Vivencias polimórficas de un treintañero perplejo.

martes, 11 de diciembre de 2007

Mi super ex-churri


Nueva York está en peligro. Dos atracadores huyen con un botín, hasta que alguien los detiene y les da para el pelo. Ahora el mundo entero peligra: un misil fuera de trayectoria nos va a mandar al garete si no fuera porque hay una persona superheroica que en el último instante nos salva.

De eso trata la última peli de Ivan Reitman (el benefactor de la humanidad al que debemos El pelotón chiflado, Cazafantasmas o Los gemelos golpean dos veces), con Luke Wilson, Uma Thurman y Anna Faris. Una premisa muy vista salvo por el detalle de que en este caso, el superhéroe era ella. En realidad trata de un triángulo entre un tipo corriente, su novia superhéroe y una compañera de curro de la que él anda enamorado.

Mi super ex-novia, que así se llama la cinta, me divierte y me entretiene en un altísimo grado. Pero como soy tan puñetero, cuando acaba no puedo evitar pensar en plan Yo Dona o Mujer Hoy (o incluso Mujer Hoy-Corazón).

Me da por pensar que, en el fondo, el caso de Mi super ex, novia, mujer o lo que sea, en realidad enmascara un claro ejemplo de intercambio de roles, los superpoderes serían una metáfora del poder patriarcal. Aquí se da un nuevo reparto de los papeles y de las responsabilidades que estos conllevan. La mujer exhibe un comportamiento dominante, rayano en la violencia, empezando por su postura favorita en el catre (ella arriba y dando caña) y terminando por su fantasía de follar en pleno vuelo (prácticamente una violación del macho). Para colmo, ella es la que tiene la superfuerza… y la capacidad de decisión (básicamente porque si su novio no hace lo que ella quiere, se enfada).

Aún hay más, la otra chica en discordia es una profesional independiente, que se enrolla con quien le apetece (el primer novio que le conocemos es un modelo chico-objeto), y acaba teniendo también superpoderes.

La escena final es un poema, digna de un curso de postgrado sobre women’s studies. Los dos hombres quedan reducidos a comparsas: como pánfilos, deben quedarse esperando a sus mujeres y sujetándoles el bolso mientras ellas hacen el trabajo pesado, duro y peligroso de salvar al mundo.

Pero no todo el monte (de Venus) es orégano -lo siento, tenía que hacer el chiste-: el personaje de Uma Thurman es retratado como una mujer mandona, histérica y manipuladora, celosa y posesiva, claramente incapaz de mantener una relación sentimental equilibrada. Más que enamorarse, se obsesiona con el tipo (le dice que lo quiere cuando apenas se conocen), le exige demasiado y en última instancia es incapaz de aceptar su rechazo y de pasar página. De hecho, ella nunca acepta la ruptura y reacciona vengándose cruelmente, lo que supone un segmento importante de la película.

La idea de una superhéroa no es nueva: ahí están si no Jean Grey, Tormenta o la Chica Invisible para dar fe de ello. Eso es tan antiguo como los cómics. Creo que la aportación de esta peli es el intercambio de papeles, el chico relegado a una especie de Mary Jane Watson o de Lois Lane. A cambio, pues tenemos a "G-Girl", una supermujer que no deja de ser el tema de una comedia.

Y es que yo me descojoné viendo esta peli, lo digo sin culpabilidad. La vi rodeado de gente y no fui el único. Por lo que se ve, el concepto de una mujer poderosa y un tipo dependiente a su lado todavía resulta risible.

1 comentario:

Fran G. Matute dijo...

Ivan Reitman es un grande. Y su hijo, Jason Reitman, no se está quedando corto. Recomiendo muy mucho su película "Gracias por Fumar", una de mis favoritas del pasado año. En USA está pendiente de estrenarse "Juno", su nueva peli que también promete mucho...

 
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