me” están de puta madre, y hay además otro buen puñado de canciones pegadizas, divertidas y alegres, como “Eskimo Kiss”, “Fuck the World Off” o “Mr. Nice Guy”. Leo en una esforzada web argentina que el disco es una basura, que las canciones son muy previsibles, que se sabe cuándo va a llegar el estribillo… si esa es la gran crítica que le vamos a hacer a Junk of the Heart, apaga y vámonos. Si os gusta el brit-pop, este disco es un acierto. No sé si con el tiempo cogerá la estatura de su debut Inside In/Inside Out (2006), que además fue un exitazo, pero de momento a mí me gusta más que Konk (2008) y le auguro muchas y felices escuchas.
Colour of the Trap (2011), Miles Kane. Ahora llega Kane, el pluriempleado del pop, con su debut en solitario, tras militar en The Little Flames, The Rascals, The Last Shadow Puppets y colaborar con gente como Alex Turner de Arctic Monkeys o Noel Gallagher. Impresionante currículum para un chaval de 25 años que sale en los videoclips con corbata orgulloso de sus credenciales britpoperas e indies, aunque tampoco le hace ascos a la psicodelia y el rock de garaje, como puede verse en las canciones “Kingcrawler” o “Inhaler” (no en vano escrita junto a Sean Bonniwell).
Otras colaboraciones en la composición incluyen a Gruff Rhys, de Super Furry Animals y –cómo no- a Alex Turner, la otra mitad de aquel afamado dúo The Last shadow Puppets, que tan buenos momentos nos deparó hace tres años (cualquiera que saque carros de combate en sus videoclips… etc.) Me gusta mucho Miles Kane, es un tipo que solo quiere divertir (bueno, a lo mejor es un pretencioso que busca hacerse un hueco en el olimpo de lo cool subsección indie, pero quién puede tenérselo en cuenta? Acaso no tenemos derecho todos a imitar a nuestros ídolos?) Atención a las canciones “Come Closer”, “Rearrange” y “My Fantasy”, además de las ya citadas.
Sky Full of Holes (2011), Fountains of Wayne. Ahora vamos a lo que el buen Fran G. Matute bautizó como “power pop serio”. Si los otros dos discos de que he hablado se inclinaban al brit-pop, este se escora hacia la música americana, la onda más vaquera del pop, que ya capitanearan Michael Shelley, los Jayhawks y hasta los Lemonheads. Pero que no cunda el pánico: Sky Full of Holes no es un disco de country rock: es power pop.
Lejos queda ya el fallido (a)salto a la fama de la banda de Adam Schlessinger (otro pluriempleado del pop), merced a hits como “Stacy’s Mom” y su vídeo palotista feat. Rachel Hunter. Ahora Fountains of Wayne son –para bien o para mal- un grupo semidesconocido que solo interesará a los verdaderos buscadores de pepitas de oro. Podría decirse lo mismo de Gigolo Aunts o los Posies, gente toda que al igual que Fountains of Wayne pareció que iba a ser famosa hace una década y media pero el mundo giró y los dejó con el culo en el mismo sitio. No nos importa: nosotros a nuestro pop.
Resulta una experiencia deliciosa escuchar el disco entero de cabo a rabo (otro que no tiene relleno). Temas como “The Summer Place”, “Richie and Ruben”, “Action Hero”, “Cold Comfort Flowers”, “A Road Song”... contienen lo mejor de los cuatro discos anteriores de Fountains of Wayne más ese toque americano del que hablaba antes, acercándose peligrosamente a grandes del género como Chris Stamey o Paul Collins. Si buscáis otras críticas también vais a encontrar que están acabados, que es más de lo mismo, y bla bla. Pues eso, otro joyón que no podéis dejar irse.
Junk of Hearts (2011), The Kooks.
Vuelven The Kooks, y lo hacen con una dignísima colección de canciones que de seguro encantarán a sus fans. Tan cínico para algunas cosas, no sé si para otras me he vuelto o un ingenuo o qué, el caso es que he leído malas críticas del álbum, y las buenas dejémoslas en piadosas, pero a mí me ha encantado. Más allá de comparaciones con los Beatles (que no comprendo) o Arctic Monkeys (que sí comprendo), lo cierto es que las doce canciones que componen este disco tienen su sitio en él, y no aburre. Esto, que parece un piropo bajo en calorías, es muchísimo más de lo que puedo decir del 90% de los discos actuales, tan abundantes en temas de relleno.
Los singles hasta ahora “Junk of the Heart (Happy)” e “Is it me” están de puta madre, y hay además otro buen puñado de canciones pegadizas, divertidas y alegres, como “Eskimo Kiss”, “Fuck the World Off” o “Mr. Nice Guy”. Leo en una esforzada web argentina que el disco es una basura, que las canciones son muy previsibles, que se sabe cuándo va a llegar el estribillo… si esa es la gran crítica que le vamos a hacer a Junk of the Heart, apaga y vámonos. Si os gusta el brit-pop, este disco es un acierto. No sé si con el tiempo cogerá la estatura de su debut Inside In/Inside Out (2006), que además fue un exitazo, pero de momento a mí me gusta más que Konk (2008) y le auguro muchas y felices escuchas.
Colour of the Trap (2011), Miles Kane. Ahora llega Kane, el pluriempleado del pop, con su debut en solitario, tras militar en The Little Flames, The Rascals, The Last Shadow Puppets y colaborar con gente como Alex Turner de Arctic Monkeys o Noel Gallagher. Impresionante currículum para un chaval de 25 años que sale en los videoclips con corbata orgulloso de sus credenciales britpoperas e indies, aunque tampoco le hace ascos a la psicodelia y el rock de garaje, como puede verse en las canciones “Kingcrawler” o “Inhaler” (no en vano escrita junto a Sean Bonniwell).
Otras colaboraciones en la composición incluyen a Gruff Rhys, de Super Furry Animals y –cómo no- a Alex Turner, la otra mitad de aquel afamado dúo The Last shadow Puppets, que tan buenos momentos nos deparó hace tres años (cualquiera que saque carros de combate en sus videoclips… etc.) Me gusta mucho Miles Kane, es un tipo que solo quiere divertir (bueno, a lo mejor es un pretencioso que busca hacerse un hueco en el olimpo de lo cool subsección indie, pero quién puede tenérselo en cuenta? Acaso no tenemos derecho todos a imitar a nuestros ídolos?) Atención a las canciones “Come Closer”, “Rearrange” y “My Fantasy”, además de las ya citadas.
Sky Full of Holes (2011), Fountains of Wayne. Ahora vamos a lo que el buen Fran G. Matute bautizó como “power pop serio”. Si los otros dos discos de que he hablado se inclinaban al brit-pop, este se escora hacia la música americana, la onda más vaquera del pop, que ya capitanearan Michael Shelley, los Jayhawks y hasta los Lemonheads. Pero que no cunda el pánico: Sky Full of Holes no es un disco de country rock: es power pop.
Lejos queda ya el fallido (a)salto a la fama de la banda de Adam Schlessinger (otro pluriempleado del pop), merced a hits como “Stacy’s Mom” y su vídeo palotista feat. Rachel Hunter. Ahora Fountains of Wayne son –para bien o para mal- un grupo semidesconocido que solo interesará a los verdaderos buscadores de pepitas de oro. Podría decirse lo mismo de Gigolo Aunts o los Posies, gente toda que al igual que Fountains of Wayne pareció que iba a ser famosa hace una década y media pero el mundo giró y los dejó con el culo en el mismo sitio. No nos importa: nosotros a nuestro pop.
Resulta una experiencia deliciosa escuchar el disco entero de cabo a rabo (otro que no tiene relleno). Temas como “The Summer Place”, “Richie and Ruben”, “Action Hero”, “Cold Comfort Flowers”, “A Road Song”... contienen lo mejor de los cuatro discos anteriores de Fountains of Wayne más ese toque americano del que hablaba antes, acercándose peligrosamente a grandes del género como Chris Stamey o Paul Collins. Si buscáis otras críticas también vais a encontrar que están acabados, que es más de lo mismo, y bla bla. Pues eso, otro joyón que no podéis dejar irse.
1 comentario:
bueno bueno...en cuanto a Miles Kane,que gran desperdicio.Reconozco que a mi los carros de combate también me ponen,pero COME CLOSER??? es como un berrido prolongado que deseas se acabe cuanto antes!necesita el duo con Turner para ser bueno(que no para estar bueno)jiji
saluds
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