El título de este post quiere decir “Dos Coen muy Coen”, por recordar aquella peliculorria con Jim Carrey y Jeff Daniels, que al lado de la última de los Coen resultaba una obra maestra del séptimo arte (y graciosísima, oiga). Otro título que he barajado es “Arrancarse los ojos después de ver”. La última de los hermanos Coen se llama Quemar después de leer (2008), y digamos ya que su mejor (y única) virtud es hacer buena No es país para viejos (2007).
Quemar después de leer nos la han vendido como una reivindicación de la estulticia humana, como un canto a la estupidez. Recuerdo haber leído que la inteligencia estaba sobrevalorada y que había que reivindicar la tontería. Genial golpe maestro de los Coen: si yo tuviese un truño de película y pretendiese que el máximo número de peña fuese a verla pagando dinero, también diría esas cosas (“¡Los tontos sois unos reyes!”). Los tontos somos nosotros, que hemos picado en ir a verla, en mi caso por ser fan de estos cineastas que han hecho tantas pelis molonas y graciosas como Sangre fácil (1984), Arizona Baby (1987), Fargo (1996), El gran salto (1994), O Brother! (2000)... Y también hicieron algo llamado El gran Lebowski (1998), con eso está dicho todo.
Otro reclamo era el reparto. A pesar de la siempre estomagante Frances McDormand o como se escriba, en esta peli salen Brad Pitt –uno de mis actores favoritos-, George Clooney y John Malkovich –dos de los actores favoritos de todo el mundo. Como no, lo mejor de la película es la actuación de Brad Pitt, que hace de tontico pero “no tonto del todo” (como bien se nos recomienda en Tropic Thunder: “never go full retard”). ¿Zangolotino? Sí. ¿Acelerado? Sí. ¿Corto de léxico? Sí, pero también chantajista cuando es menester.
La trama ni paso a resumirla: baste decir que son tres historias entrelazadas con pinzas. De hecho creo que lo que me ha resultado más irritante de la película es el hecho de que la supuesta “casualidad” que pone en marcha el supuesto “gran enredo” ni siquiera está bien hilada o justificada, sino que se trata de una arbitraria y chapucera ocurrencia en plan “Coen ex machina”. Así no juego. En El gran Lebowski, un malentendido plausible desencadenaba una trama descacharrante, el Nota solo quería una alfombra para dar ambiente a su habitación. Pero en Quemar después de leer se recurre a la más burda casualidad. Dice el novelista inglés Julian Barnes que si él fuera el “dictador de la ficción” prohibiría las coincidencias como facilón recurso narrativo. Visto lo visto, empiezo a estar de acuerdo.
Y otra cosa. Prefiero ver una comediota delirante en la que un Boeing 747 aterriza dentro de una terminal de aeropuerto por un fallo en las señales del personal de tierra, u otra en que un chucho salva a su amo in extremis porque sabe hablar con los osos que van a atacarle. Al menos en estos casos no se me hace creer que se trata de comedia costumbrista o real, sino de un disparate. Lo que no soporto es que los Coen se rían de nosotros (son los únicos que se ríen) haciendo una peli mongoloide pero pensando en el fondo que es humor sutil e inteligente (¿cuántos chistes sin gracia se pueden escribir a cuenta del queso de cabra?).
Mi sensación al salir de ver esta peli es la misma que tengo al acabar muchas reuniones del trabajo: la cabeza caliente y los pies fríos. Y esta vez me niego a considerar que no me haya enterado de nada: me he enterado demasiado bien. A este ritmo, los hermanos Farrelly con un cojín de peos podrían haber montado una obra maestra digna de Lubitsch. No es que no me haya gustado Quemar después de leer, es que me ha cabreado. De hecho, os la voy a reventar. Al final, todo es un sueño del Resines (y una pesadilla para nosotros).
Quemar después de leer nos la han vendido como una reivindicación de la estulticia humana, como un canto a la estupidez. Recuerdo haber leído que la inteligencia estaba sobrevalorada y que había que reivindicar la tontería. Genial golpe maestro de los Coen: si yo tuviese un truño de película y pretendiese que el máximo número de peña fuese a verla pagando dinero, también diría esas cosas (“¡Los tontos sois unos reyes!”). Los tontos somos nosotros, que hemos picado en ir a verla, en mi caso por ser fan de estos cineastas que han hecho tantas pelis molonas y graciosas como Sangre fácil (1984), Arizona Baby (1987), Fargo (1996), El gran salto (1994), O Brother! (2000)... Y también hicieron algo llamado El gran Lebowski (1998), con eso está dicho todo.
Otro reclamo era el reparto. A pesar de la siempre estomagante Frances McDormand o como se escriba, en esta peli salen Brad Pitt –uno de mis actores favoritos-, George Clooney y John Malkovich –dos de los actores favoritos de todo el mundo. Como no, lo mejor de la película es la actuación de Brad Pitt, que hace de tontico pero “no tonto del todo” (como bien se nos recomienda en Tropic Thunder: “never go full retard”). ¿Zangolotino? Sí. ¿Acelerado? Sí. ¿Corto de léxico? Sí, pero también chantajista cuando es menester.
La trama ni paso a resumirla: baste decir que son tres historias entrelazadas con pinzas. De hecho creo que lo que me ha resultado más irritante de la película es el hecho de que la supuesta “casualidad” que pone en marcha el supuesto “gran enredo” ni siquiera está bien hilada o justificada, sino que se trata de una arbitraria y chapucera ocurrencia en plan “Coen ex machina”. Así no juego. En El gran Lebowski, un malentendido plausible desencadenaba una trama descacharrante, el Nota solo quería una alfombra para dar ambiente a su habitación. Pero en Quemar después de leer se recurre a la más burda casualidad. Dice el novelista inglés Julian Barnes que si él fuera el “dictador de la ficción” prohibiría las coincidencias como facilón recurso narrativo. Visto lo visto, empiezo a estar de acuerdo.
Y otra cosa. Prefiero ver una comediota delirante en la que un Boeing 747 aterriza dentro de una terminal de aeropuerto por un fallo en las señales del personal de tierra, u otra en que un chucho salva a su amo in extremis porque sabe hablar con los osos que van a atacarle. Al menos en estos casos no se me hace creer que se trata de comedia costumbrista o real, sino de un disparate. Lo que no soporto es que los Coen se rían de nosotros (son los únicos que se ríen) haciendo una peli mongoloide pero pensando en el fondo que es humor sutil e inteligente (¿cuántos chistes sin gracia se pueden escribir a cuenta del queso de cabra?).
Mi sensación al salir de ver esta peli es la misma que tengo al acabar muchas reuniones del trabajo: la cabeza caliente y los pies fríos. Y esta vez me niego a considerar que no me haya enterado de nada: me he enterado demasiado bien. A este ritmo, los hermanos Farrelly con un cojín de peos podrían haber montado una obra maestra digna de Lubitsch. No es que no me haya gustado Quemar después de leer, es que me ha cabreado. De hecho, os la voy a reventar. Al final, todo es un sueño del Resines (y una pesadilla para nosotros).
11 comentarios:
YO NO LA HE VISTO, PERO HE OÍDO DE LA PELI DESDE QUE ES GENIAL A QUE ES BASURA, PASANDO POR TODOS LOS PUNTOS INTERMEDIOS. LA LECHE.
Porerror, no puedo estar más de acuerdo contigo. La película es una puta mierda.
Bueno, te lanzo una pregunta. Si la película fuera de un director que no conocieras o que no estimaras mucho ¿te seguiría pareciendo mala? Yo creo que es una película divertida, más que la mayoría de películas cómicas, que los hermanitos han querido compartir con actores amigos para pasárselo bien y en extensión que lo pasemos bien nosotros también. Evidentemente es una película menor dentro de toda su filmografía. Quizás es que por ser de ellos uno pretende salir como tansformado interiormente cuando esta película no pretende ser nada de eso.
Yo me quedado un pelín picueta al descubrir que la revista UNCUT la ha elegido como "película del mes". En una entrevista con los Coen (en la misma revista), descubro que la peli fue escrita para los actores. A lo mejor es por eso que la trama me ha resultado un poco traída por los pelos. Siendo sincera, la peli no me ha parecido nada especial (para el bombo que le han dado).
ORPHAN, TE LANZO YO OTRA PREGUNTA: SI LA PELÍCULA NO FUERA DE UN DIRECTOR QUE CONOCIERAS O ESTIMARAS MUCHO ¿LA HUBIERAS IDO A VER? :- >>
Depende de las críticas leídas, de la trama y de las referencias del director-guinista-reparto-... :P
NO ERES TRAMPOSA TÚ RESPONDIENDO :-P
Gracias por vuestros comentarios.
-Grillo: JA, JA, JA! Qué cabrón. Me has pisado la pregunta que le iba a hacer yo a Orphangirl. Si no vas mucho al cine, no te recomendaría que fueras a ver esta peli, pero igual te interesa para poder opinar a tope.
-Iso Topuno: Me alegra verte de nuevo por aquí, aunque sea para verter tus carca-opiniones. Esta vez estamos de acuerdo. Por cierto, ¿para cuándo un nuevo post de Planeta Cúbico? Con la que está cayendo: crisis, elecciones USA, la ETA, premio Planeta...
-Orphangirl: Te iba a hacer la misma pregunta que ya te ha hecho el Grillo. Deduzco de tus comentarios que a ti la peli sí te ha gustado, sabes que a mí no, pero pienso que los dos hemos pecado de saber que era de quien era y que en ella actuaba quien actuaba. En otras palabras: a lo mejor por ser de los Coen/Pitt/Clooney y cía. tú has tendido a ser más benigna (hay que perdonarlos) y yo a darle más caña de la cuenta (esperaba más).
-Karmen: Te comento que la prensa inglesa no tiene criterio para nada en muchísimos asuntos. Tiene sentido que esta peli haya sido escrita para los actores, y que la hayan hecho en plan compadreo. Fijo que se lo pasaron teta todos haciéndola, el problema viene cuando el resultado no es el esperado: un juguete demasiado caro.
Como ya sabes, a mí si me ha gustado la película. Y mucho. No es desde luego de las mejores de los Coen (es lo que se dice "una obra menor"), pero entiendo tu crítica, porque básicamente coincide con la de Carlos Colón de la que yo me mofaba en "Almanaque de otoño"....
Lo único con lo que no estoy de acuerdo es que creas que las cosas pasan al azar. Hay un hilo conductor común detrás de cada historia y que además creo que es una de las líneas básicas de la película: la paranoia.
Y el hecho de que una película se haga con un determinado actor en mente o se escriba cierto personaje ad hoc, es de lo más común. No creo que tenga nada que ver con el resultado final...
He dicho.
-Fran G. Matute: mmmmmhhh, al leer tu ingenioso post sobre Quemar después de leer deduje que sí te había gustado (por oposición a Carlos Colón, etc, etc) pero tenía curiosidad sobre cuál era tu opinión/valoración de la peli, sabes, en positivo, más que "todo lo contrario de lo que ha dicho este".
Aunque esta vez me niego al viejo truco de "no la he entendido" (no me ha gustado, y no pasa nada), lo que comentas sobre la "paranoia" como hilo argumental/ telón de fondo sí que me parece interesante, y yo no había caído en ello. De todas maneras, ¿no te parece que el rollo coincidencia-secretaria-CD virgen-gimnasio está un poquitín forzado?
Sin duda alguna se trata de un artificio muy manido, pero es que sin esas "casualidades" no existiría historia alguna que contar.
Mira "Casablanca": qué casualidad, "de todos los locales del mundo tuviste que entrar en el mío..."
Pero vamos, que por nada estoy insinuando que no la has entendido... es más, es que no hay nada que entender. La peli es un mero divertimento, y como tal puede caer en el saco de a los que SÍ les ha resultado divertido o NO.
A mí me ha gustado, al margen de porque me he divertido viéndola (sobre todo por Brad Pitt), porque tardé en darme cuenta de una cosa. Que la "inteligencia" relativa a la que se refieren los Coen en el cartel de la película hace referencia a la C.I.A.(Central "Intelligence" Agency) y no a Pitt, Clooney o McDormand, que para nada me parecieron personajes "idiotas"...
Pero vamos, que ya se sabe que los Coen son "love it or hate it"...
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