-“Vamos a poner a Alsina, ¿no?”
(Cuidadora)
La buena Sab me lo echaba en cara esta mañana: “Tu querido Federico ha incitado hoy en su columna al golpe de estado”. Ignoro de qué me habla: le explico que hace ya años que a Federico Jiménez-Losantos me lo prohibió el médico, solo lo aguanto en pequeñísimas dosis. Ahora escucho a Carlos Herrera. Es el único que me arranca una sonrisa a determinadas horas de la mañana, y poco a poco su programa y su espacio se han ido ganando un hueco en mis avatares mañaneros.
Carlos Herrera, su enciclopédico conocimiento de la música, su socarronería, su -¿por qué no?: tiene gracia!- autosuficiencia, su cercanía tan lejana… pero también he aprendido a paladear los diversos ingredientes de “Herrera en la onda”. La tertulia, con esa intro sacada de El virginiano (1962-71) y sus ataques de indios (últimamente ha incorporado hasta a las wagnerianas valkirias…), con la colaboración de Arcadi Espada, de David Gistau, de Ignacio Camacho, de Pilar Cernuda, con su sindicalista (José María Fidalgo), con su sociata de guardia (Antonio Casado), con su intelectual (Amando de Miguel), su sociata de verdad (Joaquín Leguina), su PPero (Miguel Ángel Rodríguez)…
Y esos comentarios de Antonio García-Barbeito (a/k/a “la alegría de la huerta”), de Fernando Ónega, la météo que da “El Borrascas”, la lectura de titulares de Santi “Majetón” García, las noticias económicas del inefable Dr. Rodríguez Braun, los deportes (o no) de Naranjo, y esos corresponsales tan lindos desde Washington, desde Bruselas y desde no sé dónde, que no sé su nombre pero que son para comérselos.
Por no hablar de luego: el protocolo y las bizarrías de Josemi Rodríguez Sieiro, las culturetadas de Lorenzo Díaz, los libros Greats de Alfonso Rodríguez Galinier (ex profe chocarrero de inglés), etc.. etc.. etc… Pero esto no merecería un post si no me hubiera dado cuenta de que cada día más la programación de Onda Cero se va colando en mi vida: va ganando terreno. Como si de un relato de Cortázar se tratara (qué os gu…!), Onda Cero va “tomando” poco a poco mi existencia. Explico.
Por las tardes, camino del francés, escucho entre estupefacto y sedado el programa de Julia Otero (lo mejor que ha hecho desde “3 x 4”, ¿eh?), locutora de la voz sensual que nunca llega a ser sensual, y su parada de freaks en esa tertulia que han dado en llamar “El gabinete”. En ella militan (atiende qué disfraz!) Elisa Beni (esposa del juez del 11-M), Espido Freire, Antón Reixa (sí, el que estáis pensando), Javier Sardá, Juan Adriansens y una fulgurante estrella que cada vez se postula más claramente como “Personaje Pupita” de Estatuas Verdes: Lucía Etxebarría, quien cada vez que abre la boca se encarece el pan. “Es que Julia Otero tiene a unos tertulianos muy malhumorados” –me dice la buena Natalia, y no le falta razón.
Pero es que escucho ya hasta el programa deportivo, el que habla de fútbol, me nutro de todos los boletines horarios, me empiezo a interesar por las noticias regionales y –oh, cielos- locales (pero poquito), he picoteado en insomnio “La parroquia del monaguillo”, “Gente viajera” los fines de semana, hasta a la Gemio: socorrro! Pero entre toda esta vorágine destaca y brilla con luz propia y brilla y destaca con luz propia el programa de la noche: “La brújula”, conducida por Carlos Alsina.
A la vuelta del francés me toca siempre la sección de economía, con lo que no entiendo nada, pero qué gusto da oírlos hablar del “riesgo país”, del “diferencial de la deuda” y de la Reserva Federal (que ellos y yo llamamos “Fed”, señora), entre otras cosas. Alsina cuenta con un elenco de colaboradores nada desdeñables, los cuales aún no tengo bien cartografiados y por eso os vais a librar de que os plante aquí la lista. “Con Dios me acuesto, con Dios me levanto, la Virgen María y el Espíritu Santo”, reza una conocida oracioncilla infantil. Pues yo con Onda Cero, amigos.
(Cuidadora)
La buena Sab me lo echaba en cara esta mañana: “Tu querido Federico ha incitado hoy en su columna al golpe de estado”. Ignoro de qué me habla: le explico que hace ya años que a Federico Jiménez-Losantos me lo prohibió el médico, solo lo aguanto en pequeñísimas dosis. Ahora escucho a Carlos Herrera. Es el único que me arranca una sonrisa a determinadas horas de la mañana, y poco a poco su programa y su espacio se han ido ganando un hueco en mis avatares mañaneros.
Carlos Herrera, su enciclopédico conocimiento de la música, su socarronería, su -¿por qué no?: tiene gracia!- autosuficiencia, su cercanía tan lejana… pero también he aprendido a paladear los diversos ingredientes de “Herrera en la onda”. La tertulia, con esa intro sacada de El virginiano (1962-71) y sus ataques de indios (últimamente ha incorporado hasta a las wagnerianas valkirias…), con la colaboración de Arcadi Espada, de David Gistau, de Ignacio Camacho, de Pilar Cernuda, con su sindicalista (José María Fidalgo), con su sociata de guardia (Antonio Casado), con su intelectual (Amando de Miguel), su sociata de verdad (Joaquín Leguina), su PPero (Miguel Ángel Rodríguez)…
Y esos comentarios de Antonio García-Barbeito (a/k/a “la alegría de la huerta”), de Fernando Ónega, la météo que da “El Borrascas”, la lectura de titulares de Santi “Majetón” García, las noticias económicas del inefable Dr. Rodríguez Braun, los deportes (o no) de Naranjo, y esos corresponsales tan lindos desde Washington, desde Bruselas y desde no sé dónde, que no sé su nombre pero que son para comérselos.
Por no hablar de luego: el protocolo y las bizarrías de Josemi Rodríguez Sieiro, las culturetadas de Lorenzo Díaz, los libros Greats de Alfonso Rodríguez Galinier (ex profe chocarrero de inglés), etc.. etc.. etc… Pero esto no merecería un post si no me hubiera dado cuenta de que cada día más la programación de Onda Cero se va colando en mi vida: va ganando terreno. Como si de un relato de Cortázar se tratara (qué os gu…!), Onda Cero va “tomando” poco a poco mi existencia. Explico.
Por las tardes, camino del francés, escucho entre estupefacto y sedado el programa de Julia Otero (lo mejor que ha hecho desde “3 x 4”, ¿eh?), locutora de la voz sensual que nunca llega a ser sensual, y su parada de freaks en esa tertulia que han dado en llamar “El gabinete”. En ella militan (atiende qué disfraz!) Elisa Beni (esposa del juez del 11-M), Espido Freire, Antón Reixa (sí, el que estáis pensando), Javier Sardá, Juan Adriansens y una fulgurante estrella que cada vez se postula más claramente como “Personaje Pupita” de Estatuas Verdes: Lucía Etxebarría, quien cada vez que abre la boca se encarece el pan. “Es que Julia Otero tiene a unos tertulianos muy malhumorados” –me dice la buena Natalia, y no le falta razón.
Pero es que escucho ya hasta el programa deportivo, el que habla de fútbol, me nutro de todos los boletines horarios, me empiezo a interesar por las noticias regionales y –oh, cielos- locales (pero poquito), he picoteado en insomnio “La parroquia del monaguillo”, “Gente viajera” los fines de semana, hasta a la Gemio: socorrro! Pero entre toda esta vorágine destaca y brilla con luz propia y brilla y destaca con luz propia el programa de la noche: “La brújula”, conducida por Carlos Alsina.
A la vuelta del francés me toca siempre la sección de economía, con lo que no entiendo nada, pero qué gusto da oírlos hablar del “riesgo país”, del “diferencial de la deuda” y de la Reserva Federal (que ellos y yo llamamos “Fed”, señora), entre otras cosas. Alsina cuenta con un elenco de colaboradores nada desdeñables, los cuales aún no tengo bien cartografiados y por eso os vais a librar de que os plante aquí la lista. “Con Dios me acuesto, con Dios me levanto, la Virgen María y el Espíritu Santo”, reza una conocida oracioncilla infantil. Pues yo con Onda Cero, amigos.
8 comentarios:
Pues yo creo que lo tuyo es grave porque el cartel de tertulianos de la Otero es para salir corriendo y la Gemio....siempre me ha producido espanto. Nada que objetar a Herrera y su programa.
Sigo diendo fiel lectora.
Un abrazo.
M.P.
Carlos Herrera es para mí como un marido, puesto que su voz es la primera que escucho por la mañana, y ya llevamos conviviendo el tiempo suficiente como para decir que "le conozco". Así que en vez de un besito mañanero a mí me llaman camastrona cuando abro los ojos ante la impertinente llamada de mi despertador. Sé cuándo está de mejor o peor humor, si está malito o apunto de pillar el padre de todos los resfriados. Y el día que no suena su voz en la emisora y aparece "el sustituto" me arruinan la mañana. Con él llegaron a mi vida los indios, los ...señoras, señores, me alegro, buenos días, los odiadores profesionales, las perlas, las historietas de la marijose, las adivinanzas...Y ya no la concibo sin todo eso. Lo dicho. Un marido bien amado.
Por cierto, porerror, que no has citado al siemprecabreado josemari Calleja, ni a Pilar Rahola. Lo peor! No sé desde cuándo escuchas onda cero, pero el año pasado tenía una intervención Carlos Latre, creo que los jueves. Era maravilloso.Qué risa, qué risa.
La rosa de los vientos; el Monaguillo (incluso participé un día en su programa y los he visto actuar en directo qué tiempos); al primer toque, cuando ya no puedo más con el tirano del de La Morena; no son horas; Alcina...
Pensándolo bien, no soy tan monocadenaderadio como pensaba, pero todavía hay cositas con las que no puedo...y Doña Mariló chupando del bote!!!, en fin.
P.D: por cierto, cutivadora...
A MARILÓ MONTERO LA RESPETO...
¿Pero quién es Natalia? ¿Personaje pupita o hay que enamorarse? Carlos Herrera, el hombre que dedicó dos artículos en xl semanal a contar los mejores restaurantes donde podíamos comer cuando fuéramos a Miami. Migue.
Pupita? Y yo qué he dicho/hecho para ser pupita? Poererror, dile algo a este que me ha cogido manía. Yo igual que Melendi!!!Socorrito! Por cierto, habrás de plantearte si incluir en MI MISMA CATEGORÍA al cantante de El Barrio.En el mío, mi barrio, digo, hay mucho admirador del colega. No te digo ná. Uf.
yo también soy adicta a Onda Cero... ¿No escuchaste nunca el fin de semana por la noche "La Rosa de los Vientos" de Bruno Cardeñosa?
biquiños,
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