El buen Lou Reed lo cantó con la desgana que le caracterizaba: “No es más que un día perfecto, beber sangría en el parque, dar de comer a los animales en el zoo y luego una película también”. Pues así me sentí yo ayer más o menos, aunque ni bebí sangría en el parque (yo no hago esas cosas), ni alimenté a ningún animal (no quiero chistes) ni vi ninguna película. Pero tuve experiencias interesantes, algunas irrepetibles, eché unas risas de campeonato –de Europa- y me quedé ronco cantando.
¿Qué fuiste, Porerror, a un concierto? No señora, en todo caso a un recital de la Vida, con mayúsculas, que diría un cursi (nunca yo). Mi día empezó trabajando honradamente, que no hay cosa más bonita, salvo quizás ganar dinero honradamente sin trabajar. “Otro día, otro dólar”, reza un proverbio yanqui. Tras mi jornada, confirmé la noticia de que venía a verme a Cosica un amigo pelirrojo. Corrí a mi casa a adecentarla un poco (¿estáis familiarizados con la metáfora “ratones de pelusa”?), y tras fregonchear como la Ratita Presumida me dispuse a cocinar para mi amigo.
Mi colega llegó ya empezado el telediario de Antena 3, que a la sazón hablaba de no sé qué partido de fútbol que creo que había ayer. La comida estaba asquerosa: salada como los perros. Mis horas de esfuerzo (Mercadona mediante) a los fogones resultaron un estrepitoso fracaso, empiezo a preocuparme. “¿Cómo se te ocurre echarle sal Y AVECREM?” Yo qué sé, amigos, dejad de gritarme… A mi amigo al final lo que más le gustó fueron las esponjitas congeladas con chocolate negro del postre, y el Rioja que ingerimos en cantidades inmoderadas.
El café que íbamos a echar se convirtió en una sesión de pseudokaraoke de más de tres horas (jamás vi a mis vecinos tan contentos, pero, hey! yo al menos rebuzno en horas cristianas de sol, no como los simpáticos burritos-despertadores de mi calle). Desvariando llegamos a la conclusión de que la música es lo que más capacidad tiene para evocar los recuerdos, ni magdalenas (que dirían Proust y Daniel Ruiz) ni leche migada. Cantamos por Wilco, Jayhawks, Neil Young, Pearl Jam, Black Crowes, Black Sabbath, Bowie, Lori Meyers, Sidonie, La Habitación Roja… a Lou Reed lo llamamos pero estaba bebiendo sangría en el parque y no quiso venirse. Y luego llegamos a Maga, punto y aparte.
A eso de las ocho de la tarde mi amigo se tenía que ir, pero ya me estaba llamando uno de mis compis de trabajo cosiqueses, desde su piso, indignado. “¿No íbais a venir a mi casa a ver la previa del partido?” Oír esto y ponerme la camiseta blaugrana fue todo uno [Por cierto que aprovecho para desmentir esos rumores de que circulan por Facebook fotos mías con la camiseta del Barça leyendo El País. Cuando todo el globo sabe que yo solo leo el ABC, El Mundo y La Razón].
Lo que vino después… se me quedan cortos los sufijos aumentativos en vuestro idioma: locurón, aventurón, la flipada padre… PRETTY F**KING AMAZING! Mi dulce e inocente mente no estaba preparada para la inmensa ola de alegría y respeto que invadió el pueblo de Cosica cuando EL BARÇA SE ALZÓ CON SU TERCERA COPA DE EUROPA y TERCER TÍTULO DE LA TEMPORADA. He de confesar que durante el partido (que vimos en un bar que frecuentamos) llegué a tener las pulsaciones a 120. ¿Serían los caracoles? ¿El tinto con naranja? Todo se relajó cuando el buen Messi marcó ese golazo de cabeza suspendido en el aire, volando, “la cabeza de Dios” (Daily Mail dixit), que parecía directamente sacado de un partido de Oliver y Benji.
Tras el partido, el frenesí: caravana de decenas de vehículos pitando por las calles de Cosica, con banderas, bufandas, trompetas y gritos de desafuero, petardos y coheticos (delante de la Plaza de la Virgen, of course)… incluso he oído decir que un grupo de golfos se dedicó a hacer botellona en medio de la calle para celebrarlo (un miércoles, a esas horas…). Yo no sé mis compis y yo a qué hora acabaríamos: en el Canal Plus del bar hacía rato que estaban poniendo Shine a Light de Scorsese y los Rolling, mientras un amable señor con un megáfono se dedicaba a destrozar lo que quedaba de nuestros tímpanos con sus consignas pro-Barça y anti-Florentino. Os juro que por unos instantes barajé hacerme del Real Madrid.
Yo no sé a qué hora acabaríamos, pero mi maltrecho cerebro sí que lo ha sabido esta mañana cuando ha sonado el despertador a las siete en punto. Y ya me pregunto, recordando al buen Quique González, si “cada día puede ser un gran día, pero hay días más grandes todavía”, ¿qué sorpresas me deparará el destino hoy? ¿Acaso me haré fan de Miguel Bosé? ¿Empezaré a ver Cuatro?
“It’s such a perfect day…”
¿Qué fuiste, Porerror, a un concierto? No señora, en todo caso a un recital de la Vida, con mayúsculas, que diría un cursi (nunca yo). Mi día empezó trabajando honradamente, que no hay cosa más bonita, salvo quizás ganar dinero honradamente sin trabajar. “Otro día, otro dólar”, reza un proverbio yanqui. Tras mi jornada, confirmé la noticia de que venía a verme a Cosica un amigo pelirrojo. Corrí a mi casa a adecentarla un poco (¿estáis familiarizados con la metáfora “ratones de pelusa”?), y tras fregonchear como la Ratita Presumida me dispuse a cocinar para mi amigo.
Mi colega llegó ya empezado el telediario de Antena 3, que a la sazón hablaba de no sé qué partido de fútbol que creo que había ayer. La comida estaba asquerosa: salada como los perros. Mis horas de esfuerzo (Mercadona mediante) a los fogones resultaron un estrepitoso fracaso, empiezo a preocuparme. “¿Cómo se te ocurre echarle sal Y AVECREM?” Yo qué sé, amigos, dejad de gritarme… A mi amigo al final lo que más le gustó fueron las esponjitas congeladas con chocolate negro del postre, y el Rioja que ingerimos en cantidades inmoderadas.
El café que íbamos a echar se convirtió en una sesión de pseudokaraoke de más de tres horas (jamás vi a mis vecinos tan contentos, pero, hey! yo al menos rebuzno en horas cristianas de sol, no como los simpáticos burritos-despertadores de mi calle). Desvariando llegamos a la conclusión de que la música es lo que más capacidad tiene para evocar los recuerdos, ni magdalenas (que dirían Proust y Daniel Ruiz) ni leche migada. Cantamos por Wilco, Jayhawks, Neil Young, Pearl Jam, Black Crowes, Black Sabbath, Bowie, Lori Meyers, Sidonie, La Habitación Roja… a Lou Reed lo llamamos pero estaba bebiendo sangría en el parque y no quiso venirse. Y luego llegamos a Maga, punto y aparte.
A eso de las ocho de la tarde mi amigo se tenía que ir, pero ya me estaba llamando uno de mis compis de trabajo cosiqueses, desde su piso, indignado. “¿No íbais a venir a mi casa a ver la previa del partido?” Oír esto y ponerme la camiseta blaugrana fue todo uno [Por cierto que aprovecho para desmentir esos rumores de que circulan por Facebook fotos mías con la camiseta del Barça leyendo El País. Cuando todo el globo sabe que yo solo leo el ABC, El Mundo y La Razón].
Lo que vino después… se me quedan cortos los sufijos aumentativos en vuestro idioma: locurón, aventurón, la flipada padre… PRETTY F**KING AMAZING! Mi dulce e inocente mente no estaba preparada para la inmensa ola de alegría y respeto que invadió el pueblo de Cosica cuando EL BARÇA SE ALZÓ CON SU TERCERA COPA DE EUROPA y TERCER TÍTULO DE LA TEMPORADA. He de confesar que durante el partido (que vimos en un bar que frecuentamos) llegué a tener las pulsaciones a 120. ¿Serían los caracoles? ¿El tinto con naranja? Todo se relajó cuando el buen Messi marcó ese golazo de cabeza suspendido en el aire, volando, “la cabeza de Dios” (Daily Mail dixit), que parecía directamente sacado de un partido de Oliver y Benji.
Tras el partido, el frenesí: caravana de decenas de vehículos pitando por las calles de Cosica, con banderas, bufandas, trompetas y gritos de desafuero, petardos y coheticos (delante de la Plaza de la Virgen, of course)… incluso he oído decir que un grupo de golfos se dedicó a hacer botellona en medio de la calle para celebrarlo (un miércoles, a esas horas…). Yo no sé mis compis y yo a qué hora acabaríamos: en el Canal Plus del bar hacía rato que estaban poniendo Shine a Light de Scorsese y los Rolling, mientras un amable señor con un megáfono se dedicaba a destrozar lo que quedaba de nuestros tímpanos con sus consignas pro-Barça y anti-Florentino. Os juro que por unos instantes barajé hacerme del Real Madrid.
Yo no sé a qué hora acabaríamos, pero mi maltrecho cerebro sí que lo ha sabido esta mañana cuando ha sonado el despertador a las siete en punto. Y ya me pregunto, recordando al buen Quique González, si “cada día puede ser un gran día, pero hay días más grandes todavía”, ¿qué sorpresas me deparará el destino hoy? ¿Acaso me haré fan de Miguel Bosé? ¿Empezaré a ver Cuatro?
“It’s such a perfect day…”
8 comentarios:
NO TE PROCUPES, PORERROR, TODOS SABEMOS QUE CUANDO TIENES UN PERIÓDICO EN LA MANO, SEA CUAL SEA, LO QUE ESTÁS "LEYENDO" EN REALIDAD ES LA INTERVIÚ QUE HAY ENTRE EL PERIÓDICO Y TÚ.
Visca el Barça!! Mi padre y yo disfrutamos como niños viendo jugar a nuestro Barça, aunque reconozco, que cada vez que el niñatillo Ronaldo cogia la pelota me entraba un no-se-qué por la barriga... En fin, es un buen año para ser culé.
Solo te falto una buena manguera de chicle rellena de pica pica...Josemari.
felicitaciones a los cules. yo mas que del barsa, soy de messi, que es una especie de apuesta personal que he tenido desde hace unos años (cuando todo el mundo se empeñaba en decir que era demasiado imbecil y enano para hacer algo). Con su gol ha puesto un broche de oro a su esplendida temporada, y ademas se aseguro el Balon de Oro que el año pasado le arrebato el señor que tiene que despedir urgentemente a su depilador cejil.
Me alegro que tuvieras "such a perfect day"!
Enhorabuena, Porerror. Bien sabe Dios que me duele horrores reconocerlo, pero habéis hecho una temporada de ensueño. Enjoy...
Porerror. ¡Cómo se nota que eres un recien llegado al futbolerismo! ¿Que un pavoranger te atrona horas con un altavoz? Eso es lo mínimo que te puede pasar en un campo. Y con un canto en los dientes de que sea de tu mismo equipo.
También viví la opción de tener que ingerir comida aleatoria en un partido de E.S.P.A.Ñ.A - Argentina fuera del estadio y juraría que no había ningún inspector de sanidad cerca para ver ese alioli.
Pero lo mejor fue cuando la novia de un amigo de poco me destroza el piso cuando E.S.P.A.Ñ.A ganó la Eurocopa. Y parece buena niña...
proosize (nombre de videojuego de furgol, verdad?)
Eso es lo que me parece rarico: que haya gente que se emocione más con la Copa de Europa del Barcelona que con la Eurocopa de España. :-(
Pero Karmen, cómo te va a parecer raro: de un club eres porque quieres, de la selección porque no te queda otra. El sentimiento de orgullo es incomparable.
Porerror, me alegro mucho de tu perfect day. Aunque te digo una cosa: uno no sabe lo qué es el amor hasta que le rompen el corazón, tú de momento sólo has conocido la parte bonita del fútbol, pero no serás un futbolero de verdad hasta que veas que no se ganan títulos todos los años...
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