Vivencias polimórficas de un treintañero perplejo.

sábado, 29 de diciembre de 2007

Nostalgia de otros formatos (y III)


Parece que una serie de factores se conjuran para que finalice mi trilogía sobre nostalgia de otros formatos, tras reivindicar el musicassette y el disco de vinilo le ha tocado el turno a la cinta VHS. Un amigo me presta la película Missing (Desaparecido) de Costa-Gavras pero solo la tiene en VHS. Tengo otro amigo que continúa fiel al vídeo, lo prefiere al DVD, y eso que no ha visto la opinión al respecto de ese titán del cine y los current affairs que fue, es y será don Carlos Pumares. En su impagable videoblog, Pumares dice que el VHS es mucho más fácil de manejar que los actuales DVDs (“explíquenle a mi suegra que para ver en qué idioma la ve tiene que entrar en Configuración o en Set Up).

Recientemente han repetido en La 2 ese sketch de Muchachada Nui en el que una cinta de VHS charla con una grabadora de cassette (sí, la que se queja de que le han metido una paliza “una pandilla de iPods… nanos”). La cinta recuerda cómo en ella se grabaron tesoros del calibre de Dirty Dancing, Robocop, un capítulo de Médico de familia o ¿Quién engañó a Roger Rabbit? y cómo le arrancaron la pestañica para tiempo después ponerle una tirita de celo y volver a grabar encima.

Pienso que todos los que tenemos una cierta edad hemos hecho algo así, y me gustaría recordar también la emoción añadida de tener un vídeo con doble velocidad, que se podía grabar “lento” (en SP) o “rápido” (en LP), con lo que la cinta duraba el doble. ¿Qué hubiera sido de mi generación si no hubieran existido esas cintas de 4 X 2 = 8 horas para grabar la Gran Final del concurso de agrupaciones del Carnaval de Cádiz?

Sin embargo, no quiero irme de farsante durante más tiempo, en el caso que nos ocupa no puedo abogar por la vuelta del formato antiguo como hice con cassettes y vinilos. Para mí el DVD supuso una inmensa mejora. Aparte de la ventaja obvia de la reducción a la mitad del espacio de almacenamiento, es innegable que la calidad de la imagen en el DVD es incomparablemente mejor. Y a la hora de realizar copias, ni hablamos. Luego está el tema de los idiomas y los subtítulos: yo había películas que tenía compradas en VHS tanto en español como en inglés, por aquello de la V.O. Y ojito si las comprabas en Inglaterra, por ejemplo, porque entonces la V.O. no era también S. Las de la revista Speak Up venían con subtítulos por narices, pero subtítulos en inglés, lo que era un poco alienante. Ahora, con el DVD tenemos todas las posibilidades en una: versión doblada, versión original, sin o con subtítulos en español o en inglés (y en holandés, portugués, etc… todo hay que decirlo).

Lo único en lo que estoy de acuerdo con don Carlos Pumares es que la cinta VHS era más cómoda a la hora de parar la peli en un sitio y retomarla luego, sin tanta gaita de Menú, Episodios y demás (“VHS: usted apagaba el vídeo, se iba en un crucero por el Mediterráneo, volvía, encendía: la película en el mismo punto”).

Ahora parece que se nos amenaza con un nuevo cambio de formato, con el llamado HD DVD y el Blu-ray Disc, que sin duda serán más carísimos y mejores… para las empresas que los venden. Supongo que habrá una batalla, como la hubo entre Beta, VHS y 2000, para ver quién se queda con la mayor parte del pastel del mercado. Conclusión, es probable que todavía nos hagan añorar más al “viejo, querido y entrañable VHS” (es Palabra de Pumares).

1 comentario:

Fran G. Matute dijo...

La verdad que razón no le falta ahí al señor Pumares... Con el vinilo decía más o menos lo mismo...

 
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