“Cine, cine, cine, cine… más cine por favor”
-L.E. Aute
Mis pelis, ¿eh? Mis pelis, las de todos, cada uno tiene sus pelis. Las favoritas, las que mola decir (las que conviene decir) y la “otra” lista, las verdaderamente favoritas, que nos daría como vergüencita. “¿O solo me pasa a mí?” (por citar la catchphrase de los lamentables monólogos del personaje de Alexandra Jiménez en La familia Mata).
Creo que ya conté en una ocasión el furor por elaborar listas de favoritos que barrió mi familia hará unos cinco años, todo surgido de la mente de un tío mío muy activo y extremadamente cinéfilo y melómano. A partir de aquellas listas (de pelis, discos, canciones, comidas, cuadros, esculturas, ciudades, libros, edificios…) rescaté las que puse a la izquierda de Estatuas Verdes, y no me dio apuro admitir que mi película favorita de todos los tiempos es Star Wars (1977). Tratar de negarlo sería no ser fiel a mí mismo, y no está el horno para bollos.
En los últimos días he tenido una cierta crisis en el ejercicio del criterio (sueno como el jodido Benedetti!), motivada, de un lado, por las críticas a mis gustos musicales que el buen lector Migue vertió sobre mí en persona el sábado pasado y, de otro, por las críticas a mis gustos fílmicos vertidas en el blog de cabecera Almanaque de otoño. Es bromita, no me han dolido. Pero estas cosas me han hecho pensar y me he decidido a “salir del armario”, peliculísticamente hablando.
Ya cuando me inscribí en la web de apreciación cinematográfica Film Affinity me sorprendí a mi mismo dando puntuaciones escandalosamente altas (sobre 10) a bodrios confirmados. ¿El problema? Ninguno, salvo que me he dado cuenta de que mis gustos en cine son pupita. Y sí, soy capaz de apreciar Ciudadano Kane (1941) o Casablanca (1942) como el que más (Lo que el viento se llevó -1938-, no). Y en mi lista de favoritos no faltan John Huston, Hitchcock, Coppola o Billy Wilder. Pero en mi olimpo personal tienen un pedestal reservado pelis “malas” de la calaña de Loca academia de policía (1984), Aterriza como puedas (1980) o Juegos de amor en la universidad (1985).
Polemizando sobre los últimos estrenos, mi amigo me hace ver que tal vez Un, dos, tres, splash (1984) o Forrest Gump (1994) no sean las obras de arte que yo las considero. Lo de Forrest Gump para mí es la excepción que confirma la regla, no estoy tan dispuesto a admitir que esa película no sea buena o esté bien hecha, actuada o contada. Pero también me comentan que según no sé qué otra página web de crítica de cine Solteros (1992) de Cameron Crowe es una gran mierda, cuando yo la considero posiblemente la película que más ha influido en mi vida (la veo mínimo una vez al año, desde que tenía 17). ¿Son ambas cosas incompatibles? La verdad es que no, esto no me causa un trauma.
Sería un debate inútil dictaminar aquí si tal o cual peli es meritoria o no, no estoy tratando de establecer unos criterios objetivos de calidad cinematográfica válidos para todo el mundo. Solo os cuento cómo me fascina contrastar la importancia biográfica de unos títulos que yo me llevaría a una isla desierta (por diferentes motivos) y que la Historia del Cine seguramente condenará al cubo de la caca. Esto se hace extrapolable al ámbito de las canciones, los libros, etecé, etecé.
Y creo que como yo, todo el mundo tendrá esa nómina de títulos más o menos inconfesables, que no revelaría en la primera conversación con alguien, entre sus favoritos personales. Estoy hablando de valor sentimental. Sin ir más lejos, la semana pasada un compi de curro (artista gráfico y poeta, para más señas) me contaba que se estaba bajando algunas de sus pelis seminales: La historia interminable (1984), Dentro del laberinto (1986), Cristal oscuro (1982)… yo enseguida pensé “Menudo rollo: ¡vaya bodrios!” Pero me privé de decir nada, a la vista de que una de mis obras maestras personales más incontestables sigue siendo la singular Papá Piquillo (1998).
-L.E. Aute
Mis pelis, ¿eh? Mis pelis, las de todos, cada uno tiene sus pelis. Las favoritas, las que mola decir (las que conviene decir) y la “otra” lista, las verdaderamente favoritas, que nos daría como vergüencita. “¿O solo me pasa a mí?” (por citar la catchphrase de los lamentables monólogos del personaje de Alexandra Jiménez en La familia Mata).
Creo que ya conté en una ocasión el furor por elaborar listas de favoritos que barrió mi familia hará unos cinco años, todo surgido de la mente de un tío mío muy activo y extremadamente cinéfilo y melómano. A partir de aquellas listas (de pelis, discos, canciones, comidas, cuadros, esculturas, ciudades, libros, edificios…) rescaté las que puse a la izquierda de Estatuas Verdes, y no me dio apuro admitir que mi película favorita de todos los tiempos es Star Wars (1977). Tratar de negarlo sería no ser fiel a mí mismo, y no está el horno para bollos.
En los últimos días he tenido una cierta crisis en el ejercicio del criterio (sueno como el jodido Benedetti!), motivada, de un lado, por las críticas a mis gustos musicales que el buen lector Migue vertió sobre mí en persona el sábado pasado y, de otro, por las críticas a mis gustos fílmicos vertidas en el blog de cabecera Almanaque de otoño. Es bromita, no me han dolido. Pero estas cosas me han hecho pensar y me he decidido a “salir del armario”, peliculísticamente hablando.
Ya cuando me inscribí en la web de apreciación cinematográfica Film Affinity me sorprendí a mi mismo dando puntuaciones escandalosamente altas (sobre 10) a bodrios confirmados. ¿El problema? Ninguno, salvo que me he dado cuenta de que mis gustos en cine son pupita. Y sí, soy capaz de apreciar Ciudadano Kane (1941) o Casablanca (1942) como el que más (Lo que el viento se llevó -1938-, no). Y en mi lista de favoritos no faltan John Huston, Hitchcock, Coppola o Billy Wilder. Pero en mi olimpo personal tienen un pedestal reservado pelis “malas” de la calaña de Loca academia de policía (1984), Aterriza como puedas (1980) o Juegos de amor en la universidad (1985).
Polemizando sobre los últimos estrenos, mi amigo me hace ver que tal vez Un, dos, tres, splash (1984) o Forrest Gump (1994) no sean las obras de arte que yo las considero. Lo de Forrest Gump para mí es la excepción que confirma la regla, no estoy tan dispuesto a admitir que esa película no sea buena o esté bien hecha, actuada o contada. Pero también me comentan que según no sé qué otra página web de crítica de cine Solteros (1992) de Cameron Crowe es una gran mierda, cuando yo la considero posiblemente la película que más ha influido en mi vida (la veo mínimo una vez al año, desde que tenía 17). ¿Son ambas cosas incompatibles? La verdad es que no, esto no me causa un trauma.
Sería un debate inútil dictaminar aquí si tal o cual peli es meritoria o no, no estoy tratando de establecer unos criterios objetivos de calidad cinematográfica válidos para todo el mundo. Solo os cuento cómo me fascina contrastar la importancia biográfica de unos títulos que yo me llevaría a una isla desierta (por diferentes motivos) y que la Historia del Cine seguramente condenará al cubo de la caca. Esto se hace extrapolable al ámbito de las canciones, los libros, etecé, etecé.
Y creo que como yo, todo el mundo tendrá esa nómina de títulos más o menos inconfesables, que no revelaría en la primera conversación con alguien, entre sus favoritos personales. Estoy hablando de valor sentimental. Sin ir más lejos, la semana pasada un compi de curro (artista gráfico y poeta, para más señas) me contaba que se estaba bajando algunas de sus pelis seminales: La historia interminable (1984), Dentro del laberinto (1986), Cristal oscuro (1982)… yo enseguida pensé “Menudo rollo: ¡vaya bodrios!” Pero me privé de decir nada, a la vista de que una de mis obras maestras personales más incontestables sigue siendo la singular Papá Piquillo (1998).
10 comentarios:
Como ya apuntaba en la reseña sobre "El curioso caso de Benjamin Button", a una película puede acercarse uno por el lado sentimental (me ha gustado o no, no importa el motivo) o por el lado "técnico" (el cine como lenguaje y bla bla bla...)...
Cuando una película va con pretensiones, suele coger más peso el lado "técnico" a la hora de valorarla, pero cuando su pretensión es entretener (que debería ser, en cualquier caso, el fin último de toda película... ya si te hace pensar pues miel sobre hojuelas) es normal que el lado sentimental se apodere de tu juicio...
Que nadie te diga nunca que "Papá Piquillo" es una mala película... porque como todo el mundo sabe "El mono caga de memoria!!!!"
Yo no puedo con los westerns (a chuparla de Prada) y adoro El quinto elemento, Maquinavaja y Dirty Dancing. Migue.
Nunca pensé que diría esto... Matute: gran comentario creo que tienes toda la razón (hasta en lo del mono).
Hay pelis que nunca pasarán a la historia por su calidad técnica pero que son importantes en nuestro recuerdo por diferentes motivos personales o sentimentales.
De las pelis que se nombran en el post cinco de ellas forman parte de mi lista más una de las de Migue. El resto ya te las comentaré ante un nespresso que hoy me de cosita "salir del armario".
"...the time of my lifeeeeee..."
SNQEV
cuando se hace una lista de "mis 10 X favoritas", eso es lo que se pretende, no? Para hablar de las mejores X ya estaran los criticos de cine, o de musica, o de lo que sea....
Por cierto, ayer tuve la oportunidad de ver en el cine una de mis pelis favoritas: Rocky. Maravilloso stallone!!! Adriannnnnn
A mí la mayoría de blockbusters de los 80 (como los que mencionas) me traen tan buenos recuerdos que me costaría horrores dejarlas fuera de mis favoritas. :-)
Abrazando mi anonimato, confesaré que una de mis pelis favoritas es, "Fuera de Onda". Buenísima!
lvtc
Conozco la existencia de film affinity por mi novio,el cual es un eskizo-cinéfilo,no obstante creo que muchas pelis las puntuan borrachos y/o "jartos a vino". En cuanto a Forrest Gump,cuando la ví por primera vez supe que sería de esas peliculas que te puedes tragar 20 millones de veces a lo largo de tu vida y aún así no cansarte porque es DEMASIADO buena.
En el fondo yo no soy una experta cinéfila,pero me gusta ver las pelis en V.O.S,el cine francés,todo aquello considerado snob y que a mi me parece de lo mas corriente.
Y si,recien salida de la universidad me da miedo este mundo LOCOOO. Un saludo
Ofú, esto lo publico en anónimo porque da mucha cosica confesarse cinéfilamente.
Estudié biología en gran parte influído por el personaje de Richard Dreyfuss en "Tiburón" (que es del Espílber, una masterpiece total).
Y no te digo trigo la de tardes que me pasaba viendo pelis de Jackie Chan en el video comunitario...
Patricia, el cine francés y la V.O. eran snobs en los 70. Por eso ahora es normal. Y aburido.
Mi peli favorita es y siempre será "La Bella y la Bestia", de Walt Disney.
Para algo más intelectual... bueno, para algo más simplemente, "Amelie".
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