No finjáis, que vosotros también lo visteis. Parece ser que lo vio media España, me refiero a la miniserie El castigo (2008), dirigida por Daniel Calparsoro, que emitió Antena 3 entre este lunes y este martes pasados. Fue el espacio de ficción más visto del 2008. Voy a entrar a analizar y valorar la serie o telefilme, habrá spoilers, pero si no la visteis pienso que ya da igual (aunque todavía puede verse en la web de Antena 3).
La trama es simple: en el Pirineo leridano funciona una granja-reformatorio regentada por unos sádicos que con métodos brutales pretenden re-educar a una pandilla de mocosos pijos y odiosos. Uno de ellos es el más gallito del corral, y logra protagonizar un intento de fuga exitoso. Al parecer, la serie está basada en hechos reales destapados hace un par de años.
En principio la serie ofrece algo para todo el mundo: he leído en una crítica en El País que es imposible empatizar con los brutales cuidadores, con los niñatos o con sus padres. Esto es falso. El que escribió la crítica parece ofendido por el hecho de que los terribles acontecimientos tuvieran lugar en Lérida y se esmera en decir que es una provincia de puta madre. Enhorabuena, ¿y? ¿Vio usted la serie, maestro? Como digo, la serie ofrece algo para todo el mundo: los equívocos chavales, jovenzuelos perversos, pueden actuar como modelo alternativamente positivo o negativo para la juventud actual, sedienta de emociones fuertes. Los padres inhibidos o simplemente “en la parra” que, no habiendo sabido enfrentarse a los problemas a tiempo optan por enviar a sus hijos esta institución no del todo legal, pueden hallar eco en muchísimos progenitores de hoy en día, desorientados ante las barbaridades de sus retoños. Ojo, no digo que toda la juventud sea así, es minoría, pero hay mucho con lo que sentirse identificados, a distintos niveles.
Tal vez los únicos con los que resulte imposible la identificación o la empatía del espectador sean los “guardianes”, mitad educadores mitad torturadores. Su maldad y crueldad no deben ser atractivas para el espectador medio, pero no dejan de estar retratados de forma no grosera sino más o menos sofisticada. La gobernanta, sádica, con toques de sadismo sexual incluso, tiene detrás una historia de frustración y venganza por un hijo que le mataron unos niñatos. El marido sumiso, bailando al son que ella le marca y un tercer guardián, que representa el brazo ejecutor y la fuerza bruta, pero también cuestiona la idoneidad de los métodos de “castigo” de la jefa, que él mismo implementa.
Los jovenzuelos son sometidos a todo tipo de castigos y vejaciones, auténticas torturas físicas y psicológicas: duermen en jaulas, son encadenados, mal alimentados, realizan absurdos trabajos forzados, tienen restringida la higiene y el acceso al cuarto de baño, son apalizados, colgados boca abajo, sufren torturas de asfixia, humillaciones vebales, y un latgo etcétera. Todo con el objeto de “reeducarlos”: quebrarles la voluntad y hacer de ellos buenos muchachos sumisos, obedientes y respetuosos.
¿Y qué han hecho estos angelitos para merecer (o no) semejante trato? Los padres ignoran la realidad de la granja, solo les interesa el “producto acabado” de sus niños reformados, pero los han enviado allí porque algún que otro plato sí que han roto. Ejemplos de cositas que habían hecho los chavales: conducir sin carnet y a toda leche el coche de papi (cogido sin permiso) y matar a un hombre, drogarse y beber sin cuento, en el caso de las niñas zorrear como poseídas (incluso hacer estriptis por dinero), insultar a sus padres, grabarles mientras mantenían relaciones sexuales, todo esto bajo el manto de sus caritas de ángeles y sus uniformes de colegios de pago.
Es un hecho innegable que lo que les hacen a estos jóvenes (edades entre 18 y 19 años) es una salvajada y no se justifica (en cuanto los padres tienen conocimiento los sacan de allí y se procesa a los responsables). Pero también es cierto que estos mocosos son unos hijosdeputa de marca mayor y que se les habían ido a sus padres de las manos. Y ahora, ¿quién le pone el cascabel al gato? No digo que ningún chaval que haya visto la serie se vaya a poner a atropellar gente pero… ¿y a conducir sin carnet fumando un porro mientras le tocan la pirola? ¿Y que una niña le diga a su padre “Te odio, eres un cabrón”? Tampoco es ciencia ficción, amigos, abramos los ojos.
La miniserie (que considero correctamente rodada, estupenda en lo narrativo –intercalando presente e historias del pasado, en plan Perdidos-, con la suficiente caracterización psicológica de todos los personajes, con su poquito de intriga) plantea un problema que está en nuestra sociedad, y no podemos mirar para otro lado. A menudo se clama que la mala educación de hoy hará que mañana se caigan los puentes y sean ineptos los doctores. Creo que eso es una tontería. Lo que sí hará la mala educación de hoy (ya lo está haciendo) es que los jóvenes adultos sean unos desaprensivos, ultrahedonistas, carentes de empatía, egocéntricos y que se crean con derecho a todo.
Al final (debo contarlo, lo siento), los chiquitinos quedan libres (incluida una que no duda en planear follarse al primero que pilla –literalmente- para quedarse embarazada y largarse del reformatorio). Han sufrido mucho, un castigo desproporcionado. Está claro que algo había que hacerles, merecían un escarmiento, pero ¿les ha servido para algo? Aparentemente han vuelto felices al redil, son hijos cariñosos, responsables y modélicos, han aprendido la lección. Jóvenes de hoy, atractivos, de buena familia, perfectamente integrados. La última escena (homenaje a La naranja mecánica, 1971) nos devuelve a la brutal realidad: los jóvenes quedan en pandilla para dedicarse a apalizar indigentes.
La trama es simple: en el Pirineo leridano funciona una granja-reformatorio regentada por unos sádicos que con métodos brutales pretenden re-educar a una pandilla de mocosos pijos y odiosos. Uno de ellos es el más gallito del corral, y logra protagonizar un intento de fuga exitoso. Al parecer, la serie está basada en hechos reales destapados hace un par de años.
En principio la serie ofrece algo para todo el mundo: he leído en una crítica en El País que es imposible empatizar con los brutales cuidadores, con los niñatos o con sus padres. Esto es falso. El que escribió la crítica parece ofendido por el hecho de que los terribles acontecimientos tuvieran lugar en Lérida y se esmera en decir que es una provincia de puta madre. Enhorabuena, ¿y? ¿Vio usted la serie, maestro? Como digo, la serie ofrece algo para todo el mundo: los equívocos chavales, jovenzuelos perversos, pueden actuar como modelo alternativamente positivo o negativo para la juventud actual, sedienta de emociones fuertes. Los padres inhibidos o simplemente “en la parra” que, no habiendo sabido enfrentarse a los problemas a tiempo optan por enviar a sus hijos esta institución no del todo legal, pueden hallar eco en muchísimos progenitores de hoy en día, desorientados ante las barbaridades de sus retoños. Ojo, no digo que toda la juventud sea así, es minoría, pero hay mucho con lo que sentirse identificados, a distintos niveles.
Tal vez los únicos con los que resulte imposible la identificación o la empatía del espectador sean los “guardianes”, mitad educadores mitad torturadores. Su maldad y crueldad no deben ser atractivas para el espectador medio, pero no dejan de estar retratados de forma no grosera sino más o menos sofisticada. La gobernanta, sádica, con toques de sadismo sexual incluso, tiene detrás una historia de frustración y venganza por un hijo que le mataron unos niñatos. El marido sumiso, bailando al son que ella le marca y un tercer guardián, que representa el brazo ejecutor y la fuerza bruta, pero también cuestiona la idoneidad de los métodos de “castigo” de la jefa, que él mismo implementa.
Los jovenzuelos son sometidos a todo tipo de castigos y vejaciones, auténticas torturas físicas y psicológicas: duermen en jaulas, son encadenados, mal alimentados, realizan absurdos trabajos forzados, tienen restringida la higiene y el acceso al cuarto de baño, son apalizados, colgados boca abajo, sufren torturas de asfixia, humillaciones vebales, y un latgo etcétera. Todo con el objeto de “reeducarlos”: quebrarles la voluntad y hacer de ellos buenos muchachos sumisos, obedientes y respetuosos.
¿Y qué han hecho estos angelitos para merecer (o no) semejante trato? Los padres ignoran la realidad de la granja, solo les interesa el “producto acabado” de sus niños reformados, pero los han enviado allí porque algún que otro plato sí que han roto. Ejemplos de cositas que habían hecho los chavales: conducir sin carnet y a toda leche el coche de papi (cogido sin permiso) y matar a un hombre, drogarse y beber sin cuento, en el caso de las niñas zorrear como poseídas (incluso hacer estriptis por dinero), insultar a sus padres, grabarles mientras mantenían relaciones sexuales, todo esto bajo el manto de sus caritas de ángeles y sus uniformes de colegios de pago.
Es un hecho innegable que lo que les hacen a estos jóvenes (edades entre 18 y 19 años) es una salvajada y no se justifica (en cuanto los padres tienen conocimiento los sacan de allí y se procesa a los responsables). Pero también es cierto que estos mocosos son unos hijosdeputa de marca mayor y que se les habían ido a sus padres de las manos. Y ahora, ¿quién le pone el cascabel al gato? No digo que ningún chaval que haya visto la serie se vaya a poner a atropellar gente pero… ¿y a conducir sin carnet fumando un porro mientras le tocan la pirola? ¿Y que una niña le diga a su padre “Te odio, eres un cabrón”? Tampoco es ciencia ficción, amigos, abramos los ojos.
La miniserie (que considero correctamente rodada, estupenda en lo narrativo –intercalando presente e historias del pasado, en plan Perdidos-, con la suficiente caracterización psicológica de todos los personajes, con su poquito de intriga) plantea un problema que está en nuestra sociedad, y no podemos mirar para otro lado. A menudo se clama que la mala educación de hoy hará que mañana se caigan los puentes y sean ineptos los doctores. Creo que eso es una tontería. Lo que sí hará la mala educación de hoy (ya lo está haciendo) es que los jóvenes adultos sean unos desaprensivos, ultrahedonistas, carentes de empatía, egocéntricos y que se crean con derecho a todo.
Al final (debo contarlo, lo siento), los chiquitinos quedan libres (incluida una que no duda en planear follarse al primero que pilla –literalmente- para quedarse embarazada y largarse del reformatorio). Han sufrido mucho, un castigo desproporcionado. Está claro que algo había que hacerles, merecían un escarmiento, pero ¿les ha servido para algo? Aparentemente han vuelto felices al redil, son hijos cariñosos, responsables y modélicos, han aprendido la lección. Jóvenes de hoy, atractivos, de buena familia, perfectamente integrados. La última escena (homenaje a La naranja mecánica, 1971) nos devuelve a la brutal realidad: los jóvenes quedan en pandilla para dedicarse a apalizar indigentes.
8 comentarios:
Yo no la he visto así que me reservo la opinión.
Saludos, Inmi.
Vi el primer día y .... el segundo no pude seguir...lo siento, me pareció una auténtica (con perdón) MIERDA. ¡HE DICHO! jejeeje
Te dejo un saludito que llevo mucho sin poder pasar por aquí.
QUÉ RISA NO HE VISTO LA SERIE NI GANAS.PERO LO QUE SI ME DAN GANAS ES DE MANDAR A ALGUNO A ESE SITIO QUE COMENTAS,LO QUE NO SE SI "ALGUNO" ES PADRE O HIJO,O TAL VEZ LOS DOS.
OS CONTARÉ UNA HISTORIA ACONTECIDA HACE UN AÑO EN MI PUEBLO.DOS BANDAS DE PIJOS SE LIAN A TORTAS EN LA FERIA DEL PUEBLO,LA POLICIA MEDIA Y HAY VARIOS POLICIAS PERJUDICADOS(REPRESIÓN POLICIAL MANIFESTÓ UNO DE LOS PADRES).SE EMPAPELA MEDIO PUEBLO CON ARENGAS CONTRA LA AUTORIDAD Y DE PASO CONTRA EL ALCALDE(EL PADRE ERA DEL PARTIDO DE LA OPOSICIÓN AL AYUNTAMIENTO),LOS CHIQUITINES QUEDAN LIBRES Y ENSEÑORIADOS.A LA SEMANA SIGUIENTE UNO DE ESTOS PEQUEÑOS GOEBBELS (MENOR DE EDAD) TOMA PRESTADO EL COCHE DE MAMA,TOMA ALGO DE MÁS,SE METE ALGO DE MÁS TAMBIEN Y YA SI ESO ATROPELLA A UNA SEÑORA QUE A LAS 6.30 IBA A LIMPIAR UN CENTRO COMERCIAL ,PARA QUE ESTOS PIJOS COMPREN POR LA TARDE(CON LA VISA DE PAPA)....PREGUNTADA LA MADRE DEL "FERNANDOALONSO" RESPONDE SIN INMUTARSE;BASTANTE TIENE MI HIJO,QUE LE HAN MARCADO PARA TODA LA VIDA.....A FUEGO LE MARCABA A ELLA ,AL PADRE Y AL HIJO.
DEBÍA HABER UN TEST PARA SABER SI PUEDES O NO TENER HIJO,Y SI NO ERES APTO QUE TE ESTERILICEN Y PUNTO.INDINNNNNNAO!!!!!!!!!!
Yo cuando me saqué el carné de conducir me encontré con la siguiente pregunta:
"¿Puede un impedido sacarse el carné?", siendo una de las opciones "Sí. Si es inteligente".
Equiparemos a los impedidos con muchos de los chavales de hoy día y ya tenéis la solución al test...
El Lunes medio la vi mientras trabajaba con una compi y el martes no pude porque veo GH, jejejeje. A mí me dio mal rollo la serie porque sabía que estaba basada en hechos reales, pero por todo: no solo los castigos sino por como eran los educadores y los adolescentes...
En Mordor, donde yo trabajo, me he encontrado con que los chavales son chispa más o menos que los pijos de la serie: drogas, alcohol, sexo inseguro... solo que no con tanta pasta. Tampoco quiero generalizar pero en este pueblo el tema de la juventud se les está yendo de las manos. Yo alucino. Sab
Porerror, te lo digo abiertamente: tú eres un grande de la vida. Ayer estuve a punto, a punto, de dejarte un comentario en lo de los Kinks para preguntarte si lo habías visto porque estaba pidiendo un post a gritos. Luego me pareció mal dejar comentarios no relacionados con el tema y hasta busqué por el blog a ver si tenías algún mail de contacto para comentarlo jajaja
Yo la vi entera y lo pasé fenomenal, y lo dice alguien que suele hablar pestes de la tele. Me pareció un buen tema muy bien rodado. Lo único que me dejó un poco frío fue que el final fue demasiado abrupto.
Para empezar yo quería una fuga exitosa más dramática: el chaval exhausto echándose en los brazos de un Guardia Civil de pueblo, o algo así. Que se metiera en el túnel sin más me pareció bastante anticlimático.
Luego confieso que me creí lo de que se habían reformado y empecé a maldecir a la tele a gritos (lo estábamos viendo mi hermana y yo con pasión). Hasta que se meten en el túnel de Colón, que ahí lo vi venir porque es un refugio habitual de indigentes y de nuevo volví a gritar "¡Van a por un mendigo! ¡Son drugos!"
Lo que pasa es que me pareció demasiado forzado lo de que quedaran específicamente para eso, no me pareció creíble que fueran TAN hijos de puta. En mi opinión tenían que haber quedado a tomar unas fantas y haber tenido alguna clase de leve enfrentamiento con alguien y ahí ya si, que les "saliera la bestia" y liarse a ostias hasta matarlo.
Madre que parrafada me he marcao.
No la he visto pero por lo que cuentas...., puaaaggg, me asquea el tema, que la maldad existe es obvio pero disfrutar viendo como la recrean...lo siento, pero NO.
María
no la he visto, ni tenia intención de hacerlo... lo siento, pero es que yo a las miniseries de antena 3, telecinco y la primera no las trago, ni siquiera trago a las series españolas...
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