Vivencias polimórficas de un treintañero perplejo.

lunes, 18 de mayo de 2009

Tutto Kubrick


Recuerdo adolescente #1: Voy paseando por la acera de mi casa a los 14 ó 15 años junto a un amigo cinéfilo. Este me cuenta que se ha comprado Espartaco (1960) en edición de lujo -en VHS, claro-. “Es de Kubrick, pero vamos, que a él se la colgaron, es un producto de estudio”. Sé quién es Stanley Kubrick pero no controlo qué otras pelis ha hecho aparte de 2001 (1968). Le pido a mi amigo referencias y él me recita toda su filmografía de memoria.

Recuerdo adolescente #2: Voy a casa de otro colega, compi de carrera. Su padre, amén de científico, es un forofo de la Cultura con C mayúscula. Me enseña ufano las estanterías de su salón. ¿Ves estos libros de ahí, chico? Es todo Nietzsche... completo. Platón... completo. Heidegger... completo. Descartes... completo. Y así sucesivamente.


Desde aquella época, siento una reverencia especial por la obras completas de literatos, cineastas o grupos musicales. Es lo que el buen Fran G. llama “hacer un complete: vas a una tienda y te llevas, por ejemplo, toda la discografía de la Creedence de una tacada. Con cineastas suele ser más complicado y no digamos con los escritores, salvo que sus “obras completas” se hallen recogidas en convenientes volúmenes o packs. Por otra parte, me ocurre que hay creadores que me gustan tantísimo que no me da la gana agotarlos. Hay varios libros de Borges y Cortázar que me faltan por leer, igual que me faltan varios discos de Elvis Costello. Ya habrá tiempo, pienso.

He hablado de “creadores” a sabiendas de que utilizaba un término vago, deliberadamente amplio y generoso. Y es que para mí hay directores de cine, por ejemplo, que son auténticos artistas. Habrán sido artesanos en uun momento dado, habrán estado sometidos a las leyes de la industria y el mercado, pero para mí son sobre todo artistas.


Mucha gente metería en este saco a John Ford y Clint Eastwood; yo no, como ya sabéis. Para mí los grandes cineastas contadores de historias e intuidores del alma humana son Alfred Hitchcock, Woody Allen y Stanley Kubrick. Seguro que hay mejores directores, que si el propio Ford, que si Billy Wilder, que si Howard Hawks, que si Scorsese... lo que queráis. Además no voy a discutir porque de cine entiendo muy poquito, pero sí sé algo acerca de cómo se cuentan las historias y se crean los personajes, y me quedo con Alfred, Stanley y Woody.

Siempre he dicho que si Shakespeare hubiese nacido en el siglo XX habría sido director de cine (o guionista al menos). Por la misma regla de tres, pienso que si Allen, Kubrick o Hitchcock hubieran surgido en los siglos XVI-XVII ahora estarían considerados como Shakespeare, Molière o Calderón. Su obra me emociona como no lo hace la de ningún otro (bueno, tal vez Scorsese también: llevo con mala conciencia desde que escribí el anterior párrafo), y hoy quería especialmente centrarme en el rarito de Kubrick.


El buen Kubrick, curiosamente, es el terror de los escritores. El tipo te coge una obra literaria y te la destroza, te la poda hasta reducirla a un esquema de situaciones y personajes que luego te presenta visualmente. Y de manera casi siempre memorable. Hay quien dice que sus adaptaciones son una mierda, hay quien asegura que nunca traiciona la esencia del original. Ahí están Atraco perfecto (1956), Senderos de gloria (1957), Barry Lyndon (1975), Teléfono rojo: ¿Volamos hacia Moscú? (1964), Lolita (1962), La naranja mecánica (1971), 2001: Una odisea en el espacio (1968), El resplandor (1980), La chaqueta metálica (1987) o Eyes Wide Shut (1999) para comprobarlo.

“Oh, es que en La naranja mecánica libro no dice que Alex llevara bombín... en Lolita la novela la niña se come un helado de limón y no de fresa... el Jack Torrance original de Stephen King utiliza una maza y no un hacha...” ¡Guau! Gran pecado, ¿eh? ¿Qué hacemos, fusilamos a Kubrick? Para bien o para mal, nadie se acuerda en la cultura popular de Alex y sus “drugos” si no es con un pijama blanco oyendo a Beethoven (“pues en el libro su favorito es Mozart”), Lolita es Sue Lyon palotizando a James Mason y Jack Torrance es Jack Nicholson metiendo la cabeza por una puerta (“pues en la novela la habitación pupita es la 217, no la 237”).


Lo que más admiro de Kubrick es que el mamón no repite género. Una de miedo, una de ciencia-ficción, cine negro, una bélica, otra histórica... igualito que Tarantino o Almodóvar, vaya. Kubrick se pasea por los géneros y en todos deja su gracia en forma de obra maestra. No hizo una mala, el hijoputa (no, ni siquiera Eyes Wide Shut, dejad de gritarme!).

El otro día, hablando con un erudito de Kubrick que tuvo a bien contarme los presupuestos, fechas de rodaje y recaudaciones de las obras del maestro (yo a tanto no llego, os lo aseguro), saltó la liebre de que yo no había visto El resplandor. La compré, la vi, lo flipé y me dije, veamos por curiosidad qué pelis de Kubrick me quedan por ver. Fui recorriendo la lista una a una y resulta que terminé por tacharlas todas. Kubrick... completo. Y eso me dio más miedo que las caricas que ponía Jack Nicholson.

9 comentarios:

Fran G. Matute dijo...

Ahora ya sabes por qué soy fan de John Ford. Al margen de que me guste horrores sé a ciencia cierta que no llegará el día que diga "he visto todas las películas de Ford"...

GRILLO SOLITARIO dijo...

PERDONA, PERO HASTA QUE NO ESCUCHES A VERÓNICA FORQUÉ DOBLANDO A LA MUJER DE JACK EN EL RESPLANDOR, NO HAS VISTO EL RESPLANDOR. AÚN TE QUEDA UNA...

PD: PALABRA: seeses ¿VENGANZA DE MARTIN SCOR?

Daniel Ruiz García dijo...

Porerror, ya te tengo enlazado en mi blog.

Un abrazo, te seguiré con fruición.

Fran G. Matute dijo...

Jaja... muy buena apreciación, Grillo! Ya le dejé caer algo a Porerror cuando se compró la película...

¿Decían que Kubrick supervisaba hasta los doblajes de sus películas, no?

Fran G. Matute dijo...

Coño! Daniel! Estoy ahora mismo con tu "Perrera" y he de decirte que me tienes cogido por los huevos... ¿Tú de dónde has salido?

Daniel Ruiz García dijo...

Soy un fan de este blog, Fran G. Matute, pero ahora ya soy fan por escrito. Ah, lo de "Perrera", qué casualidad más feliz, espero que te guste y que hayas llegado a él por una buena recomendación.

Fran G. Matute dijo...

Y tanto... He llegado al libro gracias al blog de Montero Glez! ;)

Anónimo dijo...

Según mi "amigos", la dos niñas gemelas que salen en El Resplandor somos Sab y yo...una poquita de mala leche, eh??

Ahora en serio,yo no entiendo de cine,pero ésta es una de mis pelis favoritas si hablamos de miedito del bueno...uf.

La Chaqueta Metálica me encanta...la he visto un trillón de veces y casi siempre con el mio padre...y La Naranja Mecánica, he de confesar que la vi hace relativamente poco...y ay omá!...no me sentó muy bien...

De las demás,nain de nain...

Y ya dejo de escribir, que más de uno va a saltar diciendo "me aburro!".

Un beso fuerte, Almu.

Fran G. Matute dijo...

Releyendo el post y obervando detenidamente la foto de Kirk Douglas/Burt Lancaster (que personalmente prefiero su imagen de marinero con ukelele y león marino) me ha surgido una duda: ¿Espartaco era viril como para tener una descendencia abultada o no?

 
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