Vivencias polimórficas de un treintañero perplejo.

lunes, 20 de octubre de 2008

La virgen de los sicarios


Ojo que os traigo otro libro. Es lo que tiene vivir solo, como me dice por email la lectora/no comentarista Pink Panther, se hace uno más erudito cada hora. Hace un par de semanas, cuando salí por ahí (y me sudaba el ojjj…) me recomendaron varios libros; ya me he leído dos: uno de ellos es el que os traigo.

Se llama La virgen de los sicarios (1994), obra del colombiano Fernando Vallejo. A lo mejor os suena más porque en el año 2000 fue llevada al cine por Barbet Schroeder, ese que ha estrenado ahora El abogado del terror. La novela es polémica por su temática: historias de amor y de violencia en el ambiente del Medellín de la cocaína y la pobreza. La noticia es que el amor es homosexual y pederasta, disfrazado de amor verdadero (algo tabú para nosotros, por lo menos para mí) o tal vez sea amor verdadero que simplemente aquí toma la forma de una relación de pederastia homosexual.

No hay corrupción de menores porque los menores ya están corrompidos: son sicarios, asesinos a sueldo de los capos de la droga con trece, quince o diecisiete años. Gastan pistola, fuman coca y llevan escapularios de la Virgen o el Sagrado Corazón, a quienes rezan no se sabe si para pedir perdón o para pedirles que les afinen la puntería. Ante este tremendo telón de fondo, la violencia –en realidad la Muerte, aquí con mayúscula- es un personaje más. Odio esas críticas de libros en las que se dice que tal o cual ciudad o sentimiento “es un personaje más” pero valga aquí el tópico por la personalización continua que de manos del narrador recibe “mi señora la Muerte”.


En una ciudad donde te pueden matar por encargo (más barato que llamar al fontanero), por robarte unas zapatillas deportivas (la culpa es tuya, por ir provocando con ellas) o simplemente porque sí (por no bajar la radio, por una “mala” mirada) la vida no vale nada. En los momentos y lugares en que la vida no vale nada parece ser que se acentúan las pasiones, todo se vive más a fondo. El protagonista de La virgen de los sicarios (la novela es un monólogo continuo en primera y segunda persona) vive cada minuto como si fuera el último pero paradójicamente también anda por el mundo (Medellín) como si las balas no pudiesen tocarle. ¿Motivo? Porque sus amantes (sus “niños”) son sicarios que le protegen, en principio, hasta desembocar en matanzas “de limpieza” dignas de Taxi Driver.

La trivialización de la violencia podría conducir a la insensibilización del lector, pero el narrador busca exponer su propia ética, su credo clasista, racista, elitista, descreído… ¿disoluto? El hombre es ateo, pero no para de buscar consuelo acerca de la vida y la situación de una Colombia desgarrada en las múltiples iglesias a las que acude a rezar. Medellín se nos presenta como una suerte de mezcla entre el Glasgow de Trainspotting y la Gotham City de los tebeos de Batman, la ciudad donde quiebra todo: el progreso, la honradez, la función pública, la fe, incluso la vida. Según el narrador del libro, lo único que parece triunfar es el amor, pero a uno le queda la duda de hasta qué punto es verdadero ese amor chaperil que exhibe una diferencia de edad de cuarenta años, entre un señor rico y un mozalbete sobornado con zapatos Reebok y televisores.

Una palabra más sobre el narrador. Se trata de un señor muy culto y refinado (es “gramático”) aunque de origen humilde. En su narración, que integra cultismos con lenguaje coloquial, no faltan referencias “de pasada” a la poesía de Manuel Machado, la gramática de Rufino José Cuervo, los cuentos de Borges, las novelas de Balzac, El Quijote, los Evangelios o la música de Arnold Schönberg, lo que contrasta brutalmente con la zafiedad y rudeza de la cultura popular que le rodea, ejemplificada por la ignorancia supina de sus noviecitos sicarios y por la aparición de las canciones “La gota fría” de Carlos Vives y “Senderito de amor” de Pedrito Infante.


Entonces queda una pregunta, que podéis hacerme con toda franqueza. ¿Cómo has –no ya leído- disfrutado una novela sobre una materia tan truculenta? No lo sé, dejad de gritarme. Igual que lo flipé con la novela American Psycho (1997) de Bret Easton Ellis o la peli Todo sobre mi madre (1999) de Almodóvar. ¿Qué más me da que sean truculentas? ¿Que haya asesinatos, travestis, drogas, cositas malas? El arte no se puede juzgar por lo que representa, lo siento. Y esta novela de La virgen de los sicarios es posible que te den arcadas al leerla, pero es una obra de arte como la Catedral Metropolitana de Medellín. En cuatro horas me la he leído esta tarde, de un tironazo. ¿Queréis más pruebas?

10 comentarios:

GRILLO SOLITARIO dijo...

ME RECUERDA EL NOMBRE A "EL SANTO DE LOS ASESINOS", DEL CÓMIC "EL PREDICADOR" (PREACHER). ESO SÍ, ÉSTE PARA NADA LO RECOMIENDO.

Y EL CONTENIDO A LA PELÍCULA "CIUDAD DE DIOS", QUE SÍ QUE RECOMIENDO :- >>

Iso Topuno dijo...

Pues si ese escritor viviera en España, no veas la de cosas que podría escribir. Entre los mafiosos rusos que tenemos (soviéticos, pero no lo quieren decir), los italianos que pillaron el otro día y todos los del gobierno, tendría para varias trilogías.

Con afecto,

Topuno

Fran G. Matute dijo...

Sin duda Barbet Schroeder... en su mejor papel desde "Viaje a Darjeeling"...

Me han entrado ganas de leer esa novela, pero como siempre me pasa, no tengo huecos en mi agenda hasta 2009...

Respecto de la violencia y las cositas malas, a mi me ocurre al revés... Si una novela no tiene elementos de ese tipo me suele echar para atrás... Cosa distinta es que luego me entre cargo de conciencia por disfrutar (¿de forma gratuita?) con la lectura (como me ocurre con Palahniuk)...

Porerror dijo...

Sí, sí... y no olvidemos su papel de "Presidente de Francia" en Mars Attacks!
.

Seño Ana dijo...

Hablando de dar arcadas leyendo algo (aunque sin poder dejarlo hasta el final):¿Recuerdas "manteca colorá"?

SNQEV

Porerror dijo...

-Grillo: Tomo nota de tu "antirecomendación" y de tu recomendación, a ver si con esta tengo más suerte que con el "inexistente" tebeo de Daredevil Born Again, del que en Londres no habían ni oído hablar...

-Iso Topuno: Pues hablando de Mafia, tengo un post pendiente sobre la Camorra napolitana y demás... permanece atento.

-Fran: Léete este libro que te va a gustar, esto te lo lees tú rápido. Lo que dices de sentirse culpable disfrutando es real como la vida misma. No he leído a Palhniuk, pero con Bret Easton Ellis me ha pasado cada vez.

-Ana: Sí, me acuerdo de Manteca colorá y tengo comprado Cuando la noche obliga. Comparado con La virgen de los sicarios, Manteca colorá es un tebeíto (El Jueves, por ejemplo). Por cierto, ¿sabes que me pasaron los "tangos de Rintintín" que cantaba Camarón en la novela?

Riggy dijo...

¿Cuatro horas seguidas de ocio en día laborable? Me alegra ver que la vida laboral en Cosica no es muy estresante.

Palahniuk y Easton Ellis molan, aunque Patrick Bateman tenía un gusto musical lamentable.

Para terminar, comentar que "La gota fría" es todo un clásico en mi familia.

"Qué cultura, qué cultura va a tener, un indio chumeca como Lorenzo Morales, qué cultura va a tener si nació en los cardonales"

Porerror dijo...

-Ja, ja, Riggy, ¡sí! es que anteayer fue fiesta local en Cosica, "Nuestra Señora de las Multas de Tráfico Arbitrarias a los Forasteros", y además llovió todo el día.

A mí "La gota fría" me encanta, ¿eh? Curiosamente en el libro se hace una lectura un tanto macabra de su letra:

"Me lleva él o me lo llevo yo, pa que se acabe la vaina" se interpreta como "o matas o te matan".

Nando dijo...

Genial!
Voy a recomendarle el post a un amigo mío que hace la tesis sobre Fernando Vallejo (sí, una tesis doctoral). Fijo que lo lee y deja algún jugoso comment.
Él podrá dar más datos que yo. Pero para abrir boca, decir que ese escritor es de tendencias sexuales parecidas a las del narrador del libro, y que ha cometido la tropelía / grandeza (según se mire) de renunciar a la nacionalidad colombiana.
Tropelía = renunciar a tu patria.
Grandeza = con ese presidente yo me pensaría también en borrarme del país.

Porerror dijo...

Querido Nando: Esperaba con mucho interés tu comentario a esta entrada, ya que sé que eres un experto de primera mano en Colombia. ¿Un amigo haciendo la tesis sobre Fernando Vallejo? Flipante! La verdad es que tengo entendido que en aquel país a este escritor lo consideran un intelectual de primera fila.

Esperando quedo los comentarios de tu amigo, y que me perdone si he dicho alguna tontería.

 
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