Dejando a un lado el dato enciclopédico sobre Adriano Celentano (aunque la última entrada no pretendía, ni de lejos, ser una exposición exhaustiva de su carrera), hoy quisiera centrarme en una suerte de autobiografía celentanesca, y contaros por qué la música de este hombre es tan importante para mí. En un comment al post anterior, la buena Karmen comentaba que actualmente en Italia Celentano es un dios, y pienso que no va desencaminada. Tened en cuenta que solo en 2008 este hombre ha sacado cinco singles de éxito, y doy fe de que cada vez que en Italia entré en una tienda de discos y pedía que me recomendaran algo bueno, el dependiente siempre pretendía venderme el último álbum de Adriano.
Mi primer acercamiento a sus canciones tuvo lugar a través del recopilatorio del que hablé ayer, que incluía creo recordar veinticuatro temas de los mejores, desde luego. Tendría yo doce o trece años, y durante años ese fue mi “canon celentanesco”, lo demás directamente no existía porque sería además imposible de conseguir. Con quince años un tío mío descubrió mi afición al cantante italiano y me prestó su single “Pitagora/A cosa sirve soffrire” (1960) que él guardaba como una auténtica joya. La verdad es que “Pitagora” es un originalísimo rock and roll que toma como base de su letra el teorema de Pitágoras y resulta bastante divertido. Si tenéis curiosidad buscadlo porque está en YouTube (lo cierto es que, a mi entender, cualquier canción rock que incluya la palabra “teorema” puede ser calificada automáticamente como obra maestra).
Ah, amigos, la adolescencia, ¡los años locos! Mi recién adquirida sensibilidad anglosajona me hizo descartar a mis viejos ídolos Antonio Machín, Aznavour, Mecano y por supuesto Celentano a favor de cosas como Simon & Garfunkel, Beatles, Queen o Rolling Stones. Para que os hagáis idea, hasta los 20 años no escuché nada que no fuera en inglés, me dio por ahí (una gran estupidez). Pero ¿a quién pretendía engañar? Cada vez que por H o por B sonaba en la radio o escuchaba donde fuese una canción de Adriano la verdad es que la apreciaba en lo que era, y ojo que este hombre tiene muchos temas ramplones (como Elvis) pero en su repertorio cuenta con al menos una docena de canciones que consiguen ponerme literalmente los pelos de punta, y ese nivel de emoción creo que no lo he experimentado con ningún otro artista, si acaso los Beatles.
Hace un par de años me encontraba escuchando en Radio 3 Flor de Pasión, el excelente programa del insufrible Juan De Pablos cuando un día le da por hacer un serial de toda la carrera de Adriano Celentano, exhaustivamente y en orden cronológico. Esto le llevó varios programas, claro, y excuso decir que yo no los pude escuchar todos, pero sí escuché lo suficiente como para darme cuenta de que tenía que profundizar en la discografía del artista. Yo tenía a Celentano por un Grande, pero pensaba que con un recopilatorio ya teníamos más que de sobra. Craso error. Con la de mierdas secas que compro y escucho a diario, pensé, ¿cómo es que nunca me ha dado por ponerme en serio a buscar los discos de este hombre?
Amazon.com fue la solución, e Internet mi fiel aliada para poner en orden la carrera de Celentano, del cual yo desconocía hasta el título de los LPs originales o un dato tan básico como de qué año era cada canción. Poco a poco me fui haciendo con todos sus álbumes entre 1966 y 1972. Lo anterior de su carrera lo he solventado con tres recopilatorios (hay demasiados singles y EPs, hubo un cambio de disquera… resulta un lío), y lo de después de 1972 francamente me da miedito. Pero si los Rolling Stones, los Kinks, Elvis y otros hicieron buena música en esos años, ¿por qué no va a ser bueno lo de Celentano? Antes o después esos discos irán cayendo.
Lo último que me he pillado ha sido Tutto Adriano 1958-1964 (2007), que pese al título no es todo lo que grabó en esos años para el sello Jolly pero sí una muy buena selección, sobre todo interesante por los singles, caras B y temas sueltos de EPs. Este verano en Italia me di un auténtico festín de música sesentera, y cayeron varios disquitos del buen Celentano. Entre ellos uno que la propia Amazon desistió de buscar y había dado por descatalogado pero que apareció en una tienda de un pueblo de Sicilia.
Uno de esos pedidos a Amazon, que realizó un lector cuyo nombre no revelaré pero diré para su oprobio que es fan de las ópticas, tardó tanto en llegar que a mí se me había olvidado. Al cabo de muchas semanas recibo al mediodía un críptico sms de mi amigo: “Adriano ha llegado”. Yo me quedé pasmado: enhorabuena, pero ¿quién es ese Adriano y a dónde dices que ha llegado? Claro que no era Adriano en persona quien había llegado (entre otras cosas, creo que cobra más de 6.000 euros solo por dejarse ver en un sarao), era su música, y desde entonces sus CDs me acompañan. Si no lo conocíais dadle una oportunidad y si ya sabíais quien era, cantad conmigo: “Azzurroooo, il pomeriggio è troppo azzurro e lungo per meeee…!”
Mi primer acercamiento a sus canciones tuvo lugar a través del recopilatorio del que hablé ayer, que incluía creo recordar veinticuatro temas de los mejores, desde luego. Tendría yo doce o trece años, y durante años ese fue mi “canon celentanesco”, lo demás directamente no existía porque sería además imposible de conseguir. Con quince años un tío mío descubrió mi afición al cantante italiano y me prestó su single “Pitagora/A cosa sirve soffrire” (1960) que él guardaba como una auténtica joya. La verdad es que “Pitagora” es un originalísimo rock and roll que toma como base de su letra el teorema de Pitágoras y resulta bastante divertido. Si tenéis curiosidad buscadlo porque está en YouTube (lo cierto es que, a mi entender, cualquier canción rock que incluya la palabra “teorema” puede ser calificada automáticamente como obra maestra).
Ah, amigos, la adolescencia, ¡los años locos! Mi recién adquirida sensibilidad anglosajona me hizo descartar a mis viejos ídolos Antonio Machín, Aznavour, Mecano y por supuesto Celentano a favor de cosas como Simon & Garfunkel, Beatles, Queen o Rolling Stones. Para que os hagáis idea, hasta los 20 años no escuché nada que no fuera en inglés, me dio por ahí (una gran estupidez). Pero ¿a quién pretendía engañar? Cada vez que por H o por B sonaba en la radio o escuchaba donde fuese una canción de Adriano la verdad es que la apreciaba en lo que era, y ojo que este hombre tiene muchos temas ramplones (como Elvis) pero en su repertorio cuenta con al menos una docena de canciones que consiguen ponerme literalmente los pelos de punta, y ese nivel de emoción creo que no lo he experimentado con ningún otro artista, si acaso los Beatles.
Hace un par de años me encontraba escuchando en Radio 3 Flor de Pasión, el excelente programa del insufrible Juan De Pablos cuando un día le da por hacer un serial de toda la carrera de Adriano Celentano, exhaustivamente y en orden cronológico. Esto le llevó varios programas, claro, y excuso decir que yo no los pude escuchar todos, pero sí escuché lo suficiente como para darme cuenta de que tenía que profundizar en la discografía del artista. Yo tenía a Celentano por un Grande, pero pensaba que con un recopilatorio ya teníamos más que de sobra. Craso error. Con la de mierdas secas que compro y escucho a diario, pensé, ¿cómo es que nunca me ha dado por ponerme en serio a buscar los discos de este hombre?
Amazon.com fue la solución, e Internet mi fiel aliada para poner en orden la carrera de Celentano, del cual yo desconocía hasta el título de los LPs originales o un dato tan básico como de qué año era cada canción. Poco a poco me fui haciendo con todos sus álbumes entre 1966 y 1972. Lo anterior de su carrera lo he solventado con tres recopilatorios (hay demasiados singles y EPs, hubo un cambio de disquera… resulta un lío), y lo de después de 1972 francamente me da miedito. Pero si los Rolling Stones, los Kinks, Elvis y otros hicieron buena música en esos años, ¿por qué no va a ser bueno lo de Celentano? Antes o después esos discos irán cayendo.
Lo último que me he pillado ha sido Tutto Adriano 1958-1964 (2007), que pese al título no es todo lo que grabó en esos años para el sello Jolly pero sí una muy buena selección, sobre todo interesante por los singles, caras B y temas sueltos de EPs. Este verano en Italia me di un auténtico festín de música sesentera, y cayeron varios disquitos del buen Celentano. Entre ellos uno que la propia Amazon desistió de buscar y había dado por descatalogado pero que apareció en una tienda de un pueblo de Sicilia.
Uno de esos pedidos a Amazon, que realizó un lector cuyo nombre no revelaré pero diré para su oprobio que es fan de las ópticas, tardó tanto en llegar que a mí se me había olvidado. Al cabo de muchas semanas recibo al mediodía un críptico sms de mi amigo: “Adriano ha llegado”. Yo me quedé pasmado: enhorabuena, pero ¿quién es ese Adriano y a dónde dices que ha llegado? Claro que no era Adriano en persona quien había llegado (entre otras cosas, creo que cobra más de 6.000 euros solo por dejarse ver en un sarao), era su música, y desde entonces sus CDs me acompañan. Si no lo conocíais dadle una oportunidad y si ya sabíais quien era, cantad conmigo: “Azzurroooo, il pomeriggio è troppo azzurro e lungo per meeee…!”
2 comentarios:
He leído con gran interés este "especial Celentano" y voto a bríos que pronto investigaré en su obra. Respecto a cantantes italianos yo sólo puedo aportar que me compré en el Rastro un single en vinilo de Rita Pavone,el tremendísimo "Il ballo del matone". Y lo pongo mucho.
Muchas gracias por tu comentario, Riggy, la verdad pensaba que esto no le iba a interesar a nadie.
Si dices que te gusta Rita Pavone, entonces seguro que Adriano Celentano te va a encantar, al menos en alguna de sus vertientes. "Il ballo del matone" me encanta, la verdad es que Rita Pavone es una artistaza, eh? Yo me pillé en agosto un recopilatorio suyo en Palermo y lo flipé. ¿Has visto los vídeos de actuaciones de Rita en la tele que hay por YouTube? Artistaza...
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