Todavía ando reponiéndome de la inocentada que nos dio la web PopMadrid.com en la que se decía que, para acercarse al público indie, TVE había ofrecido a Xoel López participar en el programa Mira quién baila y este había declinado la oferta (pues agarraos porque la noticia era que Sr. Chinarro sí había aceptado). Aunque lo dudo mucho, es posible que alguno todavía no sepa que Xoel López es Deluxe. No es “el líder” del grupo Deluxe, sino el alma, el factótum del proyecto.
Y da la casualidad de que el pasado mes de marzo Deluxe editó el que a mi juicio ha sido el mejor disco (en) español del año 2007, Fin de un viaje infinito. Sus poderes: pop-rock tirando a clasicón (coordenadas: Beatles, Rolling Stones, Neil Young, Brincos) con muchas guitarras bonitas, letras bastante inteligentes y una clase de las que no abundan en el pop alternativo español. Mal que me pese admitirlo, el indie patrio es un pelín cutre. Entre ñoñadas, chochipop, petardadas y estribillos de MacNamara mal digeridos (con todo el respeto), da como cosica escucharlo.
Pero Deluxe son otros Lópeces (por hacer un chiste con el apellido de Xoel), se nota que este gallego ambicioso y grandilocuente conoce a la perfección el vocabulario del rock, y lo maneja como le da la gana en baladas, temas cañeros, medios tiempos, estribillos, solos… por no hablar de las versiones que suele hacer en directo: The Who, Ryan Adams, Leonard Cohen o Alaska y Dinarama. Aun en la variedad, está claro que Deluxe se escora hacia el pop/beat/folk/rock anglosajón de los años sesenta, que ya es decir bastante.
Es precisamente en directo donde más fuerza transmite (valga el tópico) y donde más cosas demuestra Deluxe. Algo que pudo verse en su actuación del 27 de julio pasado en el Contempopránea de Alburquerque, casi unánimemente valorada como la mejor del festival. Allí don Xoel (acompañado por una banda fantástica que incluía sección de viento metal) cantó, allí tocó la guitarra eléctrica, la acústica y la armónica y se movió como un loco. Allí nos regaló una versión emocionante de un tema de Juan y Junior y allí nos demostró por qué Fin de un viaje infinito es el álbum español del año.
En el indie español, no es que Deluxe corte el bacalao. Es que lo pesca, lo seca, lo desala, lo desmiga, lo cocina con aceite, cebolla, huevo y patatas paja, le añade perejil y aceitunas negras y nos lo da en la boquita. En su último disco, además, lo hace íntegramente en español, tendencia que consolida su anterior trabajo y que se refleja en otros poperos nacionales como Bombones o Sidonie.
Xoel López está muy bien conectado en el pop español, pero transita esa peligrosa senda entre cabeza del ratón indie y cola del león mainstream, donde también encontramos a Iván Ferreiro o a Quique González. Más arriba, Amaral, Pereza o Bunbury, un peldaño más abajo La Habitación Roja y Sidonie. Deluxe ha tenido un par de amagos de hits (el tema central de la película El juego de la verdad o el pegadizo "Que no", machacado en 40 Principales…), pero me late que va a seguir siendo un secreto a voces, un placer pop, como dicen los cursis, para una inmensa minoría.
Y da la casualidad de que el pasado mes de marzo Deluxe editó el que a mi juicio ha sido el mejor disco (en) español del año 2007, Fin de un viaje infinito. Sus poderes: pop-rock tirando a clasicón (coordenadas: Beatles, Rolling Stones, Neil Young, Brincos) con muchas guitarras bonitas, letras bastante inteligentes y una clase de las que no abundan en el pop alternativo español. Mal que me pese admitirlo, el indie patrio es un pelín cutre. Entre ñoñadas, chochipop, petardadas y estribillos de MacNamara mal digeridos (con todo el respeto), da como cosica escucharlo.
Pero Deluxe son otros Lópeces (por hacer un chiste con el apellido de Xoel), se nota que este gallego ambicioso y grandilocuente conoce a la perfección el vocabulario del rock, y lo maneja como le da la gana en baladas, temas cañeros, medios tiempos, estribillos, solos… por no hablar de las versiones que suele hacer en directo: The Who, Ryan Adams, Leonard Cohen o Alaska y Dinarama. Aun en la variedad, está claro que Deluxe se escora hacia el pop/beat/folk/rock anglosajón de los años sesenta, que ya es decir bastante.
Es precisamente en directo donde más fuerza transmite (valga el tópico) y donde más cosas demuestra Deluxe. Algo que pudo verse en su actuación del 27 de julio pasado en el Contempopránea de Alburquerque, casi unánimemente valorada como la mejor del festival. Allí don Xoel (acompañado por una banda fantástica que incluía sección de viento metal) cantó, allí tocó la guitarra eléctrica, la acústica y la armónica y se movió como un loco. Allí nos regaló una versión emocionante de un tema de Juan y Junior y allí nos demostró por qué Fin de un viaje infinito es el álbum español del año.
En el indie español, no es que Deluxe corte el bacalao. Es que lo pesca, lo seca, lo desala, lo desmiga, lo cocina con aceite, cebolla, huevo y patatas paja, le añade perejil y aceitunas negras y nos lo da en la boquita. En su último disco, además, lo hace íntegramente en español, tendencia que consolida su anterior trabajo y que se refleja en otros poperos nacionales como Bombones o Sidonie.
Xoel López está muy bien conectado en el pop español, pero transita esa peligrosa senda entre cabeza del ratón indie y cola del león mainstream, donde también encontramos a Iván Ferreiro o a Quique González. Más arriba, Amaral, Pereza o Bunbury, un peldaño más abajo La Habitación Roja y Sidonie. Deluxe ha tenido un par de amagos de hits (el tema central de la película El juego de la verdad o el pegadizo "Que no", machacado en 40 Principales…), pero me late que va a seguir siendo un secreto a voces, un placer pop, como dicen los cursis, para una inmensa minoría.
6 comentarios:
Desde la desaparición de "The Winnerys" no he vuelto a acercarme al pop indy español: me fastidió mucho.
¿Puedes decirme si merecen más la pena DELUXE que aquellos?
Quizá así me anime a buscar su disco.
Discazo, desde luego. Muy acertado lo de ese terreno indefinido entre el indie y el mainstream. En mi opinión Deluxe no dará el salto al nivel de Amaral hasta que no sea capaz de fabricar singles. "Que no" ha sido lo único parecido pero tampoco era un jitazo (me encanta escribirlo así). Este disco es fantástico pero no tiene una sóla canción radiable, de hecho la que eligieron como single es casi la que menos me gusta...
La mejor inocentada que he visto en PopMadrid es la de que Nacho Vegas había grabado con Amaia Montero, jajaja.
Pues mira, a The Winnerys no los conozco, esos se me han escapado, así que no te puedo decir. Pero dadas sus credenciales Power Pop y sobre todo Beatles, me los apunto del tirona.
Oye, Riggy, y qué te pareció lo de que Elefant habían fichado al Dúo Dinámico?
Estoy de acuerdo en que Deluxe ha sido incapaz de producir singles de pegada y de éxito, pero también pienso que hay un problema de recepción aquí. Como decía Lorca, "el público es el que entiende", pero también se le puede educar un poquitín. No creo que en este disco falten singles potenciales: ahí están "Gigante", "No es mi primera vez" o el mismo "Tendremos que esperar", que en un universo paralelo habría sido número uno en listas. Pero vamos, tampoco quiero polemizar...
¡Esta mañana he escuchado Fin de un viaje infinito enteretito! Justo entonces he pensado que éste es el disco nacional del año por excelencia (y eso que todavía no había leído este post...). Será, quizás, que mientras más lo oigo, más me gusta, pero a mí me parece que cada canción es una pequeña joya. Aún canturreo "Ver en la oscuridad" cuando me descubro impaciente por llegar a la genial "Réquiem (No fui yo)". ;-) ¡Ojo: en su web anuncia que habrá más para Marzo de 2008!
Larga vida a Xoel.
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