Vivencias polimórficas de un treintañero perplejo.

domingo, 18 de enero de 2009

Tres postales de enero



Postal 1. Querida Helen Hunt:

Hoy he ido a ver tu primera película como directora: Cuando ella me encontró (2008), y me ha decepcionado. He pasado un ratito pasable, lo que en otras circunstancias ya sería decir mucho, pero no con tu película. Me siento semi-mal porque he insistido a varias personas además a que fueran a verla. Opiniones tibias, en el mejor de los casos. Pensaba que tu peli iba a ser divertida, una comedia (humana, como Mejor imposible -1997-) pero esto ha sido una especie de melodrama, no sé muy bien acerca de qué. A lo mejor el problema es que no soy una mujer de mediana edad, pero eso es una excusa floja, si la peli es buena debería molarle a todo el mundo.

El Wall Street Journal ha sido cruel con tu película, pero no se me ocurre mejor resumen que este cachito de su crítica: “Un bizarro potaje recocido que combina el estilo general de las telecomedias (los diálogos le ametrallan a uno como un martillo neumático) con una ridícula sucesión de complicaciones en la trama, además de preguntas solemnes sobre la identidad, la adopción y la naturaleza de la felicidad”. Duras palabras, excesivas, pero me temo que no del todo inciertas. Una lástima, Helen, a mí me caes bien; ni siquiera sacar a Salman Rushdie de ginecólogo en tu película la ha salvado.


Postal 2. Querido Pablo:

Hay días en que uno no está para nadie y otros en los que nos levantamos comunicativos. Como cuento a menudo, en Estatuas Verdes hay días en los que los temas se me acumulan, ideas desechadas, muchas veces en que podría escribir varios posts seguidos. Otros sin embargo, me cuesta escribir nada y no por falta de tema o anécdotas, sino más bien por cansancio. ¿Será el frío o será Cosica? ¿Será una rosa o será un clavel? Luego siempre acabo escribiendo, y la eterna pregunta de los blogueros: “¿Le importará esto a alguien?” La alegría viene cuando se entera uno de que sí importa.

En los últimos días y semanas he tenido varias satisfacciones en forma de comentarios de personas que no dejan comentarios en el blog, pero que cara a cara me han dicho que tal o cual entrada les había gustado o interesado. Sus comentarios, aunque no quede registro, también hacen Estatuas Verdes. En concreto, un amigo me animó: Tú sigue escribiendo sobre Kafka, aunque la gente comente más cuando escribas sobre el flan. O a lo mejor tienes que hacer una entrada que se titule “Kafka y el flan”. La acabaré haciendo, seguro (con tu permiso, Pablo).


Postal 3. Querido Dios:

¡No veas cómo estamos en el Mundo con las guerras entre judíos, musulmanes, y de entre ellos, los más hijosdeputa son los que las planean y dirigen! Hoy, entre el fragor de treguas en los telediarios, que si “alto el fuego” en Gaza (y las bombas por detrás, explotando casi en directo), el “turismo bélico” (hemos venido porque nos hacía ilusión conocer una guerra en vivo), salgo a la calle y voy a un cine que suelen frecuentar muchos de mis compatriotas de los que llevan pañuelitos palestinos. Yo también lo llevaba, Dios, cuando tenía 17 años, y porque me lo regalaron.

En ese cine del que te hablo he visto la última de Helen Hunt (te ahorro la crítica), y me ha llamado la atención lo presentísima que está la Religión en la vida de muchas personas. En concreto, la protagonista de la peli era judía, y se pasa media peli rezando y canturreando en hebreo. Para colmo, de ginecólogo hacía Salman Rushdie (le cogería gusto a los bebés cuando escribió Hijos de la medianoche, 1980), ya sabes, ese que anduvo tan perseguidísimo por algunos de tus hijos musulmanes más radis. Me sorprendo por esta presencia de la Religión en unas vidas yanquis del siglo XXI, también me pasó en Como en casa en ningún sitio (2008), peli en la que Dwight Yoakam hacía de pastor evangélico.

¿De qué me sorprendo? La Religión no ha desaparecido de nuestras vidas, como quieren hacernos creer aquí en España: es una fuerza muy importante para la mayoría de la población mundial. Y no solo en países tercermundistas o subdesarrollados. Fíjate si será importante que la peña se sigue matando en tu nombre: ¡ilusos! Pero eso lo sabes tú mejor que yo.

Adiós, Dios.

4 comentarios:

Rukia dijo...

Que acierto acabar hablando de la religión porerror! precisamente una compañera de la facultad que es numeraria del Opus Dei me ha invitado hoy a estudiar en su residencia/colegio mayor/convento.

He ido, lo confieso. También confieso que he pasado miedo...

Anónimo dijo...

Helen Hunt es una de mis mujeres. Consigue algo que era una característica de los grandes: mantener el personaje aunque cambie la película. Y su personaje me emociona a menudo. De eso, a dirigir, va un trecho. No la he visto, pero ya me la imagino. Migue.

Seño Ana dijo...

Por fin postaleeeeesss!!! Mira que te has hecho de rogar, eh?

La peli no la he visto, pero después de leer el cachito... ni me lo planteo.

La mejor postal como siempre la de Dios. En dos días, dos comentarios sobre los pañuelos palestinos (ayer Antonio Burgos los nombraba en el periódico). En H&M los hay de colores en plan megafashion. Espero que comentes algo sobre eso.

SNQEV

Fran G. Matute dijo...

A mi Helen Hunt me cae mal y sus interpretaciones no me las creo porque abusa de parecer "demasiado" natural (ya se sabe que los extremos...).

Su labor como directora es bastante limitada(la mitad de la peli se la ha hecho el montador). Seguro que "Siete Almas" es mucho mejor peli que "Cuando Ella Me Encontró", incluso siendo un insulto al espectador medio...

 
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