“Los nacionalismos qué miedo me dan”.
-Enrique Bunbury
Me despierta un buen amigo de la siesta con un anuncio inquietante: “¿Estás escuchando Radio 3? En un programa están contando que han acusado a Bunbury de plagiar a Benedetti, a Neruda y al sum sum corda”. Demasiado bueno para ser cierto. A mí Bunbury no es que me caiga mal, de hecho cada vez me mola más con los años, pero siempre me ha parecido sospechosa su calidad literaria (por no hablar de su gramática: “blanca esperma resbalando por tu espina dorsal”). ¿Bunbury plagiando a Benedetti, el apóstol del buenrrollismo? Demasiado jugoso para ser cierto.
Entonces busco la noticia y no hay vuelta de hoja: Bunbury ha copieteado a varios poetas como un cosaco, sin ningún miramiento. En cierto blog le echan en cara que no haya admitido sus influencias de antemano, como hicieron el Sabina o Jaime Urrutia. La revista La Clave (dirigida por José Luis Balbín) aporta pruebas demoledoras: plagiazos a caraperro. Botón de muestra: “Las cosas más triviales / se vuelven fundamentales” (“Todavía”, Mario Benedetti). En la canción “Opio” de Héroes del Silencio: “Las cosas más triviales se vuelven fundamentales”.
Bunbury, rey de la intertextualidad, dirán algunos, un cantautor cuyo nombre artístico está sacado del de un personaje de una obra de Oscar Wilde. Cuando la crítica feminista y postestructuralista Julia Kristeva acuñó el término en 1966 no creo que se estuviese refiriendo a poner en tus canciones versos de otros sin decir de dónde habían salido. En otro blog se defiende a Bunbury con denuedo: lo que pasa es que el pavo es tan leído que se le viene a la mente todo su bagaje literario a la hora de componer. Lo mismo alegó George Harrison cuando le acusaron de plagiar el “He’s So Fine” de las Chiffons con su tema “My Sweet Lord” (“Es una canción que me ha calado tan hondo que voy y la compongo otra vez”).
Con misericordia, pienso que la mejor frase de Bunbury es aquella que le dedicó al nacionalismo en su tema en solitario “El extranjero”. Los nacionalismos son pupita, ¡qué gran verdad! Yo mismo he buscado este verano infructuosamente en Irlanda el libro que desenmascara los nacionalismos: La invención de la tradición del prestigioso historiador británico marxista Eric Hobsbawm (1983). No lo encontré. ¿Será porque en Irlanda el nacionalismo (la fábula) alcanza el grado supremo de historia oficial? No lo creo, porque los anaqueles de las librerías irlandesas sí que exhiben otras obras de Hobsbawm.
Irlanda es un país joven que como todos necesita sus héroes. Lástima que ellos los saquen de entre terroristas y gente de la más dudosa ralea. Cada país necesita sus héroes, preguntadle a un uruguayo por Mario Benedetti, o a un argentino por… Carlos Gardel. Bunbury, el aragonés con nombre de personaje inglés escrito por un irlandés plagió a un uruguayo.
Costa Amalfitana, agosto de 2008. Dentro de un Seat León negro que circula a 50 km/h por la traidora carretera italiana, un amigo me espeta: “¿No has oído la última de Gardel? Que por lo visto el pavo no era argentino sino uruguayo, y él mismo en su lecho de muerte ratificó emotivamente su uruguayidad”. Impresionado, guardo silencio. Yo siempre había pensado que Carlos Gardel había nacido en Francia.
-Enrique Bunbury
Me despierta un buen amigo de la siesta con un anuncio inquietante: “¿Estás escuchando Radio 3? En un programa están contando que han acusado a Bunbury de plagiar a Benedetti, a Neruda y al sum sum corda”. Demasiado bueno para ser cierto. A mí Bunbury no es que me caiga mal, de hecho cada vez me mola más con los años, pero siempre me ha parecido sospechosa su calidad literaria (por no hablar de su gramática: “blanca esperma resbalando por tu espina dorsal”). ¿Bunbury plagiando a Benedetti, el apóstol del buenrrollismo? Demasiado jugoso para ser cierto.
Entonces busco la noticia y no hay vuelta de hoja: Bunbury ha copieteado a varios poetas como un cosaco, sin ningún miramiento. En cierto blog le echan en cara que no haya admitido sus influencias de antemano, como hicieron el Sabina o Jaime Urrutia. La revista La Clave (dirigida por José Luis Balbín) aporta pruebas demoledoras: plagiazos a caraperro. Botón de muestra: “Las cosas más triviales / se vuelven fundamentales” (“Todavía”, Mario Benedetti). En la canción “Opio” de Héroes del Silencio: “Las cosas más triviales se vuelven fundamentales”.
Bunbury, rey de la intertextualidad, dirán algunos, un cantautor cuyo nombre artístico está sacado del de un personaje de una obra de Oscar Wilde. Cuando la crítica feminista y postestructuralista Julia Kristeva acuñó el término en 1966 no creo que se estuviese refiriendo a poner en tus canciones versos de otros sin decir de dónde habían salido. En otro blog se defiende a Bunbury con denuedo: lo que pasa es que el pavo es tan leído que se le viene a la mente todo su bagaje literario a la hora de componer. Lo mismo alegó George Harrison cuando le acusaron de plagiar el “He’s So Fine” de las Chiffons con su tema “My Sweet Lord” (“Es una canción que me ha calado tan hondo que voy y la compongo otra vez”).
Con misericordia, pienso que la mejor frase de Bunbury es aquella que le dedicó al nacionalismo en su tema en solitario “El extranjero”. Los nacionalismos son pupita, ¡qué gran verdad! Yo mismo he buscado este verano infructuosamente en Irlanda el libro que desenmascara los nacionalismos: La invención de la tradición del prestigioso historiador británico marxista Eric Hobsbawm (1983). No lo encontré. ¿Será porque en Irlanda el nacionalismo (la fábula) alcanza el grado supremo de historia oficial? No lo creo, porque los anaqueles de las librerías irlandesas sí que exhiben otras obras de Hobsbawm.
Irlanda es un país joven que como todos necesita sus héroes. Lástima que ellos los saquen de entre terroristas y gente de la más dudosa ralea. Cada país necesita sus héroes, preguntadle a un uruguayo por Mario Benedetti, o a un argentino por… Carlos Gardel. Bunbury, el aragonés con nombre de personaje inglés escrito por un irlandés plagió a un uruguayo.
Costa Amalfitana, agosto de 2008. Dentro de un Seat León negro que circula a 50 km/h por la traidora carretera italiana, un amigo me espeta: “¿No has oído la última de Gardel? Que por lo visto el pavo no era argentino sino uruguayo, y él mismo en su lecho de muerte ratificó emotivamente su uruguayidad”. Impresionado, guardo silencio. Yo siempre había pensado que Carlos Gardel había nacido en Francia.
6 comentarios:
SI PENSARAS MENOS CON LA CABEZA, MENOS CON EL CORAZÓN Y MÁS CON LA ENTREPIERNA TE DEJARÍAS DE BENEDETTIS Y GARDELES. ADEMÁS, SEGÚN EL PROPIO BUNBURY, ÉL NO ES UN ARTISTA, ES UN ENTRETENEDOR, PRETENDIDA TRADUCCIÓN DIRECTA DEL INGLÉS, Y QUE VIENE A QUERER DECIR QUE LA MÚSICA, PARA QUE TE GUSTE, TIENE QUE LLEGARTE A LA ENTREPIERNA. ASÍ QUE A TODO LO QUE QUIERAS LE PONES UN ENTRE DELANTE, Y TODO SOLUCIONADO.
VAYA COMENTARIO-ESTILO-OZORES QUE ACABO DE HACER, JOJO.
De Toulouse a Tacuarembó hay un trecho, pero para evitar dudas recomiendo (como decía mi profesor de Derecho del Trabajo) la lectura de "Camino de ida" (2007) de Carlos Saleem...
Por cierto, ¿te he comentado alguna vez lo de que El Che murió en Rusia?
BUMBURY QUÉ GENIO!
HABLANDO DE POETAS,QUÉ SE SABE DEL CHIVI?
Bueno, pues habrá que documentarse bien para poder asegurarse, claro que Bunbury no es lelo y copia a un maestro, si plagias...¡plagia bien por favor! en todo lo que hagas...intenta ser el mejor...
aaayyyy, a mi me gusta el personaje, si y con los años también más.
En cuanto a su frase acerca del nacionalismo...¡doy fe! me quito el sombrero y me asusto a la par que él...me dan miedito todos los extremos de las cosas (menos los extremos de los hombres...jejeje)
Un saludito
Para que te empiecen a dar miedo los extremos de los hombres, te recomiendo el libro publicado por TASCHEN "The Big Penis Book"...
-Amigos, a mí me gustan Mario Benedetti y Bunbury como al que más, pero me reitero: la noticia es demasiado jugosa por los personajes implicados.
-Hablando de entrepiernas y penes, el Chivi tuvo su boom, pero como todo el que mezcla a Heidi con la zoofilia, acabó quemándose.
-El libro de Carlos Saleem parece que va a tardar un poquito: hoy he estado en tres libreríasy no lo he encontrado.
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