¿Cuántas veces más estimará necesario el telediario de Antena 3 enseñarnos el culo en pompa de Freddie Mercury enfundado en unas mallas de licra? Cada vez que veo el clip, extraído del vídeo musical no sé si de “Radio Ga Ga” o “Don’t Stop Me Now”, la contemplación de tan rojo y musical trasero me recuerda indefectiblemente a las formas de un tomate, y he aquí que ya nos vamos acercando al temita que os traigo esta noche.
El tomate, amigos, es uno de los ingredientes principales del plato cuyas alabanzas hoy me he propuesto cantar: la ensalada italiana llamada caprese. Los ingredientes indispensables son dos: el tomate y la mozzarella. Luego, lo más extendido es añadirle albahaca, aunque también se ha visto con orégano. Y la sal y el aceite, claro. Investigando en Internet leo que hay quien le ha echado pimienta de varias clases, aceitunas negras, queso rallado, ba ba ba ba! Lo que ustedes quieran. Pero lo básico es tomate, mozzarella y albahaca.
El nombre de caprese viene de la isla de Capri, y con esto se explica el origen de los ingredientes. El aceite de oliva dicen los italianos que es cosa italiana, y, bueno, esta absurda pretensión monopolizadora del oro líquido acaso constituya el único defecto del país transalpino (como lo llama Antena 3). Capri es una isla que está enfrente de Nápoles, en la región que se llama Campania. Los tomates de la Campania tienen muchísima fama, los paisanos se encuentran muy orgullosos de ellos, y con razón.
En una frutería de Meta di Sorrento (Campania) vi por ejemplo un cartel junto a hermosos tomates gigantes que decía “Los famosos tomates sorrentinos, originales de mi huerto, no temen a la competencia, pero cuidado con las imitaciones”. Lo de la mozzarella ya es para echarle de comer aparte.
Dejando a un lado el debate sobre si se trata o no de queso (dadle a un italiano alcohol y tiempo para charlar y veréis), la mozzarella es ese riquísimo producto lácteo blanco que se pone (o se debería poner) en las pizzas, otro inventazo napolitano. Pues la mejor mozzarella se fabrica con leche de búfala, algo que yo pensaba la primera vez que lo oí que era una broma, pero resulta de que no. Y las mejores búfalas lecheras pasan por ser –otra vez- las de Campania. Os aseguro que allí la mozzarella en las tiendas es como aquí los yogures: está por todas partes. Luego la albahaca, pues también es un producto mediterráneo, y además añade un gracioso colorido verde.
Tomate rojo, mozzarella blanca y verde albahaca, y ya tenemos los colores de la bandera italiana. Mola, ¿eh? Volviendo a la caprese, es lo más fácil de preparar del globo. Basta con cortar la mozzarella en rodajas (viene en unas pellas -que parecen otra cosa- dentro de bolsas con suero), el tomate también en rodajas y ponerle trozacos de albahaca. También trozos pequeños, o si no, orégano, que está muy rico. Me gusta valorar los platos que pruebo por ahí según su capacidad para ser reproducidos en casa fácilmente, y este la verdad es que es imbatible.
Y de sano y ligero, ni hablamos. Además, la mozzarella hoy día ya se puede conseguir hasta en el Mercadona (los que viváis en una localidad donde haya este supermercado). Hacedme caso, con queso fresco tipo Burgos o Filadelfia no sale igual de rico: directamente es otra cosa. Yo llevo comiendo caprese tres días seguidos para almorzar y preveo que va a ser uno de mis platos estrellas en los próximos meses, aunque claro está que la idea es eminentemente veraniega (pero, hey!, estáis leyendo el blog del tipo que le rogaba a su madre que en invierno pusiera de comer gazpacho).
No suelo poner links en mis entradas, como bien sabéis, para no distraeros. Pero hoy os voy a dejar con una perla que me he encontrado en Wikipedia cuando he ido a mirar la caprese. Ojito al dato, porque no sé yo si esto va a durar así, sin modificaciones, mucho tiempo. Más bien me ha parecido propio de la descojonante Uncyclopedia. En fin, yo a lo mío: ¡viva la insalata caprese!
El tomate, amigos, es uno de los ingredientes principales del plato cuyas alabanzas hoy me he propuesto cantar: la ensalada italiana llamada caprese. Los ingredientes indispensables son dos: el tomate y la mozzarella. Luego, lo más extendido es añadirle albahaca, aunque también se ha visto con orégano. Y la sal y el aceite, claro. Investigando en Internet leo que hay quien le ha echado pimienta de varias clases, aceitunas negras, queso rallado, ba ba ba ba! Lo que ustedes quieran. Pero lo básico es tomate, mozzarella y albahaca.
El nombre de caprese viene de la isla de Capri, y con esto se explica el origen de los ingredientes. El aceite de oliva dicen los italianos que es cosa italiana, y, bueno, esta absurda pretensión monopolizadora del oro líquido acaso constituya el único defecto del país transalpino (como lo llama Antena 3). Capri es una isla que está enfrente de Nápoles, en la región que se llama Campania. Los tomates de la Campania tienen muchísima fama, los paisanos se encuentran muy orgullosos de ellos, y con razón.
En una frutería de Meta di Sorrento (Campania) vi por ejemplo un cartel junto a hermosos tomates gigantes que decía “Los famosos tomates sorrentinos, originales de mi huerto, no temen a la competencia, pero cuidado con las imitaciones”. Lo de la mozzarella ya es para echarle de comer aparte.
Dejando a un lado el debate sobre si se trata o no de queso (dadle a un italiano alcohol y tiempo para charlar y veréis), la mozzarella es ese riquísimo producto lácteo blanco que se pone (o se debería poner) en las pizzas, otro inventazo napolitano. Pues la mejor mozzarella se fabrica con leche de búfala, algo que yo pensaba la primera vez que lo oí que era una broma, pero resulta de que no. Y las mejores búfalas lecheras pasan por ser –otra vez- las de Campania. Os aseguro que allí la mozzarella en las tiendas es como aquí los yogures: está por todas partes. Luego la albahaca, pues también es un producto mediterráneo, y además añade un gracioso colorido verde.
Tomate rojo, mozzarella blanca y verde albahaca, y ya tenemos los colores de la bandera italiana. Mola, ¿eh? Volviendo a la caprese, es lo más fácil de preparar del globo. Basta con cortar la mozzarella en rodajas (viene en unas pellas -que parecen otra cosa- dentro de bolsas con suero), el tomate también en rodajas y ponerle trozacos de albahaca. También trozos pequeños, o si no, orégano, que está muy rico. Me gusta valorar los platos que pruebo por ahí según su capacidad para ser reproducidos en casa fácilmente, y este la verdad es que es imbatible.
Y de sano y ligero, ni hablamos. Además, la mozzarella hoy día ya se puede conseguir hasta en el Mercadona (los que viváis en una localidad donde haya este supermercado). Hacedme caso, con queso fresco tipo Burgos o Filadelfia no sale igual de rico: directamente es otra cosa. Yo llevo comiendo caprese tres días seguidos para almorzar y preveo que va a ser uno de mis platos estrellas en los próximos meses, aunque claro está que la idea es eminentemente veraniega (pero, hey!, estáis leyendo el blog del tipo que le rogaba a su madre que en invierno pusiera de comer gazpacho).
No suelo poner links en mis entradas, como bien sabéis, para no distraeros. Pero hoy os voy a dejar con una perla que me he encontrado en Wikipedia cuando he ido a mirar la caprese. Ojito al dato, porque no sé yo si esto va a durar así, sin modificaciones, mucho tiempo. Más bien me ha parecido propio de la descojonante Uncyclopedia. En fin, yo a lo mío: ¡viva la insalata caprese!
8 comentarios:
¿Y cómo llamarías a una Caprese sin mozzarela?
se te ha olvidado un ingrediente muy importante!!! El vinagre!! Que en realidad no es como el vinagre de aquí, es el llamando "Aceto Balsamico di Modena". Es un vinagre menos amargo y con una testura un poco más espesa que el que conocemos, pero afortunadamente no es difícil encontrarlo. Hoy en día hay de todo en los supermercados^^
¡Fran G. Matute! ¡Iba a decir lo mismo! ;-)
¡Qué riquísima la Caprese! ¡Qué gran acierto, Porerror! ¡Lástima no tener acceso a la mozzarella tan fácilmente como me gustaría! En mi barrio no hay Mercadona... :-(
In any case..., ¡esta noche intentaré cenar una yo también!
Los franceses en general la prefieren con mostaza de dijon, costumbre que fue despreciada e insultada hasta el hartazgo por sus creadores italianos ??????
Italianos y franceses insultándose??? Y dónde andábamos los españoles??? Si es que nos perdemos las mejores.
Viva intelnelll que une cosica con el extramundo.
A mi me descubrió esta delicatesen un Milanés hace unos años ¡imagina! cuando la mozarella del mercadona aún pasaba desapercibida, es decir, que triunfaba (como los chichos) con mis visitas...ummmm ¡qué rica ensalada! ¿qué tipo de queso es?...-mozarella, pero a poder ser de buffalla (me pegaba mi toque pedante)-
Ahora está más explotada pero igual o más de rica...
P.d: por cierto, con aceite de Jaén ya...ummmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm ¡me voy a cenar ya!
Unbesito
-Fran G. Matute y Karmen: ¿Caprese sin mozzarella? No me viene nada... además sería absurdo, sería como ir de crucero por la costa sorrentina y no parar en Capri.
-Rocío: franceses e italianos no son tan amigos como parecen. Acuérdate si no de cuando Mussolini invadió Francia. Menos mal que ahora ha venido Carla Bruni a limar estas asperezas (y el Papa ha ido a Francia también).
-Rukia: ¡Oro!, la verdad es que con el vinagre balsámico también es un puntazo.
En cualquier caso reivindico el puntito del terruño (nunca nacionalista) de Mariapahn: eso de "aceite de Jaén". Mu bien.
He vuelto al blog después de casi dos meses... perdóname porerror pero ya conoces mis circunstancias.
Mi madre dice que soy un grillo porque como y como tomate, así que imagínate cómo me gusta la caprese...además, la preparo con un toque especial ya que me enseñaron a hacerla en una trattoria donde trabajé unos meses. Para mí, la albahaca es fundamental, fresca, claro. Darle un mordisquito a un cachito de tomate con su mozzarella y la hojita de albahaca...ummm es uno de los placeres gastronómicos mayores para los amantes del tomate...Sab.( quiero salir de aquí!!!)
-Bueno Sab, me alegra verte de nuevo por aquí, y aunque sé de tus dificultades para conectarte, espero verte más porque que sepas que paso lista. Y lo de que la caprese te sale tan buena... ¡eso habrá que demostrarlo, como las croquetas de Ana, que todavía no he tenido el gusto de probar!
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