Vivencias polimórficas de un treintañero perplejo.

sábado, 15 de diciembre de 2007

Escuchar música en el coche


El otro día leí no sé en qué libro algo con lo que estoy completamente de acuerdo: donde mejor se escucha la música es en la radio del coche. Por supuesto que no me estoy refiriendo a la objetiva calidad del sonido, sino al coeficiente de disfrute, difícil de medir pero no por subjetivo menos real. He buscado la cita exacta para ponerla aquí, pero como no he tenido narices de encontrarla pongo otra del grupo americano de power pop The Raspberries, de su tema “Cruisin Music” (música para el coche):

“Con mi radio bien alta/ nada me hace sentir mejor/ que un poco de buen rock and roll”.

Y es que durante la semana pasada he tenido ocasión de comprobarlo una vez más, cuando iba en coche y se ha dado el milagro de que pusieran en la radio algunas de mis canciones más queridas: “Imagine” de John Lennon, “Suspicious Minds” de Elvis Presley, “Don’ t Cry” de Guns n’ Roses, “Ziggy Stardust” de Bowie, “Sultans of Swing” de Dire Straits… las hay más indies o más a la moda, pero no mejores. ¿Recordáis la escena de El mundo de Wayne en que todos se emocionaban cantando “Bohemian Rhapsody” dentro de un coche? Pues en ese coche iba yo.

También recuerdo que en la película Solteros, el personaje de Matt Dillon (un cantante grunge bastante pardillo que por cierto, le instala a su novia una radio en el coche y le rompre las ventanillas de lo alto que la pone) clamaba en un momento de frustración “¿Dónde están los himnos de nuestra generación? ¿Dónde el “Smoke on the Water”?” No deja de ser una puesta al día del tópico latino ubi sunt?, pero hay muchas veces en que yo también me lo pregunto. Pero el objeto de este post no es hacer nostalgia musical, sino reivindicar la escucha de la música dentro de un coche. Luego, que cada cual escuche lo que más le mole.

Cuenta la leyenda que el productor neoyorquino Phil Spector, el que nos dio a las Ronettes y a los Righteous Brothers, entre otros, solo quedaba satisfecho de sus grabaciones cuando escuchaba el producto final en los altavoces de una ratonera radio de automóvil (por supuesto, en mono). Decía que así era como iban a escuchar las canciones la inmensa mayoría de sus potenciales compradores, y que era la única manera de cerciorarse de que una grabación había quedado perfecta.

Ahora que no nos oye nadie confesaré que una de las razones que me impulsaron a adquirir la mejor versión del modelo del coche que tengo fue el hecho de que incluía seis altavoces en lugar de cuatro. Y se nota la diferencia. Lo dice uno que ha sufrido décadas de viajes familiares con la radio bajita y las ventanillas bajadas. ¡Qué coraje da cuando no se escucha bien la música en el coche!

Otro secreto que os cuento. Mi profesor de autoescuela era un erudito de la música alternativa y claro, después de todas las clases de conducir escuchando a The Go Betweens, la buena vida o The Posies, cuando llegó el momento del examen me costó horrores concentrarme precisamente porque no llevaba la radio del coche puesta.

Espero que no me llegue a ocurrir como al personaje de un cuento de Sergi Pàmies, que cada vez que escucha en su Audi el CD de algún artista, este fallece (le pasa con Barbara, Stéphane Grappelli, Sonny Bono y Carl Perkins) y cuando se enamora de una clarinetista teme poner su disco por lo que pueda pasar.

De momento, lo que sí es seguro es que una persona conocida –también fiel al credo de que el mejor sitio para oír música es el coche- me confesaba que a veces había llegado al extremo de continuar unos minutos escuchando canciones una vez llegado a su destino, aparcado, con el motor en marcha. Mis vecinos, si alguna vez me los cruzo en el garaje, me toman por loco. Porque yo también lo hago.

3 comentarios:

Karmen dijo...

Sí, sí... ¿Sabéis lo que le he pedido a los Reyes Magos? ¡UNA RADIO PARA EL COCHE! ¡Viva la música on the road!

Anónimo dijo...

Y no sólo quedarte unos minutos más en el coche hasta que termine la canción, sino llegar a ralentizar o dar un medio rodeo para no tener que cortarla. Para eso lo bueno eran las cintas, más que los Cds, porque al volver a cojerlo continuaba la canción donde lo habías dejado, y molaba mucho.

GRILLO SOLITARIO dijo...

GRAN MOMENTO EL OTRO DÍA EN MI GARAJE CUANDO AL IR A POR MI COCHE OÍ A TODA PASTILLA "SHE'S LOST CONTROL", DE JOY DIVISION. BUSCO, Y ME DOY CUENTA DE QUE VENÍA DE UN (PEDAZO DE) MERCEDES, DEL QUE SALIÓ UN HOMBRE MUY FORMAL CON CHAQUETA, CORBATA Y CALVA A JUEGO. ESTUVE POR DECIRLE ALGO, PERO SÓLO SALUDÉ.

 
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