Vivencias polimórficas de un treintañero perplejo.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Vietnam le daba pena a Nixon


¡Intelijencia, dame, el nombre exacto de las cosas!
-Juan Ramón Jiménez




Vietnam le daba pena a Nixon, amigos, le dolía Vietnam como a Unamuno le dolía España. De entre todas las noticias con las que me he desayunado hoy, entre los datos del paro, no sé qué accidente y el F.R.Í.O. (¡Qué gran noticia, eh?), la información que más me ha impactado ha sido una que se refería a unos documentos desclasificados de la Inteligencia USA.

"Intelijencia, dame", dijo JRJiménez, y en este caso la Inteligencia nos ha dado la sorpresa de que al presidente USA Richard Nixon (1969-74) le causaba dolor mantener abierta la herida de una guerra que nunca se llegó a declarar. Y todos sabemos que, tras el "empate" de Corea, del que no se quieren acordar (por algo se conoce como "la guerra olvidada"), Vietnam ha pasado a la Historia como la primera guerra que perdieron los Estados Unidos. Una guerra que supuso un baldón para los boyantes USA de los años 60-70, "líderes del Mundo Libre", origen de todo lo cool y moderno de esas décadas excepto los Beatles.


Recordemos también que a Nixon lo echaron de presidente por embustero (el único al que le ha ocurrido), ¿serían estas declaraciones sobre la Guerra de Vietnam solo una gran mentira? Veo en el telediario imágenes de archivo de Nixon departiendo con Henry Kissinger (su Secretario de Estado) y me corre un escalofrío por la espalda. Entre Nixon y Kissinger tenemos a dos de los mayores canallas del Siglo XX, responsables del golpe de estado de Pinochet en Chile, y de los de Uruguay y Argentina, además de la Operación Cóndor. Todos los presidentes norteamericanos (al menos desde Franklin D. Roosevelt) han sido unos sinvergüenzas, y han mentido como bellacos en materia de espionaje y relaciones exteriores. El buen FDRoosevelt comenzó un servicio de espionaje del tebeo, con colegas suyos, proceso que perfeccionó Nixon hasta el maquiavelismo dedicándose a espiar a sus adversarios políticos (Watergate, etc).

Y a pesar de lo tremebundo del personaje, quiero rastrear un aliento de verdad en las amargas palabras de Nixon acerca de Vietnam. No digo que me las crea, digo que quiero creérmelas. Verdaderamente, ¿por qué no? Recuerdo que de chico, con 8 ó 9 años, me impresionó muchísimo una tira de Mafalda en la que uno de la pandilla se acercaba a Mafalda y a Manolito y cantaba las bondades de una cadena de supermercados. Al escuchar esto, Manolito se sumía en la tristeza (suponemos que los supermercados estarían quitando negocio al colmado de su padre) y Mafalda, conmovida, le decía al otro: "¡Sshh! No nombres Vietnam delante de Nixon". Que a Nixon le causaba un trauma la Guerra de Vietnam, es bastante plausible. Era más bien un grano en el culo.


Siempre he visto la de Vietnam -otra de mis "guerras favoritas"- como la guera de LBJohnson, o en todo caso de Kennedy. Ahí estaba el cántico jipi-pacifista: "LBJ, ¿a cuántos bebés has matado hoy?" A JFKenedy nos lo han vendido como un gran pacifista y un hombre íntegro, cuando era un drogadicto y un putero, y la Guerra de Vietnam la empezó él. Richard Nixon se encontró con esta guerra como una herencia, verdad que él sabía dónde se metía, pero al entrar al cargo su objetivo no era otro que el de concluirla. Concluirla ganando, se supone.

Pero parece que solamente escuchando canciones de la Creedence y haciendo barbacoas no se gana una guerra, y a partir de la Ofensiva del Tet (enero-septiembre de 1968) ya quedó bien claro que si los USA querían ganar en Vietnam deberían emplear una fuerza militar muchísimo mayor: poner toda la carne en el asador, por seguir con las barbacoas. Finales de los 60 no eran los años 40, y los progre-comunistas del Vietcong no eran Hitler: problema. Si a esto le sumamos que andaban por ahí Jane Fonda y otros dando por culo con el pacifismo, se comprende que la opinión pública norteamericana y mundial en general no estuvieran tan dispuestos a admitir asesinatos de civiles, torturas, bombardeos masivos y un gasto enorme con tal de ganar una guerra que no se entendía muy bien.


Militarmente, a los USA no les dejaron ganar la guerra (que la podían haber ganado) pero es que las guerras no se ganan solo en el plano militar, sino también en el diplomático, económico, social y moral. Ahora los documentos desclasificados dicen que el Pentágono suplicaba a Nixon "mano dura" y un mayor compromiso en Irak, digo en Vietnam, y que Nixon no se encontraba cómodo con esa postura. De ahí que se inventara ese camelo suyo de la "vietnamización" de la guerra, traducción: "esto no hay quien lo gane, así que ya si eso nosotros nos retiramos y ustedes los vietnamitas vayan arreglando el desaguisado que les dejamos".

La realidad de Vietnam fue compleja y nos ha llegado metahistoriada en la ficción por obras de mérito como Platoon (1986) de O. Stone, los libros de Tim O'Brien o la serie de TV Camino del infierno (1987-90). La realidad de Vietnam fue compleja, y un aspecto más de su complejidad fue el hecho -ahora revelado por documentos históricos- de que a Nixon le daba pena. Que le daba pena. ¿A usted no le daría?

6 comentarios:

Riggy dijo...

Yo lo único importante que puedo aportar sobre Nixon es que se llamaba Richard Milhouse Nixon y que de ahí viene el nombre del personaje de los Simpson.

Fran G. Matute dijo...

Yo lo único que puedo aportar sobre Nixon es que en mi colegio, de pequeño, una chiquitina hizo un trabajo sobre él en el marco del Día de la Paz y le quedó bastante bien... Si encima hubiese sabido esta información en aquél entonces lo hubiese bordado, ¿eh?

Porerror dijo...

-Riggy: Desconocía ese dato, pero tiene sentido. Se ve que Matt Groening es "fan" del presidente Nixon, de ahí su frecuente presencia en la serie Futurama. Creo que ahí vuelve a ser presidente, esta vez del Mundo, no?

-Fran G. Matute: JA, JA, JA, JA, JA! Nixon pacifista... ¡ojalá! Tu compañera, una de dos: o era una adelantada a su tiempo y tenía un novio militar o se dejó aconsejar mal por algún desaprensivo que le "chivó" que Nixon era un personaje de la paz para echarse unas risas en clase.

¿Qué será lo próximo? ¿El Festival de Woodstock?

Fran G. Matute dijo...

Por cierto, parafraseando a Gómez Muñoz, te recomiendo sobre el particular el libro "Arbol de Humo" (Mondadori) de Denis Johnson que al parecer es la bomba... yo no lo he leído (son más de 600 páginas!) pero me consta que las críticas son entusiastas y a tí te va a gustar seguro...

Sobre el amigo Lyndon B. Johnson, también hay un relato genial de Foster Wallace en "La Niña Del Pelo Raro"...

Anónimo dijo...

GRACIAS A TU BLOG DESCUBRÍ AL MÁGICO TIM OBRIEN....QUÉ GRANDEZA!!

Riggy dijo...

En efecto, Groening admite una cierta obsesión con Nixon, ha hablado del tema varias veces. Por lo visto de joven le odiaba exageradamente y luego le ha encontrado el lado cómico al personaje.

 
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