Vivencias polimórficas de un treintañero perplejo.

martes, 30 de diciembre de 2008

Narratología y vida


Este post iba a titularse “Aprendiendo de la gente”, pero al final lo he llamado “Narratología y vida”, que queda mucho mejor. Atención, amigos, Porerror ha vuelto y desde la última vez que os habló se ha comprado tres libracos de Estudios Culturales. ¡Temblaaaaad!!!

Como todos sabéis, hay dos formas de contar una historia: en una, una voz (narrador) te cuenta lo que pasa en plan “Fulanito era un señor muy malo” y en la otra, se muestran acciones en plan “Fulanito le pegó a un niño, como hacía todas las mañanas”, y ya de ahí tú sacas tus conclusiones. Eso lo entendemos todos, aunque no sepamos que se llaman “diégesis” y “mímesis” respectivamente. Esto también es aplicable en la vida real, al menos hasta cierto punto, y es lo que trataré de explicar aquí.


Qué bonito sería que la vida (para no entrar en filosofías, llamémosle así a esa experiencia intuitiva que tenemos todos acerca de la peli o novela de la que somos protagonistas) tuviera un narrador omnisciente en tercera persona, ¿verdad amigos? Uno que estuviera por encima de nuestras conciencias, que lo supiera todo acerca de nosotros y de las personas que nos rodean, y cuando digo todo es TODO, lo que hicimos, lo que hacemos, lo que haremos, hasta lo que se nos pasa por dentro de la cabeza. “Porerror se pegó una ducha, como hacía todas la mañanas. Ese día estaba preocupado porque bla bla bla…” ¿Sería bonito, verdad? ¿O sería un coñazo?

Claro, amigos, si nuestras vidas fueran así, no serían vidas reales sino jodidas novelas del siglo XIX. Y gracias a Dios no es el caso. Hay una peli que mola mogollón, del director de Quantum of Solace (2008), esta otra se llama Más extraño que la ficción (2006) y trata precisamente de eso, de un pavo que vive su vida hasta que de pronto se da cuenta de que solo es un personaje creado por la mente de una escritora, etc, etc. Todo muy postmoderno, sí (el arte postmoderno se ocupa de estas cuestiones), pero no dejéis de verla porque es muy buena (pese a estar protagonizada por el ingracioso Will Ferrell) y no es tan cultureta como parece.



Es muy bonico pensar que en realidad los seres humanos solo somos personajes soñados por otra imaginación superior, si os fijáis esto es una idea poderosísima, porque abre una espiral infinita, en plan una foto de un nota que tiene en la mano una foto de otro nota que tiene en la mano la foto de otro nota que tiene en la mano la foto de otro nota que tiene en la mano… Y no es tan descabellado pensarlo, quiero decir, es fácil de imaginar. Si nosotros podemos hacer y deshacer vidas de papel (modernamente, también de celuloide), y podemos inventar personajes que inventan personajes que inventan personajes, etc, ¿por qué no vamos a ser nosotros mismos creaciones de otros que lo mismo van y son creaciones de otros, etc? Esta idea fascinaba, por ejemplo, al rarito de Borges.

Hace poco menos de un siglo, entre que una serie de gurús le desmontaron el chiringo a la Iglesia (Marx, Nietzsche, Darwin, Freud) y que la gente en general ya no estaba para milongas, a algunos escritores les dio por pensar que no era honesto narrar historias en plan cuentito “Pepito estaba agobiado” porque no era así como uno percibía la realidad, sino más bien como [Dentro del cerebro de Pepito] “Mañana tengo un examen, ¡qué agobio más grande! ¡Uf! A ver si me concentro… esto son doscientos folios… qué buena está la del jersey rojo…” Lo malo fue que empezaron a escribir así, y sus novelas son un auténtico coñazo de leer. Pero tranquilos, que este estilo (llamado, por cierto, Modernismo) no triunfó: que se lo digan a Ken Follett o a Dan Brown.


Todo esto venía a cuento de una lamentación: que en la vida real no hay narradores ni procedimientos artificiales que te vayan radiando el partido y explicándote lo que pasa, lo que está pasando a tu alrededor, lo que estás sintiendo, lo que está sintiendo la persona que hay sentada a tu lado… aunque sea a posteriori. Los cabrones de los Modernistas en esto sí que tuvieron razón, la experiencia vital es caótica, incompleta y fragmentaria, no hay narrador que valga que le dé sentido a todo. Y la verdad, cuando me puse a escribir el post lo iba a hacer para quejarme sobre este hecho pero a medida que lo voy terminando casi que me parece que me alegro. Igual no te llegas a enterar de qué va la película, pero también así te quedas más tranquilo. O puedes figurarte lo que te dé la gana, que eso de pensar en explicaciones totalizadoras está ya muy pasao de moda.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Quizás no debería escribir esto aquí pero yo sí tengo una voz en off en mi cerebro que hay veces que me narra la jugada. Gracias a dios no me ha dado por mantener conversaciones con ella, pero me temo que todo se andará.

De todas formas sí hay momentos subrealistas en la vida en los que lo que te está pasando es tan absurdo que es como si te lo estuvieran contando desde fuera y lo ves/vives de una forma semi impersonal.

¿Necesitaré tratamiento psicológico?teclou

Anónimo dijo...

1. teclou era la contraseña absurda que hay que escribir.
2. la voz en off también se aparece en forma de post y por eso me contesto yo a mi misma y nadie dice nada.
3. feliz año nuevo a mi misma!

Anónimo dijo...

Grandísimo tema. Tan grande que es imposible de abordar aquí. Eso es lo que separa el arte de la vida. En nuestras vidas somos a menudo incapes de cerrar las historias (si es que somos conscientes de que estamos viviendo una). No hay intervención. Ni contemplación. Y sí que es una pérdida: quién salta en nuestra vida, por la tarde, claramente indignado, de la butaca, y nos dice: ¡pero hazlo de una vez, gilipollas! Un abrazo, Migue.

Karmen dijo...

¡Hola, Porerror! ¡Qué agradable tenerte de vuelta!

Del post de hoy me quedo con dos nombres: Marc Foster y Escher.

* Marc Foster: Ayer mismo ví "Cometas en el cielo", la película que hizo después de "Más extraño que la ficción" y antes de "Quantum of Solace". Un dato atractivo de la peli es que la ficción se hace realidad para establecer un vínculo permanente entre sus dos protagonistas.

* Escher: Durante todo un año me desayuné con esta portada prácticamente a diario. Al principio me costaba encontrar la relación entre arte/ficción y sociolingüística... Luego, con el bueno de Labov como profesor, aprendí algo: "Within the sociolinguistic interview, narratives are one of the primary means of reducing the effects of observation and recording. [...] Narratives consistently show a shift towards the vernacular."

¿Quién se priva de vivir la ficción y narrar las experiencias?

Karmen dijo...

Sabía que lo había escrito mal: es Marc Forster, no Foster.

Porerror dijo...

Gracias por vuestros comentarios, en estas fechas de pocos escritos y pocos lectores vuestra fidelidad puntúa doble.

-Rocío: Me parece genial que hayas incluido en tu comentario la palabra de identificación: el poeta estará contentísimo. De hecho, te animo a hacerlo todas las veces.

Respecto a lo que dices de verse uno mismo desde fuera o de modo "semi impersonal" como tú lo llamas, a mí solo me ha ocurrido estando de borrachera, o sea, casi nunca.

-Migue: Qué lástima que te prodigues tan poco, de verdad que tus intuiciones me dejan asombrado. No sabes hasta qué punto has dado en la diana con tu comentario: algún día te lo contaré. Un abrazo.

-Karmen: Muy interesantes tus aportaciones, y ya que nombras al gran Labov (haber sido alumna suya sí que es un privilegio), te diré que él también es un nombre clave en la teoría narratológica.

Cometas en el cielo me da tela de perezona... ¿hay que verla?

Seño Ana dijo...

Iba a comentar sobre el estrés mental que me provoca pensar lo del tío de la foto con el tío con la foto... pero al ver el comentario de Rocío (muy bueno, por cierto) quería pedirte, Porerror, que si hablas con tu amigo el poeta le pidas obras de no más de 5 letras. Mira la que me ha tocado antes: erghtvim. Y la de ahora : bidismet.

Ahí va la mía: SNQEV

Pink Panther dijo...

Voto por la mímesis aplicada a la vida (whatever this means)...

Cada vez estoy más convencida de que narrar lo que uno piensa o contar lo que uno quiere/desea es engañoso no sólo para los demás... incluso para uno mismo.

Es mejor hacer, actuar... y que lo que somos (lo digamos o no, lo pensemos o no) se narre a sí mismo... resultado: caos... well, then maybe we are indeed chaotic...

Un post muy bonito, porerror; al final se da uno cuenta de que en todas las disciplinas se debaten las mismas ideas. En psicología hablaríamos de attitudes vs. behavior, de disonancia cognitiva... Incluso veo como se conecta con el tema de la creatividad.

Karmen dijo...

Porerror, sólo quería reponder a tu pregunta (¡ya casi lo había olvidado!): reconozco que "Cometas en el cielo" me daba mucha pereza. Luego, me alegré de haberla visto. La primera parte de la historia es mucho más interesante (para mi gusto). En global, me sirvió, sobre todo, como acercamiento a la historia reciente de Afganistán. A lo mejor puede interesarte.

 
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