Vivencias polimórficas de un treintañero perplejo.

domingo, 20 de julio de 2008

Frikada Nui: juegos de guerra


¡Madre mía! ¿Quién se acuerda de aquella peli tan divertida que se titulaba Juegos de guerra (1983)? En ella actuaban Matthew Broderick y Ally Sheedy, eran unos pipiolos, y recuerdo que tuvo un exitazo enorme. Trataba de un chavalín picado de los ordenadores, que mediante un módem (¿un qué?: 1983) se dedicaba a hackear empresas y así, hasta que descubría unos supuestos jueguecitos de guerra y se ponía a jugar del lado de la URSS, cuando lo que en realidad estaba haciendo era desencadenar la III Guerra Mundial, para espanto del Mando de Defensa Aerospacial Norteamericano (NORAD).

“Juegos de guerra” en realidad los hay de muchos tipos, tanto es así que la palabra wargaming se ha convertido en un hobby muy popular entre las capas frikis de la sociedad, y no tan frikis. Bien mirado, el propio ajedrez es un wargame, también el Hundir la flota, el Stratego o el Risk. Los hay más complicadotes, auténticas simulaciones de batallas a muy distintos niveles de detalle. Los hay con figuritas, con fichas de cartón, los hay que van desde una escaramuza a nivel de pelotón hasta recrear la 2ª Guerra Mundial enterita.


Mis favoritos son estos últimos, los de tablero (el típico con una retícula hexagonal) y fichitas de cartón que representan a las unidades de combate. De pequeño tuve dos o tres, y lo flipaba jugando con mi padre o contra amiguetes, aunque siempre perdía. En la actualidad tengo algunos más modernos y molones, bastante más complicados, juego con algunos amigos, y sigo perdiendo. Hasta cuando juego solo pierdo contra mí mismo, pero me da igual, yo me lo paso como los indios.

Esto de jugar solo no es tan raro como parece: la mayoría de los juegos te indican por fuera en sus cajas si son o no apropiados para un solo jugador, ya que tampoco es que este hobby lo comparta todo el mundo, y los juegos no son precisamente baratos como para comprarlos y no estrenarlos siquiera. Confieso que alguno tengo sin estrenar siquiera, dada su complejidad. Hay uno llamado Avance sobre Moscú, del ataque nazi a Rusia en 1941, que es increíblemente largo y complicado de jugar. Tengo otro titulado Operación Caníbal, del control de Birmania (1942-43) entre Japón y el Imperio Británico que promete ser sonado pero todavía no ha visto su bautismo de fuego.

Sí he jugado al Operación Mercurio, del asalto alemán a Creta (1941), también megacomplicado, y al que más he jugado es a mi favorito: El golpe de revés de Von Manstein, sobre una ofensiva alemana en Ucrania a principios de 1943 (como veis, aquí se puede ser todo lo frikanco y específico que uno quiera: hay barcas p’a seguir, que decían Martes y Trece). Yo es que muevo esas fichitas por ese mapa, las pongo adyacentes, tiro los dados y me imagino las columnas de carros, los combates encarnizados… Este juego que os digo de Ucrania es cojonudo: simula aspectos tan detallados como el fanatismo político en ambos bandos (nazi y comunista), los partisanos soviéticos, la superioridad técnica de las SS o el apoyo aéreo y artillero.


Últimamente me ha dado por rescatar del armario el último que me compré, hace dos años. Se llama Extraña derrota y trata de la invasión de Francia (+ Bélgica + Holanda + Luxemburgo) por Alemania en mayo-junio de 1940, incluida la jarilla que recibió la Fuerza Expedicionaria Británica. Se da la circunstancia de que el título de este juego está sacado de un libro del francés Marc Bloch (escrito en 1940 y publicado póstumamente en 1944), historiador de la “Escuela de Annales”, resistente antinazi que fue fusilado por la Gestapo.

El juego es muy bueno por varias razones: es de tamaño reducido, bastante simplificado de reglas sin perder realismo, es muy jugable (quiere decirse que se tarda pocas horas, que los turnos son ágiles y la resolución de los combates no es demasiado farragosa)… el tablero es pequeño y el número de fichas no muy elevado (140, frente a otros con más de 400), baratito de precio… en definitiva, el juego ideal para iniciarse en el hobby. He visto que han sacado en la misma serie de juegos pequeños y manejables otros sobre el desembarco aliado en Sicilia (1943) y la batalla por Malasia y Singapur (1941-42). Será cuestión de mirarlos.

Por jugar a estos juegos he llegado a levantarme temprano los sábados para ir a casa de un amigo donde dejábamos todo el tablero montado para seguir jugando de semana en semana. Ahora mismito tengo en el salón desplegado el Extraña derrota a medio jugar, con una partida que empecé el viernes pasado con otro colega. Probablemente pierda (juego con Alemania, pero ya veréis cómo soy repelido), mas no me importa. ¿Por qué, a pesar de gustarme tanto, seré tan torpe con estos juegos, amigos? A lo mejor es porque mientras muevo las fichitas estoy imaginando las “vanguardias blindadas del Reich” (como decía Borges), no logro concentrarme y se me va el tanque al cielo.

5 comentarios:

Seño Ana dijo...

Como de estos jueguecitos no tengo ni idea (hay quien lleva detrás mía un siglo pa que juegue con él al risk) no comentaré nada, pero de los de "hay barcas pa seguir"... ¡¡¡Es uno de mis momentos favoritos de martes y trece!!!!

¡eres un "mostro" Paca! (de fea cabrona)jajajajajajaja

SNQEV

Jordi Santamaria dijo...

Frikón!! : D

Gran evocación de tu córtex de Paca Carmona en la corrala de Lauren Postigos.
Epaña no se acaba aquí, hay ma´ barcas pa seguir

Tb creo Pormistake, kaces una gira por Soria y te fosra! Good week
(Ya me acabé la epopeya de los Belitre, sniff)

Fran G. Matute dijo...

"Backhand Blow"? Bonito título para una película de la TROMA...

GRILLO SOLITARIO dijo...

¡¡YO QUIERO JUEGO JUGAR!!

Anónimo dijo...

DESDE LUEGO...A ESTE RITMAZO EL UNIFORME DE LA GROSSDEUTSCHLAND PARA CÚANDO?


QUE TE GUSTA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

 
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