Vivencias polimórficas de un treintañero perplejo.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Gomorra: ¿Qué me estás contando?


Va uno andando por una larga avenida de Nápoles, por ejemplo el Corso Umberto I (“per lo shopping), cuando de pronto ve una placa: “Aquí, el tal del tal de mil novecientos ochenta y tal, cayó el agente de policía Fulani, asesinado por la Camorra”. A ambos lados, mesitas plegables dignas de un mercadillo repletas de artículos falsos de marca: Prada, Dolce&Gabbana, Chanel… gafas, cinturones, pañuelos, gorras, monederitos de Pukka o de Hello Kitty. En las tiendas legales de la calle, en los escaparates, camisetillas canis y modelitos que alguna vez resultaron elegantes. ¿De dónde sale todo esto?, puede parar a preguntarse uno viendo tanta mercancía. Según Roberto Saviano, de China, vía el puerto de Nápoles.

A estas alturas ya todo el mundo sabe que Saviano es el periodista/autor a cuya cabeza ha puesto precio la Camorra, la mafia napolitana, para entendernos. Si él no nos lo hubiera dicho –me refiero al hecho de conectar este comercio de mercadillo con las terribles redes mafiosas-, a lo mejor no hacemos la conexión, yo no por lo menos. Demasiados mercadillos similares hay en las ciudades españolas. Pero Saviano publicó en 2006 Gomorra, libro novela/reportaje de investigación que desenmascara lo más sucio de la Camorra (o “el Sistema”, como al parecer se conoce ahora). Objetivo: la mafia sin glamour.


El libro, contra todo pronóstico, fue un best-seller, fue llevado al cine y la peli ha ganado el Premio Especial del Jurado en el Festival de Cannes. Estas cosas al parecer le han tocado las narices a los clanes camorristas, que gustan de verse reflejados en los medios (desde Brian De Palma a Tarantino) pero claro, no con nombres y apellidos. Creo que Roberto Saviano ha estado en Sevilla coincidiendo con la presentación de Gomorra (la peli, 2008, de Matteo Garrone) en el festival de cine de la ciudad. A raíz de esto y del estreno comercial de la cinta he podido leer varias llamadas de atención de columnistas españoles, dando calor a Saviano por tener tantos cojones y lamentándose de que no se le dé más apoyo desde el mundo de las letras biempensantes (como se hizo, en un momento dado, con Salman Rushdie).

Compré el libro en agosto, justo al volver de Nápoles, pero pese a mi curiosidad inicial todavía no lo he leído [Ya sí me lo he leído, 15 días después]. Veo que son once historias o capítulos, que la peli ha reducido a cinco, los más ejemplares. Ayer fui a ver la película, ilusionadísimo, esperando la gran denuncia o la gran catarsis sobre el mundo de la Camorra. Y me llevé la decepción intelectual del año. Entendedme, sabía que no iban a salir el Vesubio y la pizza, pero esperaba al menos una cierta conexión explícita entre la superficie visible y ese submundo de la mafia, la droga, la prostitución, el tráfico de mercancías, etc.


El problema –tal y como yo lo veo- es que la peli es tan bajuna (está rodada así queriendo, como un falso documental) que parece una mezcla de Trainspotting (1996) y un episodio de Callejeros. Y lo que nos muestra: violencia a cascoporro, sí, sordidez y miseria. Unos canis vendiendo droga, tiroteos desde coches… pero en fin, nada que no hayamos visto ya en cuarenta pelis de Scorsese o que no podamos ver si nos acercamos a determinados barrios de nuestras ciudades. Los canis italianos van mejor vestidos, de acuerdo, y su música en lugar del flamenkito o reggaetón es una especie de canzone napulitana makineta, pero el resto es lo mismo. Totò en vez de Joshua, y así sucesivamente.

¿Y por qué esto es un problema? El problema es mío, claramente, porque me esperaba otra cosa. Para ver pelis de mafiosos cutres ya me bastaban las de Guy Ritchie, que además tienen mejor banda sonora. Creo que las historias, con ser espeluznantes, no lo son tanto que te cambien la vida. Igual al no estar presentadas de modo tan épico no me resultaron tan efectivas. Igual ese era el objetivo: la Camorra en gayumbos, comprando mozzarella, con voz erigmofónica.


Leo en El País una entrevista con Matteo Garrone y una crítica de Carlos Boyero, lo de siempre: “Una Camorra sin maquillaje”, “Intenté mostrar esa realidad”… Pues para mi gusto lo que sale en la peli es demasiado anecdótico, tanto que no logro hacerlo extrapolable. ¿Cómo puedo inducir que la Camorra es la organización europea que más gente ha matado solo con ver a un gordo barbudo jugando a las cartas?

Dice el director de la peli que se ha centrado solo en los sustratos más bajos del libro de Saviano, lo que afecta a la gente en su vida cotidiana (en barrios marginales solo, se le ha olvidado decir). No es verdad, también muestra algo de los sustratos más altos (Euromoney, alta costura, grandes contratos), lo que no muestra es lo de en medio. Lo normal. Ni creo que todos los mafiosos napolitanos y sus víctimas vayan en camiseta de tirantas ni creo que todos vayan con traje de marca. ¿Y la gente normal? Esperaré a leer el libro, esta noche me lo empiezo, de coraje.

9 comentarios:

GRILLO SOLITARIO dijo...

PUS NO SÉ SI LOS MAFIOSOS CONSEGUIRÁN CARGARSE A SAVIANO, PERO LO QUE SÍ HAN CONSEGUIDO ES DARLE UNA INMENSA PUBLICIDAD AL LIBRO, APARTE DE CREDIBILIDAD.

POR CIERTO, AÚN HAY MAFIOSOS ESTILO ANTIGUO. VEAN, VEAN.

Anónimo dijo...

Joéééé...., con la ilusión que tenía yo de ver la película, si me dices que es cual reportaje de Callejeros paso, no hay programa en el tv que odie más.

De todas formas, como el Padrino, rien de rien.

María

Fran G. Matute dijo...

Gracias sean dadas al hacedor!!

Miles de dudas me recorrían el cuerpo sobre si ver esta película o no... Y eso que curiosamente la presunción que yo tenía de la peli (sin haberla visto) es justo la que cuentas...

El problema es que la gente del calle cree que películas como esta o como "Ciudad de Dios" o "Tropas de élite" son molonas porque se salen de lo normal, son violentas, muestran la cruda realidad... pero la gente "ilustrada" como nosotros ya ha visto eso en miles de sitios (el cine de Guy Ritchie o Scorsese que tu citas) y además de forma más suculenta (teatralización de la violencia)...

Puede que sea por eso que estas propuestas nos dejan al final un poco frío, y es que estamos acostumbrados a otra forma de representar el mal en el cine.

Anónimo dijo...

De hecho el abismo estético entre Ciudad de Dios y cualquiera de Scorsese provoca el cambio de significados, que no vamos a decir que son opuestos, pero sí distantes. Decir de otra manera es decir otra cosa, como decía una profe. Así, recordaremos al genial Joe Pesci haciendo cosas geniales con una pluma o un punzón, o no querremos que un helicóptero atrape a Ray Liotta; pero el estilo sórdido (si es bueno, claro, si no, resulta doble fracaso) sí que busca más la veracidad, la catarsis a través del realismo. Migue.

GRILLO SOLITARIO dijo...

PUES QUÉ QUERÉIS QUE OS DIGA, A MÍ CIUDAD DE DIOS ME GUSTÓ BASTANTE.

Fran G. Matute dijo...

Que quede patente que "Ciudad de Dios" me pareció un peliculón, muy original y excelentemente narrado y dirigido... pero que el "boom" que tuvo a nivel de Espectador Medio fue más porque se aunaron los conceptos "cine social + violencia", lo cual parece llamar la atención de la gente que lee el periódico...

Y como bien dice Porerror, la "representación" de la violencia ya no es un reclamo en sí para nuestras generaciones y mucho menos cuando esa violencia es lo único "mostrable" de una realidad social...

Anónimo dijo...

Bueno, esque la mayoria de la clase media no tiene el privilegio de estar versada en el cine. No seamos, no seamos...

Fran G. Matute dijo...

Veo que me estoy explicando fatal...

Lo que quiero decir no tiene nada que ver con el conocimiento que pueda tener el personal del cine o no.

Sólo quiero poner en tela de juicio que cuando se habla en los medios (no cinéfilos) mucho de una película (lo cual no suele ser normal, a no ser que sea un blockbuster tipo Batman o James Bond) como "Gomorra", al margen del morbo de la temática, es porque detrás hay un elemento que para el público en general (versado o no versado en el cine) puede resultar atrayente.

En este caso es la unión de "realidad social + violencia" (al menos como yo lo veo), y para muchos de nosotros (versados o no versados en el cine) la violencia que pueda mostrárse en ese tipo de films no es para nada atrayente. Y si encima, como entiendo por la crónica de Porerror, es lo único en lo que se hace hincapié en una película que tiene el ánimo de mostrar una realidad social, pues asumo que la película fracasa...

He dicho.

Kike dijo...

a mi la peli me encanto. tanto que la he visto 3 veces en el cine, a ver si cojo acentillo napolitano...

de hecho, junto con batman, otra peli que se ha comentado aqui, forman mi pareja de honor del 2008.

aparte, tienes razon que muchas de las cosas se dan en muchos sitios y no son unicos de la camorra, y que todo es cutre... pero bueno... solas o el bolas son cutres y pasan en muchos sitios pero no dejan de ser buenas pelis por eso...

 
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