¡Cómo mola una sorpresa bien dada! Qué bien entra. Hay gente que no sabe dar sorpresas, suelen ser los mismos incapaces de guardar un secreto. Yo mismo soy bastante malo sorprendiendo a otros, la verdad es que como me haya currado algo que sepa que a otra persona le va a hacer mucha ilusión o simplemente basta que me haya enterado de que hay algo por ahí… lo paso fatal hasta que llega el momento preciso. Llamadlo impaciencia si queréis.
Hay sorpresas chapuzi, la verdad, esta semana hemos tenido dos ejemplos desenmascarados por el programa Sé lo que hicisteis… Una era del programa Territorio Comanche de Telemadrid, presentado por Cristina Tárrega, y consistía en que había un pavo escondido detrás de la mesa de la presentadora. El nota estaba ahí, agazapado, y figuraba que en un momento dado surgía de la nada. Pero ni la Tárrega ni su invitada se inmutaban demasiado cuando salía el tío: el visionado con detalle del programa revelaba que al “escondido” se le veía perfectamente desde minutos antes de aparecer.
La otra sorpresa fallida era mejor por ser más chusca: se trataba de que el programa Gran Hermano, en su décima edición, había previsto que Ismael –ganador de la mítica primera- se infiltrara en la casa de Guadalix de la Sierra. Lo iba a hacer caracterizado de otro personaje, con gafas de culo-botella, pelo largo negro a lo Bardem y otros afeites enmascaradores. La idea era hacerse pasar por un tal Paco, supuesto concursante, tomarles el pelo a todos y al final revelar su identidad en una apoteosis de fantasía y sorpresismo. Como bien dijo Patricia Conde, “horas para pensar la idea, horas de maquillaje y ocho segundos duró la sorpresa”.
En efecto, nada más entrar Ismael/Paco en la casa, una de las concursantes va y le espeta: “Anda, pero si tú eres el Pisha, ¿de qué vas disfrazado?”. Apoteosis, pero del descojone. Y, ¿a qué viene esta paranoia de las sorpresas, Porerror? Pues viene, señora, a que esta noche yo he sido el incauto destinatario de una fantastiquísima sorpresa.
Hoy ya tenía pensado -y semiescrito en mi cabeza- un post diferente, sobre otra temática, pero como dicen en los telediarios, la actualidad manda y el curso de los acontecimientos ha sido otro. Pues como iba diciendo, esta tarde salgo de mi casa y voy, por decir un sitio, al gimnasio, y no me llevo móvil ni nada porque para qué, quién necesita un teléfono móvil en Cosica y menos a las siete de la tarde y menos en un día de lluvia. Vuelvo a mi casa de noche ya, la noche en Cosica es oscura (algún día os hablaré de ella), me había equivocado de camino. Mira que el pueblo es chico, pero para mí su callejero es todavía tan complejo como el de la antigua Nápoles. Durante unos minutos me pierdo (y andar “unos minutos” en Cosica puede significar acabar en un cercado de ovejas), voy empanado, pensando en mis cosas y escuchando a Rockpile en el iPod.
Llego a mi casa sosegada y a lo lejos en la calle húmeda distingo tres figuras, no hay duda, están en la puerta de mi casa, y lo primero que pienso es “ya está aquí la de la inmobiliaria para tocarme las narices, o un comité de vecinos reivindicativos con alguna fábula”. ¿Me habré dejado un grifo abierto? ¿Se habrán comido las hormiguitas de mi cocina a alguno de sus insomnes y ladradores perros? Pero no, cuál no será mi sopresa al acercarme y distinguir que quienes me estaban esperando eran mi novia y un matrimonio amigo.
Solo alcanzo a decir “hostia”, y me quedo sin palabras. ¡Se habían plantado en Cosica viniendo en coche desde Miciudad! Lo máximo. Me habían alegrado la noche, el día, la semana, el mes, ¡yo qué sé! Les hago entrar y entablamos animada charla, hacemos una cena, risoteamos, mis amigos cuentan de su vida en Méjico, comentamos su reciente boda… Y de la alegría de ver a mi novia ni hablo. Al final, se tienen que ir, no consigo convencerlos de quedarse a pasar la noche. Pero no importa mucho. La alegría ya me la han dado, la sorpresa había sido perpetrada con éxito.
Ojalá os caigan muchas como esas a vosotros, lectores, ya veréis lo bien que se queda uno.
Hay sorpresas chapuzi, la verdad, esta semana hemos tenido dos ejemplos desenmascarados por el programa Sé lo que hicisteis… Una era del programa Territorio Comanche de Telemadrid, presentado por Cristina Tárrega, y consistía en que había un pavo escondido detrás de la mesa de la presentadora. El nota estaba ahí, agazapado, y figuraba que en un momento dado surgía de la nada. Pero ni la Tárrega ni su invitada se inmutaban demasiado cuando salía el tío: el visionado con detalle del programa revelaba que al “escondido” se le veía perfectamente desde minutos antes de aparecer.
La otra sorpresa fallida era mejor por ser más chusca: se trataba de que el programa Gran Hermano, en su décima edición, había previsto que Ismael –ganador de la mítica primera- se infiltrara en la casa de Guadalix de la Sierra. Lo iba a hacer caracterizado de otro personaje, con gafas de culo-botella, pelo largo negro a lo Bardem y otros afeites enmascaradores. La idea era hacerse pasar por un tal Paco, supuesto concursante, tomarles el pelo a todos y al final revelar su identidad en una apoteosis de fantasía y sorpresismo. Como bien dijo Patricia Conde, “horas para pensar la idea, horas de maquillaje y ocho segundos duró la sorpresa”.
En efecto, nada más entrar Ismael/Paco en la casa, una de las concursantes va y le espeta: “Anda, pero si tú eres el Pisha, ¿de qué vas disfrazado?”. Apoteosis, pero del descojone. Y, ¿a qué viene esta paranoia de las sorpresas, Porerror? Pues viene, señora, a que esta noche yo he sido el incauto destinatario de una fantastiquísima sorpresa.
Hoy ya tenía pensado -y semiescrito en mi cabeza- un post diferente, sobre otra temática, pero como dicen en los telediarios, la actualidad manda y el curso de los acontecimientos ha sido otro. Pues como iba diciendo, esta tarde salgo de mi casa y voy, por decir un sitio, al gimnasio, y no me llevo móvil ni nada porque para qué, quién necesita un teléfono móvil en Cosica y menos a las siete de la tarde y menos en un día de lluvia. Vuelvo a mi casa de noche ya, la noche en Cosica es oscura (algún día os hablaré de ella), me había equivocado de camino. Mira que el pueblo es chico, pero para mí su callejero es todavía tan complejo como el de la antigua Nápoles. Durante unos minutos me pierdo (y andar “unos minutos” en Cosica puede significar acabar en un cercado de ovejas), voy empanado, pensando en mis cosas y escuchando a Rockpile en el iPod.
Llego a mi casa sosegada y a lo lejos en la calle húmeda distingo tres figuras, no hay duda, están en la puerta de mi casa, y lo primero que pienso es “ya está aquí la de la inmobiliaria para tocarme las narices, o un comité de vecinos reivindicativos con alguna fábula”. ¿Me habré dejado un grifo abierto? ¿Se habrán comido las hormiguitas de mi cocina a alguno de sus insomnes y ladradores perros? Pero no, cuál no será mi sopresa al acercarme y distinguir que quienes me estaban esperando eran mi novia y un matrimonio amigo.
Solo alcanzo a decir “hostia”, y me quedo sin palabras. ¡Se habían plantado en Cosica viniendo en coche desde Miciudad! Lo máximo. Me habían alegrado la noche, el día, la semana, el mes, ¡yo qué sé! Les hago entrar y entablamos animada charla, hacemos una cena, risoteamos, mis amigos cuentan de su vida en Méjico, comentamos su reciente boda… Y de la alegría de ver a mi novia ni hablo. Al final, se tienen que ir, no consigo convencerlos de quedarse a pasar la noche. Pero no importa mucho. La alegría ya me la han dado, la sorpresa había sido perpetrada con éxito.
Ojalá os caigan muchas como esas a vosotros, lectores, ya veréis lo bien que se queda uno.
8 comentarios:
LO "GRACIOSO" HUBIERA SIDO QUE TU NOVIA TE HUBIERA DICHO: "NO, NO, QUE YO VENGA ES ALGO NORMAL. LA SORPRESA ES LA QUE TE VOY A DECIR YO AHORA" :-P
Oye, ¿y no le puedes decir a tu novia y tus colegas que se pasen por Gullate? Migue.
Jajaja... qué bueno Grillo! ¿te imaginas?
"Mira, porerror, vengo a decirte que he montado un trio con estos dos señores mejicanos..."
Eso sí que es una sorpresa!
Mi prima, osease, tu novia, vale mucho, y no digo que es de familia porque no, porque que yo recuerde no he dado ese tipo de sorpresas a mi churri.
Y tu blog me encanta. hacía tiempo que no me metía pero ahora que he retomado la mala costumbre de quedarme atrapada en internet lo leo a menudo, escribes muy bien y de cosas entretenidas y variopintas, enhorabuena!!
Saludos a Carmen y que no trabaje tanto!!
María
Espero que mi novio y mis amigos tamién me hagan esas sorpresas cuando me destinen a algún pueblo perdido de andalucia.
Un abrazo.
Inma
YO quieroooooooooooooo que me visiten!!!! aunque sea con aviso y sin sorpresa...SAB.
Porerror, tus amigos tienen mucho mérito... ;-) ¿Cómo se llega a Cosica?
Google Maps dice... "did you mean Corsica?"
Gracias a todos por comentar.
-Grillo y Fran G. Matute: sois unos malpensados. Solo podréis redimiros viniendo aquí a Cosica a verme.
-María: Qué alegría que leas el blog y que comentes! ¿Cómo está el pequeño Pablo? Gracias por tus comentarios positivos.
-Migue, Inma y Sab: la sorpresa fue muy chula, por eso terminé el post deseando a todos que os pase lo mismo. Seguro que sí van a visitaros (si habéis sido buenos...)
Publicar un comentario