Vivencias polimórficas de un treintañero perplejo.

jueves, 24 de septiembre de 2009

El catenaccio del amor


-“Cuando paso por el puente Triana,
contigo vida mía, Triana,
contigo vida mía,
con mirarte solamente, Triana,
me muero de alegría”

(Manuel Pareja Obregón)





Bueno, bueno, bueno! Por petición popular, intervengo en un tema sobre el que a priori no pensaba hablar, pero los últimos acontecimientos me han hecho cambiar de opinión. Voy a hablar (y a opinar) sobre Triana, un conocido barrio de Sevilla sobre el que todo el mundo se siente con derecho a sentar cátedra, cuando pocos son los realmente oriundos de allí.

Será que el otro día la nombraron en Sálvame, pero el caso es que tengo ganitas de parafrasear a Jane Austen, en concreto el comienzo de su novela más famosa, y exclamar que “es una verdad universalmente reconocida que algo que aparece en el telediario de Antena 3 debe ser cierto”. Y el otro día allí se desayunaban con un hecho insólito: al parecer se ha puesto de moda que las parejas pongan candados en los barrotes del puente de Triana, una obra decimonónica de piedra y hierro que es Monumento Nacional. Las parejas ponen estos candados para sellar su amor, ¿motivo?: imitar lo que se hace en Roma en el Puente Milvio.


Esta moda o costumbre se ha generalizado a raíz de su aparición en las novelas del escritor Federico Moccia, si la pareja cierra el candado y tira la llave al río, ese amor nunca se romperá. Pero esto –que sin duda se ha disparado en Roma y otros lugares debido a los libros- no es nuevo. Ya se hacía hace años en el Ponte Vecchio de Florencia, yo lo he visto en farolas y puentes de Nápoles y estoy seguro que Fede Moccia lo sacó de la realidad. Hasta aquí todo bien: una extravagancia con tintes románticos que llama la atención por su popularidad.

La noticia subsidiaria viene cuando esto se hace en Sevilla, esa ciudad que tanto gusta de mirarse el ombligo y que, cual Narciso, corre el riesgo de morir ahogada en su propio ensimismamiento. Sevilla, la muy Noble, la muy Leal, la Ciudad de las Personas, la Ciudad del Deporte, la Ciudad de la Música, la Ciudad de la Movilidad Sostenible… menos mal que para contrarrestar todas estas patochadas del Alcalde existe en la otra orilla del Guadalquivir el barrio de Triana.


Pero hete aquí que los trianeros, antaño marineros, artistas, flamencos, toreros, buscavidas, ahora gente trabajadora pero siempre un poquito heterodoxa, no acaban de ver bien la dichosita costumbre de los candados, se van en este asunto de conservadores. Que si afea el patrimonio… que si es un injurión… que por qué van a tener que arraigar aquí las costumbres italianas… eso lo dicen los mismo que luego van a comer al restaurante San Marco de la calle Betis (un italiano del barrio).

Yo personalmente –como no vivo en Triana ni en Sevilla soy un observador imparcial- no veo dónde está el problema. ¿Sevilla no era la patria de las innovaciones? ¿De los tranvías, del metro, de las setas gigantes? Sinceramente me pregunto: ¿qué daño hacen los jodidos candados? Lo que más me ha chocado ha sido que en Sevilla es proverbial el ojo para el negocio del turismo, y en esto los sevillanos son maestros en inventar tradiciones postizas. A un pavo se le ocurre una tapa de chanquetes fritos, u otro espabilado pergeña mezclar el Seven Up con manzanilla, y ya son tradiciones de toda la vida, mi arma!

Por eso me sorprende tanto la oposición de los autóctonos (que ha salido en prensa, que ha movido al Ayuntamiento a retirar los candados del puente: cuando al Ayuntamiento de Sevilla le suda la polla lo que digan los ciudadanos), pese a que podríamos encontrarnos ante el nacimiento de una nueva “costumbre de toda la vida” en Sevilla. El sector de las ferreterías ya se estaba frotando las manos. Sevilla, la Ciudad del amor (“Y jugar a ser paloma que cruza Triana” –Arturo Pareja Obregón; “Me enamoraré de una niña de Triana” –Siempre Así; “Desde la India a Triana/ desde Triana a Sevilla” –Pata Negra;“El corazón que a Triana va, nunca volverá” –Papito Bosé…)


También me ha chocado un montón –no lo voy a negar- que varios amigos míos nacidos o residentes en Sevilla y Triana se hayan opuesto virulentamente al tema de los candados. Sobre todo porque es gente bastante moderna y progresista en un montón de temas estéticos y culturales. La verdad es que no logro entenderlo. ¿Que se trata de una chorrada? No os quepa la menor duda, pero aún no alcanzo a ver el perjuicio que ocasiona (como para secundar campañas anti-candado en Facebook), mientras que sí veo parte del beneficio: consolidación de Sevilla como destino de turismo romántico, enriquecimiento de las absurdas tradiciones de la ciudad, etc.

Por otra parte, considero positivo el hecho de que, por una vez, en Sevilla se haga algo inspirado por un libro que no sea la Biblia o Carmen de Merimé. Menos mal que tengo otro amigo que sí está a favor, lo veré pronto, y promete llevar candados en la mochila. Yo, ni tengo pareja ni voy a ir a Triana próximamente, pero le pediré que ponga uno en el puente por mí.

15 comentarios:

Anónimo dijo...

A mí el tema de los candados ni me hacía especial gracia (para demostrar el amor hay formas más originales) ni me parecía mal (estéticamente no queda bonito, hay que decirlo, pero tampoco hacen daño a nadie).

Pero lo que sí me ha llamado la atención de todo esto es que parece que por una vez, estos candados han conseguido lo que ni el tráfico, ni los problemas del metro, ni las setas de la Encarnación, ni los socabones ni los parcheados del carril bici habían conseguido: que la gente de esta ciudad (en la que vivo y de la cual me siento parte) se mostrara contraria a algo propio públicamente.

Será que en el fondo no estamos tan adormilados como me temía y seguimos teniendo algo de espíritu crítico...aunque sea por algo tan trivial como unos candados.

Buen finde!
Silvia

Pd....U2 en Sevilla en septiembre 2010!! - no viene a cuento pero lo tenía que decir!

Kike dijo...

Silvia, lo de U2 lo vendremos siguiendo... A ver cuando ponen a la venta las entradas, que hay que ir haciendose ya con acreditaciones de prensa para Bonorrrr.

Lo de los candados, a mi la verdad que ni fu ni fa. Es verdad que se podia aprovechar el tiron como bien dices para vender otro encanto mas de Sevilla, su cote romantico o lo que sea, pero tambien es verdad que queda un poco feuno, y que si el ritmo de poner candados sigue, he oido que podria influir en la estabilidad del puente (aunque esto no me lo creo mucho)

Lo que si me gusto fue la campaña anticandados de facebook, o al menos la foto que encontre, por considerarla tan bizarra que cualquiera que luche por una idea con esa foto, a mi ya me tiene de su parte, sea cual sea la idea.

Sobre ideas sobre Sevilla, tanto de Jose como de Silvia y otras mias propias, voy a escribir una entradita porque esto va pa largo...

Un saludo y muy buena entrada sobre un tema de actualidad!
kike

Daniel Ruiz García dijo...

A mí lo de los candados, qué quieres que te diga, me parece una horterada, sin más. Por encima de la ideología. Aunque hay que reconocerle al tal Moccia la capacidad que tiene de movilizar a la peña (de todas formas, seguro que hay muchos que ponen los candaditos sin tener ni puta del origen).

Susu dijo...

Primera noticia que tengo de los candados.
Yo, aunque conozco Sevilla, es sólo como turista, por lo que no me acabo de hacer una idea de esa "personalidad" de los sevillanos de la que habláis.
Las pocas referencias que tengo vienen de los raperos de allí, como Juaninaka: http://www.youtube.com/watch?v=rOGLl6dZC0M

orphangirl dijo...

A mi juicio hay una cuestión principal en este tema. Más allá de que el puente de Triana sea un elemento patrimonial (por su carácter de hito, su valor artístico y constructivo, etc), como si este fuera cualquier otro puente insulso de la ciudad, no estoy a favor de que la voluntad de un determinado número de personas esté por encima de un bien común. Si se tratara de una necesidad funcional (generar sombra, afianzar su estabilidad, etc) que actualizase su uso lo entendería, pero no es el caso. Me importa un pito si en Sevilla hay modas peores o que si algunas costumbres que creemos propias son importadas, no creo que eso le quite o le de razón a esta sobre la que estamos hablando.

Anónimo dijo...

Si por lo menos fuera algo original nuestro tendria un pequeño pase...pero ni eso...solo valemos para copiar las cosas de los demas...y casi nunca las cosas buenas o bonitas...Que diria el Tito MC de esto???Si tu respetas pues yo respeto,si tu no respetas pues yo...Josemari.

orphangirl dijo...

Bueno, perdón por el tono ... en la última frase quería decir que no creo que Sevilla y sus sevillanos (generalizando) tal como la describes sea peso argumental para decir si esta moda o no es "admisible" desde un punto de vista lo más neutral posible ... ;-)

GRILLO SOLITARIO dijo...

A MÍ ME PARECE MUY MAL LO DE LOS CANDADOS. ME LO HA PARECIDO SIEMPRE, Y ESTOY A FAVOR DE QUE SE ELIMINE CUANTO ANTES. MÁS QUE NADA PORQUE SI NO EL PUENTE IBA A ESTAR LLENO DE CANDADOS, Y LUEGO IBA A PASAR LO MISMO CON LOS DEMÁS, Y SENCILLAMENTE NO ME DA LA GANA. LO VEO TAN MAL COMO UN GRAFITI O COMO ESCRIBIR CORAZONCITOS EN LOS ÁRBOLES DE LOS PARQUES.

POR CIERTO, PORERROR, CREO QUE TU POST LLEGA UN POCO TARDE :- >>

GRILLO SOLITARIO dijo...

PD: JOSEMARI, MÁS BIEN LO QUE NOS TENEMOS QUE PREGUNTAR ES ¿QUÉ DIRÍA FRANK SINATRA?

Anónimo dijo...

Silvia, ¿que en Sevilla no se queja nadie? Pero si aquí dicen de podar un naranjo y tienes dos campañas en contra de los periódcos locales y tres manifestaciones de asociaciones de vecinos, por no decir los golpes en el pecho de las hermandades. A mí lo que me parece romántico es ese cani que con dos huevos puso hace unos años ALBA por todas las autovías de Sevilla y que hoy permanece. Porerror, podemos pasarnos y dejar un cndaíllo abierto. Migue.

Rocío dijo...

migue,
gran verdad lo de ALBA. Tan acostumbrada a verlo que me parece lo más normal.
A mi lo de los candaicos no me gusta, la verdad.
Y, querida Silvia, en esta ciudad estamos dormidos para según qué cosas. Porque pa otras...

holded

Fran G. Matute dijo...

Casualmente llevé el otro día a una pareja encantadora (él irlandés, ella israelí) al Puente de Triana y me dio un poquito de vergüenza lo de los candados... más que nada porque es otro ejemplo de aborregamiento (uno más en la ciudad) y sobre todo porque me imaginé todo el Puente lleno de candados y eso no puede ser, quedaría feísimo!!

Yo prefiero que la gente se ponga candados en los cordones de las botas o algo así...

El_Tesorero dijo...

¡Había visto los candados en Florencia y no sabía de qué eran!

Por lo demás, Sevilla es una ciudad que me encanta pero los sevillanos en general me dan (dais) algo de pereza :D

Historia verídica: Guía turístico en la catedral de Sevilla, aquí tienen ustedes el órgano más grande del mundo, aquí pueden ver la tumba con los restos de Colón, y aquí los tesoros traídos de América por Cortés y Pizarro, famosos conquistadores sevillanos (sic).

Otro día os cuento un chiste muy bueno que me contaron de sevillanos y malagueños. Un saludo.

Anónimo dijo...

Otro día no nos cuentes nada, que me da pereza intelectual, o sea, que me importa un carajo. Migue.

Anónimo dijo...

YO COMO TRIANERO AUTÉNTICO,OPINO QUE NO ME GUSTA NADA.QUE SERÁ LO PRÓXIMO SACAR EL ABC DE COLOR ROSA,O QUÉ?

 
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